Análisis de Loot Rascals (PS4, PC)

El nombre de la desarrolladora Hollow Ponds quizás no suene demasiado, pero si mencionamos Hohokum, Super Exploding Zoo y Frobisher Says! probablemente nos recordará a un estudio independiente con un estilo artístico muy peculiar y de jugabilidad atípica. Loot Rascals es más fácilmente clasificable -roguelike en mapas aleatorios- e igualmente destaca por su aspecto visual y humor absurdo. Una cosa es segura: el estudio vuelve a derrochar personalidad.

Después de una extraña introducción que nos presenta a nuestro protagonista en un viaje espacial para localizar a un robot con el que se ha perdido contacto. La misión no es tan sencilla como parece y la nave termina por sufrir un accidente. ¿Podrás cumplir el encargo y escapar de los peligros?

Loot Rascals puede ser un buen título para entrar en el género, ya que es bastante sencillo -que no necesariamente fácil- de jugar. De hecho este es el principal problema que encontramos: muy poca profundidad jugable, que unida a la inherente repetitividad de repetir la partida con cada muerte, puede saber muy poco a los fanáticos del rol y la estrategia.

Básicamente, lo que nos propone es llevar a nuestro personaje por un tablero hexagonal hacia un objetivo. Por el camino encontramos criaturas y, con las características de un roguelike, con cada loseta que pisamos avanza un turno. Este paso de las "horas" se refleja en el movimiento de los enemigos, que continúan su ruta, y el cambio de día a la noche –y viceversa-.

Dependiendo de si tenemos sol o luna, los enemigos alternan una posición ofensiva y defensiva. Nos interesa entrar en contacto –la misma casilla- con un enemigo a la defensiva, porque recibirá primero nuestro golpe, y si su nivel es asequible podríamos acabar con él al primer golpe –si no lo hacemos, continuará el intercambio de ataques-. Luchar contra un enemigo que ataca primero prácticamente nos asegura perder algún punto de salud, lo cual es muy peligroso.

La táctica consiste en encontrar la mejor ruta para explorar el escenario luchando cuándo y dónde sea necesario. No participamos directamente en la batalla, no hay sistema de combate por turnos ni nada parecido, entra en una fase automática y los contendientes se dañan hasta que uno consigue la victoria.

Mucho más interesante resulta la personalización de nuestros parámetros, que al final son los que deciden nuestra fortaleza, resistencia, vitalidad y habilidades. La edición se plasma colocando cartas sobre dos líneas de cinco casillas. Las cartas representan armas y armaduras –ataque y defensa-, y se consiguen luchando. Obtendremos bastantes, y son aleatorias, pero el inventario es reducido y será necesaria una buena gestión.

Puesto que colocar simplemente las mejores imágenes en estas casillas sería extremadamente simple, algunas de las más útiles disponen de algún tipo de regla o penalización dependiendo del orden y las cartas cercanas. Por ejemplo, una puede potenciar a la carta inferior –es decir, debe estar en la fila superior-, en un número par o reduce un punto del bonus ofrecido en la carta a su izquierda. Nos ha parecido la idea más interesante de Loot Rascals y hace muy divertido un sistema que en otros RPG se limita a escoger la armadura más fuerte, sin más puzle o decisión.

Como se puede ver, Hollow Ponds tiene buenas intenciones, pero da la sensación de que no está lo suficientemente desarrollado en la práctica. Queda por mencionar algunas otras opciones, por ejemplo intercambiar cartas por salud –teletransportándose a la base-, o habilidades para atacar a distancia a enemigos –necesitan recargarse sobre casillas especiales-, pero en esencia lo que tenemos es un juego generado aleatoriamente y que debemos superar en una sesión, sin guardado intermedio –algo que se hace muy incómodo si tu tiempo de ocio se limita a partidas cortas-.

Que nuestro progreso por el mapa se pierda en un instante es otra de las características del género, y en este caso no hay ningún tipo de mejora permanente que podamos utilizar para hacer la siguiente partida más sencilla. Muchos otros juegos con permadeath suavizan de esa manera la dificultad: después de decenas de muertes, comienzas con más salud o un equipo mejor, y tarde o temprano lograrás llegar al final. En Loot Rascals la penalización se hace muy dura.

También incluye algunas funciones online, aunque no componente multijugador. Puedes conseguir cartas perdidas de otros usuarios o devolvérselas. Unos retos diarios permiten a todos los participantes probar un mismo mapa y competir sin el factor de la suerte, pero no son mejoras lo suficientemente fuertes para eliminar la sensación de repetitividad del juego, sólo apto para aficionados que no vean la muerte permanente como un gran obstáculo a la diversión.

Conclusiones

Loot Rascals definitivamente tiene buenas ideas; la personalización de nuestro astronauta y la constante cosecha de botín –el saqueo al que hace referencia el título- hacen de cada partida una experiencia nueva; a veces más fácil, otras más difícil.

La simpleza de su combate no es algo completamente malo –aunque Pit People de The Behemoth también automatiza mucho pero lo acompaña de más contenido y variedad-, sin embargo el castigo por la muerte echará atrás a muchos jugadores, y con razón. Sin progreso, la única mejora por repetir la obtenemos de nuestra experiencia. A veces tienes la sensación de realizar un gran esfuerzo para una pequeña recompensa.

Hemos realizado este análisis con un código de descarga de la versión PS4 que nos ha proporcionado Stride PR.