Cuando en la conferencia de Sony del E3 2017 se mostró por primera vez Monster Hunter World, hubo dos reacciones por parte de los jugadores. Quienes estaban viendo aquel vídeo sin haberse enfrentado previamente con decenas de monstruos juntos a sus amigos se maravillaron al ver un mundo lleno de vida con gráficos fotorrealistas en el que dinosaurios y criaturas aladas se comportaban como animales en ecosistemas reales.
Los que llevaban miles de horas cazando y capturando Rathalos, Jagras y otros bichos aterradores en consolas portátiles (o incluso desde los tiempos de PlayStation 2) sintieron la preocupación de que una franquicia exigente y difícil a la vez que satisfactoria perdiera su esencia en pos de una accesibilidad que se vislumbraba en aquel tráiler, y que se confirmaba posteriormente al presentarse mecánicas para rastrear más fácilmente los monstruos, para hacer la creación de ciertos objetos de manera automatizada y otras concesiones para el jugador que no quiere tener un archivo de Excel abierto mientras está a los mandos.
Gameplay comentado
Finalmente, a principios de 2018, crítica y público dio la razón a Capcom. Monster Hunter no solo se había hecho más accesible sin perder su seña de identidad, sino que había evolucionado y mejorado. World es el juego más vendido de la historia de la compañía japonesa. Su adaptación a los tiempos que corren, al juego online y a la adición de contenido y eventos constantemente, le ha granjeado una comunidad como pocas veces ha tenido la saga, incluso en PC, plataforma en la que se lanzó medio año más tarde. El éxito del juego vino también en un cambio de paradigma en cómo los creadores manejaban la franquicia: en lugar de lanzar nuevas versiones del título ampliando levemente su contenido, World no pararía de ampliarse, tanto con las mencionadas actualizaciones como, con el caso que nos ocupa, una gran expansión que añade una enorme cantidad de contenido tanto para quienes no han parado de jugar en este año y medio como para quienes dejaron el juego en la estantería a ver los títulos de crédito.
El Nuevo Mundo que ha maravillado a 13 millones de jugadores ya es antiguo, pero lo que tenemos por delante es aún mayor.
Iceborne será más grande que Monster Hunter World
"Me pregunto si la próxima investigación será igual de larga", nos dice la Encargada cuando comenzamos la misión que nos llevará al nuevo Nuevo Mundo. El bosque que conocemos como la palma de nuestra mano se siente extraño: no hay vida. Los insectos han desaparecido. Los monstruos que iban a sus anchas por sus lagos y planicies no están por ningún lado. Solo conseguimos identificar unas huellas extrañas. Pronto descubrimos que pertenecen a un Legiana, y que decenas de criaturas de esta especie, poco habitual en la zona en la que estamos, están emigrando y siendo perseguidas por un monstruo enorme: el dragón anciano Velkhana, que se dirige a una isla situada más allá de donde alcanza la vista y que realmente se trata de un enorme continente más grande que el explorado en Monster Hunter World.
La secuencia de introducción a Iceborne recuerda al inicio del título lanzado en 2018, hasta tal punto de que los personajes hablan de manera autorreferencial. "Me suena", dice el Comandante cuando hablan de ir a otro continente; y tampoco podía faltar un primer viaje, cinemática mediante, en el que divisamos paisajes espectaculares, charlamos con nuestros compañeros de la anterior aventura y que termina con colisiones y con un héroe o heroína (nosotros) teniendo que aterrizar de manera prematura en el nuevo mundo para salvar la situación.
La historia de Iceborne girará en torno a ese Velkhana,, pero también esconderá misterios más allá de los monstruos. Los personajes, el pilar principal de una buena historia, evolucionan, conoceremos más de sus pretensiones, en especial de la Encargada, quien habla de una investigación que la llevó al Nuevo Mundo y que no pudo ponerse con ella por todo el lío con los dragones ancianos de la anterior aventura; tendrá que ver, parece, con una extraña piedra que lleva en su mochila.
Belleza blanca y opresiva
Si en la narrativa de cualquier ficción audiovisual o escrita los personajes son la piedra angular, en los videojuegos, especialmente en los de mundo abierto, hay otro protagonista más allá de los individuos: el mundo que exploramos, el terreno en el que viviremos durante decenas de horas. Arroyo de Escarcha se siente completamente diferente a cualquiera de las zonas exploradas en Monster Hunter World. La nieve y el hielo lo cubren todo. La vegetación es escasa. Es un paraje a la vez bello y opresivo: el blanco que inunda la pantalla nos desorienta, los estrechos caminos de nieve generados entre montañas nos encierran, precipicios enormes terminan en lagos helados, y cuando la nieve nos llega hasta las rodillas hace que nos movamos más lentos y seamos más vulnerables a los peligros que acechan en este territorio inexplorado. Y pronto descubrimos que bajo todo ello hay un enorme circuito de gélidas cavernas que conectan todo el territorio y que albergan monstruos de todo tipo.
La vida que transita por sus planicies nevadas, sus bosques deshojados y sus secas laderas la percibimos extraña e interesante, como esos Popos (una especie de búfalos con grandes cornamentas) que viajan en tranquilas manadas por el mapa o las inquietantes serpientes aladas; pero también hay muchas criaturas adorables, como no podía ser de otra manera viniendo del estudio que consiguió que cazar junto a gatos antropomórficos nos pareciera normal. Hay grupos de animales similares a pingüinos con gorritos de pelo que vagan sin molestar al jugador, y una mezcla de furbys que descansan hechos una pelotilla en aguas termales donde podemos recuperar vida y obtener una temperatura cálida necesaria para soportar las temperaturas de este mundo.
Nuevos monstruos y viejos conocidos
Pero en Monster Hunter los protagonistas principales nunca han sido los personajes, ni los mundos que exploramos, ni siquiera los jugadores. Son los monstruos, nuevos y antiguos, los que dan entidad a cada título de la saga. Y en Iceborne, por supuesto, hay nuevas criaturas, y otras que vuelven adaptadas al ecosistema.
El primero al que nos enfrentamos fue el Beotodus, una serpiente que viaja por la nieve a toda velocidad sumergiéndose en ella para luego saltar en el aire para golpearnos. Un fiero rival que tardamos casi una hora en derrotar con nuestra Hacha Espada debido a sus poderosos ataques y a que se escondía en el mar blanco que nos rodeaba (que a la vez nos hacía movernos más lentos). La sorpresa vino cuando al alejarlo de la nieve y llevarlo a terreno firme vimos que también tenía patas, y sobre ellas, su plantel de ataques variaba.
Tras acabar con él, la siguiente misión nos hacía enfrentarnos a otra nueva criatura, el Banbaro. Se trata de un wyvern con forma de búfalo con una cornamenta gigantesca y una cola que no dudaba en usar para golpearnos. Pero lo que había que temer de verdad eran sus embestidas, difíciles de esquivar en la nieve; y las posibilidades que le dan sus cuernos: es capaz de excavar con ellos para formar enormes bolas de hielo que lanzará o estampará contra nosotros, e incluso de coger troncos que tirarnos. Quedaríamos mal al enumerar todas las veces que nos hizo volver al campamento.
Por último, combatimos (sin éxito) contra el Viper Tobi-Kadachi en las cuevas de Arroyo de Escarcha. Se trata de una nueva versión del monstruo visto en Monster Hunter World. En esta ocasión sigue siendo tan rápido como antes, pero no solo es capaz de paralizarnos, sino que lanza púas gigantes que nos envenenarán.
Además, como viene siendo seña habitual de la saga (y en lo que se profundizó aun más en la última entrega), los enfrentamientos contra estos monstruos no son cerrados, sino que pueden provocarse situaciones aleatorias, como cuando luchando contra el Banbaro apareció un Beotodus que lo atrapó como una serpiente enrolla a su presa, o cuando dándole espadazos al Tobi-Kadachi salió de la nada un extraño Anjanath que nos mandó al campamento de un plumazo.
Y estos son solo algunos de los monstruos que veremos: Glavenus, Anjanath Fulgúreo, Odogaron Ébano, Tigrex, Legiana Anullador, y Nargacuga son otros (que no todos) a los que tendremos que hacer frente en la nueva expansión.
Por suerte, dispondremos de una gran variedad de movimientos y combos nuevos para todos los tipos de armas, y mejoras en la eslinga, que añade la Garra Retráctil el Tiro Proyector, que permite aturdir a los monstruos.
Rango Maestro, modo foto y otras novedades
Las novedades de Iceborne van más allá de la adición de nuevo contenido, sino que también viene con mejoras y más excusas para rejugar todo lo anterior. La expansión comienza introduciéndonos en el Rango Maestro, superior al rango alto (necesitamos tener nivel 16 como mínimo para empezar a jugar el nuevo contenido) y que también hace más difícil los enfrentamientos contra los monstruos de Monster Hunter World.
También se introducen las capas de armadura. Con la excusa de que en Arroyo de Escarcha hay que cubrirse del frío, ahora las armaduras se pueden cubrir con nuevos aspectos conservando las estadísticas de las piezas originales.
Y junto a más opciones para las brigadas, y la introducción de una nueva base que mejorar (Seliana), se añade una opción pedida por la comunidad durante mucho tiempo: un modo foto, llamado aquí modo visión, que permite ocultar los elementos de la interfaz fácilmente y modificar el ángulo de la captura de pantalla y otros aspectos.
En nuestra primera misión en Iceborne, la Encargada comentaba que quería quedarse en el Nuevo Mundo "al menos diez años más". No sabemos si Capcom dará continuidad a juego durante tanto tiempo, pero lo que sí sabemos es que todos esos jugadores que llevan meses farmeando objetos para conseguir las armaduras más complicadas, cazando junto a sus amigos mientras charlan de su día a día, o simplemente desconectado ocasionalmente en la naturaleza tan peligrosa como bucólica que ofrece Monster Hunter World, tendrán en Iceborne contenido para mucho tiempo más.
Lo podréis comprobar de primera mano cuando Monster Hunter World: Iceborne se ponga a la venta el próximo 6 de septiembre para PS4 y Xbox One; y ya en 2020 en PC.
Hemos realizado estas impresiones tras probar durante tres horas y media aproximadamente el juego en un evento organizado por Koch Media en Madrid.
