Análisis de Tom Clancy's HAWX 2 (Wii)
Ubisoft vuelve a dar guerra en el cielo con la segunda entrega de un poco exitoso Tom Clancy’s H.A.W.X, un juego con intenciones de convertirse en uno de los grandes del género pero que para la mayoría de críticos y jugadores se quedó a media tinta. Pese a ello, la compañía viene a ofrecer una segunda parte que invita a una experiencia más ágil y dinámica, y como consecuencia del esfuerzo realizado por la compañía para levantar la popularidad del juego, también han realizado una versión para la consola Wii, que se quedó sin su correspondiente versión de la primera entrega tras ser cancelada a última hora.
La versión de Tom Clancy’s H.A.W.X 2 para Wii no es una adaptación de la versión HD para PlayStation 3 y Xbox 360, sino que se trata de una versión específica complemente original para la consola, donde la desarrolladora ha hecho un gran esfuerzo para que marque diferencias y sea por méritos propios, un juego de calidad y con beneficios exclusivos de las características de la Wii.
Si os gustan los juegos de aviones y queréis un juego rápido, divertido y lleno de acción, seguid leyendo porque estamos ante un juego muy exclusivo.
Un juego de acción aérea cargado de actividad
H.A.W.X 2 para Wii es un juego de aviones bélico repleto de aviones licenciados por las marcas más importantes, donde diferentes prototipos UAV (unidades aéreas no tripuladas) están relevando a los pilotos humanos, pues no solo no se arriesgan vidas sino que estos aparatos cada vez son más efectivos ya que pueden tomar riesgos imposibles con vidas humanas. En el juego, principalmente tomaremos el papel del joven Cole "Arrow" Bowman, quien ha vivido una tragedia relacionada con su profesión y sufre ansiedad por venganza, lo cual le lleva a ser destituido de su puesto en el grupo especial H.A.W.X. El joven buscará una alternativa para seguir siendo piloto que le lleva a unirse a una empresa de mercenarios, el DDI. Pronto descubrirá que la vida de mercenario no es fácil, siendo el jugador espectador de su conflicto moral y de la evolución del personaje a lo largo del juego, donde un buen número de personajes participan en un guión bastante elaborado, más parecido a un drama que al típico conflicto bélico que acompaña a este tipo de títulos, y donde además el jugador podrá tomar algunas decisiones que afectan ligeramente al desarrollo de la trama, ya sea leves variaciones en la conversación o eventos bélicos que se pueden pasar de largo.
Completamente narrado en un estilo de cómic con dibujos poco definidos para incentivar la imaginación del jugador, el guión nos ha parecido bueno y entretenido aunque algo complicado de seguir debido a ciertas lagunas intencionadas llamémoslas ‘técnicas narrativas que complican un poco las cosas’, y centrándonos en la experiencia de juego, nos encontramos ante un título que aglutina cinco estilos de juego: ‘Combate Libre’, donde con la cámara por detrás de nuestro avión lo que permite al usuario visualizar el cielo y el horizonte sin problemas lo que es ideal para el combate aéreo, ‘Ataque de Tierra’, que sitúa la perspectiva de juego justo por debajo de nuestro avión permitiendo una excelente visibilidad para atacar a unidades de tierra, ‘Helicóptero’, que nos sitúa en la cabina de un helicóptero con una gran versatilidad de rotación y un armamento de misiles a tierra muy poderoso, ‘Vista Superior’, que sitúa la cámara por encima de nuestro avión un tanto alejada ofreciendo una perspectiva aérea que permite una mayor facilidad para persecuciones entre montañas, y por último el estilo ‘Autopiloto’, donde el avión es dirigido automáticamente para que el jugador únicamente tenga que preocuparse de apuntar y disparar. (Y que estará disponible como opción en caso de que un jugador tenga problemas para superar una fase.)
Además, hay que comentar que las diferentes perspectivas se combinan con dos tipos de avance, el avance ‘Libre’, donde el usuario puede moverse libremente por el espacio aéreo sin ningún tipo de restricción más allá de los límites de la zona de conflicto, y un avance ‘Semiasistido’ (también llamado sobre raíles) donde normalmente tenemos que seguir a un compañero o rival a través de un circuito por el que nos podemos mover dentro de unos límites repletos de obstáculos a esquivar o destruir al más puro estilo del clásico Star Fox de Nintendo.
Todos los estilos comentados van alternándose según avanzamos en la historia, en ocasiones incluso en una misma misión, aportando una gran variedad y sensación de frescura al juego constante, lo cual nos ha parecido fantástico ya que a lo largo de las 8 horas (aproximadamente) de juego que ofrece la historia principal solo en alguna ocasión hemos sentido cansancio del estilo de helicóptero, ya que frena un poco el ritmo de juego comparado con la velocidad de los otros modos.
Si bien es cierto que hay algunas fases que necesitarían algunos ajustes extra, especialmente en las pantallas con avance semiasistido, pues es fácil estrellarse porque el camino marcado nos obliga a un giro que no podemos anticipar, o porque no podemos pasar de un límite invisible, lo que obliga al usuario a aprenderse los puntos negros de esas pantallas, algo que en realidad pasa poco, pero que cuando pasa resulta frustrante. Creemos que hubiera bastado un indicio en el GUI de juego como sucedía en Lilat Wars para solucionar el problema, es una pena que no hayan pensado en eso.
Una mecánica de juego muy sólida
Aunque los diferentes estilos de juego tienen rasgos marcados que les diferencian, hay una mecánica que predomina a lo largo del juego consecuencia de la configuración del control, aprovechando el puntero que ofrece el mando de Wii el jugador apuntará a cualquier lugar de la pantalla para disparar con el botón B metralla o cargar misiles/localizar enemigos con el sistema de seguimiento con el botón A, facilitando mucho el ataque sobre nuestros rivales, pero que también es usado con elegancia para tomar prestado un elemento de los juegos de disparos sobre raíles, como es el caso la destrucción de artillería pesada del enemigo cuyo impacto puede ser crítico en nuestro avión.
Esta mecánica cambia por completo la experiencia de juego respecto a los simuladores del género, ya que habitualmente se requiere mucha pericia en el control para que el avión del jugador tenga a tiro al rival, siendo normalmente complicado seguir la pista del enemigo y en ocasiones provocando el abandono temprano del usuario menos dedicado, frustrado por la dificultad de atrapar al rival y derribarlo. No solo eso, sino que añade un estrato de híper actividad a poco de comenzar, donde nuestro rivales de aire, tierra o mar lanzarán misiles constantemente contra nuestro avión, lo que nos lleva a estar constantemente moviéndonos y disparando metralla para destruir los misiles enemigos, además de tratar de localizar al enemigo para destruirlo. Por supuesto, la munición será infinita en todos los casos y ni siquiera tendremos problemas de sobrecalentamiento de las armas.
Estamos hablando de una mecánica que sube enteros la acción del juego y que además se acentúa por la falta de control del timón de cola, lo que obliga al jugador a controlar únicamente el avión con los alerones y el timón de profundidad, lo que permite el alabeo y el cabeceo (con el nunchuk, se puede configurar para usar el sensor de movimientos o la palanca de control, ambos funcionando a la perfección), provocando que el jugador tenga que mover mucho más la pantalla para seguir a sus presas generando así más sensación de dinamismo. Se combina el movimiento con aceleración y freno/paro de motor, que ayuda en los giros más rápidos o anchos. En general, una experiencia altamente activa y divertida, además de retante pero a su vez algo más accesible que lo habitual en el género.
Un modo campaña elaborado, pero sin modo multijugador
La gran pega de H.A.W.X 2 para Wii son los modos de juego que ofrece, pues pese a que el modo ‘Campaña’ es bastante bueno y elaborado, el resto de extras solo conseguirán incentivarnos un poco. Jugando al modo Campaña se pueden desbloquear nuevos niveles, contenidos extra para el hangar como nuevos aviones o aspectos de los mismos, un modo de vuelo libre, el modo ‘Combate contra jefes’, el modo ‘Supervivencia’ o el famoso modo arcade clásico (matamarcianos) que tanto han promocionado y que sirve de excusa para anunciar como característica que el juego soporta 8 jugadores simultáneos.
En realidad, el único modo que nos ha parecido ciertamente entretenido es el ‘Supervivencia’ ya que nos enfrenta a oleadas de enemigos con intenciones de hacer pocos amigos. El objetivo es sobrevivir y hacer la mejor puntuación posible. Según se van superando niveles se desbloquean más, y podremos jugar a este modo de juego en estilos diferentes. Menos afortunado resulta el modo ‘Combate contra jefes’, que nos enfrenta a los personajes que conducen la historia en el modo campaña ya sean aliados o amigos y que pese a los diálogos constantes que dan cierta ambientación, se encuentra a faltar una Inteligencia Artificial que les dote de personalidad propia, pues apenas actúan como unidades normales resultando poco interesantes y ningún reto especial para el jugador que ya ha dominado las mecánicas del juego, aunque en general el problema de la dificultad se replica en todo el juego una vez somos expertos en el manejo, por lo que se echa de menos un selector de dificultad para rejugar al juego.
En estos modos de juego, un segundo jugador puede participar en el juego con una segunda mirilla en pantalla con el mismo tipo de armamento que el jugador 1, lo cual puede ser entretenido para ayudar a alguien no muy experto, pero que rompe el equilibrado de juego haciendo que la experiencia sea mucho más fácil para ambos.
Fuera de las mecánicas principales queda el modo ‘Vuelo libre’, con bastante encanto y que está bien para aquellos que quieran recorrer los escenarios con calma para disfrutar de las vistas manejando a Chaser, un ave rapaz con mucha relevancia en el guión del modo Campaña, aunque también tenemos un circuito de aros en los niveles para que el jugador pueda poner a prueba su habilidad como pájaro. Por último tenemos el modo arcade clásico, que no es más que un intento de hacer un juego de naves de los de toda la vida con una perspectiva que varía entre una visión cenital y una visión lateral. Es cierto que se puede jugar con 8 jugadores a la vez como se puede leer en las características del juego en su página web, pero también es cierto que el diseño del juego no tiene nada para que sea divertido: ni las colisiones, ni el control, ni las rutinas de los enemigos ni el diseño de los niveles.
El único reto es evitar chocar contra las balas o las propios aviones enemigos que cruzan pasmosamente la pantalla, y las pantallas son tan largas y repetitivas, que difícil es que alguien quiera superar el segundo nivel de este modo. Se nota que es un añadido puesto sin más interés que el de poder añadir una línea más en las notas de prensa y así arrancar alguna que otra venta con ello. Afortunadamente, el juego tiene una serie de logros a conseguir, con recompensas poco importantes, pero por lo menos son unos objetivos extra para complementar la experiencia de juego.
La belleza de surcar los cielos
La primera vez que jugamos a H.A.W.X 2 para Wii, sufrimos un choque emocional doloroso tras encontrarnos con un juego en el que teníamos un avión en pantalla y que las balas que este disparaba salían de detrás de él en un ángulo de tiro imposible. No solo eso, sino que en la primerísima fase del juego nos encontramos con la misión de hundir un barco cuyas explosiones resultan de los más cutre, siendo de poca ayuda la geometría del puerto y el resto de elementos en pantalla que no mejoraban la mala sensación. El impacto fue tal que alguno dejó de tener interés en el juego. No obstante, aquellos que quedamos dispuestos a seguir probando el juego tuvimos la ocasión de descubrir los beneficios jugables. Sin duda se trata de un sacrificio artístico en pro de una jugabilidad mejor, lo cual ahora aplaudimos fervorosamente.
Y es que estamos ante un juego cuyo trabajo artístico de los escenarios es mayormente sobresaliente, con un tratado del color en los fondos y en las texturas muy cálido y agradable, sin duda bonito, así como el trabajo de los aviones que podemos usar nosotros muy fieles a los originales, pero que contrasta mucho con unos edificios, enemigos de tierra, mar y aire representados con escasos triángulos y por lo tanto perdiendo mucha credibilidad.
Es cuando el usuario se olvida de la búsqueda del realismo cuando más disfruta del arte del juego, pues la recreación de los terrenos y los cielos es preciosa, con algunos efectos de luz destacables y unas texturas bastante creíbles apoyadas en la captura imágenes por satélite, pero a su vez tratadas como si estuviesen recreadas con trazos poco definidos y exagerando la saturación del color. La pena es que ese estilo artístico no casa del todo bien con algunos escenarios, como cuando cruzamos una ciudad con nuestro Harrier, cuyos edificios lucen pobres en texturas, demasiado simples y apagados, pero puesto que la mayoría de las batallas se suceden sobre montañas, desiertos, mares y por supuesto, sobre las nubes, la sensación general es que el juego es muy bonito, con altibajos pero bonito.
Además, podemos excusar la baja geometría de los enemigos y algunos edificios porque en algunos momentos, el juego está repleto de enemigos y detalles en pantalla, de especial mención aquellos momentos en los que cruzamos entre decenas de cañones y cazas enemigos con un cielo repleto de misiles y metralla, con una tasa de 60 imágenes por segundo muy estable que nos hizo recordar la experiencia de juegos como Aerofighters para Super Nintendo.
La parte artística del juego se complementa con un sonido muy correcto, donde las voces en español (con un doblaje bien representado aunque algo distorsionado, posiblemente por problemas de compresión, y si no nos gustan podemos elegir cualquier idioma EFGIS) nos ponen en situación constante de que es lo que está pasando y por qué, acompañado de los efectos de sonido necesarios para que el jugador entienda que es lo que está pasando a su alrededor. Tenemos que decir que este juego sin su doblaje no sería lo mismo, ya que con los diálogos durante los combates el jugador descubre la historia, y también el desarrollo de la partida. La banda sonora es más discreta especialmente por la configuración del volumen por defecto, pero si queremos darle protagonismo nos encontraremos con unas composiciones que acompañan excelentemente bien al ritmo e incluso con algunas secciones memorables. En este apartado, lo único de lo que podemos quejarnos es de que algunos efectos de sonido son un poco cansinos, como la carga de misiles o la falta de más potencia en la banda sonora en los momentos cúspides.
Muy jugable y divertido, pero limitado por sus modos de juego
Terminamos nuestro análisis de H.A.W.X 2 para Wii convencidos de que el estudio de Ubisoft Rumania ha tenido en sus manos la oportunidad de crear todo un clásico en el género de acción aérea, pues las mecánicas establecidas funcionan bien y el juego divierte muchísimo durante las horas de juego que aporta, por lo que recomendamos encarecidamente el juego a aquellos jugones de toda la vida que disfrutaron de juegos como Lilat Wars o Panzer Dragoon, pues el ritmo de juego y la jugabilidad que ofrece es comparable a ese estilo de juegos. No obstante, la no existencia de un modo multijugador o simplemente de modos de juego donde explotar bien las mecánicas que ofrece, un selector de dificultad o detalles como unos niveles algo más pulidos, la falta de un guión más fuerte y un arte del todo depurado, hacen que se quede en una propuesta buenísima pero que no trascenderá mucho más allá de dar unas buenas horas de juego. Es por eso que nos quedamos con ganas de ver más juegos en Wii (u otras plataformas) que exploten, mejoren y expandan las mecánicas que ofrece H.A.W.X 2 para Wii, por que no todos los juegos de acción han de ser realistas, y sí más divertidos.