Análisis Resident Evil 4, un juego mítico regresa a casa (Switch)
Hablar de Resident Evil 4 es hacerlo de uno de los juegos de acción más influyentes e importantes de nuestro hobby favorito. No en vano, estamos hablando de una auténtica obra maestra que no solo redefinió la exitosa saga de terror de Capcom, sino que también cambió para siempre la forma de entender y jugar a títulos de acción en tercera persona, introduciendo la ya habitual cámara al hombro y un sistema de apuntado que se ha replicado en multitud de ocasiones y que ha servido de base para la evolución del género en los últimos años.
Ahora, al igual que ha ocurrido con Resident Evil Remake y Resident Evil 0 y tras haber pasado por multitud de plataformas, la compañía no ha querido perder la oportunidad de relanzarlo en Switch para ofrecernos, por primera vez, la posibilidad de jugar a este imprescindible en cualquier parte gracias a las posibilidades portátiles de la consola. Por desgracia, la conversión podría haber sido mucho mejor.
Las Plagas portátiles
Por si todavía queda alguien que todavía no sepa nada sobre esta aventura (cosa difícil considerando lo influyente que fue y la enorme cantidad de veces que se ha reeditado para todo tipo de plataformas), decir que estamos ante un juego de acción en tercera persona que abandonó las habituales dosis de terror de la saga en favor de una presencia mucho más intensa de los tiroteos y los combates contra grandes cantidades de espeluznantes monstruos y criaturas mutantes.
Muchos marcan esta entrega como "el principio del fin" de la serie precisamente por esto, ya que supuso un cambio radical respecto a lo que la serie nos tenía acostumbrado hasta su llegada, una opinión que no podemos compartir ante la innegable calidad que atesoraba y lo revolucionario que resultó.
Además, que no haya terror no quiere decir que no lo vayamos a pasar mal, ya que la ambientación seguía siendo muy tétrica y absorbente, y los momentos de tensión extrema se sucedían uno tras otro, poniéndonos en multitud de situaciones muy agobiantes brillantemente ejecutadas.
Así pues, tendríamos que acompañar a Leon, el protagonista de Resident Evil 2, en un truculento viaje por una zona rural situada supuestamente en algún lugar de España y cuyo parecido con nuestro país es puramente casual, empezando por sus hostiles habitantes, quienes hacen gala de un extraño acento que nos ha regalado multitud de memes.
El resultado fue una aventura variadísima, larga y con un ritmo espectacular que sigue siendo completamente recomendable a día de hoy, incluso si sus controles se sienten ya algo toscos y anticuados, impidiendo que podamos hacer cosas como apuntar y movernos al mismo tiempo.
La versión de Switch
En lo que respecta a esta conversión, decir que se basa en la remasterización que se lanzó para PlayStation 4 y Xbox One, por lo que toma como punto de partida la versión original de GameCube y le añade todos los contenidos extras que vimos en PlayStation 2, aportando por el camino una subida de resolución y ligeras mejoras texturas para que luzcan más nítidas y claras.
Sin embargo, se trata de un trabajo rápido y poco cuidado, ya que no han sido capaces de optimizar el juego para que funcione a 1080p en sobremesa y a 720p en portátil, quedándose ligeramente por debajo de esa marca objetivo, lo que la sitúa en 900p cuando jugamos en el televisor y 600p cuando jugamos en la pantalla de la consola, evidenciando especialmente en el primer caso los dientes de sierra, algo más pronunciados que en otras plataformas.
Otro detalle molesto es que si bien se ha vuelto a apostar por moverlo a 60 imágenes por segundo, el rendimiento es relativamente inestable y notaremos frecuentes caídas, algunas de ellas sorprendentemente notables. Lo peor es que estamos hablando de un título que fue diseñado para ser jugado a 30 fps y Capcom no se ha molestado lo más mínimo en adaptarlo a esta nueva tasa de refresco, arrastrando de este modo los problemas que ya vimos en PS4 y Xbox One, como una mirilla que se mueve extremadamente rápido al apuntar, como si Leon tuviese un tembleque en las manos, y que dificulta mucho el acertar a los enemigos.
Viendo el resultado, no habría estado de más que nos hubiesen dado la opción de bloquear el juego a 30 imágenes por segundo para evitar este tipo de errores y asegurar un rendimiento estable y sin caídas.
Otra de las grandes decepciones que nos hemos llevado es que no se haya aprovechado la oportunidad para incluir los geniales controles por movimiento que vimos en la versión de Wii, una alternativa que funcionaba de maravilla y que hubiese sido muy sencillo de replicar con los Joy-Con, aunque queda claro que no se han querido complicar mucho la vida y han prescindido por completo de hacer algo similar.
Al menos, se han molestado en introducir un sistema de logros internos, algo que siempre es una buena noticia y que agradecerán aquellos jugadores a los que les guste realizar este tipo de desafíos y retos.
Del sonido podéis estar tranquilos, ya que se mantiene la misma y espectacular banda sonora de siempre, sus extraordinarios efectos de sonido y su particular doblaje, con voces en inglés para los protagonistas y en "español" (entrecomillad mucho esto) para los habitantes de esta España tan extraña. Curiosamente, la traducción de los textos presenta ahora algunos errores que no encontramos en otras versiones.
Conclusiones
Es una pena que Capcom no haya cuidado y mimado más una obra maestra como esta para hacer una conversión a la altura de lo que se merece. A pesar de sus errores, se deja jugar perfectamente y el juego sigue siendo todo un imprescindible que deberíais disfrutar en algún momento de vuestras vidas, sea en Switch o en cualquier otra plataforma, lo que no quita que nos hayamos llevado una ligera decepción con el resultado final. Eso sí, no olvidéis que es la primera vez que tenemos la posibilidad de llevarnos esta aventura a cualquier parte, algo que le da un atractivo único y tremendamente tentador por el que bien merece la pena su compra.
Hemos realizado este análisis gracias a un código para Nintendo Switch que nos ha facilitado Koch Media.