Con el regreso a los cines de Star Wars: Episodio III - La venganza de los Sith para celebrar su 20 aniversario y con la revelación de un montón de planes descartados alrededor del Lado Oscuro de la Fuerza, vuelven a resurgir los planes de George Lucas para el cierre de la trilogía de precuelas.
El hacedor planeó su historia con una carga emocional y filosófica profundamente conectada con el destino de uno de los personajes más complejos de la saga, Anakin Skywalker, encarnado por Hayden Christensen. Anakin, en este tercer episodio, debía convertirse en Darth Vader, el gran villano de la trilogía original, y su transformación debía ser perfecta. Así de siniestra y oscura iba a ser la caída de Anakin Skywalker en los planes iniciales de George Lucas para Star Wars.
Los sombríos secretos tras la caída de Anakin Skywalker que George Lucas planeaba para Star Wars
La trilogía de las precuelas no tenía dudas sobre su propósito: narrar la caída de Anakin Skywalker hacia el lado oscuro de la Fuerza. Pero lo que muchos no saben, y como se ha relatado Paul Duncan en The Star Wars Archives: 1999-2005 o J.W. Rinzler en su libro sobre el Episodio III, es que el personaje de Anakin fue concebido, en sus primeras fases, de una manera bastante diferente.

Si bien la versión final de la película muestra a Anakin sucumbiendo al lado oscuro debido a una combinación de emociones, manipulaciones y decisiones fatales, en los primeros borradores de Lucas, aquellos que no se plasmaron en la gran pantalla, la idea fue bien distinta. En estas versiones, el joven Skywalker no era una víctima de las circunstancias, sino un traidor deliberado. De hecho, en esos primeros esbozos, Anakin era un asesino calculador que planeaba con frialdad el colapso de la Orden Jedi, utilizando su posición para apuñalar a sus compañeros Jedi sin remordimientos.

En las notas que Lucas escribió en 1981 para Star Wars: Episodio VI - El retorno del Jedi (vía Comicbook), se revelaba que Anakin recorría la galaxia, ganándose la confianza de los Jedi solo para traicionarlos de la manera más despiadada. Este enfoque cambiaba radicalmente la visión de la caída del personaje, convirtiéndolo más en una figura maquiavélica que en el héroe trágico que finalmente llegó a ser.
Con el tiempo, Lucas abandonó esta visión más sombría para abrazar una narrativa en la que Anakin, pese a sus debilidades y decisiones erróneas, es más una víctima de su propio amor y miedos que un traidor consciente. Este cambio de enfoque es clave, pues hizo que el regreso redentor de Anakin al final de El retorno del Jedi fuera más impactante y creíble, otorgándole una profundidad emocional que el concepto inicial de traidor premeditado no hubiera logrado.
La historia de Anakin podría haber sido muy distinta si Lucas hubiera mantenido su visión original. La tragedia, en la versión final, no solo recae en su caída, sino en cómo un gran héroe sucumbe a sus propios demonios, transformándose, sin quererlo, en el villano que temía ser.