Análisis de Oddworld: Munch's Oddysee HD (PSVITA)

Oddworld: Munch's Oddysee es el patito feo de los Oddworld. Tras dos aventuras con el bueno de Abe la saga dio un cambio sorprendente, con un nuevo protagonista, diferente jugabilidad y para la que era la primera consola de Microsoft. Munch no gustó tanto como los anteriores, y no por su nueva temática, pues el que llegaría más tarde, Oddworld: Stranger's Wrath, igualmente cambiaba la jugabilidad y de una manera todavía más radical, sino porque simple y llanamente, no alcanzaba el alto listón del estudio. Convencidos de querer dar una segunda oportunidad al título, Just Add Water trae ahora el juego a PS Vita con la remasterización que se realizó hace ya la friolera de dos años solo que en versión portátil.

Varias eran las novedades de esta aventura, la más importante la exploración tridimensional. Hasta aquel momento los Abe consistían en juegos de puzles y plataformas 2D en escenarios renderizados, que era la manera más sencilla de impresionar a los jugadores en los tiempos de 32 y 64 bits cuando los polígonos aún no daban para un realismo creíble. Los 128 bits prometían la revolución técnica y muchas sagas intentaron, con mayor o peor fortuna, dar el salto a la exploración libre, y ese fue el caso de Munch, que además salió al mercado rodeado de la noticia mediática de su salto de PlayStation 2 a Xbox.
Abe cede parcialmente el protagonismo a Munch, el último de una extraña raza que para seguir la línea de Oddworld es de todo menos típico. Los puzles no desaparecen, de hecho se puede pasar de un héroe a otro para resolver los obstáculos aprovechando las habilidades de cada uno. Por ejemplo, Munch no es muy rápido en tierra, pero sabe nadar en aguas que para Abe serían letales, mientras que el viejo conocido mantiene su poder de controlar a los enemigos o de comunicarse. Además de su propio pellejo, los dos deben salvar a otras criaturas que encontrarán por el camino para pasar por compuertas bloqueadas o atacar a los enemigos –ya que Munch está muy limitado en sus ataques-.

Hay varias novedades en el planteamiento además de esa alternancia de protagonistas, como el uso de unas máquinas expendedoras de bebidas con efectos temporales que mejoran la velocidad o el salto. ¿Hay unas tierras repletas de enemigos que Abe no puede esquivar? Pues un trago y pasa corriendo por la zona. Uno de los objetivos principales consiste en recoger unas esferas esparcidas por el escenario que son la moneda de cambio para abrir puertas, a veces están bien visibles en el escenario y la dificultad está en llegar a ellas esquivando bombas o criaturas, otras veces están medio ocultas en algún rincón. El sistema de comunicación Gamespeak regresa y esta vez es más cómodo de usar, además ya no es tanto el centro de atención de los puzles.
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