Análisis de Q.U.B.E: Director's Cut (PS4, Wii U, PC, Xbox One, PS3)

Los videojuegos llevan muchos años inspirándose en el mundo del cine, por ejemplo para contar historias, pero también para adoptar otras modas recientes, como la de los reinicios o reboots, o incluso la de las ‘versiones o montajes del director’ (director's cut), ya un clásico en el mercado del cine doméstico. Esta es la manera con la que el estudio independiente Toxic Games ha decidido bautizar a una nueva versión de su primer juego, Q.U.B.E., que se lanzó en diciembre de 2011 para PC, y que por fin debuta en consolas con esta edición mejorada.
Q.U.B.E: Director's Cut (que se lanzó hace más de un año para PC), llega ahora a Xbox One, PS4, PS3 y dentro de muy poco, en agosto, a Wii U, y es una versión "vitaminada" del título original, con mayores valores de producción, aunque su alma permanece inalterada: un juego de puzles en primera persona que, una vez más, sigue la estela del ya legendario Portal de Valve. No hay mes en el que no salgan varios juegos de este estilo, pero pocos consiguen permanecer en nuestro recuerdo. Unos intentan innovar en lo visual, otros contar una gran historia, unos pocos te intentan sorprender con sus mecánicas o ingeniosos puzles, y el que más o el que menos quiere contar con cada uno de estos ingredientes, aunque pocos consiguen dar en el clavo y mezclarlos bien.
Por eso nos ha sorprendido tanto Q.U.B.E, y nos sentimos avergonzados de no haberlo descubierto antes, porque es realmente redondo, y sin necesidad de volver a inventar la rueda, simplemente con buenas ideas, haciendo las cosas bien, y no queriendo ser más largo de la cuenta: lo bueno, si breve, dos veces bueno. Unas tres o cuatro horas que te dejan con un gran sabor de boca y con ganas de más, y que teniendo en cuenta su precio, 10 euros, nos parece más que recomendable.

Una historia como principal novedad
En Q.U.B.E nos metemos en la piel de un astronauta que está dentro de una extraña nave que se dirige a la Tierra, y nuestro objetivo es detenerla, resolviendo todo tipo de puzles mientras avanzamos por su peculiar estructura. Partiendo del cliché favoritos de los videojuegos, nuestro protagonista sufre amnesia y no se acuerda de cómo ha terminado en esta situación, y a través de una serie de audios que escuchamos mientras avanzamos por la nave (en perfecto inglés, tampoco hay subtítulos), se va desgranando una historia interesante, que nos hará pensar pensar.
Está escrita por Rob Yescombe, que ha trabajado en juegos como Crysis y Alien: Isolation, y hay que aclarar que es la mayor novedad de esta versión del director, ya que el juego original no tenía ninguna historia. El desarrollo se mantiene, con los mismos puzles y jugabilidad, pero se han añadido algunos ascensores y pasillos de más para poder encajar la narrativa, que solo escuchamos, ya que no hay ni una sola cinemática. Sí, está metida con calzador, pero en ningún caso resta, y si dominas el inglés, te parecerán interesantes algunas de sus reflexiones.

Dicho esto, vamos con lo realmente importante, la jugabilidad, centrada en unos excelentes puzles, con una dificultad muy asequible en el 70-80% del juego, aunque se complican bastante en el tramo final, nunca demasiado. Como expertos en el género, diríamos que solo unos cinco o seis rompecabezas nos han costado bastante, tres especialmente, y es un juego que nunca quiere ser frustrante, aunque tampoco te da las cosas mascadas, no hay ayudas ni tutoriales, tienes que descubrir cómo se soluciona todo experimentando.

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