Análisis de Rock Band 2 (Wii)
Qué decir de Rock Band. El estreno de este juego musical, desarrollado por los creadores de la exitosa serie Guitar Hero, supuso la llegada al mercado de uno de los mejores juegos del género. Su premisa, el darnos lo oportunidad de crear, junto a nuestros amigos, la mejor banda de rock, para lo cual podíamos convertirnos en auténticos expertos con la batería, la guitarra y el bajo, o como cantantes. Pero aparte de esto, es decir, dejando al margen el hecho de que el juego girara en torno a todos estos instrumentos y no solo a uno, como suele ser lo habitual, no podemos dejar de resaltar el fantástico trabajo llevado a cabo por Harmonix a la hora de seleccionar los temas que se incluyeron en el juego, con un repertorio musical para quitarse el sombrero –otorgándole además una importancia crucial a las descargas de contenidos- y, también, el realismo con el que se diseñó todo. No en vano, a diferencia de su máximo rival, en este título verdaderamente teníamos la sensación de que nuestros movimientos en la vida real se trasladaban exactamente igual al mundo del juego.
Esta secuela, que llega a Wii con varios meses de retraso con respecto a la versión del mismo para Xbox 360, mejora notablemente lo visto en el original –la adaptación que de este se hizo para la consola de Nintendo-. Esto significa que de nuevo vamos a disfrutar de un repertorio musical de órdago, que el juego sigue siendo tan adictivo y realista –dentro de lo que cabe- como el original y, ante todo, que estamos ante uno de los juegos más divertidos del momento, ya sea disfrutándolo en solitario o en compañía de otros jugadores.
Vámonos de nuevo de gira
Poco varía Rock Band 2 con respecto a lo visto en el título original. De nuevo, volvemos a encontrarnos ante un juego musical en el que, ya sea con la batería, la guitarra, el bajo o el micrófono, deberemos demostrar nuestras dotes musicales siguiendo el ritmo que se presenta en pantalla o, en el caso de actuar como cantantes, afinando al máximo las cuerdas vocales. Sea como fuere, el juego destacará por su realismo, obligándonos de nuevo a pulsar las teclas de la guitarra o los platos de la batería en los momentos precisos de las melodías, transmitiéndose así la sensación de estar, verdaderamente, tocando estos instrumentos.
En este sentido, si el título original fue criticado por los más veteranos en el género por su sencillez (salvo algunas canciones, el resto resultaban de lo más asequibles), esta secuela ofrece un resultado mucho más exigente, presentando temas sencillos que no supondrán un problema para casi ningún jugador en el nivel de dificultad más exigente, pero a la vez, con un mayor número de canciones que irán desde lo simplemente difícil a lo extremadamente complicado, como pueden ser Painkiller de los Juda Priest o Panic Attack de Dream Theater.
El repertorio de temas abarca una gran variedad de estilos musicales en las 84 canciones que se incluyen de base en el juego, más 20 descargables mediante un código que se incluye en el juego. Pero es que si estos números nos parecen escasos, y ya dejamos claro que la calidad de estas composiciones es, por norma, realmente alta, debemos resaltar también la posibilidad de descargar periódicamente nuevos temas de la tienda virtual del juego, incluyéndose en esta muchos de los temas vistos en el original pero que no llegaron a ser publicados en el título original para Wii. Esta gran cantidad de canciones nos permitirá crear una biblioteca musical impecable digna de cualquier fanático de la música. Algo que a nivel jugable repercute muy positivamente gracias al modo Gira.
En esta modalidad de juego nos convertiremos en un miembro de una banda de rock a la que tendremos que guiar desde sus humildes inicios hasta el estrellato tocando en locales y estadios alrededor de todo el mundo (59 locales en 24 ciudades distintas). En esta ocasión, como novedad, podremos completar esta modalidad en solitario (con opción a bajar el nivel de dificultad en todo momento e incluso cambiar de instrumento sin problemas), superando poco a poco todos los retos musicales a los que tendremos que hacer frente, o hacerlo junto a otros usuarios. Lo destacable es que perfectamente podemos iniciar esta modalidad en solitario, para poco después contar con el apoyo de otros usuarios que se podrán unir –y salir- en cualquier momento de la partida. Una forma excelente de potenciar la experiencia cooperativa de Rock Band, que es una de sus señas de identidad, sin por ello mermar el juego para un solo jugador.
En este modo Gira, aparte de interpretar constantemente todos los temas musicales que se incluyen en el juego, tendremos que hacer frente a otro tipo de desafíos que, sin salirse de esta misma premisa jugable, otorgan algo de variedad al desarrollo de la gira. Hablamos por ejemplo de las listas de canciones (ya sean seleccionadas por nosotros mismos o por el juego de forma automática), que nos propondrán tocar un número determinado de canciones sin descanso; las competiciones contra otras bandas de rock, o la lucha por adquirir nuevo personal y equipamiento para nuestro grupo (un avión, por ejemplo, nos permitirá realizar actuaciones en lugares más alejados de nuestro punto de partida). Este tipo de acontecimientos se nos presentarán de forma aleatoria pudiendo en todo momento aceptar estos retos adicionales o no. De este modo, podemos correr el riesgo de intentar sacar cinco o más estrellas en una canción para ganar el doble o triple de dinero o fans, a costa de poder perder exactamente el mismo número de seguidores y dinero en caso de no lograr el objetivo. Igualmente, podemos optar por ganar menos dinero para grabar un videoclip que haga que el número de fans aumente, o donar todo el dinero de una actuación para mejorar nuestra reputación.
Dinero, seguidores y puntos de estrella (los que miden la calidad con la que hemos interpretado una canción) serán los tres elementos a tener en cuenta en este modo Gira ya que gracias a estos se abrirán constantemente nuevos desafíos, amén de permitirnos adquirir nuevos accesorios (en el caso del dinero) para personalizar al máximo a nuestro músico. En este caso, eso sí, hay que destacar negativamente el editor de personajes con el que cuenta Rock Band 2 ya que, aunque mejora con respecto a lo visto en Rock Band para Wii (nos permite crear con gran rapidez a nuestro músico pudiendo elegir detalles como su ciudad de origen y la de su grupo), queda lejos del increíble editor de personajes visto en Guitar Hero: World Tour Guitar Hero: World Tour, algo que se echa de menos sobre todo en el juego a través de Internet. Y ya que hablamos de la vertiente online de Rock Band 2, no podemos dejar de alabar el juego cooperativo que presenta ya que es, sin duda, el aspecto más llamativo del mismo. No en vano, disfrutar de temas clásicos como Eye of the Tiger de Survivor junto a otros amigos es una experiencia de lo más gratificante.
Esta secuela de Rock Band también incluye un completo tutorial para los usuarios que decidan apostar por la batería, que es sin duda el instrumento más difícil de usar en el juego. En estas clases de aprendizaje se nos presentarán ritmos de batería cada vez más complicados que nos permitirán hacernos con los controles básicos de este instrumento. Igualmente, los desarrolladores han incluido los denominados desafíos de gira, que serán otro tipo de pruebas dedicadas a todos los instrumentos del juego con los que perfeccionaremos nuestra técnica. Esta modalidad de juego podrá disfrutarse en solitario o en grupo (en algunos casos será un requisito indispensable).
Como comprobarán los aficionados al original, Harmonix ha optado más por pulir y refinar su fórmula de juego que por crear una nueva revolución jugable, aunque como hemos visto el aumento de opciones de juego en esta versión del mismo resulta más que destacable. A nivel técnico, el juego tampoco ofrece grandes cambios incluyéndose nuevos filtros visuales que, unido al resto de recursos empleados por Harmonix, ayudan a sumergirnos por completo en este alocado mundo de la música Rock. Y éste es sin duda uno de los aspectos más conseguidos en Rock Band; ya no es solo que el cantante nos muestre que está cantando de verdad las canciones que se interpretan, o que lo que nosotros tocamos en la guitarra, el bajo o la batería queda reflejado a la perfección en dichos instrumentos virtuales; es que también el auditorio donde tocaremos, el público cantando, y efectos de luces, humo y fuego están tan logrados que en conjunto, estamos ante el título del género más cuidado del momento. Mimo por el detalle que se traslada igualmente a los fantásticos menús de Rock Band 2, que vuelven a ser geniales.
Conclusiones
Hazte con él. Poco más se puede decir a los aficionados a la música y, en especial, a este género en el mundo de los videojuegos. Rock Band 2 ofrece una experiencia de juego fantástica que nadie debería perderse, sobre todo si tenemos en cuenta el impresionante repertorio de canciones que se incluyen en el juego (que además pueden ser reproducidas en la consola sin ningún problema) y las opciones online del mismo, que aumentan su rejugabilidad hasta cotas inimaginables –siendo además una de las principales pegas del original-. Por tanto, no podemos más que felicitar a Harmonix por ampliar de una forma tan notable las opciones de juego de Rock Band y, por fin, incluir la ansiada modalidad de juego en línea con la tienda virtual como principal atractivo.