Análisis de DiRT Rally (PS4, Xbox One)

Codemasters es uno de los estudios favoritos por todos los amantes de los juegos de velocidad. Gracias a ellos hemos podido disfrutar de numerosos títulos verdaderamente sensacionales desde hace muchos años, desde ATV Simulator de Commodore 64 y Spectrum a las sagas Micro Machines o TOCA Touring Car, pasando por la sensacional saga que hoy nos ocupa, DiRT.
Ésta última serie de velocidad es una de las más queridas por la comunidad de seguidores del mundo del motor. Y no es para menos, puesto que nos ha deparado grandes entregas que, con DiRT Rally, no hace más que reafirmarse en sus altos niveles de calidad.
Simulador excelente
En unos tiempos en los que los títulos de velocidad han pasado a un segundo plano al menos en lo comercial (¡qué lejos quedan los gloriosos días de Ridge Racer, Gran Turismo o Colin McRae Rally!), da gusto comprobar que todavía existen estudios que siguen apostando por este género. Y muy fuerte, además, dado que como ya os contamos en el análisis de PC el pasado mes de diciembre, DiRT Rally es uno de los mejores exponentes ya no sólo del mundo de los rallies, sino de los juegos de velocidad en general de todos los aparecidos durante los últimos años.

Sin querer reescribir lo que ya comentamos en este mismo título en dicha edición original para ordenadores, vamos a detallar algunas de las que pensamos que se convierten en las grandes cualidades que ofrece este extraordinario simulador de velocidad. Un título que no debería faltar en la estantería de ningún usuario que, en general, disfrute con los juegos sobresalientes sea del tipo que sea. Sobre todo si quieren vivir un reto exigente como pocos.

Para empezar, el nivel de simulación que nos ofrece esta obra está muy por encima de lo que venía siendo habitual en el género desde hace tiempo. Sin llegar a ser desesperante, DiRT Rally nos invita a participar en carreras muy desafiantes en las que es necesario mantener la concentración durante los minutos que dura cada una de las carreras en las que intervenimos. Y esto no es nada fácil, os lo aseguramos.
El manejo es sencillamente inmejorable y, una vez te acostumbras a la sensibilidad y a la respuesta de cada uno de los coches que podemos pilotar (más de 40, todos reales), las sensaciones que nos ofrece este simulador son increíblemente gratificantes. Además y por si os lo estáis preguntando, es posible activar una buena cantidad de ayudas en la conducción como el control de estabilidad, ABS, etc. Pero aunque activemos todas ellas, no penséis que el mero hecho de terminar una carrera sin destrozar el vehículo es un paseo, independientemente de la posición que ocupemos en la clasificación final. Y ahí es donde encontramos uno de los principales valores de este simulador, que se mantiene fiel a su ideología hasta las últimas consecuencias.

Por otra parte, también resulta muy llamativo el trabajado sistema de daños estructurales y mecánicos que sufren los vehículos durante las carreras. E igual de logrado es el impredecible clima que podemos experimentar durante las pruebas, pudiendo correr bajo el sol más abrasador como también bajo tormentas, nieve, hielo, etc. Y por supuesto, esto provoca cambios más que perceptibles en el terreno, afectando de manera notoria al comportamiento de los coches en carrera.
En definitiva, DiRT Rally es una experiencia de conducción sublime y jugablemente difícilmente mejorable. Un título que viene a significar un soplo de aire fresco dentro de un género que no vivía sus mejores tiempos.

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