Hace unos días en las oficinas de Ubisoft en Madrid hemos tenido la suerte de tener un importante primer contacto con Assassin's Creed Revelations, jugando casi cuatro horas al modo para un jugador, la esencia de la saga, tras varias impresiones con su interesante multijugador. Aunque nos ha dejado con ganas de más y la miel en los labios, nos ha servido para comprobar las novedades jugables que incluirá esta entrega, su nueva y exótica ambientación, y por dónde irán los tiros en la historia, algo que os vamos a contar a continuación.
En esta entrega de la saga y según nos han prometido, se cerrará de una vez por todas la historia de Altaïr y Ezio Auditore, posiblemente también la de Desmond, y como hemos comprobado, controlaremos a los tres personajes. Comenzamos a jugar en la secuencia dos, llegando con un Ezio muy maduro -52 años- en un barco a la ciudad de Constantinopla, la actual Estambul. Aunque no pudimos disfrutar de la primera secuencia, y saber exactamente cómo comienza el juego, por los hechos que ocurren después nos lo podemos imaginar. Ezio se traslada hasta la región en la búsqueda de la biblioteca de Altaïr, y cuando llega a esta se encuentra con la fuerte resistencia de los Templarios, una escena que suponemos se jugará en la secuencia uno, y que se muestra en el espectacular tráiler del pasado E3 que os dejamos aquí arriba.
Tras esto llegaremos a la ciudad de Constantinopla, en el siglo XVI, en pleno corazón del Imperio Otomano, donde un ejército de templarios junto a los bizantinos que se resisten a aceptar su derrota, amenazan con desestabilizar la región. Por lo que hemos podido ver, en el caso de Ezio, se establecen dos líneas argumentales paralelas pero conectadas; por un lado ayudar con la colaboración de nuestra hermandad de asesinos a algunas de las figuras políticas de la ciudad en su lucha contra los Templarios, y por otro encontrar las 5 llaves de la biblioteca oculta de Masyaf. Estos dos tipos de misiones se podrán realizar en el orden que queramos, pero será necesario superar ambas para avanzar a la siguiente secuencia.
Además de las más o menos numerosas novedades jugables que incluye esta entrega, que a continuación os detallaremos, uno de los grandes cambios se producen en su ambientación. La ciudad de Constantinopla, situada en el punto donde se unen Europa y Asia, a la que llegaremos tras la caída del Imperio bizantino, fue la ciudad de Europa más grande y rica durante toda la Edad Media. Al acabar de pasar la ciudad de manos del Imperio romano a los turcos otomanos, la situación social y política es convulsa, con bizantinos y templarios resistiéndose todavía a entregar el poder a los otomanos. Nosotros como es costumbre en la saga, nos veremos envueltos en toda clase de conspiraciones y luchas de poder, aunque siempre con un mismo objetivo de fondo, acceder a la biblioteca de Altaïr, donde se esconde un gran secreto.
Este cambio de escenario, entre Europa y Asia, lo palparemos desde el primer minuto de juego. Se produce una ruptura estética y de ambientación, en una ciudad que fue un importante centro cultural y comercial del Mediterráneo, con una gran mezcla de culturas. Su colorido, la gente pescando, los mercaderes, las palmeras, los pájaros, el agua, su luz anaranjada, nos ofrecen <>estampas preciosas, y gustará más o menos, pero se agradece el cambio de ambientación tras dos entregas seguidas que han transcurrido en Italia, ya que se nota que estamos en un lugar completamente distinto, y por tanto, en un juego que también lo parece.
Antes de la ciudad, lo primero que nos llama la atención es ver a un Ezio de avanzada edad, con un rostro envejecido y una barba canosa. Pese a esto, sus movimientos no se aprecian menos ágiles o lentos, lo que puede ser un poco discutible. Al llegar a Constantinopla nos recibe Yusuf Tazim, el líder del Gremio de Asesinos de la ciudad, que nos enseñará las particularidades del entorno, y nos dará y enseñará a manejar una importante herramienta, el gancho-cuchilla. Primero nos enseñarán los controles, el sistema de combate, y todos los que hayáis jugado a anteriores entregas estaréis familiarizados ya que no se ha introducido ningún cambio importante, aunque hay nuevos movimientos. Por ejemplo ahora cuando luchamos con un grupo de enemigos, al terminar con el último se muestra una espectacular acción a cámara lenta, y hay una nueva contra –contrarobo-, en la que evitamos el ataque y además le birlamos dinero al enemigo. Eso sí, lo que nos ha encantado es que prácticamente todas la animaciones de las peleas son nuevas, algo para aplaudir a sus creadores, ya que podían haber caído en la tentación de reciclarlas de anteriores entregas.
El gancho sí que es una novedad importante, la mayor posiblemente, que se agradece y que nos permite realizar movimientos hasta ahora nunca vistos en la saga. Además se servir de hoja corta y realizar ejecuciones con él, ahora cuando estamos en el aire en mitad de un salto si pulsamos círculo –o B en 360-, sacaremos el gancho y podremos agarrarnos a cornisas a las que antes no hubiéramos llegado, permitiendo saltos más largos entre edificios. También sirve para en las farolas que en la entrega anterior nos servían para doblar las esquinas, ahora si desenfundamos el gancho antes de agarrarnos nos impulsaremos hacia adelante. Por tanto en una sucesión de saltos cuando lleguemos a la esquina de un edificio y nos encontremos con una de estas farolas, podremos optar por impulsarnos hacia delante usando el gancho, o bien doblar la esquina como antes.
Con él también podemos descender por las tirolinas, que parece tendrán mucho protagonismo. Nos permiten desplazarnos rápidamente por grandes distancias de la ciudad, y cuando vamos por una de ellas podremos descender a más o menos velocidad dependiendo de si pulsamos el botón de correr. Si en nuestro trayecto por una de estas no topamos con un enemigo al final o debajo de nosotros, pulsando el botón de ataque realizaremos una espectacular ejecución. Pero estos no son los únicos usos del gancho. Si nos acercamos a un enemigo corriendo y lo usamos, le engancharemos del pescuezo, se agachará, y pasaremos acrobáticamente por encima de su espalda, eludiéndolo. Una acción muy divertida y espectacular. Vemos el gancho incluso cuando no lo queremos utilizar, ya que Ezio cuando escala lo usa en muchas ocasiones automáticamente, sin duda un nuevo gadget de esta entrega totalmente protagonista, del que os enamoraréis rápidamente.
Aparte de este invento, el funcionamiento de la ciudad es muy similar al de la Hermandad, volviendo el gremio de asesinos con sus misiones, y su colaboración cuando deseemos. Las atalayas –ahora se sincronizan pulsando el stick izquierdo-, las diversas tiendas –hay unas nuevas librerías que en caso de hacernos con todos sus libros podremos acceder a Santa Sofía-, el poder comprar monumentos y locales, encontrar 100 fragmentos del Animus, todo sigue más o menos igual que en el anterior juego. También vuelven las torres que tendremos que conquistar para hacernos con los distritos de la ciudad, matando al capitán de la zona primero, aunque la manera de detectarle será distinta, con el nuevo y mejorado sentido del águila.
Ahora activando este sentido, tendremos como una retícula en el centro de la pantalla. Veremos los elementos sospechosos u ocultos que los delata un color distinto, pero tendremos que apuntar con esta retícula durante unos segundos para que nos desvelen qué son realmente, y si son lo que estamos buscando. Esto se usa para detectar a los capitanes, encontrar lugares ocultos, o posibles amenazas en algunas de las misiones. El inventario ha sufrido un gran lavado de cara, al pulsar un botón y dejarlo apretado veremos dos círculos con todos nuestros objetos –que representan los dos sticks analógicos-, y abajo la cruceta digital, con sus cuatro direcciones, a los que asignaremos los armas o ítems. Un sistema mucho más rápido, ágil e intuitivo que en las anteriores entregas, como podréis comprobar cuando tengáis el juego.
El sistema de misiones principales sigue igual, otra vez con la posibilidad de completarlas con una sincronización del 50 o del 100%, dependiendo de si realizamos el objetivo secundario: no matar a nadie, no ser descubiertos, acabar en menos de equis tiempo, etcétera. Es en las secundarias donde se ha producido un gran cambio. Ahora la ciudad está más viva, se producen situaciones más naturales y aleatorias, surgiendo de repente posibilidades de ayudar a los habitantes, incluso recibiendo amenazas inesperadas. Por ejemplo una vez paseando un personaje enemigo nos sorprendió por la espalda, sin venir a cuento, y nos puso un cuchillo en la garganta, y por supuesto recibió su merecido. O veremos ciudadanos en apuros a los que podremos ayudar si queremos, muchos de estos uniéndose a nuestro gremio de asesinos.
En las misiones principales, una nos sorprendió enormemente, en la que en un ataque nocturno de los templarios tuvimos que defender el gremio de asesinos. Ezio hace las funciones de general, y como si de un minijuego de estrategia se tratará, tenemos que colocar unidades en el escenario para parar el avance enemigo. Hay unos puntos de moral, que son los que usamos para comprar unidades, que colocamos a lo largo de los tejados, ya que el enemigo avanza debajo por la calle. El líder asesino permite subir nuestros puntos de moral más rápido, los asesinos con ballesta dañan a los enemigos normales, los fusileros a lo acorazados, podremos crear barricadas en la calle, y todas estas unidades tienen un coste. También tenemos que desbloquear otras zonas de los tejados para poder colocar más unidades, y nosotros con Ezio podemos disparar normalmente, o usar un ataque aéreo representado en un cañón, que tenemos que esperar a que se recargue, resultando devastador. Van llegando oleadas de enemigos, cada vez más poderosos, e incluso al final llega un ariete, siendo nuestro objetivo evitar que lleguen a la base. Una especie de tower defense en el mundo de Assassin's Creed bastante curioso, intuitivo, elaborado y que nos ha sorprendido, aunque habrá que ver cuántas veces se repite a lo largo del juego y cómo evoluciona.
También es una novedad el completo sistema de elaboración de explosivos. En unas cajas repartidas por toda la ciudad, con diversos ingredientes, podremos crear nuestras propias bombas. Elegimos el tipo de bolsa –si estallarán por impacto, con mecha, como una trampa al pisar un cable, adhesivas-, la clase de pólvora, con efectos más o menos devastadores, y luego el ingrediente que será el efecto que cause una explosión, gases venenosos, gases somníferos, cortinas de humos, etcétera. Incluso si le añadimos oro a una bomba, podremos crear un explosivo que volverá locos a todos los ciudadanos, al esparcir este preciado metal por todas partes, lo que creará un caos de gente intentando hacerse con las pepitas, bastante curioso.
Las misiones principales no han sufrido grandes cambios, ya sabéis, mata a un objetivo, infíltrate en un lugar, aunque siempre se las ingenian para sorprendernos y darles una vuelta de tuerca, como vimos en dos ejemplos. En una misión ante la sospecha de que los caballeros templarios quieren atacar a la familia real otomana, nos tendremos que infiltrar en una fiesta en el palacio de Topkapı, en la que se encuentra el joven príncipe Suleiman Kanuni, con el que entablaremos amistad y al que tendremos que proteger a lo largo del juego. Antes de entrar tendremos que noquear a unos juglares, para que Ezio y sus compañeros asesinos se pongan sus ropas y se hagan pasar por estos músicos. Dentro de la fiesta tendremos que buscar con el sentido del águila posibles amenazas para el príncipe, y una vez localizadas distraer a la multitud cantando, para que nuestros compañeros acaben con esos otros asesinos por la espalda. Esto es graciosísimo, ya que con cada uno de los cuatro botones principales podremos entonar distintas y graciosas canciones, que ya se encuentran perfectamente dobladas al castellano. Imposible no reírse con esta misión, con Ezio a grito pelado diciendo tonterías y rimas estúpidas, en plan "como no estoy cantando en italiano, de nada os estáis enterando". Nos alegramos que a pesar de su edad, Ezio no haya perdido del todo su sentido del humor.
Luego otra misión también nos pareció original, en la que para entrar en una fortaleza tuvimos que enfurecer a la multitud. Para realizar esto primero sobornamos a varios heraldos, que enardecieron a las masas, montando una batalla campal entre ciudadanos y soldados, en la que tuvimos que evitar que mataran a un número determinado de civiles. Finalmente, estos tiraron la puerta y pudimos seguir con nuestra misión. Pero junto a estas misiones en las que están implicados los bizantinos, templarios y la familia real otomana, está la búsqueda de las 5 llaves de la biblioteca oculta de Masyaf. Estas misiones, para que lo entendáis rápidamente los que habéis jugado a La Hermandad, son como las guaridas de Rómulo, una serie de niveles en catacumbas y ruinas que tendremos que recorrer siendo puros momentos de plataformas, en las partes más aventureras del juego.
Las dos fases que hemos podido jugar de este tipo nos han parecido simplemente increíbles, puro espectáculo. La primera tras colarnos en la torre de Gálata, y una impresionante caída en la que descendemos por una rampa en una especie de minijuego esquivando los obstáculos. Tras esto llegaremos a una enorme caverna llena de saltos, peligros y una enorme cascada por la que nos tiraremos de cabeza, en unos escenarios preciosos. La segunda de estas fases no fue menos impresionante, nos colamos por una alcantarilla y dimos con unos tipos a los que tuvimos que seguir a toda velocidad por el margen del cauce de un río, mientras ellos desde su barca nos lanzaban barriles explosivos. Una secuencia que hay que vivirla para comprobar lo vibrante que resulta, y con un detalle que nos llamó la atención. Estas escenas en La Hermandad eran lineales y sin poder decidir por dónde ir, pero ahora gracias a las lámparas y nuestro gancho, en ocasiones podemos tomar dos caminos distintos, lo que le da cierto dinamismo a la acción. Además el uso del gancho en general, al tener que pulsar un botón añadido (ya que siempre para escalar y saltar ha sido solo R1 + X) da la sensación de que nos hacen más participes de los momentos de plataformas, siendo más interactivos y complicados, menos automatizados, aunque todavía hay margen de mejora en este aspecto.
Una vez que completamos estas misiones adquirimos una de las llaves, que tenemos que llevar hasta el gremio de asesinos y más concretamente junto a una mesa con un libro. Al acercar la llave a este misterioso libro, comienza una escena del pasado protagonizada por Altaïr, al que controlamos, lo que encantará a los fans de la saga. Es complicado explicar estas dos escenas que vimos, ya que sería realizar unos destripes enormes, pero solo decir que la primera de ellas comienza justo donde terminó el primer Assassin's Creed, en el mismo escenario y con el enemigo final a nuestros pies. Viviremos desde este momento, hasta otros con un Altaïr ya entrado en años, viendo a su mujer e hijos, y servirán para ir atando cabos y cerrar la trama, ya que nos explicarán cómo fue su vida hasta su muerte después del primer juego, y lo que motiva a Ezio ir hasta Constantinopla. Además de a Altaïr y Ezio, también controlaremos a Desmond, aunque en este primer contacto con el juego no nos dejaron ver qué ocurre con él, y la información respecto a sus andanzas fue nula, dejándonos intrigados.
Con una historia irresistible, posiblemente con el argumento más complejo e interesante de toda la saga hasta ahora, con tres protagonistas, una escenario exótico, sugerente y muy distinto como es Constantinopla, y ciertos añadidos y mejoras jugables, este Assassin's Creed Revelations ya nos tiene contando las horas para que llegue su esperado lanzamiento. Un auténtico imprescindible para los fans de la serie, ya que cerrará casi todas las tramas y cabos sueltos hasta ahora. En el plano jugable, es cierto que puede parecer que incluye menos novedades respecto a La Hermandad que lo que hizo este juego respecto a la segunda parte, o la secuela respecto al primero, siendo bastante continuista, aunque una vez escarbas en él si comienzan a aparecer muchas mejoras y añadidos.
El gancho que da una nueva dimensión a la manera de moverte por los escenarios, el sistema de fabricación de explosivos, ese minijuego de estrategia que os hemos explicado, se sienten como inclusiones que vienen a sumar y nunca a restar, en una saga que ya con su anterior entrega alcanzó unos niveles de calidad muy altos. Y si a todo esto unimos el completo y mejorado multijugador, nos podemos hacer más que frotarnos las manos y esperar a que llegue el 15 de noviembre para hacernos con Assassin's Creed Revelations, la decisiva entrega que cerrará la primera etapa de esta exitosa saga.