Análisis de Rock Band 2 (PS3, PS2, Xbox 360)
Qué decir de Rock Band. El estreno de este juego musical, desarrollado por los creadores de la exitosa serie Guitar Hero, supuso la llegada al mercado de uno de los mejores juegos del género. Su premisa, el darnos lo oportunidad de crear, junto a nuestros amigos, la mejor banda de rock, para lo cual podíamos convertirnos en auténticos expertos con la batería, la guitarra y el bajo, o como cantantes. Pero aparte de esto, es decir, dejando al margen el hecho de que el juego girara en torno a todos estos instrumentos y no solo a uno, como suele ser lo habitual, no podemos dejar de resaltar el fantástico trabajo llevado a cabo por Harmonix a la hora de seleccionar los temas que se incluyeron en el juego, con un repertorio musical para quitarse el sombrero –otorgándole además una importancia crucial a las descargas de contenidos- y, también, el realismo con el que se diseñó todo. No en vano, a diferencia de su máximo rival, en este título verdaderamente teníamos la sensación de que nuestros movimientos en la vida real se trasladaban exactamente igual al mundo del juego.
Esta secuela, que llega a PlayStation 3 con varios meses de retraso con respecto a la versión del mismo para Xbox 360, se mantiene muy continuista en todos los sentidos. Esto significa que de nuevo vamos a disfrutar de un repertorio musical de órdago, que el juego sigue siendo tan adictivo y realista –dentro de lo que cabe- como el original y, ante todo, que estamos ante uno de los juegos más divertidos del momento, ya sea disfrutándolo en solitario o en compañía de otros jugadores.
Vámonos de nuevo de gira
Poco varía Rock Band 2 con respecto a lo visto en el título original. De nuevo, volvemos a encontrarnos ante un juego musical en el que, ya sea con la batería, la guitarra, el bajo o el micrófono, deberemos demostrar nuestras dotes musicales siguiendo el ritmo que se presenta en pantalla o, en el caso de actuar como cantantes, afinando al máximo las cuerdas vocales. Sea como fuere, el juego destacará por su realismo, obligándonos de nuevo a pulsar las teclas de la guitarra o los platos de la batería en los momentos precisos de las melodías, transmitiéndose así la sensación de estar, verdaderamente, tocando estos instrumentos. En este sentido, si el título original fue criticado por los más veteranos en el género por su sencillez (salvo algunas canciones, el resto resultaban de lo más asequibles), esta secuela ofrece un resultado mucho más exigente, presentando temas sencillos que no supondrán un problema para casi ningún jugador en el nivel de dificultad más exigente, pero a la vez, con un mayor número de canciones que irán desde lo simplemente difícil a lo extremadamente complicado, como pueden ser Painkiller de los Juda Priest o Panic Attack de Dream Theater.
El repertorio de temas abarca una gran variedad de estilos musicales en las 84 canciones que se incluyen de base en el juego, más 20 descargables mediante un código que se incluye en el juego. Pero es que si estos números nos parecen escasos, y ya dejamos claro que la calidad de estas composiciones es, por norma, realmente alta, debemos resaltar también la posibilidad de importar prácticamente todas las canciones del título original pagando poco menos de 4 €, y hacer uso además de todas las canciones descargadas a través de la tienda del juego. Por lo tanto, dado el sobresaliente trabajo llevado a cabo por Harmonix en lo referente a las descargas de contenidos (semanalmente ofrecen nuevas canciones para descargar), estamos ante un título con una biblioteca musical impecable digna de cualquier fanático de la música. Algo que a nivel jugable repercute muy positivamente gracias al modo Gira.
En esta modalidad de juego, como en el original, nos convertiremos en un miembro de una banda de rock a la que tendremos que guiar desde sus humildes inicios hasta el estrellato tocando en locales y estadios alrededor de todo el mundo (59 locales en 24 ciudades distintas). En esta ocasión, como novedad, podremos completar esta modalidad en solitario (con opción a bajar el nivel de dificultad en todo momento e incluso cambiar de instrumento sin problemas), superando poco a poco todos los retos musicales a los que tendremos que hacer frente, o hacerlo junto a otros usuarios. Lo destacable es que perfectamente podemos iniciar esta modalidad en solitario, para poco después contar con el apoyo de otros usuarios que se podrán unir –y salir- en cualquier momento de la partida. Una forma excelente de potenciar la experiencia cooperativa de Rock Band, que es una de sus señas de identidad, sin por ello mermar el juego para un solo jugador.
En este modo Gira, aparte de interpretar constantemente todos los temas musicales que se incluyen en el juego, tendremos que hacer frente a otro tipo de desafíos que, sin salirse de esta misma premisa jugable, otorgan algo de variedad al desarrollo de la gira. Hablamos por ejemplo de las listas de canciones (ya sean seleccionadas por nosotros mismos o por el juego de forma automática), que nos propondrán tocar un número determinado de canciones sin descanso; las competiciones contra otras bandas de rock, o la lucha por adquirir nuevo personal y equipamiento para nuestro grupo (un avión, por ejemplo, nos permitirá realizar actuaciones en lugares más alejados de nuestro punto de partida). Este tipo de acontecimientos se nos presentarán de forma aleatoria pudiendo en todo momento aceptar estos retos adicionales o no. De este modo, podemos correr el riesgo de intentar sacar cinco o más estrellas en una canción para ganar el doble o triple de dinero o fans, a costa de poder perder exactamente el mismo número de seguidores y dinero en caso de no lograr el objetivo. Igualmente, podemos optar por ganar menos dinero para grabar un videoclip que haga que el número de fans aumente, o donar todo el dinero de una actuación para mejorar nuestra reputación.
Dinero, seguidores y puntos de estrella (los que miden la calidad con la que hemos interpretado una canción) serán los tres elementos a tener en cuenta en este modo Gira ya que gracias a estos se abrirán constantemente nuevos desafíos, amén de permitirnos adquirir nuevos accesorios (en el caso del dinero) para personalizar al máximo a nuestro músico. En este caso, eso sí, hay que destacar negativamente el editor de personajes con el que cuenta Rock Band 2 ya que, como el original, nos permite crear con gran rapidez a nuestro músico, pudiendo elegir detalles como su ciudad de origen y la de su grupo. Sin embargo, queda lejos del increíble editor de personajes visto en Guitar Hero: World Tour, algo que se echa de menos sobre todo en el juego a través de Internet.
Y ya que hablamos de la vertiente online de Rock Band 2, no podemos dejar de alabar el juego cooperativo que presenta ya que es, sin duda, el aspecto más llamativo del mismo. No en vano, disfrutar de temas clásicos como Eye of the Tiger de Survivor junto a otros amigos es una experiencia de lo más gratificante. Pero también, Harmonix se ha acordado de las clásicas modalidades competitivas, creando para la ocasión las llamadas batallas de grupos. Gracias a esta opción, grupos de todo el mundo podrán competir entre sí en batallas diarias y semanales. En éstas, mediremos nuestras puntuaciones con las de otras bandas para ver quién es la que se ha alzado con la victoria, encontrándonos además con premios dedicados, por ejemplo, a los guitarristas que mejor racha de notas hayan conseguido.
Esta secuela de Rock Band también incluye un completo tutorial para los usuarios que decidan apostar por la batería, que es sin duda el instrumento más difícil de usar en el juego. En estas clases de aprendizaje se nos presentarán ritmos de batería cada vez más complicados que nos permitirán hacernos con los controles básicos de este instrumento. Igualmente, los desarrolladores han incluido los denominados desafíos de gira, que serán otro tipo de pruebas dedicadas a todos los instrumentos del juego con los que perfeccionaremos nuestra técnica. Esta modalidad de juego podrá disfrutarse en solitario o en grupo (en algunos casos será un requisito indispensable).
Pocas novedades más ofrece este título musical que, como decíamos, ha apostado más por pulir y refinar su fórmula de juego que por crear una nueva revolución jugable. Algo que se traslada a la perfección a su apartado técnico ya que a nivel gráfico, el juego se mantiene prácticamente idéntico a lo visto en Rock Band. Eso sí, se han incluido nuevos filtros visuales que, unido al resto de recursos empleados por Harmonix, ayudan a sumergirnos por completo en este alocado mundo de la música Rock. Y éste es sin duda uno de los aspectos más conseguidos en Rock Band; ya no es solo que el cantante nos muestre que está cantando de verdad las canciones que se interpretan, o que lo que nosotros tocamos en la guitarra, el bajo o la batería queda reflejado a la perfección en dichos instrumentos virtuales; es que también el auditorio donde tocaremos, el público cantando, y efectos de luces, humo y fuego están tan logrados que en conjunto, estamos ante el título del género más cuidado del momento. Mimo por el detalle que se traslada igualmente a los fantásticos menús de Rock Band 2, que vuelven a ser geniales.
¿Y los nuevos instrumentos?
Rock Band 2 se lanzó en el mercado norteamericano con nuevos instrumentos que pulieron los aspectos más negativos de los vistos en el título original. El problema con el que nos encontramos los europeos es que, como el primer Rock Band tardó tanto en llegar al mercado, se ha considerado oportuno no lanzar un nuevo pack con los instrumentos de Rock Band 2, algo que sin duda perjudicará a los usuarios que den el salto a este título musical de Harmonix ahora, teniendo que andar buscando por las tiendas los instrumentos del original, o conformarse con los de la competencia que, al menos, eso sí, son compatibles.
Dicho esto, si nos centramos en las mejoras que presentan estos instrumentos, hay que destacar por un lado el nuevo color de la Fender Stratocaster que simula la guitarra del juego, dándole un toque más elegante si cabe. Pero más importante es el hecho de haberse mejorado la barra de púa, que ahora es más resistente que la del original y, por tanto, más precisa. También se incluye un control para calibrar el audio y vídeo de forma automática. Si hablamos de la batería, ésta se mantiene idéntica, a primera vista, a la del original, pero son varios los aspectos que se mejoran. Por un lado, los timbales son ahora mucho más silenciosos que en el original (llegaban a dar dolor de cabeza), pero también, incluyen un medidor de intensidad que registra la fuerza con la que son golpeados, transmitiendo esa información de forma realista al juego. El pedal del bombo también es ahora mucho más resistente, como el propio soporte de la batería, y se nos da la posibilidad de agregar platos superiores para aumentar el realismo de este periférico, aunque esto es opcional. El micro, por último, se mantiene idéntico al del original.
Conclusiones
Hazte con él. Poco más se puede decir a los aficionados a la música y, en especial, a este género en el mundo de los videojuegos. Rock Band 2 ofrece una experiencia de juego fantástica que nadie debería perderse, sobre todo si tenemos en cuenta el impresionante repertorio de canciones que se incluyen en el juego (que además pueden ser reproducidas en la consola sin ningún problema), y las opciones online del mismo, que aumentan su rejugabilidad hasta cotas inimaginables. Por supuesto, se le puede echar en cara lo poco innovador que resulta con respecto al original, y que en nuestro caso, no se hayan distribuido todavía los nuevos periféricos; pero estos son aspectos menores si tenemos en cuenta que éste es sin duda el rey en el género de los juegos musicales, y es un gran logro si tenemos en cuenta la dura pugna que mantiene con su rival, que no se lo pone fácil.