Análisis Detective Pikachu: El regreso - El Pokémon más cafetero vuelve en una aventura gráfica simpática que encantará a los fans (Switch)
Una aventura gráfica detectivesca en el universo Pokémon. Un Pikachu que habla con voz grave y no para de beber café. La saga creada por Game Freak tiene muchas propuestas extrañas, pero Detective Pikachu se lleva la palma. Y con todas sus rarezas, quizá por ellas, es uno de los spin-off más queridos, sobre todo tras la triunfante adaptación a la gran pantalla en 2019. El 6 de octubre se resuelve el cliffhanger con el que terminó el juego de Nintendo 3DS con Detective Pikachu: El regreso, una aventura de detectives y puzles para Nintendo Switch que, como el original, está dirigido a los más jóvenes, pero su humor y su historia llena de giros alocados puede ser disfrutada por todos, y es capaz de encandilar a los fans con sus referencias y por cómo desarrolla el mundo de los Pokémon.
Los Pokémon vuelven a desatar el caos por Ryme City
Tras un resumen de Detective Pikachu que viene muy bien para recordar los acontecimientos o para descubrirlos por primera vez, la aventura de Creatures, Inc. comienza con el joven Tim Goodman y su compañero ratón eléctrico siendo condecorados por la labor que ejercieron en el título previo y a lo largo de los dos años que han pasado desde entonces. Pero la cosa no tarda en torcerse: a pesar de que la sustancia R ha sido erradicada, el evento es interrumpido por un Pokémon que causa el caos, lo que enturbia aún más la desconfianza de algunos ciudadanos hacia los monstruos de bolsillo.
Así, el argumento vuelve a tratar sobre la convivencia entre humanos y Pokémon, un tema que se desarrolla a lo largo de varios casos que deben investigar Tim y Pikachu, acompañados a veces de personajes conocidos y nuevos: desde encontrar una gema robada a localizar a un profesor perdido en unas ruinas abandonadas, los detectives se ven envueltos en una variedad de situaciones conectadas que les llevarán a interrogar a personas y a criaturas, a investigar localizaciones, a resolver puzles, a deducir acontecimientos, y por supuesto, a señalar a los culpables.
La historia peca de arrancar lentamente y de explicar las cosas en exceso, algo que se entiende teniendo en cuenta el público al que va dirigido, pero que afecta al ritmo más de lo que nos gustaría. Aún así, sin narrar algo muy diferente a lo que nos tiene acostumbrados la saga, consigue captar el interés por la variedad de situaciones que se dan, por los giros inesperados del guion que se dan muy desde el principio, y por la manera en la que se resuelven algunos momentos, tan tonta y disparatada que funciona genial en un título rodeado de humor como este.
Las referencias a otros productos de la serie son habituales; está constantemente en el borde de tomarse en serio a sí mismo y no hacerlo, un equilibrio difícil que consigue mantener, aunque es cierto que funciona mejor cuanto más ligero es, cuando menos gravedad tienen los acontecimientos; la excepción está en un final épico que, si bien rompe el tono mantenido hasta el momento, hará saltar de la silla tanto a los más pequeños como a los fans de Pokémon.
Sin embargo, el atractivo principal no es la historia en sí misma, sino que mientras exploramos las calles de una Ryme City que se va abriendo poco a poco, caso a caso, no paramos de encontrarnos con ciudadanos y Pokémon en problemas. Son situaciones muy sencillas que se resuelven tan solo charlando con otros personajes y criaturas, pero que nos regalan momentos y diálogos que son de lo mejor de la aventura: acontecimientos en los que entendemos cómo los Pokémon viven en la ciudad, cómo se relacionan entre ellos y con los humanos. Para los interesados en el ecosistema de los monstruos de bolsillo, Detective Pikachu: El regreso es tan o más satisfactorio que los Pokémon Snap en ese sentido.
Investigación muy simple y guiada, pero con cierto encanto
De igual manera que ocurre con la sobrexplicación narrativa, en lo jugable también estamos ante un título que apunta a ser la primera aventura gráfica o novela visual detectivesca de su público, de manera similar a cómo los Pokémon de Game Freak son los primeros JRPG de muchos jugadores. Es un juego con una variedad de mecánicas, todas ellas muy sencillas, que se intercalan para dar frescura a una partida que se centra en charlar con los personajes del entorno.
Así, para resolver los casos tendremos que interrogar a humanos, y con la ayuda de Pikachu también a Pokémon, que se encuentran en escenarios muy delimitados pero más amplios que en el primer Detective Pikachu. A ello hay que sumar secuencias de investigación en las que analizamos con una lupa entornos estáticos (un escritorio o un camino repleto de huellas, por ejemplo).
Toda la información obtenida se anota automáticamente en el cuaderno del detective. Cuando tenemos los datos suficientes para resolver una de las cuestiones del caso, el juego indica que podemos deducir la respuesta. La fase de deducción se resume en elegir entre las tres o cuatro opciones posibles, y está clarísimo cuál es la correcta; incluso si fallamos no hay ningún tipo de penalización. Lo mismo ocurre con la acusación al final de los casos, donde a cada interrogante se nos dan varias elecciones, pero está clarinete cuáles son erróneas. No se pueden hacer las cosas mal en Detective Pikachu: El regreso.
Aunque puede parecer pesado así descrito, lo cierto es que la aventura fluye gracias a que ningún interrogatorio es muy largo ni ninguna parte de exploración se demora demasiado, a que la estructura de cada caso es relativamente diferente, y a que todo eso se intercala con otras mecánicas: puzles simplísimos, fases de sigilo sencillísimas, QTE casi imposibles de fallar y secciones en las que nos ayudamos de otros Pokémon, como seguir rastros con Growlithe o romper rocas con Darmanitan. Así, las casi trece horas que dura la aventura son entretenidas porque constantemente estás pasando de una actividad a otra.
Lamentablemente, no hay ningún motivo para volver a jugar, más allá de revivir la historia, una vez vemos los títulos de crédito. De hecho, desde el principio de la partida tenemos disponible una Carta de episodios que permite elegir cualquier capítulo aunque aún no hayamos llegado a él. También hay opciones para acelerar los diálogos y el movimiento, para que se indique la opción correcta en las deducciones y en las acusaciones, y para que las escenas cinematográficas se reproduzcan más deprisa.
Un mundo con Pokémon bonitos y humanos extraños
Precisamente las escenas cinematográficas son unos de los aspectos más ásperos de un título que no saca el mismo partido a Switch como hacía su predecesor en Nintendo 3DS, donde lucía bastante bien para las posibilidades de la consola portátil. Depende de dónde se mire se aprecian luces y sombras. El diseño y el modelado de los Pokémon, así como sus animaciones, están muy bien, pero los personajes humanos son muy planos, poco originales, y sus gesticulaciones son robóticas; el guion les pide transmitir unas emociones que la rigidez de sus movimientos faciales y corporales no les permite, algo que se nota mucho en unas cinemáticas carentes de ritmo y buena dirección.
Con las localizaciones pasa algo parecido. Hay interiores, como el Hit-Hat Café, que están repletas de detallitos aquí y allá; y otras, como una mansión que visitamos al principio de la aventura, totalmente desangeladas. Aun así, consigue ser un título bonito que sigue la estela de su predecesor. Donde no tenemos queja es en la música (salvo por su inexplicable ausencia en algunas cinemáticas), que se queda en lo ambiental cuando la situación lo requiere, pero también sabe ponerse épica y emotiva si se necesita. Las voces, disponibles en inglés y en japonés (los textos están genialmente localizados al español) son poco expresivas y monótonas.
Conclusión
Detective Pikachu: El regreso es una simpática y entretenida aventura gráfica de detectives que está claramente destinada a ser el primer juego de este tipo para los jugadores más jóvenes de la casa. Aunque la sobrexplicación de la historia y la sencillez de sus mecánicas puede echar para atrás, lo cierto es que la trama repleta de giros de guion atrapa y que el ritmo se mantiene, salvo en el lento comienzo, gracias a que intercala con acierto las secuencias de investigación y deducción con puzles, fases de sigilo, QTE y otros sistemas muy sencillitos pero eficaces. Nos hubiera gustado que dirigiera menos al jugador, que nos hiciera sentir como detectives y que las indicaciones constantes se hubieran dejado como un modo de dificultad para los más jóvenes, pero hemos disfrutado de la propuesta de Creatures. Cualquiera interesado por el universo Pokémon, por cómo viven y se comportan los monstruos de bolsillo, también lo hará.
Hemos realizado este análisis gracias a un código para Switch facilitado por Nintendo.