Análisis de Disgaea 2: Dark Hero Days (PSP)

Muchos SRPG o juegos de rol de estrategia se centran en el uso de habilidades mágicas o evolución de los personajes, olvidando gran parte de ese factor estratégico que los diferencia de otros títulos. Disgaea 2 cuenta con numerosas reglas que añaden todo ese interés que hace que cada partida tenga cientos de soluciones posibles, con consumo de más o menos turnos. La mecánica cuenta con elementos típicos, como el uso de turnos de movimiento y de ataque diferenciado, la importancia de las posiciones de ataque tanto para dañar -desde un lateral se perjudica más que de frente- como para recibir menos daño. Y claro, también existen los combos con varios personajes, dependiendo de su formación de ataque.

Una de las curiosidades, habituales en Disgaea, que más pueden afectar al combate, son los Geo Panels, que afectan una porción de la rejilla del escenario, alterando su estado. Estos ítems, que pueden ser lanzados -como los propios compañeros- a otra parte del escenario, y de esta manera, afectar a otra zona interesada del terreno, o incluso destruidos, juegan un papel estratégico elevando la resistencia o ataque de quienes se ven afectados, o quizás, reduciendo sus estadísticas. Jugar con este factor nos puede ser una pequeña ayuda cuando queramos debilitar a los rivales, aunque también podemos caer en estas trampas. Las diferentes clases de personajes que nos acompañarán tienen roles de ataque bien diferenciados, que no van a necesitar mucha explicación: guerreros para el cuerpo a cuerpo, luchadores con armas de fuego o magia... cada uno con una movilidad en el tablero y fortaleza a tener en cuenta en cuanto a su posicionamiento -es absurdo colocar en el centro del mapa a un personaje desprotegido-. Estrategias que iremos aprendiendo a fuerza de jugar partida tras partida, viendo los fallos cometidos.
Existen más peculiaridades en Dark Hero Days, algunas del original y otras integradas de Disgaea 3, el juego lanzado en PlayStation 3, que redondean las posibilidades del juego. En Item World, por ejemplo, podemos enfrentarnos a side quest o retos alternativos dentro de cada objeto de juego, que superados potencian el poder del mismo. La Dark Assembly, o asamblea oscura, por otro lado es una especie de jurado que rige el mundo de Disgaea 2 y que debe aprobar la creación de los personajes más poderosos -además del consumo de maná ganado en las batallas-. Incluso esta asamblea cuenta con una sorprendente complejidad -en el buen sentido-, ya que existen varios tipos de facciones con tendencias bien marcadas, como aquellos proclives a votar la creación de monstruos, o de mujeres, o los borrachos, de voto bastante incierto. Como las votaciones no son del todo limpias, también podemos influir en la aceptación o no del consejo. No obstante, Dark Hero Days tiene una curva inicial bastante lenta para que poco a poco podamos aprender todas las estrategias del combate y mejora de armas, así que no hay excusa para no engancharse a su jugabilidad.

Además de las novedades jugables adaptadas de Disgaea 3, como el Magichange -convertir monstruos en armas-, nuevas clases de personajes -Lady Samurai, Death Saber, Celestial Host, Entei y Robot- hay algo de nuevo contenido respecto a la versión lanzada en PlayStation 2, como un capítulo protagonizado por Axel, con su propia asamblea oscura e Item World. No podemos decir que sean cambios revolucionarios o drásticos que justifiquen una segunda compra, pero aquellos que se quedaron con las ganas -o no pudieron- de probar Cursed Memories descubrirán aquí una aventura más completa a todos los niveles. Los conocedores de la saga, en cambio, encontrarán en estas novedades disculpa suficiente para empezar una nueva partida y recordar qué es todo lo que hace grande a Disgaea.

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