Análisis Bloodstained: Ritual of the Night, un gran Igavania (PS4, Android, iPhone, PC, Xbox One, Switch)
Los retrasos no son plato del gusto de nadie, pero como se suele decir, lo bueno se hace esperar, y siempre preferiremos que un título salga dos años más tarde de lo previsto pero con una calidad incuestionable a que llegue al mercado de cualquier manera y decepcione a todos los que estábamos esperándolo.
Esto es justo lo que ha pasado con Bloodstained: Ritual of the Night, el nuevo Metroidvania de Koji Igarashi, la mente maestra que hubo tras Castlevania: Symphony of the Night y todas las entregas para GBA y Nintendo DS de la legendaria saga de Konami.
Videoanálisis
Con este historial el objetivo siempre ha estado claro desde que se inició su campaña de financiación en Kickstarter: crear el auténtico sucesor espiritual de la serie protagonizada por Drácula y los Belmont para ofrecernos un nuevo juegazo del género al que lo único que le falta de Castlevania es el nombre. Y para alegría de todos, esto es justo lo que nos hemos encontrado.
Un gigantesco castillo repleto de sorpresas
La historia de esta nueva aventura nos lleva a principios del siglo XIX, momento en el que aparece un gigantesco castillo proveniente del mismísimo infierno y que vaticina la realización de un peligroso ritual para traer a las hordas demoniacas a la Tierra. Por suerte para la humanidad, Miriam, la gran protagonista de la función, se dirige hacia esta mastodóntica fortaleza para evitar que se produzca el fin del mundo.
Como podréis suponer, no estamos hablando de una chica normal, ya que se trata de una ligafragmentos, personas modificadas mediante alquimia que tienen la capacidad de absorber los fragmentos de las almas de los demonios para así poder usar sus poderes, una habilidad que nos será imprescindible para progresar y llegar al final de la aventura.
El guion no es nada del otro mundo, pero se hace entretenido, cuenta con algunos giros interesantes y se nota que el equipo de desarrollo ha trabajado duro en crear un trasfondo con cierta profundidad para dar vida a este universo, aunque le falta ese encanto tan especial que sí tenían las cruzadas de los Belmont contra el Conde y sus esbirros, algo que probablemente se deba a la falta de un villano realmente carismático.
Pero como suele ocurrir en estos juegos, el argumento siempre sabe mantenerse en un plano secundario para dar todo el protagonismo a su jugabilidad y a sus escenarios, los auténticos culpables de conseguir que no quisiéramos soltar el mando ni un solo instante durante toda la aventura.
Así pues, estamos ante un título de acción y plataformas 2D con múltiples elementos roleros en el que tenemos que avanzar por un gigantesco mapa con todas sus zonas interconectadas mientras liquidamos enemigos, nos enfrentamos a numerosos y poderosos jefes, y obtenemos habilidades con las que podremos llegar a lugares que no podíamos alcanzar previamente.
Todos los elementos que han hecho grande al género y a la saga de Konami están aquí, empezando por el espectacular diseño de niveles que tiene el castillo, repleto de una ingente cantidad de secretos y detalles únicos que no dejarán de sorprendernos y que demuestran el enorme mimo que Igarashi y su equipo han puesto a la hora de crear el juego, animándonos a interactuar con todo lo que veamos y a que queramos explorar hasta el último rincón para no perdernos nada.
Además, la progresión por el mapa es brutalmente satisfactoria, con infinidad de caminos que se nos irán abriendo poco a poco para que siempre tengamos muchas rutas que tomar, algo que no para de ir a más con cada nuevo poder que obtenemos, consiguiendo que el backtracking sea un auténtico placer y nunca nos aburramos de patear los mismos sitios, ya que rara será la vez que no encontremos algo que no habíamos podido alcanzar las anteriores veces.
Aquí destaca también lo genialmente medido que está el ritmo de la aventura, pues conseguiremos nuevas habilidades de avance cada 20-25 minutos aproximadamente, algo que está especialmente bien gestionado durante la primera mitad.
Otro detalle que nos ha encantado es la facilidad con la que podemos llegar a perdernos y atascarnos, devolviéndonos unas sensaciones con el género que si no fuese por el magnífico Hollow Knight tendríamos muy olvidadas a día de hoy. Ya os vamos avisando que hay varios momentos que se salen por completo de la norma y que van más allá del simple "mata al jefe y obtén tu siguiente poder", por lo que nos obligarán a fijarnos muy bien en ciertos detalles y a pensar de una forma más creativa.
Lo bueno es que, tal y como decimos, aunque nos perdamos y demos vueltas durante una hora sin saber muy bien qué es lo que tenemos que hacer, siempre estaremos encontrando nuevas cosas y secretos, así que nunca lo sentiremos como tiempo desperdiciado. Al contrario, gracias a esos paseos nos familiarizaremos a la perfección con el castillo y seremos capaces de movernos mucho mejor por él.
El tamaño del mapa es descomunal, muchísimo más grande que el que hayamos visto nunca en un Castlevania, lo que nos garantizará entre 13 y 15 horas de juego para llegar a su verdadero final, cifra que puede variar dependiendo de lo mucho o poco que nos atasquemos.
En total, para conseguir el 100% del mapa y acabar con todos los jefes secretos hemos necesitado unas 16 horas, aunque si queréis completarlo en su totalidad, incluyendo objetos, poderes, misiones secundarias y documentos, vais a necesitar dedicarle muchísimo más tiempo.
Almas de demonios
En lo referente a los controles y el sistema de combate, destacar las buenas sensaciones que transmiten a los mandos tanto las físicas de salto y movimiento como los impactos de los golpes que acertamos sobre nuestros enemigos. Se siente un Castlevania de tomo y lomo y ponerse a saltar, esquivar trampas y a luchar contra los demonios que nos salen al paso no podría resultar en una experiencia más satisfactoria, gratificante y entretenida.
La base es la de siempre, pudiendo equiparnos con numerosas armas distintas y piezas de equipo con sus propiedades especiales. Por supuesto, también podremos subir de nivel para hacernos más fuertes y resistentes.
Aquí también tenemos que destacar que se ha recuperado el genial sistema de almas de Castlevania: Aria of Sorrow, por lo que todos los enemigos que eliminemos tendrán un pequeño porcentaje de probabilidades de darnos su alma, la cual podremos equiparnos para ganar habilidades especiales.
Considerando lo extensísimo que es el bestiario del título, os podéis hacer una idea de la cantidad de poderes que podemos llegar a acumular. Todos ellos se dividen en diferentes categorías según su uso y solo podremos equiparnos con uno de cada una: Disparador, De Efecto, Direccional, Encantado y Familiar.
Esto, sumado al gigantesco arsenal de armas, armaduras y accesorios que tenemos a nuestra disposición, acaba resultando en un sistema muy flexible y con un nivel de personalización altísimo que nos permitirá configurar a nuestro personaje para ajustar su estilo del juego al nuestro y al que requiera cada una de las situaciones con las que nos encontremos.
Tanto es así que si le sacamos provecho podremos llegar a un punto a mitad de la aventura en el que seremos tan extremadamente poderosos que se pierde gran parte de la dificultad. Hablando de esto último, señalar que al principio solo tendremos desbloqueado el Modo Normal, cuyos primeros compases nos obligarán a jugar con cabeza y con cuidado para no morir, pero una vez nos hayamos fortalecido un poco no tendremos muchos problemas para avanzar, convirtiéndose en un título muy asequible, especialmente si vamos siempre bien provistos de pociones y platos de comida para recuperar salud cuando las cosas se tuerzan.
Difícil nos ha parecido mucho más interesante, con picos de dificultad que nos han llegado a recordar a lo vivido en Castlevania: Order of Ecclesia y, sobre todo, a Circle of the Moon, mientras que Pesadilla nos ofrece un reto solo apto para expertos y pacientes, ya que cambia la disposición de los enemigos y casi todos los golpes quitan la mitad de la vida.
Como veis, hay desafíos para todos los gustos y si Normal os parece demasiado fácil, sabed que existe un truco con el que podremos desbloquear todas las dificultades adicionales desde el principio, así que quizás queráis llamar NIGHTMARE al archivo de vuestra partida...
Probablemente, uno de los aspectos que más nos han decepcionado del título hayan sido los combates contra los jefes finales, y no por ser malos, pero sí irregulares. Tan pronto nos encontraremos con uno bien diseñado y con unas mecánicas muy interesantes que pasaremos a otro que es todo lo contrario y que no está a la altura. Además, a la mayoría les falta algo de carisma y los únicos realmente memorables se pueden contar con los dedos de una mano. A pesar de todo, siempre resultan entretenidos, son muy numerosos, en la recta final mejoran bastante y algunas de las batallas secretas merecen mucho la pena.
Arte gótico
En lo visual, tenemos un juego con modelados y escenarios poligonales, algo que se aprovecha de forma muy inteligente para crear algunas situaciones jugables en 2,5D muy curiosas. Evidentemente, recupera ese estilo artístico gótico que ha caracterizado a la saga de Konami en la que se basa, aunque los fondos son muy irregulares y no siempre alcanzan el nivel que esperaríamos de ellos.
Algo parecido ocurre con los personajes. Por un lado, tenemos a los protagonistas, quienes lucen un diseño muy acertado que nos ha encantado, mientras que por el otro nos encontramos con una galería de rivales bastante desangelada y poco inspirada que no se puede comparar con el enorme encanto que siempre han desprendido los monstruos y criaturas de Castlevania, a pesar de que a nivel de mecánicas tienen sus equivalentes. Eso sí, todos están muy bien modelados y animados y hacen gala de unos sombreados fantásticos que les sientan genial.
Respecto al rendimiento, decir que se mueve a 60 imágenes por segundo en todas las plataformas menos en Switch, donde solo alcanza los 30 fps. Por desgracia, el título tironea en algunas zonas y también sufre varios parones en momentos muy concretos, aunque por lo general funciona bien y no da mayores problemas.
Lamentablemente, ha llegado al mercado muy poco pulido y en nuestro periplo nos esperan infinidad de bugs, como pantallas de carga de más de dos minutos al morir, partidas corruptas por actualizar el juego a su versión del parche del primer día, un mapa que a veces sufre fallos y no nos muestra las cosas correctamente, etcétera.
Donde sí que se han lucido de verdad ha sido con su banda sonora, compuesta por la legendaria Michiru Yamane (compositora de Castlevania: Symphony of the Night, entre otras muchas entregas de la saga), quien nos vuelve a regalar multitud de temas de una calidad incuestionable, desatando una vez más su maravilloso estilo musical para realzar a lo grande todo lo que vemos en pantalla.
Los efectos son muy reconocibles y el doblaje nos permite escoger entre el inglés y el japonés, ambos muy bien resueltos y con actores de cierto renombre que os sonarán muchísimo. Por desgracia, la traducción de los textos al español deja que desear, aunque todo se entiende más o menos bien.
Conclusiones
Bloodstained: Ritual of the Night es justo lo que nos prometieron y puede que incluso algo más. Se nota que Igarashi ha prestado mucha atención a la comunidad durante su largo desarrollo, aceptando las críticas con humildad y retrasando el título todas las veces que han hecho falta para poder ofrecernos esta maravillosa aventura que por fin podemos disfrutar.
Tiene todo lo que se puede esperar de un buen Igavania: un diseño de niveles espectacular y por el que da gusto perderse, un desarrollo variadísimo y entretenido en el que el backtracking está medido al milímetro, un sistema de progresión y personalización adictivo como él solo, multitud de jefes finales, momentos tremendamente ingeniosos, mucha rejugabilidad y una apabullante cantidad de secretos y sorpresas esperando a ser encontrados.
La parte negativa la ponen un diseño de enemigos un tanto insípido, algunos jefes que no están a la altura del resto, una traducción al español mejorable y numerosos bugs que pueden llegar a resultar algo molestos, lo que no quita que sigamos estando ante el auténtico sucesor de Castlevania que tantísimos años llevábamos reclamando.
Hemos jugado a multitud de Metroidvanias en los últimos años y el género nos ha dejado verdaderas joyas, pero ninguna tiene el inconfundible sello personal de este creativo, algo que su nueva obra destila por todos lados y que nos recuerda que sigue siendo un maestro inigualable a la hora de crear juegos de este tipo. Y desde luego, parece que todavía queda mucho para que pierda ese toque tan especial que tiene, así que, como jugadores, no podemos hacer otra cosa que no sea celebrarlo por todo lo alto y recomendaros su compra sin reservas de ningún tipo. No os lo perdáis.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga para PS4 que nos ha facilitado 505 Games.