Lorelei and the Laser Eyes: ¿Y si Killer 7 fuese un Resident Evil sólo de puzles? (Switch, PS4, PS5, PC)
Simogo es un pequeño estudio sueco que, aun llevando 14 años lanzando juegos, no terminó de ganar demasiada popularidad hasta el lanzamiento de Sayonara Wild Hearts hace ya casi cinco años. Y no es para menos: se trataba de un álbum de música/videojuego, probablemente un concepto único en su especie, que era, además, capaz de contar una historia y sorprender con su puesta en escena. Con su nuevo lanzamiento, Lorelei and the Laser Eyes, el estudio demuestra que el éxito de su anterior título no fue casualidad, y nos sorprenden con un título que nos ha fascinado.
Lorelei, mucho más que unos ojos láser
Lorelei and the Laser Eyes es un juego de puzles sin diluir. Enmarcado en el desarrollo de clásicos como el primer Resident Evil (pero sin acción), exploramos un hotel en el que un puzle guarda cada puerta, y en cada rincón tenemos pistas para resolverlos. Es un juego difícil, que nos hace pensar desde el principio hasta el final sin parar, usando la lógica pero también haciéndonos replantear cómo entendemos cada puzle y cada situación.
Así, controlando a nuestra protagonista y sin ningún tipo de preámbulos, llegamos hasta un misterioso hotel invitados por Renzo Nero, un artista que quiere que participemos en su último proyecto. Poco a poco iremos conociendo a nuevos personajes, unos más terrenales y otros más etéreos, que nos irán ayudando a descubrir la historia de esta particular aventura. De igual modo, multitud de notas, carteles y libros (entre otros) nos darán la información necesaria para descubrir qué está ocurriendo en realidad y, por supuesto, para poder resolver los puzles.
La inmensa mayoría de puzles es fantástica. Cubren prácticamente cualquier tema, y van desde números romanos al alfabeto griego, pasando por ángulos, fases de la luna o incluso memorizar una escena. Son puzles muy inteligentes que nos obligan a pararnos a pensar, a contemplar nuestros alrededores y a actuar en consecuencia. Decimos «la mayoría» porque creemos que hay unos cuantos que básicamente resolvemos por descarte, y la solución es más un «bueno, si tú lo dices...», que «anda, cómo no había caído». Pero, como decimos, son los que menos.
Queremos dejar bien claro que es ante todo y sobre todo un juego de puzles, y que la historia y la exploración son los dos únicos elementos que los acompañan. No esperéis encontrar acción ni nada por el estilo. De hecho, para correr tenemos que encontrar una taza para poder tomar café, lo que nos dará, de manera temporal, la habilidad de correr. Ah, y después de varios cafés tenemos que ir al servicio para poder seguir tomando más. Con esto os podéis hacer una idea del ritmo y el tono del juego.
Como decimos, es un juego difícil, y a ratos, frustrante. Nunca sabemos si podemos resolver el puzle que tenemos ante nosotros o no, lo que complica muchas veces el progreso. ¿Estamos siendo un poco torpes y no sabemos cómo solucionar el puzle que nos corta el paso? ¿O no tenemos la información para resolverlo todavía y estamos perdiendo el tiempo? Entendemos que el juego quiere hacernos pensar, pero creemos que un poco de ayuda en este aspecto no habría estado mal.
Un fantástico batiburrillo de influencias
Lorelei and the Laser Eyes es uno de esos juegos donde se busca lo artístico aunque, por suerte, no se abandona lo jugable por ello. Artísticamente nos parece una auténtica pasada, con todos los personajes y escenarios en blanco y negro, salvo contadas excepciones en rosa brillante y otros tonos carmesí. También se guarda algunas sorpresas estéticas bajo la manga, que personalmente preferimos no destripar. Además, la música va apareciendo poco a poco según reproducimos vinilos en diferentes salas, algo que también tiene un propósito jugable que ya descubriréis, y que termina de aportar ese toque final a un apartado audiovisual redondo.
La aventura se ve claramente influenciada por juegos como Killer 7 y, en general, la obra de Suda51, Resident Evil o Silent Hill, y series como Twin Peaks, aunque es capaz de hacerlo todo propio en favor del homenaje sin perder su identidad propia. Es un título extremadamente simple en lo técnico, pero a la vez, extremadamente complejo en lo artístico, para ofrecer una identidad sin la que no sería lo mismo.
De hecho, el juego nos anima al principio a apagar las luces, ponernos los auriculares y coger papel y lápiz para tomar notas. Si bien esto no es del todo necesario (tenemos casi todas las herramientas que necesitamos en los menús), es bastante útil. De hecho, está diseñado para jugarse con una sola mano, pudiendo así tomar notas con la mano que nos queda libre. Esto resulta, eso sí, en una jugabilidad diseñada en torno a un único botón y interfaz extremadamente minimalista, que, en nuestra opinión, acaba siendo engorrosa y torpe de manejar; algo frustrante cuando vamos a pasar mucho, mucho tiempo buscando entre los documentos recogidos. Como nota, nos llega en nuestro idioma para que no perdamos el hilo de nada.
Otra fantástica sorpresa en un año ya sobresaliente en lo independiente
Mientras las grandes compañías se dedican a destruir la creatividad en la industria cerrando sin miramientos estudios como Tango Gameworks, Roll7 o Japan Studio, los estudios independientes nos recuerdan que hay todavía mucha imaginación, muchas ideas y mucho que aportar, y nos abruman con auténticos juegazos que consiguen sorprendernos de principio a fin. Lorelei and the Laser Eyes es un ejemplo perfecto, con un título que, dentro de un género tan relativamente de nicho como los puzles, nos atrapa desde el primer momento y no nos suelta hasta que no hemos resuelto el último acertijo y el misterio del hotel. Es un juego difícil, que nos ha durado unas 13 horas (aunque variará enormemente entre jugadores) y que, desde luego, no es para todo el mundo, pero si os gusta el género y queréis algo diferente, creemos que merece muchísimo la pena.
Hemos realizado este análisis en Nintendo Switch gracias a un código de descarga proporcionado por fortyseven.