Análisis ToeJam & Earl: Back in the Groove!, regresa un clásico (PS4, PC, Xbox One, Switch)
Junto a Sonic, la pareja alienígena compuesta por Toejam y Earl formó parte de uno de los cartuchos más conocidos del incipiente catálogo de Mega Drive en 1991. Es verdad que no llegó a convertirse en un superventas al nivel del erizo azul, y a muchos usuarios de la consola probablemente ni les sonarán, pero con el tiempo logró cosechar una legión de fans y casi convertirse en un juego de culto. Sus secuelas, otra en 16 bits y una en Xbox, fueron recibidas más fríamente.
Uno de los creadores de la serie, Greg Johnson, nos trae ahora una nueva secuela con presupuesto de juego independiente. Tras terminar Doki-Doki Universe en 2013 el equipo de HumaNature Studios empezó a trabajar en el proyecto y presentó una campaña de financiación que se saldó con éxito a dos días de terminar el plazo. Tras la entrada de la editora Adult Swim Games y varios retrasos más, por fin nos llega ToeJam & Earl: Back in the Groove, cerca del 30º aniversario del original. ¿Es Back in the Groove una secuela digna de la saga? Sí, pero eso no significa que estemos ante un imprescindible del panorama independiente.
Regresa un clásico de SEGA
Al margen de un aspecto 3D que combina personajes y decoración 2D, no mucho ha cambiado en la fórmula ToeJam & Earl. Estos raperos –más Lewanda y Latisha- sufren un accidente en un viaje espacial a la Tierra y terminan como siempre: en un planeta de islas flotantes, con la nave hecha pedazos. ¿El objetivo? Recuperar estas partes a lo largo de unos escenarios repletos de personajes pintorescos, algunos amistosos y otros no tanto.
Back in the Groove nos permite elegir a uno entre nueve personajes –tres bloqueados al inicio, y algunos repetidos en versión original-, cada uno ligeramente distinto en características de movilidad, vitalidad o habilidades. Por supuesto, el juego no ha perdido la opción de multijugador local a pantalla partida –además de online-, pero se puede disfrutar en solitario sin problemas.
Estos niveles son unas islas situadas en capas, una encima de otra. Hay que buscar la pieza en el nivel –si lo tiene, algo que se nos indica, porque no todos la esconden- y el ascensor que nos llevará a la siguiente isla flotante. Caer por un precipicio nos hace descender un nivel, algo que podemos hacer intencionadamente para volver atrás a por algo que hemos pasado por alto, por descuido o por el impacto de un enemigo.
Sí, también hay peligros en estas zonas, generalmente con personajes no muy agresivos pero que no dudarán en perseguirnos un buen rato, distraernos –las bailarinas hawaianas, que nos dejan indefensos unos instantes- o disparar proyectiles en cuanto nos acerquemos. Obviamente cuanto más elevado sea el nivel, más extensión tiene el terreno, estarán más poblados por enemigos, aparecerán superficies que nos ralentizan –nieve, arena- o incluso fases a oscuras donde hay problemas de visibilidad. No todos los habitantes que encontremos serán hostiles; algunos ofrecerán algún minijuego de ritmo musical -una de las novedades de Panic on Funkotron-.
Un 'roguelike' con cooperativo
Los mapas contienen alimentos para reponer salud, pero otros en mal estado nos la restan. Hay recompensas ocultas en la decoración –puedes agitar árboles y demás- y regalos –con una gran cantidad para desbloquear-, incluyendo botas para dar grandes saltos o con cohetes que permiten atacar temporalmente a los oponentes. El diseño de los mapas es similar al primero, con ciertos secretos y algunas rutas invisibles que no aparecen hasta que nos acercamos -desbloquean caminos a otra sección del nivel o más recompensas-.
El mundo tutorial, un ejemplo de la jugabilidad y no demasiado complicado, podremos explorarlo en algo menos de una hora, pero Back in the Groove también ofrece un modo con mapas fijos –diseñados por el equipo- que es el modo estándar y con el auténtico final. Por supuesto hay dos más: mundo aleatorio y mundo aleatorio en difícil. Ya el primer ToeJam & Earl destacó por esta característica que hacía al cartucho muy rejugable, porque no importa tantas veces como lo juegues, siempre te será necesario explorar cada fase hasta dar con la pieza de tu nave. Básicamente es un roguelike dungeon crawler, pero alejado de la fantasía medieval oscura habitual de estos juegos.
A pesar de recuperar el estilo del primer juego –algo que se echó mucho en falta con Panic on Funkotron-, muchos de los aspectos que no nos han convencido proceden simplemente de un diseño de juego un tanto simple en su desarrollo en el que no se ha profundizado mucho. Es un progreso roguelike clásico, y aunque no es muy difícil, debes estar preparado para caer a pisos inferiores de vez en cuando o empezar de nuevo si agotas tus vidas. Se disfruta más en compañía, con los errores y aciertos que comete el compañero.
Funky y un nuevo estilo visual
La temática del rap y hip-hop ha perdido parte de su gracia –ya fue criticado en el lanzamiento de ToeJam & Earl III: Mission to Earth- pero es parte del espíritu de la saga. Si has crecido en las décadas de los 80/90, te será más fácil pasar por alto su estética de menús e interfaz de gusto cuestionable. Lo que sí ha hecho HumaNature Studios ha sido actualizar las parodias introduciendo personajes de cultura más moderna, como trolls de internet, gente despistada utilizando móviles, drones o patines Segway. No vamos a decir que el juego sea una comedia digna de la vieja LucasArts, aunque tiene algunos diálogos graciosos –traducidos al español-, sobre todo al jugar en compañía.
En la banda sonora destaca por supuesto su alegre estilo funky, con melodías que no son especialmente pegadizas ni sobresalientes, pero funcionan bien dentro de ToeJam & Earl. Los fans reconocerán algunos efectos de sonidos inspirados en pasados títulos.
Conclusiones
A principios de los 90 esta pareja sorprendió con una aventura estrafalaria, graciosa y divertida para jugar en compañía. ToeJam & Earl: Back in the Groove no comete ningún gran fallo, y es más, permite juego online, incluye diferentes modos de dificultad, más variedad de enemigos y multitud de potenciadores, pero su presupuesto limitado se hace notar en todo momento sin ofrecer ningún aspecto realmente novedoso a la fórmula ToeJam & Earl salvo un cambio gráfico. No arriesga mucho más.
Comercialmente se encuentra en una posición delicada: puede gustar a los jugadores veteranos, pese a la pérdida del encanto pixel-art, pero es complicado que atraiga a nuevas generaciones. En cualquier caso, Back in the Groove no engaña y ofrece lo que promete, es una secuela del primer ToeJam & Earl sin experimentos gratuitos.
Hemos realizado este análisis en su versión PS4 con un código que nos ha proporcionado Stride PR.