Análisis de Looney Tunes: Deportes Galácticos (PSVITA)
Los personajes de Looney Tunes forman parte de la infancia de todos, desde los más mayores hasta los chavales actuales. Por eso resulta tan fácil sentirse cómodo jugando con ellos y Virtual Toys ha sabido conectar con ellos en un juego pensado para partidas cortas -por algo ha salido en una portátil- tanto en solitario como compitiendo con amigos.
El juego está pensado para los chavales de entre 7 y 10 años, de forma que la dificultad está adaptada a ellos, con una curva de dificultad bastante suave, de forma que va motivando al jugador para que cada vez se sienta más cómodo con el juego sin sentirse frustrado. Esto no quiere decir que sea todo un paseo, y ahí están los endiablados Retos Marvin para demostrarlo; pruebas que establecen condiciones muy exigentes para ganar.
No existe nada parecido a un modo historia, y está más cerca del estilo de los Mario & Sonic en los Juegos Olímpicos, aunque muchísimo más modesto: seis juegos con distintos recorridos o escenarios. Pero no están todos disponibles desde el principio. Al contrario, el mayor reto del juego consiste en ir desbloqueando tanto los personajes como las disciplinas deportivas y los escenarios.
Seis personajes, unos más conocidos que otros
Al principio únicamente puedes competir con Bugs Bunny y en carreras. La elección de los seis personajes que hay disponibles resulta un tanto extraña, aunque desde Virtual Toys han informado de que la elección corrió a cargo de Warner que se guió por un criterio de popularidad de sus personajes en EE.UU. Sólo así se entiende la inclusión de Yosemite Sam, un personaje muy poco apreciado o incluso conocido en España. Completan el plantel de personajes jugables el pato Lucas, Taz, Coyote y Porky, con alguna aparición de Marvin, el marciano, como personaje no jugable.
Los personajes se desbloquean cuando llegas a un nivel determinado, y la experiencia para subir de nivel se consigue jugando los distintos torneos que, a su vez, se van desbloqueando cuando quedas entre los tres primeros puestos en cada prueba. Al principio parece tan lioso como suena, porque además las pruebas tienen nombres muy parecidos, pero en realidad es muy sencillo: juegas, ganas y avanzas desbloqueando nuevas pruebas. Como el juego te va indicando cuándo está disponible un nuevo personaje, nunca te pierdes.
En cada torneo es un poco más difícil ganar, pero para mantener el interés del jugador el estudio ha incluido diversos artilugios -marca ACME, claro- que te conceden alguna ventaja, como parar el reloj en las pruebas contrarreloj o dejar una bomba para quien venga detrás. Cuando las cosas se ponen más complicadas y, sobre todo, en algunos Retos Marvin, los artilugios son muy útiles.
Las pruebas en sí son variadas: carreras espaciales es la que está desbloqueada inicialmente. Sorprende ver que se trata de una carrera tan tradicional como las de atletismo en la que hay que saltar, esquivar o deslizarse bajo distintos obstáculos. Se antoja que la cámara está demasiado cerca, aunque es la manera de aumentar la dificultad ya que los obstáculos surgen de repente y tienes que memorizar cada circuito para superarlo bien. Hay otro tipo de carreras en las que cuentan los metros que recorres hasta que cometes un fallo. Aunque puedes utilizar la pantalla táctil para el control, para las carreras más complicadas es más cómodo usar el stick izquierdo y los botones.
Golf Espacial es muy sencillo y simplemente eliges un palo de entre tres, la dirección y la potencia del golpe. Es el que nos ha resultado más simple porque restringe bastante los movimientos y la inclinación de la trayectoria depende más del palo que hayas elegido que de ti.
Boxeo Espacial es el único juego en primera persona, con cierta semejanza al de Wii. Son de las animaciones que menos nos han gustado porque los personajes muestran una agresividad que no encaja demasiado con esa violencia despreocupada de los Looney Tunes, y el control no anda todo lo fino que debería, sobre todo al esquivar, pero los combates son divertidos gracias a los artilugios. Tiro al platillo volante y tiro con arco son de puntería, uno en una nave espacial contra otros ovnis, y el otro en un espacio cúbico en el que debes disparar a personajes cuya efigie aparece en todas partes. Tiro con arco utiliza los sensores de movimiento de la consola ya que debes buscar por el espacio tridimensional dónde están los blancos.
Cada uno de los seis personajes tiene unas características diferentes, y en esto radica la gracia de elegir uno u otro. Es algo que no se nota tanto al principio, pero según vas avanzando en los distintos torneos va quedando más patente y, una vez más, son los retos Marvin los que marcan la diferencia.
Cada personaje es adecuado para un tipo de prueba
No siempre es fácil ver la diferencia entre personajes, aunque hay dos pruebas en los que sí está muy claro: las carreras espaciales y el tiro con arco. En estas últimas hay personajes con un punto de mira muy amplio y otros en los que hay que afinar mucho más. En las carreras hay personajes, como Coyote, muy rápidos pero para los que los obstáculos son durísimos y no logran apartar a ningún rival mientras que otros como Taz únicamente se ralentizan al chocar contra una caja.
El demonio tiene también en ese deporte una de las mejores animaciones cuando se convierte en su famoso torbellino al pisar una zona de aceleración. Y es muy divertido ver a Porky dar un estiloso saltito para superar una caja. De hecho, el juego logra captar bien en algunos momentos el humor catastrofista de la serie de personajes de Warner.
Por desgracia, no hay voz que acompañe a las animaciones. Hay personajes en los que no se echa de menos, pero no oír al charlatán Lucas ni a Porky se hace raro. Al parecer, ha sido por una cuestión de presupuesto ya que habría sido necesario recurrir a las voces oficiales de los nueve idiomas en que está doblado el juego. La música, aunque es buena y recuerda a la melodía de los dibujos, no es la original tampoco. El efecto es un extraño juego mudo en diversos momentos como cuando ganas la prueba.
Hemos podido probar muy poco el multijugador para cuatro jugadores, porque sólo existe la opción Ad hoc. El más divertido para competir con los amigos es deporte acuático, por la estrategia que supone recoger el mayor número posible de bolas y arriesgarse a perderlas o ser más conservador y que gane otro jugador más atrevido. El multijugador es para dos personas en boxeo y golf y para hasta cuatro jugadores en carreras y piscina.
Deportes Galácticos se presta muy bien a echar unas partidas con unos amigos, o a intentar superarse a uno mismo, o a comprar todos los artilugios posibles para cuando disputes las mencionadas partidas en multijugador, pero esta agilidad se pierde por unos interminables tiempos de carga incluso cuando quieres repetir la prueba que acabas de disputar o reiniciarla. Igualmente pesado es cuando te das cuenta de que has elegido a un personaje que no es adecuado para una prueba y quieres cambiar.
Hay un segundo problema que molesta durante el juego; en la ensalada de disparos galácticos de tiro al platillo volante a veces tienes unas diez naves en pantalla y entonces suele caer la tasa de imágenes por segundo hasta que la pantalla se despeja un poco.
Virtual ha querido simplificar los menús para agilizar la jugabilidad, pero al final queda un poco confuso, no sólo por los nombres tan similares de las pruebas en los circuitos, sino porque la tienda está disponible desde el menú principal y desde el perfil, cada prueba está en el circuito correspondiente y luego en su deporte correspondiente dentro del apartado de partida rápida... no es difícil de entender, pero sí es engorroso precisamente al haber intentado que fuera accesible.
Virtual Toys ha cogido bastante bien el pulso a una franquicia que no había tenido demasiada suerte en los videojuegos y que encaja muy bien dentro de estas pruebas breves en las que los personajes toman parte con ritmo y proporcionan diversión y reto (sobre todo para la edad a la que se dirige el juego). Podría tener más contenido, personajes o variedad en los deportes; no es un juego con grandes ambiciones, y quizás por eso logra su objetivo.