Análisis de Skate (PS3, Xbox 360)
Desde hace unos años los videojuegos de monopatín, y el género de los deportes extremos en general, está dominado por Tony Hawk’s Pro Skater de Activision, omnipresente título al que el famoso patinador americano da nombre, que año tras año aparece para satisfacer a su legión de seguidores. Atrás quedaron otros deportes extremos que tarde o temprano se quedaron huérfanos –BMX, Patinaje, Surf, Snowboard…-, y los primeros intentos de crear juegos de monopatín, todos ellos con más pena que gloria –el propio Top Skater de EA es uno de ellos- hasta el lanzamiento del mencionado Tony Hawk. Sin embargo, Electronic Arts ha vuelto a arrojar un guante y se ha decidido a animar el mercado con este nuevo Skate, un título muy simple para un juego que intenta reinventar los juegos del género, apostando por la simulación y por un sistema de control más intuitivo pero al mismo tiempo más difícil.
Hay dos claves en Skate: La primera, la forma de realizar las piruetas; atrás quedó el control con botones, ahora haremos los saltos, principalmente, con el stick analógico, tomando impulso hacia abajo y saltando hacia arriba, y realizando las diferentes piruetas con la trayectoria del impulso, como intentando simular los pies en la tabla de monopatín.
Esto es algo que Tony Hawk ha intentado con el modo "Nail the Trick" en los últimos juegos de la saga, pero Skate se basa completamente en esto para el sistema de piruetas. Con diversos movimientos que recuerdan a las piruetas reales, y utilizando varias combinaciones de botones, realizaremos kickflips, heelflips y otros movimientos de nombres variopintos pero familiares durante años no solo para los aficionados a la tabla sino también para los jugadores en general.
La otra de las claves es la simulación. Electronic Arts ha apostado por realizar un juego que es riguroso en cuanto a equilibrios y detección de colisiones, adoptando una original perspectiva que enfoca principalmente a la tabla, pero que al mismo tiempo resulta mucho más satisfactorio que los juegos de monopatín tradicionales, donde hacer piruetas es fácil y la dificultad reside en cómo utilizarlas para hacer lo que nos piden. En Skate, hacer un ollie, un grind y enlazarlo con un manual es algo bastante difícil, pero si lo logramos hacer nos quedaremos muy satisfechos. Gran parte de la culpa en esto la tienen los propios grinds, que han dejado de ser automáticos para pasar a ser completamente dependientes del contexto. Para realizar un grind en Skate, no habrá que pulsar un botón, simplemente hacer que nuestra trayectoria coincida con la de la esquina o borde por el que queremos deslizarnos, lo que resulta difícil en un principio pero, como decíamos, muy satisfactorio si lo logramos.
En Skate comenzaremos siendo un patinador aficionado, sin oficio ni beneficio, que acaba de tener un grave accidente. A través de una secuencia de imagen real, nos llevarán al hospital, y de camino se irán presentando los principales personajes del juego, que pueblan la ciudad de San Vanalona, donde comenzará nuestra peripecia en el mundo del monopatín. Tras la secuencia, muy en la línea de humor de Jackass, se nos explicarán las mecánicas del juego y las diferentes partes que forman la ciudad, dividida en zonas, aunque todas ellas unidas entre sí como un gran mundo, si bien éste es más un circuito, o un corredor, que un mundo abierto y "redondo", por llamarlo de alguna manera.
Aún así, San Vanalona es una ciudad muy grande con zonas bien diferenciadas, cada una de ellas permitiéndonos un estilo de juego y llena de pequeños detalles. El tamaño de la ciudad es notable y para ayudarnos en las transiciones de una zona a otra, o de una prueba a otra, contamos con un sistema de metro que nos dejará cerca de nuestra parada. Contamos con un mapa a nuestra disposición, ya sea a través del menú general donde podemos ver nuestros logros y nuestros trucos, o bien en el propio interfaz del juego, mostrándonos en un recuadro pequeño la zona en la que estamos y, en el borde del mapa, en qué dirección se encuentran los objetivos.
Las pruebas de Skate son bastante variadas aunque se enmarcan en lo que podemos esperar de un juego de monopatín. Por una parte tenemos los retos de fotografía, en los que tendremos que realizar una serie de piruetas en una zona de terminada –hacer un grind, transición a kickflip y terminar con un manual, por ejemplo-, eligiendo luego la foto que saldrá en la revista; esto último no tiene influencia en la puntuación que recibamos pero la revista se quedará guardada en nuestro historial, con la foto que hayamos elegido en la portada.
Además de las fotografías, contamos también con pruebas de vídeo. Éstas son mucho más flexibles y están activas en una zona, no en un rinconcito del escenario. Las pruebas de vídeo nos exigen también hacer una serie de movimientos, y muchas veces llegar hasta cierto número de puntos, con el requisito de no caernos de la tabla en ningún momento y un tiempo límite. Aunque al principio serán fáciles, con el tiempo, a medida que aumente el número de puntos mientras el tiempo permanece igual, se harán más complicadas.
También tenemos pruebas que no están indicadas por el juego, sino que tendremos que irlas descubriendo nosotros explorando el escenario. Son los llamados "spots", que descubriremos, cuentan con una descripción, y podremos intentar superarlos sin entrar en un evento propiamente dicho. Están asociados a partes del escenario y suelen requerir un cierto número de puntos y alguna pirueta específica.
Estas pruebas en solitario se combinan con otras en las que competiremos contra otros jugadores controlados por la inteligencia artificial, en algunas de ellas de forma simultánea. Habrá competiciones por ver quién hace el mejor truco en una zona de un escenario, o quién acumula la mayor puntuación, o la cadena de piruetas más valorada, en un tiempo límite. También tendremos, en ocasiones, que jugar al S.K.A.T.E., una versión de monopatín del juego Horse de baloncesto, en la que tendremos que realizar la misma pirueta que ha hecho nuestro rival, y esperar a que él falle.
El repertorio de pruebas de Skate es por lo tanto bastante variado, aunque no tiene ninguna prueba especialmente llamativa o revolucionaria, y además el hecho de que el juego esté organizado de manera no lineal permite que siempre tengamos varias a nuestra disposición, por lo que si una no nos sale podremos optar por intentar superar otras, y volver más tarde cuando tengamos más práctica con el juego. Esto último es muy reseñable, porque Skate, siendo un título que innova en el control y que tiene una acentuada faceta de simulación, tiene una larga curva de aprendizaje.
En primer lugar hay que tener en cuenta que el control con el stick analógico es fácil en un primer momento pero a la hora de hacer el movimiento que realmente queremos conseguir puede que nos surjan dificultades al no estar acostumbrados a trazar trayectorias con el stick analógico. Esto lo notaremos en la primera partida de S.K.A.T.E., donde nos sorprenderemos fallando movimientos fáciles, haciendo prácticamente siempre el mismo (los Pop Shove It), debido a la forma de usar tradicionalmente el stick analógico derecho, basado más en palancazos de abajo a arriba más que en movimientos precisos y medidos. Con el tiempo lograremos dominar esto, pero tocará el turno de los agarres, que también tienen su dificultad por la necesidad de sincronización –tenemos que pulsar un gatillo u otro para agarrar la tabla, pero soltarlos a tiempo. Otra cosa que nos costará dominar, pero que resulta tremendamente satisfactoria cuando lo logramos, son los grinds, que podremos hacer o bien con los ejes de la tabla, o bien con la propia plataforma, si movemos el stick analógico a la derecha cuando estemos en el aire.
Las caídas en Skate son bastante habituales, porque tropezaremos con frecuencia contra viandantes, coches en movimiento y bordillos –muy importante, los bordillos no se superan solos y pueden dar lugar a golpes espectaculares-, y el juego incluye una curiosa pantalla de "resultados" cuando tengamos una caída fuerte. Una imagen con un esqueleto humano aparecerá en la pantalla, indicándonos con un código de colores las diferentes lesiones –roturas, magulladuras, etc… Por suerte no tienen mayores consecuencias.
A nivel gráfico Skate tiene un estilo muy llamativo por el uso de una perspectiva que enfoca la tabla –más bien, las rodillas de nuestro patinador- en vez de adoptar la tercera persona clásica. La perspectiva, sin embargo, está lo suficientemente bien implementada para ver con gran detalle lo que hacemos con los pies y la tabla sin perder de vista el escenario, que cuenta con una gran cantidad de detalles, y un marcado estilo realista, sin los vivos colores de otros títulos. El motor gráfico se mueve muy bien y destacan las animaciones de los patinadores y cómo se ven afectadas por el motor físico del juego. La banda sonora de Skate es lo variada que podemos esperar de un juego de estas características, con temas licenciados de artistas como Motorhead, The Sex Pistols, David Bowie o Los Ramones.
La parte online de Skate es accesoria, como es de esperar, aunque permite que hasta seis jugadores compitan en varias pruebas similares a las del modo para un solo jugador, circunscritas a varias partes del escenario – no hay ciudad abierta, como es de esperar-. En el modo online también podremos realizar vídeos con nuestras repeticiones, y colgarlas en Internet, con el propósito de crear una comunidad de videojugadores que comparta sus habilidades; hay también rankings para saber cómo de buenos somos en comparación con el resto de los jugadores del mundo.
Cuando Skate fue anunciado, junto con su nueva idea de control, fueron muchos los escépticos ante esta nueva apuesta de EA, que planteaba entrar de lleno en un mercado prácticamente cerrado con nuevas ideas muy difíciles de aplicar. Con el juego en nuestras manos, el resultado ha sido sorprendente, aunque ya apuntaba maneras cuando lo probamos en el E3. El sistema de control de Skate es un soplo de aire fresco en el género, así como su simulación y su nueva forma de plantear los juegos de monopatín, no basando la maestría en realizar largos combos, sino en realizar movimientos concretos bien sincronizados. Esperemos que se convierta en una saga, y que en las sucesivas entregas se añadan nuevas posibilidades al modo para un solo jugador. Muy recomendada para los aficionados al monopatín.