Análisis de Funk of Titans (Xbox One, Wii U, PC, PSVITA, PS4)
Nota: ya que uno de los máximos responsables de Funk of Titans es un colaborador habitual de Vandal, Ramón Nafria, y podríamos incurrir en un conflicto de interés, hemos decidido no otorgarle una valoración al juego.
Por supuesto que los teléfonos móviles o smartphone no han inventado el género de los endless runner -juegos de plataformas en los que nuestro personaje corre de manera automática y nosotros tenemos que limitarnos a saltar, golpear o movernos a los lados-, pero sí es cierto que los han popularizado y puesto de moda en los últimos años. Fue en el verano de 2011 con la llegada de juegos como Temple Run o Jetpack Joyride cuando esta tendencia arrancó, y todavía no parece tener fin.
La clave de su éxito es bien sencilla, en un teléfono con pantalla táctil y sin botones siempre ha sido complicado jugar a un plataformas, y de esta limitación surgió una oportunidad. Juegos con mecánicas muy simples en los que basta tocar la pantalla con unos pocos gestos para realizar todas las acciones disponibles, en partidas cortas, directas y entretenidas, sin más aspiraciones.
Por tanto es comprensible que este género derivado de los ‘plataformas’ apenas haya saltado a las consolas tradicionales, ya que si contamos con un mando, ¿para qué queremos que nuestro protagonista corra solo? Bueno, pues ahí tenemos por ejemplo el excelente Bit Trip Runner para demostrarnos lo contrario.
En esta misma línea ahora nos llega Funk of Titans para Xbox One, el nuevo juego de A Crowd of Monsters, un estudio español que nos ofrece su segundo trabajo tras Sugar Kid para móviles, y que ya están preparando su próximo proyecto para la consola de Microsoft: Blues & Bullets, una interesante aventura en blanco y negro. Funk of Titans es el clásico endless runner como tantos otros que podemos encontrar en la App Store o Google Play, en este caso jugando con un mando aunque solo necesitamos una mano, teniendo que pulsar dos botones, uno para saltar y otro para atacar, ya que el personaje se desplaza automáticamente por el escenario.
Saltar por plataformas, eliminar enemigos, rebotar sobre sus cabezas para llegar más alto, apoyarnos en las paredes, activar algunos interruptores para modificar el recorrido, balancearnos en ciertos mecanismos, etcétera, todo con un desplazamiento bidimensional y lateral, que nos recuerda mucho a Rayman Jungle Run, el exitoso salto de la mascota de Ubisoft a los teléfonos móviles, que simplificaba su jugabilidad pero no por ello era menos entretenido. Funk of Titans tanto por su jugabilidad como por su estructura y sistema de progresión parece un juego de móviles, que en algún momento decidió convertirse en un título de Xbox One, lo que puede resultar un tanto chocante para algunos jugadores.
Parte de su encanto se encuentra en la ambientación y el estilo artístico, poniéndonos en la piel de Perseo, el hijo de Zeus y protector de la música funk, que como si de un God of War se tratara se tendrá que enfrentar a varios titanes de la mitología griega, defensores de distintos estilos de música que amenazan al funk. La aventura se divide en tres mundos, Pop, donde tendremos que derrotar a Medusa, una especie de Lady Gaga, Rap, en el que nos veremos las caras con Cíclope, un alter ego del "cantante" Pitbull, y por último Rock, donde nos espera Centauro, de aspecto similar a cualquier roquero melenudo de los 70.
Cada mundo cuenta con treces niveles, y en estos, además de superarlos, lo que siempre es fácil, podemos obtener tres medallas de oro, cumpliendo tres objetivos. Acabar la fase sin recibir un golpe –si recibes dos estás muerto-, conseguir los 100 vinilos de funk, y encontrar la cabeza de Pegaso, lo que nos da acceso a unas sencillas fases de bonus en las que volamos a "lomos" de un caballo de madera teniendo que esquivar los obstáculos y recogiendo vinilos. Estos discos son importantes ya que con ellos en la tienda compramos accesorios, como diferentes cascos que solo cambian la apariencia del personaje, algunos bastante frikis inspirados en Star Wars o famosos superhéroes. Y también adquirimos divertidas espadas, que en casos concretos como la de fuego, nos permiten acceder a lugares de otra manera inaccesibles en punto concretos de los escenarios.
Además de superar los más de 40 niveles y conseguir las tres medallas de oro en cada uno, cumpliendo una serie de objetivos que nos propone nuestro padre Zeus –que nos recuerda a Morfeo en Matrix- podemos subir de nivel de héroe, lo que nos da acceso en la tienda a nuevo equipamiento. Estos objetivos como pasa en tantos juegos de móviles consisten en realizar una serie de acciones un determinado número de veces, y dan la sensación de ser un tanto aleatorios, ya que no necesariamente son objetivos cada vez más difíciles según subimos de nivel.
Además de las trece fases de plataformas en cada mundo, para aportar algo de variedad en mitad de nuestro periplo también tenemos los enfrentamientos contra los Grunt, en un ring y rodeados de público, y los jefes finales, los titanes, a los que tenemos que derrotar en un duelo de baile. Ambas situaciones se resuelven con unos simples y poco inspirados quick time event, en los que tenemos que pulsar los cuatro botones principales del mando, y que hay que ser muy torpe para fallarlos. Además en los duelos de baile contra los titanes los botones ni siquiera aparecen al ritmo de la música, por lo que no tienen mucha gracia, siendo estos QTE lo peor del juego.
El apartado gráfico es muy discreto técnicamente, y lo que hubiera sido bastante vistoso para un juego de teléfono móvil, en una consola de sobremesa, y más en una de nueva generación como Xbox One, queda demasiado en evidencia. Se salva su simpático diseño artístico, con esa loca mezcla de funk, referencias de la cultura pop y mitología griega, y algunos escenarios que son bastante vistosos, como los que imitan ese juego de claroscuros que vimos en el mítico nivel de Donkey Kong Country Returns titulado ‘Costa crespuscular’. La banda sonora también es simpática pero se queda corta en cuanto a cantidad de temas, con tan solo una melodía para cada mundo, algo más grave si tenemos en cuenta que la música forma parte de su argumento y personalidad.
Los dioses deben estar locos
Funk of Titans es un sencillo y accesible plataformas para todos los públicos que lleva la mecánica de los populares endless runner de los teléfonos móviles a una consola de sobremesa como Xbox One. Si buscas un elaborado plataformas que desafíe tu habilidad como jugador y un apartado gráfico acorde a lo que esperamos de un título de Xbox One, aquí no lo vas a encontrar. Pero eso no impide que sea entretenido y bastante agradecido para partidas cortas y sin complicaciones, siendo un juego con el que literalmente cualquiera puede divertirse un rato.