Análisis Mario + Rabbids Sparks of Hope, una secuela sobresaliente que apunta a las estrellas (Switch)
Mario + Rabbids: Kingdom Battle demostró que hasta la idea más aparentemente loca y extraña puede acabar resultando en todo un juegazo si hay el suficiente talento, pasión y buen hacer detrás. Tras dejarnos a todos descolocados con su anuncio al enterarnos de que el icónico fontanero de Nintendo protagonizaría una aventura de estrategia por turnos al más puro estilo XCOM junto a los Rabbids de Ubisoft, el crossover acabó por convertirse en una de las mejores obras de todo el catálogo de Nintendo Switch. Un título que no solo desbordaba cariño, mimo y pasión por ambas licencias, sino que también hacía gala de un diseño de juego impecable que consiguió lo que parecía imposible: hacer accesible para todo el mundo un género complejo e intimidante, pero sin renunciar por ello a una buena profundidad capaz de satisfacer a los veteranos con ganas de una experiencia más ágil y directa.
Por suerte para todos, el experimento fue todo un éxito de ventas y crítica, y a día de hoy acumula más de 10 millones de jugadores únicos, una recepción muy positiva que ha servido para que Nintendo y Ubisoft hayan vuelto a unir sus fuerzas para desarrollar su secuela, Mario + Rabbids Sparks of Hope, un juego mucho más grande, ambicioso y divertido que trae consigo multitud de novedades que nos han enamorado y que elevan la fórmula a nuevas alturas.
Una aventura galáctica
Así pues, volvemos a encontrarnos ante otra aventura de estrategia por turnos en la que Mario, Luigi, Peach, Bowser y los Rabbids deben unir sus fuerzas para superar todo tipo de batallas que pondrán a prueba nuestra capacidad táctica. Como podréis intuir, la historia es una mera excusa para hacer que nuestros héroes se embarquen en un gran viaje a través de las estrellas en el que visitaremos diversos planetas con el objetivo de derrotar a un misterioso ente cósmico llamado Cursa, quien está infectando toda la galaxia con una peligrosa sustancia conocida como la Ascoridad.
El guion es muy ligero, pero funciona genial gracias a las situaciones que nos llevará a vivir y a sus divertidas secuencias de vídeo, fantásticamente animadas y con un sentido del humor muy tontorrón que nos ha sacado muchas sonrisas viendo cómo los personajes interactúan entre ellos.
Pero, tal y como decimos, aquí la narrativa es lo de menos y lo que realmente importa es su jugabilidad, la cual se divide en dos partes bien diferenciadas. Por un lado, tenemos la exploración de los planetas a los que viajaremos, unos mapas relativamente grandes desde los que accederemos a las diferentes batallas que nos esperan. Sin embargo, en esta secuela se ha querido ir un paso más allá y encontraremos un buen número de actividades en las que invertir nuestro tiempo, entre las que suelen destacar la presencia de sencillos puzles, múltiples secretos escondidos, misiones secundarias que no siempre requieren combatir, personajes con los que hablar y hasta algún que otro minijuego.
No esperéis nada demasiado complejo o elaborado, pero el simple hecho de dar con nuevos caminos, abrir atajos y completar rompecabezas y tareas opcionales resulta de lo más entretenido y satisfactorio, ya que hay mucho por hacer y las recompensas que suelen esconder merecen bastante la pena. Además, nos permiten tomarnos un ligero respiro entre un enfrentamiento y otro y ayudan a reforzar la sensación de estar viviendo una gran aventura a través de la galaxia.
Una brillante y original vuelta de tuerca a la estrategia por turnos
Evidentemente, el otro punto clave del juego, y el más importante, lo tenemos en sus batallas. Eso sí, esta vez Ubisoft Milán no ha querido limitarse a repetir la misma fórmula del original y se ha atrevido a crear un ingenioso sistema de combate completamente nuevo que supone todo un soplo de aire fresco para el género.
La idea es similar a la de la primera entrega, por lo que tendremos que formar un escuadrón de tres personajes al que deberemos mover por el campo de batalla cuando llegue nuestro turno buscando coberturas y aprovechando sus habilidades únicas para liquidar a nuestros rivales de la forma más eficiente posible. Sin embargo, hay dos diferencias fundamentales que lo cambian todo: el mapa ya no está dividido en cuadrículas y todas las acciones que realizaremos en nuestro turno las ejecutaremos en tiempo real.
De este modo, cuando nos toque actuar, podremos tomar el control directo de nuestros héroes y moverlos dentro de su zona de alcance, algo que hace que todo resulte mucho más dinámico, fluido y divertido. Lo mejor es que podemos alternar el control de un personaje a otro en cualquier momento, por lo que no nos obligarán a realizar todas las acciones uno antes de pasar al siguiente.
Gracias a este sistema, podremos decidir qué queremos hacer con cada una de nuestras unidades y cuándo, permitiéndonos aprovechar al máximo sus sinergias, movimientos de equipo (como usar a un compañero de trampolín para saltar y llegar más lejos de lo normal) y habilidades. Esto nos da una libertad altísima para ser creativos y desarrollar nuestras propias estrategias según lo requiera la situación, algo a lo que hay que sumarle el hecho de que nuestros personajes estén genialmente diferenciados entre sí, cada uno con sus puntos fuertes y débiles.
El hecho de que nuestro turno se desarrolle en tiempo real también tiene una gran importancia durante el transcurso de los enfrentamientos, ya que hay ciertas acciones que nos requerirán un mínimo de precisión. Por ejemplo, si hacemos un barrido (una acción de movimiento gratuita) contra un Bob-omb, este se activará y explotará a los pocos segundos, momento que podemos aprovechar para agarrarlo con las manos y lanzarlo contra los enemigos o alejarnos del radio de la explosión. De igual modo, al salir disparados al aire, ya sea por el uso de algún mecanismo o utilizando a un compañero para impulsarnos, podremos sobrevolar el escenario durante unos instantes, teniendo que controlar nosotros la dirección y la ruta de vuelo para intentar aterrizar donde queremos.
Hay muchos más ejemplos de este tipo y es una característica que los escenarios utilizan de formas muy inteligentes para crear una gran cantidad de situaciones únicas y muy originales que no habíamos visto nunca antes en un juego de este tipo, consiguiendo así que no solo tuviésemos que pensar y desarrollar tácticas de un modo distinto al habitual, sino también ejecutarlas correctamente.
Precisamente, otro de sus puntos fuertes lo tenemos en el diseño de misiones y mapas, simplemente impecable. Es uno de esos juegos en los que no paran de sorprendernos con nuevas ideas y cuya creatividad parece no tener fin, bombardeándonos constantemente con nuevas mecánicas y enemigos que impiden que nos acomodemos, algo a lo que hay que sumarle unos escenarios en los que todos los elementos están pensados al milímetro.
En líneas generales, las batallas transmiten la sensación de ser un gigantesco puzle que podemos resolver de muchas formas distintas a poco que sepamos sacarle partido a las herramientas de las que disponemos, por lo que siempre nos plantean unos retos estimulantes, ingeniosos y muy satisfactorios, especialmente en su segunda mitad. La única excepción a esto serían los combates aleatorios contra los enemigos que pululan los mapas de exploración, ya que tienden a repetirse en mapas minúsculos, se pueden resolver en un único turno con suma facilidad y no están especialmente inspiradas, por lo que acaban resultando en un trámite más molesto que divertido.
Lo que sí queremos aplaudir es que las misiones principales y secundarias siempre nos propongan cumplir objetivos muy distintos en vez de limitarse al clásico "acaba con todos los enemigos". Tan pronto tendremos que llegar a un punto del escenario sorteando enemigos que destruir ojos de Ascoridad, llevar un Bob-omb a un lugar concreto usando corrientes de viento o derrotar a un jefe que solo puede recibir daño atrayéndolo hacia unos explosivos ocultos, una muestra más del excelente trabajo que hay tras el diseño de las batallas.
Llegados a este punto, quizá os pueda parecer que estamos ante un juego muy complejo y que requiere tener demasiadas cosas en cuenta, aunque lo cierto es que mantiene su apuesta por la accesibilidad y por ofrecernos una experiencia ligera y muy directa que nos permita saltar a la acción cuanto antes para que solo nos tengamos que preocupar de mover a nuestras unidades y sacarles el máximo partido.
Tiene muchas capas de profundidad y a todo lo que os hemos comentado también hay que sumarle la presencia de debilidades y resistencias elementales, efectos de estado y otra serie de particularidades que iréis descubriendo a medida que avancéis, pero nunca abruma, siempre resulta intuitivo, introduce mecánicas de manera paulatina y los tutoriales están muy bien diseñados. Además, hay tres niveles de dificultad, por lo que podréis adaptar el reto a vuestras necesidades. Nosotros hemos jugado en el más alto y nos hemos encontrado un desafío muy bien equilibrado y satisfactorio que castiga duramente nuestros errores, pero que nunca llega a resultar frustrante, injusto o demasiado difícil.
El destello de los Sparks
Otra de las grandes novedades que trae consigo esta secuela radica en la inclusión de los Sparks, una graciosa fusión entre los Destellos de Super Mario Galaxy y los Rabbids. A medida que avancemos y superemos todo tipo de retos, conseguiremos nuevos Sparks que podremos equipar a nuestros personajes para que nos ayuden en las batallas. Cada uno de estos seres nos da una habilidad activa con su correspondiente tiempo de recarga y una mejora pasiva, y casi todos ellos nos han parecido utilísimos a poco que sepamos a qué héroes les irán mejor según la estrategia que estemos desarrollando. De este modo, cuanto más juguemos y más tareas opcionales hagamos, más Sparks conseguiremos y, por lo tanto, mayor versatilidad tendremos para diseñar buenas tácticas.
La personalización de nuestras unidades termina de complementarla la existencia de un árbol de habilidades exclusivo para cada una de ellas en el que podremos desbloquear todo tipo de mejoras y potenciadores, como que Mario pueda rebotar sobre las cabezas de los enemigos para hacerles daño y llegar más lejos, incrementar la potencia curativa de Rabbid Peach o que Rabbid Mario pueda seguir moviéndose tras atacar. Cada vez que subamos de nivel, conseguiremos puntos para invertir en estos árboles, y el sistema es tan flexible que nos permite recuperar en cualquier momento los que hayamos gastado para recolocarlos en otro sitio y experimentar con nuevas configuraciones.
Al final, la combinación de los Sparks y de los árboles de talentos nos dan un margen más que respetable para que, de manera sencilla e intuitiva, podamos especializar a nuestros héroes de un modo que encajen con nuestra forma de jugar. Y si no obtenemos los resultados deseados, siempre tendremos total libertad para rehacerlo todo y probar otras combinaciones sin que nos penalicen lo más mínimo.
Como veis, Mario + Rabbids: Sparks of Hope es un juego exquisitamente diseñado, pero si hay algo realmente positivo que podemos decir de él es que no nos ha aburrido lo más mínimo en las más de 25 horas que nos ha llevado llegar al final. Y no solo eso, sino que tras terminarlo hemos querido volver para seguir superando retos opcionales y completar todos sus mundos al 100%, algo de lo que no muchos títulos pueden presumir.
Una galaxia de gran belleza
A nivel gráfico tampoco se queda atrás y nos deleita la vista con un apartado audiovisual fantástico. Esta vez la dirección de arte es ligeramente diferente a la de la anterior entrega y abraza un estilo todavía más cartoon, pero el resultado es genial, con unos modelados detalladísimos y muy expresivos, unos escenarios muy bonitos y con personalidad y, sobre todo, unas animaciones maravillosas que consiguen dotar de vida a sus personajes. Basta con ver los gestos que hacen héroes como Rabbid Mario, Rabbid Peach o la nueva Rabbid Estela (os avisamos que esta última se va a convertir en una de vuestras nuevas favoritas) para que nos caigan bien y nos saquen más de una sonrisa espontánea, potenciando así lo visto en su predecesor.
La parte negativa la tenemos en que durante las fases de exploración hemos detectado problemas de rendimiento (por suerte, esto no ocurre durante las batallas), algo que no afecta a su disfrute, pero que tenemos que comentar por lo notorio que es. Además, tiene pantallas de carga para todo, incluso para entrar y salir del menú. Apenas duran unos instantes, pero son tan frecuentes que llegan a cansar. Eso sí, se ve realmente bien tanto en portátil como en sobremesa, así que lo disfrutaréis plenamente de ambas formas.
Finalmente, el sonido nos deja una banda sonora de auténtico lujo compuesta por tres titanes del sector: Grant Kirkhope (Banjo-Kazooie, Mario + Rabbids: Kingdom Battle), Yoko Shimomura (Kingdom Hearts, Mario & Luigi, Street Fighter II) y Gareth Coker (Ori and the Will of the Wisps, Halo Infinite). Como no podía ser de otro modo, los temas son maravillosos, variadísimos y se adaptan a la perfección a todo lo que vemos en pantalla, ambientando nuestras aventuras de una forma inmejorable. Sin duda, de lo mejor que hemos escuchado este año.
Los efectos, por su parte, son de calidad y recuperan muchos de los sonidos clásicos de Mario, mientras que el doblaje nos llega completamente en español con una traducción muy buena. Eso sí, aquí tenemos que señalar que se ha tomado la extraña decisión de hacer que los Rabbids hablen, algo que no nos ha terminado de convencer y que creemos que les resta encanto, pues nos parecían mucho más graciosos con sus sonidos y gritos de siempre.
Conclusiones
Mario + Rabbids: Sparks of Hope es un auténtico juegazo y un nuevo imprescindible del catálogo de Nintendo Switch. Una secuela que mejora en todo a su primera parte y que encima se atreve a introducir multitud de novedades que le dan un nuevo sabor y muchísima frescura. Una obra repleta de contenidos, impecablemente diseñada, variada, gratificante, bonita y muy divertida con la que nos lo hemos pasado en grande de principio a fin. Si os gusta la estrategia por turnos y os apetece algo diferente, desenfadado, ligero y directo con varias capas de profundidad, no dudéis en darle una oportunidad: acertaréis seguro.
Hemos realizado este análisis comprando el juego.