Análisis de Shiness: The Lightning Kingdom (PS4, PC, Xbox One)

Hace unos 10 años se hablaba de la importancia de apoyar a los estudios independientes como una inversión de futuro; el equipo pequeño que desarrolla títulos clónicos de clásicos algún día puede lanzar el próximo referente de la industria. Hoy día ya no es difícil ver indies con ventas millonarias –que se lo digan a Psyonix y su Rocket League-, y la verdad es que algunos de estos proyectos vienen a ocupar esa clase media que prácticamente se había perdido en la pasada generación. Este es el caso de Shiness: The Lightning Kingdom, un juego de rol y acción que puede sorprender a quien todavía asocie por inercia indie con valores de producción modestos.

De forma resumida, Shiness es un action RPG con toques de aventura y puzle. No es especialmente profundo en ninguno de sus aspectos, pero en este caso la mezcla está bien llevada. Es consciente de sus limitaciones –jugables o de presupuesto- en el buen sentido, no pretende abarcar más de lo que puede.

Si además llega acompañado de una buena dirección artística y una banda sonora más que decente, hay que celebrar el éxito de un juego financiado en Kickstarter.

El argumento –con textos en castellano- nos presenta un mundo condenado tras la fragmentación del planeta. El protagonista principal es Chado, un extraño animal antropomórfico acompañado de un espíritu mágico que sólo ve él. Sin embargo tanto Chado como su amigo Poky sufren un accidente en el barco volador al inicio que les lleva a conocer a personajes con una aventura más importante relacionada con una misión de escolta y con enfrentamientos de reinos de fondo.

Chado no es el típico líder que suele protagonizar muchos RPG, porque prácticamente se apuntan a la aventura por pura casualidad. Y pese a que la historia pretende contar algunos acontecimientos dramáticos, los momentos de tono más serio no funcionan demasiado bien con estos personajes y el ambiente de la aventura. La duración ronda las 30 horas, algo más con las secundarias.

El aspecto más característico de Shiness es su sistema de combate. La promoción del juego suele hablar de inspiración en el género de la lucha, aunque realmente entendemos que se refiere al beat'em up más que a la vertiente técnica de un auténtico versus. Como idea no está nada mal, y encontramos más ventajas que inconvenientes, sobre todo porque esquiva enfrentarse en el mismo terreno a RPG de más calidad. Es más difícil de lo que aparenta hacer un juego de rol por turnos que tenga personalidad y no se haga aburrido, o si vamos al otro extremo, un combate tan técnico de un Souls de FromSoftware.

Por esta razón Shiness no incluye combates aleatorios ni es un complejo action RPG. Apuesta por algo más sencillo, directo y arcade, basado en golpes y combos de fácil ejecución, movimientos evasivos, contraataques o magias que se ejecutan de forma parecido a un juego de lucha. Salvando las distancias en cuanto a movilidad o velocidad –va mucho más lento-, podría recordar a la jugabilidad de los juegos actuales de Naruto o Dragon Ball.

Estas luchas a veces se hacen un poco limitadas si lo que deseas es mayor flexibilidad o un control preciso, pero están complementadas por varios sistemas que son los que dan el toque rolero, y no únicamente por personalización de equipamiento o aprendizaje de nuevas habilidades, sino también por las afinidades elementales que influyen en el poder de las magias o una curiosa función de apoyo –recargada por tiempo- que programa acciones de ayuda de los compañeros al cumplir una condición concreta –curación cuando la salud baja de un porcentaje, por ejemplo-.

Esta personalización, similar a los Gambits de Final Fantasy XII, es la manera de que los compañeros nos echen una mano, ya que sólo lucha un personaje en la zona delimitada para el enfrentamiento. Esto no significa que únicamente controlemos a Chado, todo lo contrario; en cualquier momento, en exploración o combate, se puede intercambiar el personaje por otro del grupo y aprovechar las fortalezas y estilos. Es decir, hay que configurar sus roles activos y pasivos, pues unos estarán más enfocados al cuerpo a cuerpo, otros a los ataques a distancia. Además estarás muy forzado a elegir el idóneo según cambian las condiciones de la zona de combate, que potenciará un tipo de afinidad u otra –y naturalmente, querrás aprovecharlo en tu beneficio-.

Se agradece que a la hora de luchar se decante por una mecánica de lucha y que el número de enemigos simultáneos no sea enorme. Te enfrentas a uno –aunque la zona puede tener algún rival más, aparecen consecutivamente-, así que no se convierte en un machacabotones tipo musou, pero también hay que reconocer que el manejo y posibilidades no permiten que hablemos de algo tan frenético como un auténtico híbrido de géneros, caso de Nier: Automata. No es fácil valorar este apartado; entretenido para un RPG, y con un control real de la situación –a diferencia de Final Fantasy XV-, pero muy discreto si lo tomamos como un juego de acción.

No obstante hay que destacar que no sólo tiene gráficos bonitos y sólidos para nuestras expectativas con este título: el entorno resulta moderadamente interesante. No es un mundo abierto real, sino un mapa amplio y en ocasiones un poco laberíntico donde se plantean diferentes misiones para localizar a un personaje, obtener algún objeto que desbloquea una puerta, cazar un tipo de animal o resolver puzles que impiden nuestro avance.

Estos puzles se resuelven con las habilidades de los personajes. Chado materializa menires que, entre otras ventajas, actúan de peso sobre interruptores; Poky controla arcos eléctricos que dirigen la energía de máquinas, mientras que otros manejan objetos con telequinesis o iluminan zonas oscuras. No es que este aspecto sea excesivamente original, pero los retos están bien integrados a lo largo del recorrido. Shiness es más una aventura ligera con aspectos de personalización rolera que lo opuesto.

En cuanto a la ambientación, los mundos ofrecen un colorido muy vivo. Utiliza Unreal Engine 3, que carece de los efectos más avanzados de la última actualización, pero el rendimiento es bueno en la versión probada –PS4-; eso sí, todavía hay algunos aspectos a pulir que dejan consonancia de su modesta producción, como las secuencias de historia narradas mediante ilustraciones. La banda sonora, sin ser memorable, tiene bastante presencia.

Dentro de la opinión más subjetiva, el diseño de los personajes es un tanto irregular. Shiness se basa en un cómic francés que muestra personajes humanos, otros más tipo mascota y aquellos que entran en el terreno furry. Le da un aspecto diferente al típico rol de fantasía medieval, más de manga europeo –ni muy asiático ni del estilo norteamericano- que puede gustar a cierto tipo de jugadores, o también recordar a series de animación de bajo presupuesto. Es difícil saber si está orientado a un público infantil o más juvenil porque intenta abarcar todo.

Conclusiones

Si bien Shiness: The Lightning Kingdom tiene algunos aspectos a pulir, conviene no perder la perspectiva de que se trata de un proyecto alejado de los "triples A". No, tampoco es el RPG del año y no lo pretende, pero la impresión que deja no tiene que envidiar a otros títulos con mucha más promoción detrás.

El sistema de combate es quizás lo más peculiar del juego y lo que decantará que nos guste o no; nada técnico ni excesivamente profundo, pero si disfrutas de los combates de Naruto de Cyberconnect2 –en una versión rebajada en velocidad y libertad de movimientos-, Shiness lo aplica a una aventura de rol variada y con un buen acabado gráfico.

Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con un código de descarga que nos ha proporcionado Focus Home Interactive.