Análisis de Samurai Warriors 4-II (PS4, PS3, PSVITA, PC)

Los aficionados a los musous estamos viviendo desde hace unos meses una época muy dulce, con una gran cantidad de lanzamientos de todo tipo y, lo más importante, de mucha calidad. Si el mes pasado os hablábamos del fantástico One Piece: Pirate Warriors 3 (probablemente el mejor juego de esta saga que jamás se ha realizado), ahora le toca el turno a Samurai Warriors 4-II, la secuela/revisión (esto lo explicaremos más adelante) de la cuarta parte de esta saga ambientada en la era Sengoku de Japón. Y todo ello sin contar con que el mes que viene recibiremos Dragon Quest Heroes (aunque no sea un musou tan "puro") y dentro de no mucho la versión portátil para Nintendo 3DS de Hyrule Warriors.

Samurai Warriors 4 fue un título completísimo y que supo dejarnos muy satisfechos el año pasado reviviendo una vez más este apasionante periodo histórico del País del Sol Naciente a base de tortas y enfrentamientos masivos en la que es sin ninguna duda la mejor entrega que ha dado la serie hasta el momento. Esta "secuela" parte desde esta misma base para ofrecernos un "más de lo mismo", aunque con pequeños añadidos y retoques en su jugabilidad que perfeccionan su fórmula un poco más. Y todo ello sin olvidarse de aportar nuevos modos y más misiones de historia.

Guerras japonesas desde una nueva perspectiva

Como decimos, Samurai Warriors 4-II parte del título del año pasado, ofreciéndonos unos menús tremendamente parecidos, su mismo apartado gráfico y hasta las mismas mecánicas jugables. Por lo tanto, volvemos a estar ante un juego de acción masiva en el que nos propondrán enfrentarnos a cientos de enemigos de forma simultánea. Los controles no han sufrido prácticamente cambios, utilizando un botón para movernos a toda velocidad entre las tropas rivales y destrozarlas sin piedad, y otro con el que realizar ataques más controlados y efectivos contra los comandantes del bando contrario. Evidentemente, ambos podemos combinarlos de diferentes formas para realizar multitud de combos (la lista de estos va aumentando a medida que subimos de nivel) cuya efectividad varía según la situación.

También regresa la barra de musou para desatar nuestras técnicas definitivas y el medidor de espíritu para ejecutar "cancels" y ejecutar nuestro Modo Rabia, volviéndonos tremendamente poderosos durante unos instantes. Tampoco falta a la cita el celebrado sistema de parejas, por lo que podremos llevar a la batalla a dos personajes de nuestra elección entre los que tengamos disponibles para cambiar el control de uno a otro siempre que queramos, darles pequeñas órdenes y hasta realizar ataques conjuntos.

El desarrollo de los niveles tampoco varía demasiado de lo visto en Samurai Warriors 4: fases en mapas enormes en las que van apareciendo de forma dinámica multitud de objetivos para cumplir, siendo algunos de ellos secretos, otros específicos de parejas o personajes concretos, y la mayoría opcionales, aunque su cumplimiento nos puede facilitar considerablemente el alzarnos con la victoria final aumentando la moral de nuestras tropas y bajando la del contrario para hacerles más vulnerables. Eso sí, vigilad con mucho cuidado las condiciones de derrota para que estas no se produzcan.

Si bien hasta aquí parece que estemos hablando prácticamente del mismo juego, las novedades comenzamos a encontrarlas cuando nos damos cuenta de que se ha rehecho por completo el sistema de progresión de nuestros personajes, haciéndolo mucho más intuitivo y sencillo de entender, pero sin perder su profundidad.

De entrada nos encontramos con que los objetos se han eliminado por una especie de árbol de habilidades en forma de tablero. Cada casilla nos dará un tipo de mejora u otra, pudiendo ser potenciadores pasivos permanentes o habilidades activas que podremos usar durante las batallas, ya sea para potenciar nuestro ataque, ganar daño elemental, etcétera. Estas últimas, tal y como podréis suponer, las tendréis que equipar manualmente en el menú correspondiente antes de salir a combatir.

Para obtener cada casilla necesitaremos cumplir dos requisitos: tener el nivel que nos pidan y los tomos necesarios para comprarlas. Existen cinco tomos distintos y estos se obtienen durante las misiones o comprándolos en la tienda, y considerando que cada personaje tiene su propio tablero y que la progresión por ellos es independiente, podéis estar seguros de que tenéis horas de juego para rato si vuestro objetivo es potenciarlos al máximo.

Por otra parte, las armas y monturas también han sufrido cambios notorios, ya que ahora pueden subir de nivel. Para ello tendremos que usar otras armas para potenciarlas y que ganen experiencia, pudiendo adquirir por el camino las habilidades del arma usada o potenciar las ya existentes. Lo interesante es que cada arma tiene un rango distinto que va de una a cinco estrellas. Mientras más estrellas tenga, mayor será el nivel máximo que podrá alcanzar, aunque si fusionamos armas de un mismo tipo tendremos una oportunidad de obtener un bonus de compatibilidad, aumentando así su nivel máximo. Mientras mejor sea el arma que usemos en la fusión, más probabilidades tendremos de que se produzca este efecto.

Con esto se ha conseguido que ahora muchas piezas de equipo "inútiles" tengan una mayor utilidad más allá de venderlas y desmontarlas, abriéndonos muchas posibilidades a la hora de crear nuestra arma definitiva con un sistema muy fácil de entender y que nos ha tenido durante horas planificando cómo las queríamos potenciar. Comentar que todo esto también se aplica a las monturas, más útiles ahora que nunca.

Continuando con las novedades jugables, decir que se ha añadido un único personaje nuevo, Naomasa Li, el hijo adoptivo de Naotora Li, un luchador muy rápido y ágil, bastante sencillo de controlar y capaz de barrer tanto a los "masillas" que pueblan el campo de batalla como a los generales con una facilidad pasmosa. Si bien nos ha gustado bastante su inclusión, lo cierto es que hemos echado en falta más guerreros inéditos, algo que no habría estado de más, aunque tampoco nos parece nada mala su cifra total de 56 personajes, especialmente teniendo en cuenta lo bien diferenciados que están a nivel jugable.

Entrando ya en lo que son sus modos de juego, volvemos a tener un Modo Historia, aunque esta vez seguiremos el curso de los acontecimientos desde el punto de vista de ciertos personajes concretos, combinando tanto historias dedicadas a los más famosos y populares de la saga como a otros que no habían tenido la oportunidad de brillar con anterioridad y siempre se limitaban a cumplir un rol muy secundario, lo que nos ayudará a tener una visión más amplia tanto de las guerras que se produjeron en este periodo como de sus carismáticos protagonistas.

Su forma de narrarnos sus distintos capítulos es exactamente igual que en el juego del año pasado, con espectaculares secuencias de vídeo generadas por ordenador y con unas discretas conversaciones realizadas con el motor del juego que se sienten bastante anticuadas a nivel de ejecución.

En lo que respecta a su jugabilidad, este cambio de punto de vista se traduce tanto en misiones completamente nuevas como en clásicas rehechas por completo, consiguiendo que no sintamos estar rejugando lo mismo que en su primera parte. Además, ahora se han añadido nuevos tipos de objetivos y el desarrollo de las batallas se ha agilizado, haciéndolas más dinámicas, a la vez que estratégicas.

Pero la gran novedad en cuanto a modos de juego la tenemos en su Modo Supervivencia, donde tendremos dos variantes para escoger. Por un lado tenemos una serie de pequeños desafíos (cuatro) en los que intentar conseguir la mejor puntuación posible. Cada uno ofrece un reto concreto, como conseguir tantas bajas como nos sea posible en una cantidad de tiempo limitada o derrotar a unos enemigos concretos, aunque la sensación general que nos han dejado es que son un tanto aburridos y que no aportan demasiado al conjunto más allá de poder subir nuestras puntuaciones a internet para compararnos con el resto del mundo.

La otra variante del Modo Supervivencia sí que es mucho más atractiva, ya que nos propone escalar una gigantesca torre de 100 pisos intentando no morir por el camino, algo que es mucho más difícil de hacer que de decir. En cada piso tendremos que cumplir un objetivo concreto para que se abra la puerta que nos llevará al siguiente nivel. Para hacer las cosas más interesantes, siempre iremos a contrarreloj y la única forma de ampliar nuestro tiempo límite es subiendo pisos (ganaremos dos minutos extras por cada uno).

Además, alcanzando determinados niveles de la torre obtendremos diversas ventajas permanentes para los próximos intentos que realicemos, como empezar la aventura desde un piso concreto o una ampliación mayor del tiempo límite por cada piso que subamos, consiguiendo de este modo cierta sensación de progreso.

Eso sí, os avisamos que hay varios jefes bastante poderosos y que si os derrotan en algún momento perderéis todo lo que hayáis obtenido hasta el momento, por lo que conviene saber cuándo retirarse, ya que las recompensas que aquí se pueden obtener son numerosas y muy jugosas. Evidentemente, mientras más pisos subáis, más difícil se irá volviendo todo, aunque podéis escapar de la Torre en unos portales que hay situados justo al lado de las escaleras que llevan al siguiente nivel.

Este enfoque tan propio de un dungeon crawler nos ha encantado y hace que este modo sea un auténtico vicio, además de bastante largo (necesitaréis personajes muy bien equipados y entrenados para sobrevivir a la segunda mitad), aunque en líneas generales no nos parece tan completo como el Modo Crónica de Samurai Warriors 4, mucho más profundo e interesante.

A nivel técnico es prácticamente idéntico al juego original, con una tasa de imágenes por segundo muy buena y que ayuda a aumentar el frenetismo y la velocidad de las batallas, una cantidad de unidades en pantalla bastante alta y muchos efectos simultáneos que le dan el toque de espectacularidad al conjunto, aunque los escenarios siguen siendo muy discretos por culpa de unas texturas tremendamente mejorables y de ciertos efectos, como la iluminación o el agua, que no están a la altura de lo que le pedimos actualmente a una PlayStation 4.

La banda sonora mantiene ese estilo cañero y movido al que nos tiene habituado la saga (utilizando algunos instrumentos típicos japoneses para darle un toque un poco más exótico y acorde con la ambientación del juego), con temas reciclados en su mayoría o remezclados. Los efectos cumplen muy bien y el doblaje nos llega únicamente en japonés, con el único inconveniente de que los textos se han vuelto a dejar sin traducir al español.

Conclusiones

Samurai Warriors 4-II podría considerarse prácticamente como una expansión independiente de Samurai Warriors 4 más que como una secuela propiamente dicha (de ser así suponemos que se habría llamado Samurai Warriors 5), aunque si os quedasteis con ganas de más acción en el Japón feudal, cumple perfectamente su función de ofrecer muchísimas horas de juego con más contenidos, historias y un sistema de progresión más atractivo y mejor planteado. Puede que no aporte muchas novedades, pero os podemos asegurar que no ha perdido ni una sola pizca de su diversión.