Análisis Tom Clancy's The Division 2, un gran shooter looter (PS4, PC, Xbox One)
Análisis completo: Actualizado y con nota.
Los juegos como servicio, y más concretamente los looter shooter, parecen ser la nueva gallina de los huevos de oro. Todas las grandes editoras –2K, Activision, Electronic Arts, Ubisoft– han probado suerte en el género, aunque con diferente suerte. Los casos más similares serían tanto Destiny como The Division, que empezaron bastante bien, y a pesar de tener algunos elementos mejorables, consiguieron expandir con bastante éxito sus títulos base en la dirección en las que lo pedía la comunidad.
Videoanálisis
Centrándonos en The Division 2, el que hoy nos ocupa, tenemos que decir que Ubisoft Massive ha hecho un fantástico trabajo aprendiendo todas las lecciones del pasado y haciendo que esta segunda parte sea un ejemplo de cómo hacer un título de este género y, además, según podemos ver, todo un ejemplo de cómo hacer un juego como servicio.
Guerra por Washington
The Division 2 es un juego de rol y disparos en tercera persona con un fortísimo enfoque cooperativo, aunque puede jugarse en solitario siempre y cuando estemos conectados a internet. Como shooter looter, ir subiendo de nivel, consiguiendo mejor equipo, modificando este equipo y haciendo ciertas misiones y desafíos para conseguir los objetos más raros es una parte integral de la experiencia.
Esta aventura sigue una apuesta muy ubisoftera en lo que respecta al desarrollo. El mundo del juego –Washington DC– está repleto de cosas que hacer, con misiones principales y secundarias, así como muchos otros desafíos menores con los que ir conquistando territorio y ganando experiencia. En este caso, las misiones primarias y secundarias son muy similares en su desarrollo y calidad, y la principal diferencia es que el nivel de las secundarias se adapta al nuestro, siempre un nivel por encima de nosotros independientemente de cuándo las hagamos.
Las misiones son entretenidísimas, a pesar de que, a excepción del algunas, su diseño es muy simple. La razón por la que son tan divertidas es que la jugabilidad es fantástica y que los escenarios son muy, muy variados. A diferencia del primero, donde todos los niveles eran muy similares, aquí son todos casi únicos, y recorreremos galerías de arte, estadios de baloncesto, bloques de apartamentos, edificios del gobierno, parques…
Con un entorno tan rico y una jugabilidad tan buena, es mucho más difícil aburrirse de hacer misiones y desafíos secundarios. Los desafíos opcionales, que generalmente implican conquistar un territorio enemigo, más o menos complejo, o rescatar civiles o compañeros, no son nada especial, pero suelen ser rápidos de completar y se hacen con gusto. Además, el juego nos recompensa constantemente con objetos y experiencia al explorar y al derrotar enemigos, por lo que –si no tienes prisa– nunca tienes la sensación de estar perdiendo el tiempo.
Si tienes prisa, sí que hay algunas cosas mejorables. Cosas como tener que reaparecer a saber dónde cuando te matan si estás jugando solo –porque no tienes a nadie que te reviva – pueden ser un poco molestas, o un matchmaking un tanto limitado que no ofrece demasiada información a la hora de unirte a otros jugadores, y puede acabar haciéndote perder bastante tiempo lanzándote a la aventura, sin saber exactamente qué están haciendo estos jugadores.
Hay que tener en cuenta también que es un juego bastante difícil que perdona pocos errores. Ahora tanto los enemigos como nosotros aguantamos menos disparos, obligándonos a tomar menos riesgos durante las batallas. No es raro que un enemigo nos flanquee y no nos demos cuenta, nos pegue un escopetazo en la oreja, y nos obligue a reiniciar los últimos 20 minutos de misión… salvo que un compañero pueda rescatarnos. Por eso, jugar con gente es la mejor manera de disfrutar The Division 2, particularmente si es con amigos.
Y si os preocupa que el amigo con el que queréis jugar os saque 20 niveles, tenemos buenas noticias. El juego subirá temporalmente el nivel de tus amigos para que puedan jugar las mismas misiones que tú sin quedarse rezagados, aunque esa subida sólo se aplica a la historia, y no a los modos JcJ. Una vez dejemos de jugar juntos, nuestro compañero recupera su nivel normal. A nosotros nos ha parecido una idea genial que soluciona uno de los grandes problemas de títulos como éste.
Como ya sabéis, también se ha añadido un pequeño componente de gestión de recursos, por llamarlo de alguna manera. Tenemos una serie de proyectos que requieren que donemos materiales u objetos, completemos misiones, reclutemos personajes y mejoremos nuestros asentamientos, algo necesario para progresar, conseguir experiencia y desbloquear misiones secundarias.
De manera similar, por ejemplo, los puntos de control que vayamos liberando de nuestros enemigos van a necesitar determinados recursos como agua, comida o tecnología, y tendremos que estar pendientes de ellos si queremos ganar unos cuantos puntos de experiencia extra. No es algo muy exigente, pero está ahí, tiene su presencia y puede requerir nuestra atención.
El jugador contra jugador
The Division 2 tiene dos modos online jugador contra jugador. El primero es la Zona Oscura, un área JcE y JcJ donde tenemos que conseguir loot contaminado, llevarlo a una zona de extracción, lanzar una bengala, y defendernos de los ataques enemigos mientras esperamos a que el helicóptero venga a llevarse estos objetos para descontaminarlos. Podemos, además, jugar como renegados, lo que facilita conseguir objetos a través de la interacción con ciertos elementos, pero nos hará más visibles.
Aquí vamos a encontrarnos a otros jugadores, y sus intenciones son totalmente desconocidas. Habrá gente que quiera colaborar y repeler con mayor facilidad los ataques de los rivales controlados por la inteligencia artificial… o que quieran matarnos. O que finjan ayudarnos a defendernos… y al final nos maten y se lleven nuestro loot. Es un modo muy interesante, y tan intenso como lo era en la primera parte, aunque creemos que nos gustaba más ese ambiente oscuro y opresor del original.
Luego, tenemos el Conflicto, el modo JcJ tradicional. Dividido en dos modos, Escaramuza y Dominación, nos invitan a enfrentarnos en equipos de cuatro por sobrevivir o dominar territorios, respectivamente, y la verdad es que no aportan demasiado. Parecen más unos modos que «había que meter», y que tampoco se han querido molestar demasiado en diseñarlos. Prueba de ello es que nos ha costado mucho encontrar jugadores para probarlos.
La apuesta más fuerte para el JcJ sigue siendo la Zona Oscura, que con esa intriga añadida de no saber cómo van a comportarse los otros usuarios nos ofrece las partidas más intensas hasta el momento. Aun así, se agradece que hayan incluido modos JcJ más puros y clásicos para quienes lo prefieran.
Sintiendo cada disparo
Como decíamos, la jugabilidad de The Division 2 nos ha gustado muchísimo; en concreto, su gunplay. La sensación de las armas es fantástica, así como la sensación de progresión que nos dan. Hay muchísimos tipos de armas, y como normalmente vamos cambiando a una que tenga más nivel, vamos a probarlas casi todas. Esto nos permite ver lo diferentes que son entre sí, y casi que nos obliga a especializarnos en un tipo según vamos avanzando para rendir mejor.
También vamos viendo cómo mejoran ellas. Ya sea por ser de nivel superior o gracias a los modificadores que vamos aplicando, cada vez tienen menos retroceso, son más precisas y responden mejor. Es una de las parte más satisfactorias del juego, y te hace disfrutar con cada impacto letal que consigues.
Gran parte es gracias a los enemigos que, aun siendo un poco kamikazes, son rivales a tener en cuenta. Normalmente nos van a ganar en número e intentar flanquearnos o sacarnos de nuestras coberturas a base de granadas y cócteles molotov, pero cuando se ven atrapados se refugian y somos nosotros los que tenemos que ir a buscarlos.
Gran parte es, también, al diseño de los escenarios, que ahora son mucho más abiertos y con varios niveles de altura. Esto propicia que los disparos –y los enemigos más agresivos– puedan llegar desde cualquier parte, multiplicando la tensión al saber que el resto ya no está únicamente frente a nosotros, sino a nuestro alrededor.
Destacar, igualmente, la notable cantidad de enemigos que encontramos. Desde los tradicionales –francotiradores, escopeteros, pistoleros…– a otros como los suicidas que vienen corriendo hacia nosotros para inmolarse, los blindados con un martillo, los que nos lanzan pequeños vehículos armados… Ubisoft ha creado un elenco bastante completo, que incluso se amplía una vez completamos el juego y llegamos al endgame con nuevas incorporaciones, como una especie de robot patrulla que no es nada fácil de derrotar.
El endgame: de vuelta con más fuerza
Hablando del endgame, también nos ha gustado mucho cómo lo ha gestionado Massive. Una vez alcanzamos el nivel 30 –el máximo por el momento–, la ciudad de Washington se sumerge en un nuevo caos con un nuevo tipo de enemigo. Los llamados Colmillos Negros se hacen con el control de la ciudad, prácticamente reiniciando todo el progreso que habíamos conseguido hasta el momento.
Ahora es el momento de especializarnos en una de las tres clases que se desbloquean –entre las que podemos cambiar a posteriori, sí así lo deseamos–, que nos ofrecerá un nuevo árbol de habilidades y una nueva arma muy potente que se sumará a las tres que ya tenemos. Este arma tiene munición muy limitada que es difícil de encontrar durante las misiones, por lo que se convierte en una especie de último recurso.
Nuestro nivel pasa a medirse por nuestra fuerza, una cifra que depende de nuestro equipo y armas, un poco a lo Destiny. Los enemigos sí que tendrán niveles, aunque serán de un nuevo tipo que nos indica su peligrosidad dentro de este endgame.
Ahora es el momento de volver a salir a la calle para enfrentarnos a estos nuevos rivales –aunque los antiguos no desaparecen–, rehacer las misiones principales y secundarias con el aliciente de luchar contra los Colmillos negros, retomar nuestros asentamientos… Un detalle curioso es que el endgame es un poco endless, infinito, con elementos como los puntos de control siendo recapturados por nuestros rivales, y haciendo que, incluso aunque completemos todo, surjan nuevos desafíos.
En esencia es rehacer lo que ya hemos hecho, pero, volvemos a repetir, tiene una jugabilidad tan entretenida y unos escenarios tan variados que no se hace repetitivo en exceso, sobre todo si lo dosificáis. No está de más recordar que todos los contenidos descargables del primer año serán gratuitos, por lo que esto es sólo el principio de lo que los usuarios van a recibir con el juego, como la primera raid para ocho jugadores que llegará en unas semanas. Y sí, hay micropagos y cajas de botín, todo meramente estético y que no influye en absoluto en el progreso del jugador.
Compromiso técnico
Nosotros hemos realizado este análisis en Xbox One X, y hay cosas que nos han gustado mucho y otras que no tanto. Vamos a empezar por lo positivo. Destacar, todas las veces que sea necesario, el grandísimo trabajo que se ha hecho diseñando el mapa. La variedad de los entornos es fantástica, tanto en exteriores como –sobre todo– en interiores, repletos de detalles y con una dirección artística fenomenal.
A esto tenemos que añadirle la variedad que se deriva del ciclo de día y noche y de los efectos climáticos. Éstos cambian por completo la apariencia del juego, dando pie a multitud de combinaciones. Por ejemplo, podemos tener la neblina al amanecer, que pinta las calles de amarillo con sombras muy marcadas, o una espectacular tormenta nocturna en la que los focos iluminan las gotas de agua.
Y lo mejor de todo es que esto también tiene su efecto en la jugabilidad. Si hay niebla y es de noche, es muy posible que no seamos capaces de ver a nuestros enemigos, mientras que si es de día y está despejado, lo raro sería no poder verlos. Todos estos efectos modifican las partidas en tiempo real, y hacen que la misma misión pueda parecer totalmente diferente en función de cómo la juguemos.
Todo está muy, muy cuidado en The Division 2. Los escenarios están repletos de detalles y, dentro de lo muertas que están, las ciudades transmiten sensación de estar vivas –o al menos, pobladas–, y es curioso ver una ciudad recreada a escala 1:1 en un videojuego. No está entera, claro, pero lo que está es a tamaño real, según cuenta Ubisoft.
Como decíamos en nuestro anterior texto, Ubisoft ha preferido darle prioridad a la estabilidad de la tasa de imágenes por segundo. Sí, son 30 imágenes en consola, pero muy estables, algo que es de agradecer. En Xbox One X funciona a 4K nativo, dejándonos una imagen supernítida, y el HDR es una auténtica pasada, añadiendo fuerza a los contrastes tan notables que ya tiene de por sí.
Eso sí, habríamos preferido resolución dinámica o algún que otro sacrificio para mejorar el popping, tanto de objetos como de texturas. No es tan grave como en la beta, pero sí que sigue siendo un problema notable. Afea mucho más el conjunto ver constantemente cómo se generan cosas frente a nosotros que bajar temporalmente la resolución unos cuantos píxeles. Es genial que las compañías consigan alcanzar los 4K nativos en la X, pero creemos que no todo es la resolución.
En lo sonoro, los efectos de sonido están genial, pero el doblaje y la música nos han parecido bastante flojos. La música acaba convirtiéndose muchas veces en ruido que acompaña a las batallas, muy poco inspirada, pero también hay melodías más acertadas y épicas. El doblaje al castellano no está mal como tal, pero las frases que dicen son, a veces, vergonzosas e impropias de un campo de batalla, tales como «Pero ¿qué haces, tarado?».
Juntos por la victoria
The Division 2 es un juegazo que coge la gran base de su predecesor y la mejora para convertirlo en un referente del género. Creemos que hay todavía algunos aspectos por mejorar, como las opciones de matchmaking o el repetitivo diseño de misiones –paliado por la gran jugabilidad y la excelente variedad de escenarios–, pero en esencia es un título divertidísimo, con contenido para parar un tren, y muy recomendado para quienes disfrutaran con el primero.
Sí, es tremendamente continuista, y nos gustaría haber visto alguna novedad más notable, pero Ubisoft ha ido por el camino del «más y mejor», y no podemos ponerle muchas pegas. Además, todos los contenidos descargables de su primer año de vida serán gratuitos –cosméticos aparte–, lo que nos garantiza tener juego para rato. Si queréis un título para disfrutar online, lo nuevo de Ubisoft nos parece una de las mejores opciones disponibles en este momento.
Hemos realizado este análisis en Xbox One X adquiriendo el juego en la Store de Microsoft.