Con Gran Turismo 5 en las calles desde el pasado noviembre, el morbo de la competición entre las dos grandes sagas de simulación ya no existe, y Forza Motorsport 4 ha llegado al E3 para triunfar sin ningún tipo de oposición. El simulador exclusivo de Xbox 360 ha sido el mejor juego de carreras de la feria, de calle, con muchísima diferencia en comparación con cualquier otra alternativa, lo que a primera vista, paradójicamente, puede quitarle algo de interés. Pero Forza 4 no solo mejora en todos sus aspectos a su predecesor, también incluye como novedad el uso de Kinect, de forma no obligatoria, pero tremendamente interesante. En el E3 se mostraron estas posibilidades de diversas formas, y pudimos probarlas y comprobar cómo Kinect ofrece un añadido interesante, que los más aficionados a la conducción y, sobre todo, a los coches, sabrán apreciar.
Usando Kinect
Kinect se usa en Forza Motorsport de tres formas. La primera y la más sencilla sirve para aumentar un montón la sensación de inmersión en el juego. Simplemente consiste en hacer que las cámaras de Xbox 360 detecten la posición de nuestra cabeza o, mejor dicho, de nuestra mirada. El famoso facetracking llega, pero con detección en tres dimensiones, lo que hace que no tengamos que mover la cabeza demasiado para que la máquina nos detecte, sino que con hacer leves gestos el juego detecte que estamos intentando mirar al retrovisor.
No es que Kinect detecte la posición de tus ojos como si de una película futurista se tratase. La cuestión es que, o uno es tremendamente discreto, o al mirar hacia un lado u otro también inclinamos levemente la cabeza hacia donde miramos, y ese movimiento sutil es detectado por Kinect, haciendo que la cámara del juego, en la vista interior del coche, se desvíe hacia un lado u otro y podamos mirar por el retrovisor del coche. En la demo que probamos pudimos comprobar cómo funcionaba, y lo hace muy bien. No se trata de una implementación forzada, a lo loco, que hace que con cualquier movimiento el juego rápidamente reaccione con un cambio de cámara radical para demostrarnos que sí, que detecta la posición de la cabeza, y por lo tanto es muy moderno. La cámara se mueve lentamente, con una transición suave, y la sensación es mucho más inmersiva y, en resumidas cuentas, tremendamente chula.
Los otros dos usos de Kinect son mucho más vistosos e interactivos. Se trata del modo Autovista, una modalidad en la que nos meteremos en un garaje para examinar coches detalladamente, interactuando con ellos gracias a Kinect. En este modo no están todos los coches del juego, solo una selección muy representativa de coches considerados "importantes" dentro del mundo del automóvil por los diseñadores. Coches que influyeron, que marcaron época, o que simplemente son tremendamente famosos. Podemos dar vueltas alrededor del coche, abrir sus puertas, maleteros y tapa del capó, examinar sus llantas y sus frenos, y recibir información extra, en forma de vídeos y diagramas, explicándonos algo más de la historia del coche, e incluso opiniones personales de los responsables del programa Top Gear.
Los más aficionados a los coches, aquellos que se conocen al dedillo las historias de las marcas y que siguen las competiciones de motor como una religión, adorarán esta modalidad, sobre todo porque el modelado de los coches que se usa no es el del juego, sino una versión tremendamente detallada de los coches, usando hasta un millón de polígonos. La consola los mueve sin problemas porque los coches están parados, y no hay nada alrededor de ellos. El nivel de detalle es abrumador, al menos en el Ferrari y en el Maclaren F1 que vimos.
Pero además, podemos probarlos con Kinect. Podemos entrar en el coche, sentarnos, encender el motor y darnos una vuelta en él controlándolo como si tuviésemos un volante en las manos. Este control con Kinect se ha visto desde que se anunció el sistema en el E3 de 2009, y ha progresado un montón desde entonces. En aquella feria se mostró Burnout Paradise controlado de esa forma y, aunque obviamente funcionaba, era todavía un sistema arcaico y no se podía conducir bien. En cambio, Forza 4 se controla muy bien con Kinect, simulando tener un volante entre las manos y moviendo las manos hacia la izquierda y la derecha, manteniéndolos en paralelo. El acelerador está accionado por defecto, claro, y el freno se controla con el pie.
Jugamos sentados, toda una novedad en Kinect, gracias a la actualización de software que ha mejorado la detección de movimiento de las cámaras de Xbox 360, y la verdad es que no nos imaginamos a nadie jugando de pie, ya que mantener los brazos extendidos hacia delante en esa posición se asemeja más a un castigo de Zipi y Zape que a algo divertido. Con todas las ayudas activadas, el juego se controlaba bien y reconocía bien nuestros giros, y de hecho nos puntuaba por mantenernos en la línea ideal de trazada, y no nos costó mucho hacerlo casi siempre. Al final de la demostración intentamos hacer derrapes y frenadas complicadas, pero al estar el juego con las ayudas de frenada resultó ser imposible. Hay que tener cuidado, de todas formas, con dónde ponemos el pie, ya que, al menos en este estado, a veces interpretaba que estábamos frenando -quizás fuese culpa nuestra, de hecho-. También se liaba un poco en el momento en el que cruzábamos nuestros brazos, pero la sensación, aun así, está muy bien conseguida.
Las novedades en el juego tradicional
Además de kinectizarlo, el equipo de Turn 10 prepara muchas novedades para Forza Motorsport que Dan Greenwalt, jefe de la saga, nos mostró en una rápida presentación que tuvo que comprimir al máximo. Aparte de Kinect, Forza Motorsport 4 tiene un sistema nuevo de iluminación que mejora los gráficos, llamado Image Based Lighting. Consiste en una técnica que usan las películas de animación digital de Hollywood, en la que el coche está completamente iluminado por el escenario, en vez de usar dos motores de iluminación diferentes, uno para el escenario y otro para los objetos que se mueven por él.
El modo carrera cambia su estructura. Tenemos un mapa del mundo que nos va proponiendo pruebas dependiendo de nuestro nivel de juego y de cuáles sean nuestras preferencias personales. Puede leer tu perfil de Forza 3, y de hecho te regala los coches que tengas en ese juego, para que haya una sensación de progreso y continuidad entre ambos títulos. Así que puedes empezar el juego con tu garaje del título anterior al completo y abordar desde el principio las carreras más complicadas. Según nos dijeron, el juego te propone eventos "que tengan sentido" según las elecciones que hayas hecho antes. Al final de las carreras, en vez de regalarnos simplemente un coche, nos dejan elegir entre varios, y el coche que elijamos condiciona los retos que el modo carrera nos proponga.
Aparte de la iluminación, el interior de los coches se ha recreado con todo detalle, ya que los creadores quieren hacer hincapié en que se conduzca con la vista interior, viendo la cabina. Lo cierto es que este tipo de vista comenzó con mal pie en el mundo de los videojuegos, pero en los últimos años se ha ido generalizando y perfeccionando, y en Forza Motorsport 4 está perfectamente integrada. Aunque realmente esta vista hace que la acción, es decir, la carretera y los coches que hay por ella, solo aparezca en un fragmento de la pantalla, la vista funciona muy bien y nunca hay una sensación de falta de información. Aparte, la cámara dentro del coche se mueve constantemente; no solo usando Kinect para reconocer la cabeza, también sin él. Al frenar, al girar... la cámara se mueve sutilmente, dándole mucho más movimiento al juego y favoreciendo la inmersión.
Otra de las cosas que nos mostraron fue la inteligencia artificial, otra faceta del juego que ha progresado. Forza Motorsport usa un modelo de inteligencia artificial "genética" desde sus inicios, que los desarrolladores llaman Gravatar. Esta inteligencia artificial consiste no en darle unos patrones, sino en hacer que la IA corra carrera tras carrera, situación tras situación, y decirle dónde lo ha hecho bien y dónde mal. De este modo, se adapta y aprende, haciendo que resulte más humana, y se vaya perfeccionando con el tiempo.
Para mostrarnos la innovación en este aspecto, Greenwalt entró en un modo desafío en el que tenemos que adelantar un sinfín de coches, y puso el piloto automático, pudiendo ver cómo reaccionan los coches de la carretera, y cómo conduce automáticamente el nuestro. Nuestro coche adelantaba a los coches sin chocar, ni nada por el estilo, y cuando se encontraba con dos coches juntos, adoptaba una actitud conservadora; quizás demasiado. Era demasiado respetuosa y no intentaba adelantarlos de forma agresiva, por el interior de las curvas, pero finalmente los adelantaba, y en ningún caso parecía ninguno de los coches vinculado a una línea inamovible, sino que se colocaban en la carretera para no chocar, pero defendiendo su posición. Esto lo notamos también al jugarlo, que la inteligencia artificial, sin ser tremendamente agresiva, sí es, por decirlo claro, inteligente. Aparte de este desafío de adelantar coches, nos comentaron que habrá otros, como desafíos de derrapes, aparte de las carreras.
El modo online
La gran novedad del modo online es que habrá dieciséis jugadores por primera vez en la saga. Por si eso no fuese suficiente, se ha rehecho completamente el sistema de comunidad, haciéndolo más proactivo y potenciando los grupos, llamados "Car Clubs". Estos grupos pueden tener usuarios de varios rangos, pudiendo ascender hasta ser presidentes o copresidentes del club. Los miembros podrán compartir sus coches con los otros integrantes, que podrán usarlos sin haberlos comprado en el juego, y de hecho puede darse el caso de que uno comparta el coche, y otro usuario le aplique unas modificaciones o una personalización.
Al mismo tiempo, hay un sistema de desafíos inteligente que coge las mejores marcas en los circuitos de tus amigos o club, de tu entorno en general, y te plantea retos. Cuando lo superes, el anterior poseedor de esa marca recibirá una notificación de que ha sido superarla, para así "picarle" a intentar mejorarla. El objetivo parece ser acentuar el carácter social de la experiencia online de forma, y aumentar la proactividad.
Jugándolo con mando y el nuevo volante
Además de probar las funciones de Kinect, también pudimos jugar a Forza Motorsport 4 con el mando tradicional y con el nuevo volante. Se trata de un mando con forma semicircular, que detecta la inclinación, al estilo del mando SixAxis de PlayStation 3, y que incluye todos los botones de forma accesible. Se conduce bien, aunque el tener que jugar de pie hacía que no fuese cómo jugar demasiado tiempo, al no poder apoyar los codos en las rodillas, por ejemplo, y tener así un apoyo y una referencia.
Pudimos probar un Subaru y un Ferrari en el nuevo circuito de los Alpes italianos, configurando además el nivel de dificultad y las ayudas que queríamos usar; también la dificultad de los rivales. El juego se mueve a 60 fotogramas por segundo y las mejoras gráficas de esta edición se notan, aunque tendremos que probarlo muchas más veces y jugarlo en profundidad para saber hasta qué punto.
Probarlo tampoco era una cuestión vital, ya que Forza Motorsport 3 era un grandísimo simulador y Forza 4 sigue el mismo camino. Las novedades del modo carrera y en el online parecen muy interesantes, y la integración con Kinect gustará mucho a los aficionados a los coches. Quizás esto no haga ni que los usuarios de Kinect compren el juego, ni que los interesados en el juego compren Kinect; pero puede convertirse en un motivo más para estos últimos. En el mes de octubre, el mejor simulador de coches del año llegará a Xbox 360.
