Análisis de Kingdom Hearts: Birth by Sleep (PSP)
¿Estás preparado para conocer el inicio de Kingdom Hearts?
Ramón Varela ·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
GRÁFICOS
9.5
SONIDO
9.4
NOTA
9.2
DIVERSIÓN
9
JUGABILIDAD
9
Análisis de versión PSP.
Con el lanzamiento de Kingdom Hearts Birth By Sleep la lista de grandes promesas de Square Enix para la portátil de Sony se va cumpliendo. Presentado en 2007, y con los títulos de Final Fantasy Crisis Core y Dissidia en el mercado, a la compañía japonesa sólo la resta lanzar Parasite Eve The 3rd Birthday y Agito XIII. A nivel mediático, sin embargo, quizás Kingdom Hearts sea el que cuenta con más apoyo popular.
Gran parte de las novedades han sido descritas en el avance y las impresiones del juego, aunque tras probar en profundidad sus posibilidades, hemos podido apreciar las virtudes y defectos de manera más clara. Sin duda, Kingdom Hearts sigue fortaleciendo su prestigio, aunque muchas veces sea a costa de spin off -títulos alternativos- y para sistemas portátiles, en ocasiones móviles, que ni siquiera salen de Japón. Una vez más, recordemos que Birth By Sleep es en realidad el capítulo cero, una precuela creada para resolver misterios de la historia -y a la vez, plantear nuevos- que poco a poco se va enredando hasta alejarse de lo que fue inicialmente un simple juego de acción y rol con cameos de Disney y Square -de la cual esta vez son muy pocos-. Pero la fórmula funcionó, no podía ser de otra manera con dos de las compañías de entretenimiento más poderosas en sus sectores -al menos la Square de principios de 2000- arropando un juego no falto de carisma, unos gráficos tridimensionales que se ajustaban como un guante al estilo animado 2D y una jugabilidad apta tanto para los seguidores del rol como para los de la acción ligera.
El principal objetivo de Birth By Sleep es contar un hecho importante de los Maestros Espada que influye en lo visto en los juegos de PlayStation 2, Nintendo DS o GameBoy Advance. Para ello, no contaremos con un sólo punto de vista, si no el de tres jóvenes portadores de Llaves Espadas que se enfrentarán a un peligro nuevo para ellos. Terra y Aqua, los dos más adultos, realizarán una prueba para convertirse en auténticos Maestros, pero Terra no la superará. A partir de aquí, la desaparición de Xehanort, uno de los Maestros, coincide con la invasión de unas nuevas criaturas que obligarán a los tres protagonistas a separar sus caminos y resolver el misterio, que se revelará como una trama urdida por algunos villanos de Disney.
Se trata de una precuela, así que teóricamente es posible engancharse al juego con este capítulo, pero existe una buena cantidad de palabras y referencias al mundo de otros Kingdom Hearts que pueden ser inicialmente duras para los novatos, aunque en líneas generales, el argumento no deja de ser una vuelta de tuerca más a la batalla de la luz contra la oscuridad. Algunas de las frases en boca de Xehanort parecen claramente inspiradas en el Emperador Palpatine aleccionando al que sería Darth Vader.
La existencia de tres personajes hace que se pueda considerar al juego como dividido realmente en varias historias -que se cruzan en varios momentos-, diferente jugabilidad y dificultad. Cada partida tiene una duración aproximada de 15 horas, así que es una cantidad de tiempo razonable para quedar enganchado de principio a fin, sin notar tramos extendidos más de lo necesario. Merece la pena mencionar que los protagonistas comparten carisma por igual y que, aunque se puedan tener preferencias según el sistema de juego, todos ellos cubren varias personalidades: la seguridad y confianza de Aqua, los tonos grises y dudosos de Terra, y la sinceridad e inocencia de Ven -el protagonista "más Disney" y "menos Square"-.
Pero es en la jugabilidad donde la existencia de tres personajes hace que rejugar a este Kingdom Hearts cobre más sentido y justificación. Terra es el más fuerte y resistente, es ideal para los que desean acción directa y sin complicaciones. Por otro lado, Ven, el más joven, disfruta de una mayor agilidad con la que compensar su fuerza física, y está pensado para asaltar a los enemigos, retroceder, esquivar y, en definitiva, controlar perfectamente el ritmo de los combates. Aqua se apoya en la magia, así que es un tipo de juego más pausado y "cerebral". No todos se ajustarán más a nuestros gustos y es fácil que uno de ellos se nos atragante, pero la diversión siempre está asegurada.
La historia nos guía como siempre por diversos mundos inspirados en películas de clásicos Disney, dependiendo de nuestro argumento -por ejemplo, buscar a Xehanort-, e iremos encontrando princesas y personajes extraídos de las animaciones, a la vez que combatimos contra los nuevos "sin corazón" que pueblan el juego, bastante inocentones pero abundantes y en un número respetable. El problema con las cámaras siempre está ahí y es muy difícil conseguir que la visión nos ofrezca una situación completa del combate, así que en más de una ocasión nos llevaremos golpes por la espalda, pero no funciona peor en Birth By Sleep que en cualquier otro juego del mismo género, así que todo se basa en evitar ser rodeado y localizar mentalmente a los rivales, especialmente los más fuertes. Existe una fijación de objetivos automática que ayuda a no marearse mucho con los enemigos más rápidos, aunque con algunos jefes va a ser imposible mantener siempre la situación bajo control.
El sistema de combate que explicamos en nuestras impresiones es ciertamente el más interesante de toda la saga. Sigue siendo un juego de rol de acción pero la personalización del menú de acciones da mucha profundidad. En el juego, además de los movimientos básicos como salto, golpe con la espada y defensas, los comandos son el truco para salir airoso de la mayoría de situaciones. Son acciones, golpes especiales o magias que pueden ser compradas o conseguidas durante el avance del juego, y seleccionadas para el menú del combate -en un número limitado- con el botón de direcciones. Se acabó que los desarrolladores del juego configuren a tu personaje como quieren ellos: ahora tú decides los comandos te interesan y los que no.
Podemos elegir un golpe poderoso, lanzar la Llave Espada como arma, utilizar las pociones de vida, o insertar alguna magia elemental a costa de quitar otro comando. Su uso está restringido por la espera hasta su próxima utilización, y de esta manera, nos olvidamos de cosas como puntos de magia. Los comandos se pueden mezclar entre ellos junto con algún objeto especial, para crear otros nuevos más poderosos, que suben de nivel, así que es difícil encontrar dos jugadores con exactamente el mismo tipo de habilidades. Y cuando uno de estos comandos es dominado -no puede mejorar más-, pasa a ser permanente, similar a la forma de personalización de otros juegos -se nos ocurren los beneficios de las equipaciones de Final Fantasy IX, por ejemplo-.
El juego recompensa los combos subiendo un medidor por ataques y uso de comandos, ofreciendo aún más poder de ataque y estilos de combate. Si sumamos movimientos como uno para apuntar a rivales y lanzarse con un ataque devastador -hay otro medidor para no abusar de él- la mecánica se va enriqueciendo, y la guinda la ponen las invocaciones. Lejos de ser una llamada a un personaje Disney para que haga un ataque especial y poco más, el sistema de enlace entre nuestro héroe y sus compañeros -u otros personajes de la historia- nos proporciona comandos de ataque nuevos e inspirados en sus personalidades; por ejemplo, conectar a Maléfica con Terra nos da algunas magias aturdidoras, y Aqua tiene el útil comando de Cura. Estos enlaces son una característica muy práctica, especialmente al inicio del juego, hasta que poco a poco nuestros comandos son lo suficientemente fuertes como para no necesitar de esta ayuda. Al final, la clave para ganar está en saber esquivar golpes y eliminar rápidamente a los enemigos para recoger los premios que sueltan -entre ellos, de vitalidad-, pero la gran profundidad del toque RPG aporta más estrategia al combate y que no todo se base en machacar botones. Un comando bien elegido puede ser una gran ventaja en un momento determinado.
El sistema de combate es el más elaborado de la saga, y aunque nos habría gustado algo más de libertad para explorar los escenarios -de todas formas, no es muy diferente en esto de anteriores Kingdom Hearts-, a nivel jugable tiene mucho que enseñar a sus predecesores, a pesar de que el pad siempre ha tenido más comodidad en este tipo de juegos que la PSP. Nos ha gustado ver que, pese a la evolución de muchas otras sagas hacia la acción más simple -caso de Parasite Eve-, Square Enix precisamente ha potenciado con Birth By Sleep los elementos roleros y de personalización. También la variedad del juego es alta gracias a que algunos mundos tienen una duración corta, a diferencia de otros Kindgom Hearts en los que un mismo lugar era explotado durante horas, en ocasiones con simples estratagemas como hacer recorrer el mapa una y otra vez para diferentes eventos.
El desarrollo del juego no presenta grandes novedades para los conocedores de la saga; los escenarios son bastante lineales, no hay mucho más diálogo que el ofrecido por las espectaculares -para PSP- secuencias cinemáticas y cada cuatro pasos aparecerán de la nada un buen grupo de enemigos oscuros, cruzándose de vez en cuando un jefe final. Como juego alternativo para romper la monotonía de Birth By Sleep, se ha introducido un tablero de casillas que sirve para potenciar nuestros comandos que realmente es algo más que un 'mini' juego de mesa. Hay otros juegos, como uno musical o una carrera sobre las Llaves Espadas, pero el tablero realmente nos ha parecido enormemente interesante. Tiene sus reglas, bastante complejas para ser descritas en pocas líneas, pero podríamos resumirlo en un "Monopoly" en el que comprar casillas para conseguir puntos -si uno de nuestros amigos cae en ellas, nos deberá pagar-.
Si la suerte acompaña a nuestro dado, el objetivo es ser el primero en cosechar puntos pasando por cuatro casillas clave, robárselos al resto de jugadores y llegar a la meta el primero -con la puntuación decidida inicialmente-. Ganemos o no, siempre subiremos el nivel de nuestros comandos, así que representa algo más que un descanso de tanta batalla. Por supuesto, es un juego opcional, pero en el que no dudamos que se invertirán muchas horas para disfrutar por completo de este Kingdom Hearts. Y es también una forma de hacer que los menos habilidosos en el combate puedan ganar experiencia y "levear" -subir el nivel por encima de lo normal- de una manera sencilla y muy adictiva.
No hay que olvidar que Birth by Sleep incluye también un modo multijugador, con modos de combate entre jugadores en el mundo de la arena de combate -esa habitual zona de entrenamiento que ha estado presente siempre en la saga-, cooperación por sobrevivir a enemigos -incluso invocando habilidades de amigos- y para disfrutar de minijuegos -aunque el de carreras no es tan divertido como imaginábamos-, como el tablero de comandos. Aunque no se puede pensar en este Kingdom Hearts como un juego especialmente orientado para este modo, lo cierto es que está lo suficientemente bien tratado como para pasar de ser una anécdota. Es sólo adhoc, pero los poseedores de una PlayStation 3 pueden utilizar Ad-Hoc Party para extender la diversión sin problemas de distancia.
El juego cuenta con opciones de instalación en la memoria para agilizar los tiempos de carga -es realmente recomendable-; por lo general son tiempos aceptables, aunque sí mucho más habituales que en consolas domésticas; digamos que cada "habitación" -que puede ser campo abierto- o segmento del recorrido es más corto que en 128 bits, así que cada poco tendremos una pequeña pausa. Es muy de agradecer que se incorpore la poco habitual opción de jugar en 222 o 333 Mhz; con mayor velocidad del procesador, las ralentizaciones prácticamente desaparecen y se nota una fluidez pasmosa, aunque también el consumo de batería es mayor. Se puede configurar también la profundidad de colores entre 16 y 32 bits, aunque en este caso no hemos notado demasiada diferencia que justifique este pequeño esfuerzo extra.
En el apartado gráfico, no se le pueden poner muchas pegas. Tiene sus limitaciones, principalmente que los escenarios son más vacíos que otros juegos punteros de PSP - Metal Gear Solid Peace Walker, por ejemplo-, pero es cierto que en la mayoría de ellos acabamos luchando contra varios enemigos y siempre la imagen acaba repleta de efectos de luces y pirotecnia. Donde la portátil realmente mantiene el tipo en comparación con PlayStation 2 es en las secuencias, con unas animaciones y unos modelados realmente envidiables. Quizás algo más de detalle en los escenarios, tan "falsos" -faltos de vida- como preciosos habría aumentado nuestro interés en detenernos un tiempo a disfrutar de ellos, aunque imaginamos que se ha tratado principalmente de equilibrar fluidez con carga poligonal.
La banda sonora es muy predecible para los fans de Kingdom Hearts, pero no por ello menos buena; al contrario, se reciclan algunos de los mejores temas ya oídos de adaptaciones de Disney pasadas por el piano de Yoko Shimomura, con nuevas incorporaciones en el mismo estilo, dando como resultado una banda sonora muy sólida encabezada por el remix de la canción Hikari, del primer juego. A pesar de ello, algunos mundos poseen unas canciones excesivamente cortas que acaban siendo muy cíclicas, como la de Cenicienta, pero no es lo habitual.
Las voces en inglés -un retroceso tras Kingdom Hearts II- cuentan con actores de renombre como James Woods, Leonard Nimoy o Mark "Luke" Hamill, y el sello de calidad de Disney con las voces oficiales para sus personajes, como Mickey. En definitiva, pocas sorpresas, aunque con una cuidada producción detrás que se deja notar.
Conclusiones
Birth by Sleep no es perfecto, y no convencerá a quién ya ha probado -y rechazado- la serie, pero es el Kingdom Hearts más pulido de la serie hasta la fecha, mejorando los puntos fuertes de pasadas entregas, a la vez que mantiene la misma filosofía de siempre. Se le puede criticar que se sigan utilizando muchos de los mundos ya conocidos, así como el tipo de enemigos -a pesar de ser, supuestamente, nuevos- desde el primer Kingdom Hearts, o que la parte de plataformas siga siendo extremadamente simple y reducida, pero, en el fondo, esta es la entrega más innovadora a nivel jugable y no ha pretendido ninguna revolución drástica, que sin embargo, deberá llegar en cierto momento -¿Kingdom Hearts III?- para evitara caer en la repetición a la que tiende. Nuevos mundos, personajes de Pixar, una historia con menos aires pseudo filosóficos y más momentos épicos podrían ser las novedades que mantendrían esta gallina de los huevos de oro de Square fabricando más superventas.
Con más duración de lo habitual -quizás no las 45 horas prometidas por sus creadores, pero sí bastantes, dependiendo del tiempo invertido en minijuegos- y tres historias que vamos a querer terminar por completo, los seguidores de la saga van a tener difícil resistirse a este Kingdom Hearts. Se han añadido extras a la versión occidental, como un epílogo que no se puede desbloquear en el modo fácil, y basta juntarse con algún amigo con su juego para disfrutar de los modos multijugador durante horas.
Sin duda, todo un ejemplo de cómo llevar una saga nacida en domésticas a portátil sin realizar grandes sacrificios, ni en el apartado jugable ni en el gráfico.
Redactor
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