Análisis de Borderlands: The Pre-Sequel (Xbox 360, PC, PS3)
Desde que se anunció, además del dudoso gusto a la hora de escoger su nombre, esta nueva entrega de la saga siempre ha transmitido la sensación de ser un título "de relleno" y un tanto innecesario, algo que sumado al hecho de que Gearbox haya cedido su desarrollo a 2K Australia no ayudaba demasiado a levantar nuestras expectativas con él. Pero todas estas impresiones iniciales nunca valen de nada con ningún título hasta ponerle las manos encima a la versión final de un juego, y ese momento por fin ha llegado con The Pre-Sequel. ¿Está a la altura del nombre que se ha labrado esta genial serie? No tenéis más que seguir leyendo para descubrirlo por vosotros mismos, aunque su nota probablemente ya os haya dado alguna que otra pista.
Los orígenes de Jack el Guapo
Tal y como su propio nombre nos indica, Borderlands: The Pre-Sequel se ambienta en los hechos que ocurrieron entre su primera y su segunda parte para narrarnos cómo Jack el Guapo llegó a convertirse en ese carismático villano que conocimos en Borderlands 2. Eso sí, en realidad todo lo que jugamos es la historia que Athena, la Gladiadora (uno de los personajes jugables de esta entrega), le cuenta a Lilith y compañía tras los acontecimientos del segundo juego, por lo que se hacen multitud de referencias a todo lo que ocurrió en él.
Este interesante recurso narrativo queda muy desaprovechado en la práctica, ya que podría haber dado pie a muchas situaciones muy interesantes y alocadas, como bien demuestran alguna que otra misión secundaria. Siguiendo con las malas noticias, decir que ni la historia principal ni las tramas opcionales son demasiado atractivas. De hecho, si habéis jugado a sus predecesores ya os sabréis el 80% de las cosas que ocurren aquí, por lo que apenas aporta nada ni avanza el guion de la serie (hacerlo lo hace, aunque muy, muy poco). Sí, resulta curioso ver la evolución de Jack a lo largo de todo el juego (probablemente sea lo más conseguido de la aventura), pero no esperéis encontrar mucho más donde rascar.
De hecho, la propia narrativa ha perdido cualquier rastro de brillantez. Las conversaciones no son nada del otro mundo, el humor del que hace gala nos ha dejado bastante indiferentes (olvidaros de esos momentazos que vivimos en su segunda parte como lo de Claptrap con las escaleras, aquí no existen), los personajes han perdido muchísimo carisma y en general no invita demasiado a seguir jugando para descubrir qué nueva locura nos tiene preparada su guion. Al menos ahora nuestros protagonistas hablan durante las conversaciones, algo que se agradece y que ayuda a dotarles de cierta personalidad.
¡Escopetas láser!
A nivel jugable las cosas no han cambiado demasiado. De hecho, 2K Australia ha decidido apostar sobre seguro y se ha limitado a copiar paso por paso lo que Gearbox hizo con Borderlands 2, añadiendo alguna que otra novedad por el camino. Por lo tanto, volvemos a estar ante un juego de acción en primera persona que nos permite compartir aventuras con hasta tres personas más y en el que conseguir armas y equipo es importantísimo (tanto es así, que se convierte en uno de los mayores atractivos del juego).
Como siempre, hay una ingente cantidad de armas diferentes y todas ellas con unas estadísticas, habilidades, manejo y peculiaridades propias que las hacen únicas, por lo que conseguir un arsenal cada vez más potente y que se adapte a nuestras necesidades será uno de nuestros principales objetivos. Destacar que se han añadido dos nuevos tipos de armas: las congelantes y las láser. Con las primeras podremos congelar a nuestros enemigos, algo que no nos servirá solo para detener sus movimientos, sino también para hacerles mucho más daño. En cuanto a las láser, sus disparos tienen la capacidad de atravesar muros y paredes. Eso sí, a cambio, y por motivos argumentales, se ha perdido el armamento de Slag.
Como siempre, una de las primeras decisiones que tendremos que tomar será escoger a nuestro personaje principal de entre los cuatro que se han añadido. Todos ellos han sido enemigos nuestros en anteriores juegos (incluido Claptrap en el último contenido descargable del título original), pero como ahora jugamos desde el punto de vista de los "malos", pues nos toca manejarlos.
De momento y a falta de futuros contenidos descargables, nuestras opciones son: Athena, la Gladiadora, Wilhelm, el Forzador, Nisha, la Justiciera y Claptrap, el Fragtrap. Cada uno de ellos tiene su propia habilidad única y tres árboles de talentos en los que podremos ir invirtiendo los puntos que obtengamos cada vez que subamos de nivel, permitiéndonos de esta forma que nos especialicemos en distintos estilos de juego, por lo que en este sentido no nos encontramos con ninguna novedad, aunque es un sistema que sigue funcionando perfectamente y que nos parece que está bien tal y como está.
De hecho, algunos de ellos, como Claptrap, nos han resultado muy originales, ya que la habilidad de este carismático robot no es otra que dar potenciaciones aleatorias, como granadas infinitas, a todo el grupo durante un determinado periodo de tiempo. Lo divertido es que estas no siempre tienen por qué ser beneficiosas, lo que da lugar a situaciones muy surrealistas en las que probablemente todo el mundo querrá matar al que esté llevando al Claptrap cuando esto pase por su forma de estorbarnos durante los tiroteos, replicando con mucho acierto la esencia del personaje.
Entre las novedades más destacables, tenemos que mencionar dos que derivan directamente de su premisa argumental. El juego no se ambienta en Pandora, sino en su luna, Elpis, lo que trae consigo un entorno de gravedad cero. Gracias a esto podremos dar unos saltos gigantescos, lo que se ha aprovechado para incluir muchísimas secciones de plataformas y construir unos mapas muy verticales y con múltiples niveles, lo que consigue darle un sabor ligeramente distinto a los enfrentamientos contra los enemigos. Además, estos últimos también harán uso de esta característica, por lo que nos acosarán constantemente desde todas direcciones y serán capaces de llegar hasta nosotros de un solo salto, dificultando bastante el escondernos para recargar escudo cuando estemos en peligro.
La otra característica jugable que deriva de jugar en la luna la encontramos en la falta de oxígeno, algo que se ha incluido con mucho acierto y a lo que se le ha sabido sacar más partido de lo que nos esperábamos. Ahora tendremos un hueco en el inventario para equiparnos máscaras de oxígeno, que determinará nuestra capacidad máxima así como otra serie de habilidades especiales.
Cuando estemos en zonas en las que no haya aire (es decir, todas las exteriores), iremos consumiendo oxígeno y si llegamos a cero nuestra vida empezará a bajar. Para recargarlo hay una gran cantidad de zonas por todo el juego que nos permitirán no ahogarnos, por lo que rara vez nos sentiremos demasiado agobiados buscando aire, especialmente en los compases más avanzados de la aventura, aunque siempre tendremos que echarle un ojo a nuestro medidor si no queremos llevarnos un disgusto.
Lo interesante, es que también podremos usar nuestras reservas de oxígeno para impulsarnos en medio de un salto y así llegar más lejos o incluso para caer en picado a tierra, creando una onda expansiva muy dañina. Otra cosa que nos ha gustado mucho es cómo se han cuidado los pequeños detalles con esta mecánica. Por ejemplo, Claptrap es un robot, por lo que no consumirá oxígeno respirando, ya que evidentemente no respira, mientras que por otra parte, las armas con propiedades incendiarias no podrán hacer arder a los enemigos si estamos en un entorno sin oxígeno, por motivos más que obvios y científicos, lo que hará que pierdan mucha efectividad en según qué situaciones. Hasta podremos romper las máscaras de nuestros rivales para que empiecen a asfixiarse.
La última novedad real la encontramos en la presencia de la Picadora, una nueva máquina que desbloquearemos realizando una de las misiones secundarias del juego y con la cual podremos combinar tres objetos que no nos interesen para crear uno de mayor calidad. Hay multitud de "recetas" distintas, aunque estas tendremos que averiguarlas experimentando por nosotros mismos.
Por lo demás, tenemos todas las características habituales de la saga: muchas misiones, tiroteos por todos lados, zonas en las que podremos manejar vehículos (aunque de estas hay muy pocas), ópalos para mejorar nuestra capacidad máxima y abrir ciertos cofres (son el equivalente al eridio de Borderlands 2), etcétera. Hasta la interfaz se ha reciclado y es exactamente la misma.
El desarrollo del juego resulta algo irregular, con unas misiones un poco sosas, unos escenarios que se repiten más de la cuenta y una menor variedad de enemigos que lo visto en su secuela. Eso sí, a partir de la segunda mitad el título consigue repuntar, volviéndose mucho más interesante y con unos enfrentamientos muy intensos que apenas nos dejarán tiempo para respirar, por lo que entretenidos estaréis seguros, especialmente si lo jugáis en compañía. Además, aunque tal y como hemos dicho no hay tanta variedad de rivales, hasta prácticamente el final del juego irán apareciendo nuevos enemigos a los que coser a balazos, algo que se agradece.
En lo que respecta a su duración, la historia principal nos ha durado unas 14 horas, haciendo el número de misiones secundarias justo para no quedarnos muy atrás en nivel, aunque para completarlo al 100% pasaréis fácilmente de las 20 horas. Mencionar que, al igual que en sus predecesores, al terminar la aventura podremos rejugarla, pero con mayor dificultad para seguir subiendo niveles y obtener nuevo equipamiento.
Gráficamente tampoco hay ningún salto respecto a su anterior entrega: mismo aspecto cartoon, mismos retardos con la carga de texturas, modelados muy parecidos, mismos efectos, etcétera. Lo malo es que a nivel artístico el título ha perdido bastante, con unos escenarios y enemigos mucho menos inspirados y atractivos. Decir que la versión que hemos jugado es la de PC, la cual está genialmente optimizada y se mueve con gran soltura y fluidez, aunque sí que es cierto que hemos detectado un buen número de bugs, especialmente con la IA enemiga, que tiende a hacer cosas extrañas y a quedarse atrapada dentro de paredes y suelos.
Por otra parte, el sonido mantiene un buen nivel, especialmente con su magistral doblaje al castellano. De hecho, esto último tiene tantísimo nivel que conseguirá sacarnos más de una sonrisa, y no precisamente por los chistes y bromas que se hagan, sino por lo buena que resulta la actuación de todos los actores de doblaje. La banda sonora se limita únicamente a ambientar y lo normal será que pase desapercibida, aunque tenemos que admitir que sus temas tienen calidad y encajan muy bien con lo que vemos en pantalla. De los efectos poco que decir, ya que la mayoría de ellos están reciclados de los juegos anteriores, lo que significa que son bastante buenos.
Conclusiones
Borderlands: The Pre-Sequel no es, ni por asomo, ese Borderlands 3 que muchos estamos esperando, y en general se trata de un título que se siente muy de relleno y que tiene poco que aportar. Pero a su vez, sigue con tanto celo los pasos de su predecesor que de una forma u otra acaba apañándoselas para divertirnos y entretenernos, a pesar de haber perdido toda esa magia, chispa y genialidad que ha llevado a la saga a ganarse su hueco dentro de este mundillo. Si tenéis más ganas de Borderlands, The Pre-Sequel os dará exactamente eso y no os decepcionará, pero si lo que buscáis es un "más y mejor", quizá prefiráis seguir esperando a su tercera parte mientras rejugáis su genial secuela.