Análisis de Driver 76 (PSP)
Los dos grandes editores franceses, Ubisoft y Atari (Infogrames), están en situaciones muy diferentes. Mientras que la primera lleva años experimentando un continuo y seguro crecimiento, la segunda, tras afrontar uno rápido y arriesgado, lleva unos años complicados durante los que ha tenido que sacrificar algunas de sus propiedades, como Timeshift, Stuntman y el que hasta ahora era uno de sus juegos estrella: Driver. Ha sido Ubisoft, compatriota, la que se ha hecho con la multimillonaria licencia, cuya última entrega, Parallel Lines, salió hace algo más de un año para PlayStation 2 y Xbox.
Parallel Lines pronto saldrá para Wii en forma de uno de esos "Wiimakes" que adaptan un juego ya lanzado al control de la consola de Nintendo, pero antes ha llegado este Driver 76, un novedoso juego que, al contrario de lo que estamos habituados a ver en PSP, no se trata de una adaptación de pantalla panorámica del original de PlayStation 2, sino un juego nuevo que usa como base los escenarios del anterior juego, al estilo de los Stories de Grand Theft Auto. Este Driver 76 que hoy comentamos, y que es superior a Parallel Lines, es una especie de precuela de Driver: Parallel Lines que sigue la historia de dos de los personajes secundarios de este último juego, Ray y Slink. Está ambientado únicamente en los años 70, en la Nueva York de la época, y ha sido desarrollado por Sumo Digital, el demandado grupo británico que tanto talento ha demostrado en sus últimas versiones portátiles.
Como la parte setentera de Parallel Lines, el juego está ambientado en la ciudad de Nueva York, en el año 1976. Ante nosotros tenemos una gran libertad de movimiento para surcar las diferentes zonas de la ciudad que, aunque no modeladas exactamente basándose en el lugar real, sí cuentan con el mismo estilo de edificación. Será en estas calles, tanto a pie como en coche, donde tendremos que realizar numerosas misiones que forman la historia del juego. Aparte de las misiones que van haciendo que la historia avance, contamos también con una serie de misiones secundarias especialmente apropiadas para ganar dinero. A medida que vayamos completando misiones, iremos ampliando también el repertorio de vehículos en nuestro garaje.
La historia de Driver 76 combina la linealidad con la no linealidad. Está estructurada en capítulos, compuestos cada uno de ellos por varias misiones que podremos solucionar en el orden que queramos. Tenemos ante nosotros el mapa de la ciudad, con la opción de seleccionar entre las misiones principales y las secundarias, y pudiendo optar también por echar un visazo a nuestro garaje o dar una vuelta por Nueva York. Una vez hayamos solucionado todas las misiones que componen un capítulo en cuestión, veremos una secuencia cinemática que nos contará algo más, narrada originalmente a base de viñetas de comic, aunque habladas en castellano. El juego está completamente doblado al castellano, contando con numerosos acentos y un guión correcto; hay tacos, pero no demasiado forzados, y la sensación es creíble.
