El renacer de la decimocuarta entrega de Final Fantasy ha sido probablemente uno de los casos más únicos que la industria del videojuego ha vivido jamás. La versión original del juego fue uno de los mayores fracasos que hemos tenido el dudoso placer de jugar, pero con A Realm Reborn Square Enix nos brindó un MMORPG sobresaliente y con mucha calidad que además ha conseguido convertirse en todo un éxito dentro del género.
Ya han pasado varios meses desde que se estrenara en PC y PlayStation 3, y Eorzea sigue disfrutando de mucha vida y actividad, con miles de jugadores viviendo múltiples aventuras, comerciando y enfrentándose a peligrosos jefes cada día, lo que demuestra la buena salud de la que goza actualmente el título.
Por suerte, ahora los usuarios de PlayStation 4 también podrán disfrutar de este mágico mundo, y tras haber podido probar a fondo su última beta (la cual se ha desarrollado en los servidores oficiales), podemos aseguraros de que cumple sobradamente con lo que se podría esperar de él en una máquina de nueva generación.
Como ya os comentamos en nuestro análisis de la versión de PlayStation 3, la anterior consola de Sony se quedaba muy pequeña para lo que ofrecía Final Fantasy XIV: A Realm Reborn, con muchas limitaciones, especialmente de carácter técnico, que deslucían y estropeaban la experiencia más de la cuenta. Por suerte, PS4 no cuenta con esa desventaja, y aunque no llega a los niveles de excelencia de la versión para PC, se queda muy cerca de alcanzarla y ofrece tal cantidad de opciones de configuración, que no podemos más que aplaudir el trabajo que han realizado en Square Enix para adaptar su juego a esta plataforma.
Lo primero que nos gustaría señalar es lo bien que se ve todo, con un apartado gráfico genial que mantiene toda la belleza de Eorzea intacta en nuestros televisores. La distancia de dibujado es altísima, los modelados de los personajes son muy buenos y los escenarios están repletos de detalles y elementos, de forma que consiguen que movernos por ellos sea todo un gustazo.
Los efectos gráficos también son dignos de mención, con unas climatologías muy bien representadas y unos efectos para las habilidades bastante espectaculares que llenan la pantalla en cuestión de segundos de todo tipo de luces, formas y colores. Eso sí, la resolución de muchas texturas no está muy allá (como las de algunas piezas de equipo) y el sistema de iluminación no es tan bueno como el de PC. También nos ha parecido que se ha perdido algo de colorido, aunque tal y como ya hemos dicho, esto no quita que el juego luzca estupendamente.
Un detalle muy curioso (por lo inédito que resulta en consolas) y de agradecer, es el hecho de que podamos configurar desde el menú de opciones la resolución nativa del juego entre dos posibilidades distintas: 720p y 1080p. Esto se debe a que al tratarse de un MMORPG no se pueden prever todas las situaciones que pueden suceder y su impacto en el rendimiento general del título (algo que también ocurre con los PCs más potentes), por lo que siempre se nos dará esta opción por si notamos que la tasa de imágenes por segundo baja más de la cuenta.
Que esto no os engañe, el rendimiento del juego es bastante bueno y al menos en nuestro caso hemos podido jugar sin problemas a 1080p. Los únicos momentos en los que sí que hemos detectado que le cuesta algo más mantenerse es en las grandes ciudades, especialmente en los lugares donde más gente se concentra como la plaza central de Limsa Lominsa. Si a esto le sumamos lluvia o cualquier otro efecto climático, la bajada de la tasa de imágenes por segundo se hace más que evidente, aunque siempre resulta muy jugable.
Pero esta no es la única opción de configuración de vídeo que existe, ya que también podremos limitar la cantidad de efectos que se muestran en pantalla, aunque esto no es tanto por el rendimiento del juego como por ofrecernos una mayor visibilidad de lo que ocurre en el campo de batalla, ya que a veces se juntan tantas habilidades, técnicas y magias que no se ve absolutamente nada.
Las opciones de personalización van mucho más allá de lo meramente técnico, ya que también se nos permitirá modificar la interfaz totalmente a nuestro gusto con todas las posibilidades que ya se nos ofrecía en PC, incluyendo la elección del HUD de teclado y ratón o el de mando. En nuestro caso preferimos la primera opción, aunque si sois capaces de adaptaros a la segunda sabed que se deja jugar perfectamente, así que al final será una decisión que dependerá totalmente de los gustos y hábitos personales de cada uno.
Ya que estamos hablando de los controles con mando, tenemos que mencionar la posibilidad de usar el panel táctil del DualShock 4 para controlar un cursor y acceder con mayor comodidad a ciertas opciones. Un pequeño detalle pero que sin duda se agradece para ciertas situaciones.
Finalmente nos gustaría señalar que existe la posibilidad de juego remoto desde PlayStation Vita y que su funcionamiento es ejemplar. Eso sí, se nos ha hecho muy incómodo jugar desde la portátil, al menos para lo que son mazmorras y combates mínimamente exigentes. En cambio, para actividades más relajadas como artesanías o recolección de recursos nos ha parecido una opción fantástica.
Final Fantasy XIV: A Realm Reborn desembarcará en PlayStation 4 la semana que viene de forma oficial, y por lo que hemos podido ver hasta el momento, todo apunta a que los usuarios de la nueva consola de Sony están más que de enhorabuena, con una conversión a la altura del mágico reino de Eorzea.