Análisis de Forza Motorsport 4 (Xbox 360)
La competición por ostentar el título del mejor simulador de conducción en consola es reñida pero cuenta con pocos candidatos serios. Uno a veces tiende a pensar incluso que las desarrolladoras de los grandes juegos de este estilo en PC han ido dejándolo un poco de lado, en la medida en que quizás no salen apuestas tan radicales en la apuesta por la simulación como hace unos años. Luego te das cuenta de que, como en el género de simulación de aviones, trenes y otras cosas el género, en efecto, ha perdido fuelle pero no está ni mucho menos desaparecido. Pero en consolas, al final, casi todo se reduce ante el gran público a lo que puedan hacer las sagas Gran Turismo y Forza.
Estamos ya ante la cuarta entrega de la serie de Turn 10, una cifra nada desdeñable si tenemos en cuenta que la saga nació relativamente tarde en el ciclo de vida de la primera Xbox. Las tres entregas posteriores han salido para Xbox 360, manteniendo siempre un ciclo de dos años. Si admitimos su competición directa con Gran Turismo, observamos que es una serie que se deja ver mucho más, lo que gustará a unos y a otros les llenará de suspicacias. Lo mismo podría decirse en sentido inverso. Al final del día, la rivalidad entre ambas sagas es algo que no puede obviarse, pues está a flor de piel en la medida en que son dos grandes juegos de coches orientados a los turismos y, encima, exclusivos de cada consola. Los afortunados con Xbox 360 y PlayStation 3 que disfruten de verdad con este tipo de juegos harán bien apostando por las dos sagas pues aunque hay puntos de clara divergencia entre ellos los dos resultan muy buenos. Quizás uno te guste más, pero entrar en discusiones sobre la calidad intrínseca de estos dos monstruos es inane.
De hecho, pese a que esos plazos de dos años puedan parecer escasos a algunos usuarios, la verdad es que el salto adelante con respecto a la anterior entrega se nota mucho, y este Forza Motorsport 4 que ahora nos ocupa es claramente superior a su predecesor, un juego que ya parecía rozar el techo técnico y de simulación posible en los sistemas actuales. En ese sentido, podía parecer que no había mucho que aportar en esta nueva entrega, pero lo que nos hemos encontrado nos ha sorprendido gratamente, y nos aleja de cierto prejuicio que teníamos y que nos hacía temer que sería poco menos que una "expansión". Nada más lejos de la realidad: es una continuación con todas las de la ley.
El juego luce mejor a simple vista que su predecesor, hay más nivel de detalle en vehículos y circuitos, e incluso el juego invita a la instalación en el disco duro para agilizar los tiempos de carga pero resulta que está muy optimizado. Esto significa que, de manera normal, sin usar el segundo disco para instalar los datos, el juego carga bastante rápido; si instalamos, la celeridad es palpable y una situación mucho mejor, por supuesto. Lo importante es que aunque aconsejamos instalar en el disco duro, los usuarios que no dispongan de una Xbox 360 con disco duro no se sentirán defraudados por esos tiempos de espera. Este esfuerzo es muy de agradecer en un momento en el que las consolas empiezan a estar ya al límite del aprovechamiento tecnológico y esto suele redundar en otros casos en larguísimas cargas.
Las sensaciones de Forza Motorsport 4 son muy buenas desde la primera partida. Los aficionados al género y veteranos de la saga harán bien entrando en las opciones antes de la primera carrera para ajustar la dificultad y las ayudas que da la máquina, pues aparecen activadas por defecto. Está claro que piensan en no intimidar desde un primer momento al novato, y es bueno que los efectos de ajuste de ayudas y asistencias sean tan palpables. Si las dejamos, el juego es muy arcade y podemos ayudarnos a frenar impactando con otros coches, por ejemplo, pero si apostamos por un estilo más de simulación eso deja de tener sentido. El sistema se basa en una progresión bien medida que acelera en los primeros compases el conseguir algunos vehículos adicionales, lo que ayuda a incentivar al jugador. Al correr ganamos experiencia y afinidad con la marca del coche que estamos pilotando; eso nos da más dinero, algunas ventajas económicas (como descuento en partes para modificar los coches), y acceso a vehículos extra.
Con esto se consigue que superemos los primeros circuitos en un momento y con la sensación de haberlo hecho bien, invitándonos a apostar por el reto de verdad. Además, aunque nos obliga a empezar con coches de tamaño y potencia limitada (coches compactos, como el Fox de Volkswagen), en realidad lo primero que probamos en el juego es un fantástico deportivo rojo con el logo del cavallino rampante en su frontal. Nos sirve de pequeño tutorial, enseñándonos las opciones básicas de control y el sistema de replay que nos permite deshacer los últimos segundos de carrera si así lo deseamos para retomarlo desde ese punto, además de permitirnos probar cómo se siente el pilotar uno de esos monstruos superdeportivos. Es un sistema que hemos visto en algunos otros juegos (por ejemplo, los primeros compases de Test Drive Unlimited 2) y que funciona: el jugador tiene una meta y no parará hasta volver a sentirse a los mandos de un Ferrari como ese.
Forza Motorsport 4 es un juego que quizás vaya muy directamente a la carrera, aunque no está exento de otros elementos interesantes. Su presentación es muy televisiva y, de hecho, gracias a la voz del narrador uno siente que está asistiendo a la explicación previa de un circuito antes de que empiece la retransmisión televisiva de la carrera. La producción ha estado acertadísima en ese terreno y muestra que se ha puesto mucho mimo en la realización del juego. No faltan tampoco las referencias (incluso está el circuito) al mítico programa británico Top Gear, uno de los más veteranos de la televisión mundial en el ámbito del motor, pero estamos seguros de que los aficionados españoles reconocerán al narrador que tenemos en nuestra versión y sonreirán al sentirse casi ante un previo televisivo. No en vano la colaboración con Top Gear puede ser uno de los principales puntos de interés para los aficionados anglosajones, aunque el programa quizás no sea tan conocido en otros ámbitos como el nuestro.
El sistema de fidelidad a las marcas está bien planteado, y nos permite acceder, como comentábamos antes, a determinados descuentos y ventajas para esa marca, lo que puede facilitar el progreso cuando llegue el momento de tener que realizar costosos ajustes a la mecánica de los coches. En ese sentido, se nos permite incluso optar por un sistema de mejora más o menos automatizada para que los menos sibaritas no tengan que andar metiéndose en el extenso menú de modificación de la mecánica y navegar por sus muchas opciones y comparar gráficas. Es un sistema inteligente que te permite mejorar tu coche sin meterte en camisa de once varas al tiempo que respeta que haya gente que quiera modificar incluso el tipo de llanta que se calza al coche.
Gracias a la fidelidad y el sistema de recompensas, Forza Motorsport 4 es un juego que sabe resultar muy gratificante para el jugador. No se trata de correr una y otra vez la misma copa para sumar unos créditos, sino de realizar una progresión continua. Lo otro se puede hacer, claro, y de hecho nos veremos casi obligados a hacerlo en algún momento, pero la curva de exigencia de mecánicas en los coches, categorías necesarias para poder competir, etc., muestran una atención a este detalle que no se encuentra en otros juegos. Es el equivalente a tener que salir en un juego masivo en línea a matar monstruos uno tras otro porque simplemente no tienes nivel para superar un reto: es muy poco probable que aquí no te suceda si tú no quieres, siempre y cuando sepas conducir con la habilidad necesaria. Esto se debe sobre todo a la concepción del diseño del modo carrera, por divisiones o categorías que nos presentan competiciones apropiadas para nuestro garaje en vez e abrumarnos con cosas a las que no podemos acceder.
El sistema de modificación de vehículos puede ser un poco extremo en ocasiones. Las categorías están bien delimitadas, pero es posible alterar tanto la mecánica de un coche que suba de categoría. Esto puede tener ventajas y desventajas. Si ajustamos mucho su rendimiento, siempre será más fácil competir con otros vehículos de su misma categoría, pero si nos pasamos por poco estaremos obligados a correr en competiciones con vehículos de esa categoría superior que, posiblemente, le superen en muchos otros aspectos. Si lo haces bien, puedes conseguir que un Golf GTi Mk II, que empieza en clase D, pase incluso a la clase B y tener, además, opciones de ganar. Eso te permite tener muchas opciones de victoria llevando tu coche favorito al límite, pero insistimos en que hay que tener cuidado: llega un momento en el que al aumentar tanto la potencia, reducir tanto el peso, etc., acaban siendo más difíciles de conducir que otros vehículos que pertenezcan de manera nativa a esas categorías superiores. Pero ahí está parte de la gracia: puedes hacerlo si quieres.
Por supuesto, hay vida más allá del modo principal de competición y si queremos echar unas partidas sueltas tenemos a nuestra disposición un amplio surtido de circuitos y vehículos con un montón de opciones de personalización, algo que se traslada también al multijugador en línea (o local con pantalla partida). Esto implica que podemos pasárnoslo muy bien con velocidad directa sin tener que andar desbloqueando los mejores vehículos del juego: una buena muestra está a nuestra disposición en las carreras sueltas. Si optamos por el multijugador nos encontramos con hasta 16 competidores simultáneos, superando así a sus predecesores. Se ha hecho también un amplio esfuerzo por reforzar las sensaciones comunitarias introduciendo los Car Clubs, grupos donde usuarios pueden unirse en base a sus intereses comunes, y hasta compartir los coches entre los integrantes del mismo. Cuando competimos en línea, además, dentro del sistema de rivales se nos presentan retos diferentes que, al ser superados, se notifican a los otros jugadores, invitándoles a mejorarlos: toda una invitación a los sanos "piques" entre amigos y que, una vez más, se orienta claramente a potenciar el factor comunitario dentro del ambiente del juego en línea.
En la comunidad encontramos una casa de subastas en línea para pujar por coches o vender los que no queramos. Por supuesto, se trata de personalizarlos al máximo para potenciar su valor y atractivo, algo que encantará a los más artistas. Para las partidas en línea en sí mismas, que es lo que importa, nos encontramos con las opciones clásicas de tipo de sala (privada o pública), pudiendo escoger también circuito, estado del mismo, cantidad de jugadores, vueltas, clase de los vehículos, dificultad por daños causados a los coches... En realidad, todas las opciones que uno puede y debe esperar de un juego de competición como este. Si lo preferimos, podemos invitar directamente a nuestros amigos, lo que ayuda a acelerar todo este proceso.
No es la única posibilidad: podemos compartir con otros jugadores fotos, repeticiones y vídeos que grabemos durante las partidas y que se suben a la web del juego, de manera que luego pueden compartirse con amigos, tengan o no el título.
Por último, no podemos olvidarnos del modo de Rivales, del que ya os hemos hablado un poco párrafos más atrás. Este modo se enmarca también en este contexto comunitario. Como decíamos antes, existen unos retos que se pueden plantear a la comunidad, incluso si nuestros amigos están desconectados. Dicho de otra manera, un jugador puede marcar un tiempo o una puntuación en un evento, así que nuestro objetivo es superarlo. Si lo hacemos, el rival recibe la notificación y puede decidir intentar volver a batirnos, incluyendo competiciones de velocidad pero también otras pruebas más originales inspiradas en algunos retos vistos en el televisivo programa Top Gear.
Todo esto se construye sobre una experiencia de conducción que es muy similar a la del anterior juego de la saga. Esto, en caso de duda, resulta más que positivo, ya que el anterior juego ya consiguió alcanzar unas cotas de calidad pocas veces vista en cuanto a sensación al volante. En esta entrega, como entonces, se nota muy bien el diferente manejo y tacto de los coches por su potencia, tracción, neumáticos… los coches tienen una personalidad muy definida y eso se ha visto perfectamente trasladado al videojuego. Se nota mucho más, sobra decirlo, si disponemos de un buen equipamiento en forma de volante y aceleradores, que es donde estos juegos realmente se lucen. Desactivar todas las ayudas, plantarse ante el volante y acelerar a fondo en la salida mientras buscamos huecos entre coches para conseguir adelantarlos es una experiencia intensa que desata la adrenalina en el jugador. Por desgracia, esos volantes suelen ser muy caros, pero al menos nos queda el consuelo de que se juega estupendamente con el mando de la consola.
Pero no solo de mando vive Forza Motorsport 4, pues Kinect forma parte integral de su concepción. No es un periférico necesario para el título en ningún momento, pero la verdad es que su integración es tan profunda que ayuda muchísimo a mejorar la experiencia de usuario. Lo más importante es la capacidad de Kinect para seguir el movimiento de nuestra cabeza: lo detecta, y la perspectiva en pantalla (cuando estamos en la cámara interior) rota ligeramente en el mismo sentido. Esto puede parecer una tontería, pero añade una respuesta en el videojuego a un impulso natural, lo que mejora la inmersión en muchos grados. Algo similar sucede en el modo Autovista, que nos permite revisar a fondo los coches más destacados del juego (y alguna sorpresa más). con Kinect la sensación de dar vueltas alrededor del coche, examinar las llantas, etc., se hace a través de unos niveles de interacción con la pantalla que quedan muy vistosos. Incluso puedes sentarte en el habitáculo y conducirlo un rato usando Kinect, en una ejecución del control por movimientos competente para la exhibición que se realiza en ese momento. La recreación de los coches presta una atención al detalle envidiable y se consigue sentir que estás a los volantes de uno de estos bólidos.
Un elemento que gustará a los veteranos de la saga es que este juego es capaz de leer los datos guardados del anterior juego y desbloquearnos en este los vehículos en el garaje e incluso leer nuestras preferencias. ¿Jugábamos a Forza Motorsport 3 sin ayudas activadas y teníamos un montón de vehículos a nuestra disposición? Ningún problema: Forza Motorsport 4 recupera esa información y nos permite seguir desde ahí, de manera que si no lo queremos no tenemos que ponernos a desbloquear los vehículos más básicos del juego. Es un sistema muy orientado a grandes aficionados que les permite centrarse en la experiencia de conducción de los coches más potentes, algo que reduce la vida del modo solitario del juego, sí, pero facilita disfrutar más rápido de las muchas posibilidades de su juego en línea con otros colegas que den el salto también a esta nueva entrega.
En el campo técnico, el juego se percibe mejor que su predecesor en texturas y poligonización, aunque no es ningún salto sorprendente. El anterior ya estaba en una escala de calidad muy elevada, posiblemente rozando el techo técnico de la consola, y aquí se trataba de optimizar. Los reflejos, luces y sombras han sido los grandes beneficiados, y percibimos también mejoría en la física, notando más el peso de los vehículos a la hora de traccionar. De hecho, es una línea continuista en este sentido y también en el control, donde poco más se puede hacer para sorprender. Con todo, el juego lo hace gracias a un uso inteligente de Kinect que busca aprovecharse del periférico sin forzar su uso sin más, pero a la hora de la verdad, a la hora de pilotar estos coches, poco más podía hacerse ya. En un problema endémico en los sistemas actuales, las deformaciones por las colisiones son poco realistas, pero creemos que no veremos mejoras sustanciales en este terreno hasta que lleguen nuevos sistemas con más potencia.
El sonido suena muy bien. Los motores rugen como condenados y las sensaciones son diferentes también cuando jugamos desde la cámara de dentro y las de fuera, algo muy de agradecer y que ya hemos visto en otros títulos. La música destaca por lo variado de sus temas con clara preferencia por lo rockero, un estilo musical que le va como un guante a un juego de competición a toda velocidad, por lo que no hay queja en este sentido. Si es un estilo que no nos gusta, basta con pasarse por las opciones y listos. Incluso habrá quien prefiera quedarse a solas con el rugido del motor, el chirriar de las ruedas al coger las curvas a toda velocidad, o el traqueteo de pisar un piano al apurar al máximo una curva.
Conclusiones
Si exceptuamos la integración de Kinect, Forza Motorsport 4 es un juego continuista que sigue las directrices marcadas por su predecesor. Introduce cambios estéticos, mejoras en la navegación por los menús, y algunas modificaciones en el modo carrera para un jugador que lo hacen más dinámico y divertido, pero la sensación global es que se han basado en depurar y mejorar más que en buscar algo bien diferenciado. Es algo lógico, pues la saga está establecida, tiene un público definido, y, sobre todo, funciona de maravilla. Han sabido introducir los cambios donde hacía falta y respetar lo que ha convencido a los usuarios a lo largo de estos años para no perder esa esencia "Forza". Ese andar sobre seguro le sienta bien y ayuda a definir el producto, que no necesita reinventarse para buscar un público perdido, porque le sobran razones para que los aficionados sean fieles a la serie. Habrá quien considere que realmente no le ofrece suficientes razones para abandonar el 3 y pasarse a este, pero cuando lo juegas y te metes en la partida ya es demasiado tarde: Forza consigue ser simulador y adictivo, sabe entretenerte desde el primer momento y recompensa con acierto al jugador según progresa para convencerle de que debe echarse otra partida. Es una concepción de diversión y satisfacción que nos siempre se ejecuta bien en este tipo de títulos, y es de agradecer que sus creadores sigan acertando en esta fórmula. Es, indiscutiblemente, el mejor juego de coches de Xbox 360 y solo los gustos personales decidirán sobre si es o no el mejor juego de coches en consola.