Análisis de Cube Life: Island Survival eShop (Wii U)
El éxito de Minecraft, como ha sucedido con cualquier otro bombazo en las industrias del ocio (y, por tanto, en repetidas ocasiones en el mundo de los videojuegos se ha intentado repetir la fórmula de oro de cada época), ha conllevado la aparición de juegos clónicos, casi clónicos o inspirados en mayor o menor grado en diferentes aspectos de este título, como su jugabilidad o su estética.
El caso de Cube Life: Island Survival es un reflejo de esta circunstancia, pero entra en una categoría no tan común del fenómeno: el resultado es bueno, aunque se inspira evidentemente en Minecraft y le debe muchísimo, persigue sus propios objetivos y en ningún momento intenta tomar al consumidor por tonto. Cabe preguntarse, claro, si el lanzamiento mismo en Wii U de este juego habría tenido lugar si la consola de Nintendo tuviera el Minecraft original, pues no es lo mismo abordar un sistema en el que el gran referente no está que una que lo ofrece a sus usuarios.
Lo que suele suceder con estos juegos derivativos es que no consiguen alcanzar los estándares de calidad del original pues suelen apostar por ganarse al público con otras estrategias. El elemento que hace que este Cube Life: Island Survival se diferencie es que apuesta por un sistema de narración liviano, pero suficiente. Hay que tener en cuenta que los clones de Minecraft presentan al personaje en el mundo del juego, con las herramientas de construcción y modificación, sin consideraciones narrativas. En el caso del juego que nos ocupa, en cambio, se aporta una contextualización para el personaje y su objetivo, incluyendo voz para el personaje principal. Así descubrimos que se trata de un hombre rico que tras un naufragio termina en una isla.
Lo interesante es que la voz se emplea también como sistema de tutorización para el jugador. Claro que esto habría sido mucho más interesante con voces en múltiples idiomas, pero está claro que el presupuesto con el que juega un estudio pequeño e independiente como el que firma este título no da para este tipo de producciones. Lo importante es que es una estrategia bien empleada que ayuda al jugador a hacerse con las características y herramientas del juego, aunque quizá demasiado pensado para jugadores completamente novatos.
El foco principal del juego está en el modo Survival donde hay que sobrevivir en la isla usando todo el sistema de creación y modificación de los entornos mientras hacemos todo lo que esté en nuestra mano para que los mobs no terminen con nosotros. El mapa es muy grande, aunque se presenta en secciones diferenciadas, por lo que pierde la sensación de continuidad completa de Minecraft y otros afines. A efectos de lo que se propone en este juego no es algo que le afecte o que vaya en su contra, pero desde luego no hubiese habido nada negativo en que fuera un único gran mundo continuado sin ningún tipo de división. No resulta molesto, en cualquier caso, porque las diferentes secciones son en sí mismas bastante grandes y no podemos decir que limiten al jugador a la hora de afrontar el objetivo final del título. En todo caso, si los encontramos muy molestos, el parche 1.1 incorporará la opción de deshabilitar los efectos de reflejos, lo que mejora -según los datos del estudio- un 20% la tasa de imágenes por segundo. ¿Cuándo llegará esta actualización? Todavía no lo sabemos.
Así pues, el mundo de Cube Life: Island Survival es más bien una suerte de archipiélago en el que vamos de isla a isla, conectadas entre sí. Además, esto sirve para apostar por una ambientación determinada y concreta en forma de isla paradisíaca. Se justifica, así, la fragmentación del escenario, aunque la realidad es que el título no puede esconder con total éxito las limitaciones que se aprecian a la hora del dibujado del horizonte, muy especialmente.
Como con otros juegos de este estilo, no estamos ante un prodigio visual en lo relativo a las texturas y efectos, aunque sí hay que tener en cuenta que dibujar unos mundos de este tamaño en los que la acción del jugador puede modificarlo virtualmente todo sí resulta exigente para la máquina. Eso, por desgracia, hace que el título no rinda siempre de forma plenamente satisfactoria. No sabemos si parte de los problemas de rendimiento se podrían mejorar con futuros parches o si estarán aquí para siempre, pero debemos asumir que los condicionantes derivados de dibujar un mundo de este tamaño en pantalla estarán ahí.
No queremos decir con eso que haya errores graves, pero sí son evidentes y todos los usuarios los sentirán. Un contraste interesante es que su entorno de cubos con texturas planas o con patrones visuales que se inspiran en la baja resolución se combina con efectos avanzados (pero no necesariamente realistas) de iluminación o de reflejos en el agua, lo que consigue una combinación visual peculiar que le dota una cierta personalidad dentro de lo convencional (para ser un juego "tipo Minecraft") de su propuesta estética.
Los elementos de supervivencia del juego son un gran peso dentro de su propuesta, mucho más que en Minecraft. Juega en su contra que la gestión de menús sea un tanto arcaica pese a que se podría haber aprovechado enormemente la pantalla táctil del mando, toda su pantalla, para emplear una jugabilidad que pudiera aprovechar bien esta característica para que la estructura de este apartado, que en juego influye de forma determinante, no hubiera sido un pequeño lastre. Esto se evidencia sobre todo a la hora de crear las herramientas básicas, pues su resistencia no es mucha, de manera que en realidad el usuario acaba teniendo que crear múltiples reemplazos.
Esta relativa fragilidad de las herramientas se ve acompañada de un sistema de hambre y sed que podemos controlar con mucha facilidad gracias al medidor numérico que está bien presente en la pantalla. Si entramos en combate contra los isleños agresivos que nos atacarán por las noches nuestros niveles vitales bajan a una velocidad pasmosa, por lo que sobrevivir intentando combatir es poco práctico y arriesgado. Resulta mucho más conveniente construir un refugio y emplearlo cuando cae el sol para dormir. La dificultad del juego se encuentra, curiosamente, en su sistema de salvado de partidas: el progreso se guarda almacenando el momento preciso, por lo que podemos vernos regresando a una situación muy complicada una vez tras otra, lo que en determinadas circunstancias conduce a cierta frustración.
No debe omitirse la inclusión de un modo de creación, algo ineludible en el género y que, por supuesto, tiene un valor indiscutible por la ausencia del Minecraft original en el catálogo de la consola. Este modo nos permite movernos con libertad, ponernos en la parte que queramos del escenario y empezar a modificarlo.
Aquí nos ha parecido que la interfaz empleada aprovechando el mando de Wii U hace que sea muy cómodo crear el entorno a nuestro gusto con una experiencia equiparable a la interfaz tradicional de ratón y teclado del Minecraft de PC. Su aspecto negativo es que tarda un montón en cargar: es normal que los tiempos ronden el medio minuto o más, aunque esto puede variar según el tiempo de acceso de nuestro almacenamiento (si tenemos el juego en un disco duro, la calidad y velocidad de este, o si lo tenemos en la memoria interna).
En cualquier caso, son cargas muy largas cada vez que queremos usar el mapa que hemos editado, debido al gran tamaño de archivo que se genera con cada mapa, y es posible que el hardware (velocidad de lectura del disco duro, cantidad de RAM disponible, etc.) imposibiliten mejoras sustanciales, aunque el estudio ha dicho que van a trabajar en optimizar este aspecto de cara a la esperada actualización 1.1.
Conclusiones
Cube Life: Island Survival es una buena alternativa al popular Minecraft, algo mucho más obvio en una consola que no tiene al juego que se ha convertido en referencia. Se trata de un título que puede ofrecer algo complementario, pero que ante la ausencia del gran competidor brilla con más luz en el catálogo de Wii U.
El juego ha sido creado por un estudio independiente y, si tenemos en cuenta estas limitaciones, hay que admitir que han conseguido un título muy digno a nivel técnico teniendo en cuenta los niveles de estrés que supone para el hardware el tamaño de los escenarios que se deben mover; eso sí, algunos aspectos técnicos afectan a la experiencia, como algunos elementos del sistema de gestión de menús y, sobre todo, los grandes tiempos de carga.
Es una alternativa digna a Minecraft que, además, según sus desarrolladores recibirá un modo multijugador como contenido adicional gratuito en el futuro, aunque por ahora no está disponible. La promesa de actualizaciones, mantenimiento y la intención de escuchar a la comunidad puede ser lo que, a medio y largo plazo, acabe dando mucho más valor al juego, mejorando sus aspectos menos conseguidos.