Análisis de Killzone 3 (PS3)
Nota de la redacción: este análisis se ha hecho con una versión completa de Killzone 3, la misma que va a llegar a las tiendas el día 24 de febrero.
Tras triunfar con Killzone 2, que estuvo tanto tiempo prometiendo marcar un hito gráfico en PlayStation 3, y al final cumplió, Guerrilla Games y Sony vuelven a la carga con Killzone 3, continuando la historia del anterior juego y buena parte de sus mecánicas.
A grandes rasgos, mantienen lo que mejor funcionó de la segunda parte y remarcan sus señas de identidad. Corrigen algunos de sus defectos y, de nuevo, ofrecen un recital gráfico en PlayStation 3.
Killzone es una saga especialmente unida a la marca PlayStation, aunque no tanto como Gran Turismo, por las expectativas que han levantado sus dos entregas anteriores. La primera fue considerada la respuesta de Sony al Halo de Xbox y, aunque lejos de las hazañas del Jefe Maestro, constituyó un notable juego en primera persona por el que Sony decidió apostar para el futuro. La segunda parte estuvo envuelta de mayor expectación, al protagonizar la primero demo técnica de la consola, en el 2005, que provocó polémica al estar renderizada en aquellos célebres dos fotogramas por segundo. Pero finalmente cumplió con lo que prometía, elevó el listón gráfico de la actual generación, y sobre esta tercera parte no hay dudas: se da por hecho que será un gran juego, la cuestión es hasta qué punto.
Killzone 2 no inventaba precisamente la pólvora en lo que a juegos de acción en primera persona se refiere, pero sí tenía una ambientación muy buena y ciertas señas de identidad que, en combinación con su espectacular apartado gráfico, le hacían tener cierta frescura. Batallas campales entre trincheras de corte futurista, llenando uno de los pocos huecos del panorama de juegos de su género. Killzone 3 pierde parte de esa frescura, ya que es muy continuista en ambientación respecto a su anterior entrega, pero lo compensa con creces, ofreciendo situaciones más variadas, una narrativa más interesante y que transmite mucho más y, repetimos, exprimiendo un poco más la potencia de la consola para lograr unos gráficos de nuevo asombrosos para los tiempos que corren.
La historia es una continuación natural de la segunda parte, ambientada unos cinco minutos después que el final de aquel juego. Es difícil decir algo más sin estropeársela a los que no jugaron a Killzone 2 y planean hacerlo, pero podría resumirse en una huida hacia adelante de nuestros protagonistas, y otros nuevos personajes de su mismo batallón, por el planeta Helghan, una vez desarticulado el intento de invasión que encabezamos en la segunda entrega. Esta especie de Anábasis en versión futurista permite que se haga más hincapié que nunca en los personajes, apenas esbozados en la segunda parte, y también que conozcamos algo más de los Helghast.
En apenas diez minutos de juego ya sabremos más del carácter de ‘Sev’ Sevchenko, nuestro personaje, y de su inseparable Rico, que en la decena de horas que duraba Killzone 2. También sabremos mucho más de nuevos personajes de la ISA, nuestro bando, pero sobre todo nos familiarizaremos más con nuestro enemigo, los autoproclamados Helghast, humanos que, por las malas condiciones de su planeta, han tenido que adaptarse para sobrevivir, y viven bajo un régimen totalitario convencidos, quizás con razón, de su ansia de venganza. Los paralelismos con la Alemania Nazi son evidentes, a veces descarados, como comprobaremos en algunas de las primeras cinemáticas, y conoceremos también a los jerifaltes del régimen y algo más de su íntima lucha por el poder de la maquinaria bélica Helghast.
En definitiva, la historia gana muchos enteros, aunque dista de ser perfecta. Si en el anterior juego nos encontrábamos con un contexto trabajado, dos bandos bien definidos, y una cronología de la colonización espacial explicada en manuales, referencias y juegos pasados, ahora, además de ese contexto tan adecuado para un juego de estas características, sabemos algo más de los personajes, y hay una historia que nos cuentan bien y que hace que el jugador se implique bastante más en el juego.
A nivel jugable Killzone 3 presenta otra evolución comparable. Obviamente sigue siendo un juego de acción en primera persona, con todo lo que eso conlleva, y particularmente orientado a los tiroteos en escenarios poblados de trincheras, recovecos y edificios en ruinas, con toda la tensión y las sorpresas que podemos suponer. Pero, como ya había advertido Guerrilla Games, han hecho un esfuerzo patente por intentar que el juego sea mucho más variado, por crear un modo historia que nos enganche de cabo a rabo, y lo lo han conseguido con creces.
En 2009, el mismo año que Killzone 2, Uncharted 2 dio una lección magistral de cómo hacer que un juego te enganche durante horas gracias a la variedad de situaciones y al control del ritmo, y Killzone 3 consigue eso, a grandes rasgos, en su género. Los tiroteos "normales" se intercalan con secuencias de combate en vehículos, más numerosas que en el anterior juego, y con situaciones en las que tenemos que tener en cuenta lo que ocurre en todo el campo de batalla, teniendo que cumplir nosotros una función. También son frecuentes los enfrentamientos contra jefes finales, por así decirlo, y partes especiales, como el poder controlar una mochila voladora, que en conjunto hacen que el juego cambie ligeramente de tercio cada pocos minutos. Siempre es un juego de acción en primera persona, pero la acción en sí varía mucho cada poco tiempo, lo que nos incita a seguir jugando para continuar la historia.
Pese al muy superior diseño de niveles y situaciones, el juego no cambia a grandes rasgos la forma de controlar y jugar Killzone 2. Hay nuevas armas, algunas de ellas muy divertidas pese a que no las podremos usar mucho tiempo, pero lo que más notaremos es que moriremos bastantes veces más. No hay problema, porque Rico nos resucita casi siempre. Los que se cansaron de resucitar con ese rayo verdoso a nuestro carismático compañero de andanzas verán así compensados sus esfuerzos en el anterior juego. A no ser que estemos muy malheridos, o que Rico haya caído, o sea peligroso para él exponerse y salvarnos, nuestro compañero nos reanimará y podremos continuar luchando. El efecto está muy conseguido, porque mientras caemos, aunque la pantalla se oscurezca, seguiremos oyendo el sonido ambiental del juego, así como los diálogos de los personajes.
Este añadido es de agradecer, y algo natural considerando que el juego incluye un modo de campaña cooperativa para dos jugadores, en el que uno juega como Sev y otro como Rico. Éste modo cooperativo se ha convertido en un habitual en el género desde Gears of War y Halo 3, y la verdad es que funciona bastante bien, permitiendo que, en la misma consola, dos jugadores vivan el épico trayecto por Helghan. Eso sí, a veces la fluidez del juego se resiente. Falta un cooperativo online, aunque se compensa con las otras numerosas opciones en la red.
La inteligencia artificial de los Helghast también ha mejorado. Ésta era una de las asignaturas pendientes del anterior juego, ya que funcionaba bien el 90% de las veces, pero en el resto de situaciones los enemigos se comportaban un poco estúpidamente. En esta tercera parte, no solo no hacen tonterías, sino que son más listos que nunca, y suelen pertrecharse bien tras coberturas, tal y como hacemos nosotros, y colaborar alternando los tiroteos desde una u otra posición. La inteligencia artificial de nuestros amigos también ha mejorado y ya no sentiremos ganas de estrangular a Rico cuando se queda atrapado.
Aparte de nuevas armas y algunas situaciones que nos sorprenderán, hay un añadido especialmente vistoso en Killzone 3: las muertes cuerpo a cuerpo cinemáticas. Ahora podremos acercarnos por detrás, sigilosamente, a un enemigo, y eliminarlo pulsando el botón L1, así como pulsar ese mismo botón cuando de repente nos encontremos con un enemigo frente a frente. Si lo hacemos, veremos una secuencia interactiva en la que nuestro soldado clava un cuchillo en el cuello del Helghast, o se lo rompe con un rápido movimiento, o incluso, nuestro preferido, le clava los pulgares en las gafas rojizas, hasta hundirle los ojos. Un añadido que gustará a muchos jugadores.
Killzone 3 incluye otras dos novedades importantes: soporte para PlayStation Move e imagen 3D estereoscópica. La detección de movimiento de PlayStation 3 funciona bien, como ya os habíamos contado, integrando un control mixto, usando el mando Move para disparar, y el mando de PlayStation 3 cogido con una sola mano para mover y realizar algunas acciones extra. El resultado es parecido al de los shooters lanzados para Wii, está muy bien implementado, y suponemos que el culmen de esto será jugar con la metralleta de PlayStation Move que se ha podido ver en muchos vídeos. Para probar la versión final del juego no contamos con una televisión 3D, pero las veces que lo hemos visto anteriormente sí pudimos experimentar la espectacularidad que se alcanza con la visión estereoscópica, sin que la fluidez del juego se resienta.
El modo multijugador competitivo sigue varias de las pautas marcadas por la anterior entrega. La modalidad Zona de Guerra, en la que dos equipos se enfrentan y se van cambiando los objetivos, sigue presente como uno de los modos principales. Guerra de guerrillas es un deathmatch por equipos clásicos, sin complicaciones, mientras que Operaciones nos plantea una partida de conquistar y defender, asumiendo cada equipo un rol, y peleando en los escenarios parte por parte. El sistema de evolución de niveles se ha simplificado, teniendo más contenido disponible para todos los jugadores desde los inicios, por lo que la evolución con el paso del tiempo es menor; quizás una forma de intentar acercar el online a todos los jugadores, o permitirles que lo prueben con muchas opciones desde el principio para ver si les engancha. No tiene grandes cambios respecto a la segunda parte, y quizás le falten modos de juego, pero lo intenta compensar incluyendo numerosos mapas, con un gran diseño. Si no te gustó el de Killzone 2, difícilmente te convencerá éste, pero a los fans del multijugador del juego anterior les seguirá gustando mucho, y además se han incluido algunos mapas del original con un lavado de cara gráfico.
A nivel gráfico Killzone 3 vuelve a elevar el listón en PlayStation 3. Aunque a primera vista puede parecer muy similar a la primera parte, por su similar ambientación, al poco de jugar descubriremos que los escenarios han aumentado su nivel de detalle considerablemente, que las caras y las animaciones de los personajes, quizás uno de los puntos menos fuertes del original, han progresado una barbaridad, y que el espectáculo gráfico de explosiones, fuego, humo, chispas y demás es todavía más llamativo. Basta comprobar uno de los mapas multijugador "rescatados" del primer juego para comprobar cómo ha evolucionado Killzone en apenas dos años. Sin duda, y a la espera de Crysis 2, uno de los referentes gráficos de la actualidad.
El apartado sonoro vuelve a estar a un nivel sobresaliente. El doblaje en castellano es bueno y abundante, el juego está lleno de diálogos durante los niveles que nos ayudan a meternos en el juego, y las cinemáticas tienen un buen nivel de actuación, que se combina con una gran dirección. El buen doblaje ayuda a acentuar el carácter de cada personaje, desde el heroe calmado que es Sev hasta el carácter riguroso del capitán, pasando por la rabia impulsiva de Rico. En el caso de las altas esferas Helghast, donde el juego muestra un intencionado maniqueísmo, el carácter maléfico de algunos personajes se ve resaltado por el buen doblaje.
La música no tiene un gran protagonismo, pero cumple muy bien su función de dar una ambientación a veces épica, otras solemne, a los diferentes momentos del juego. Está muy bien, pero no es el apartado que más llame la atención, ya que el protagonismo se lo llevan el doblaje y los efectos de sonido, increiblemente variados y bien realizados.
Killzone 3 es una entrega continuista, pero muy mejorada, de uno de los mejores juegos de acción en primera persona de los últimos años. El modo historia ha mejorado considerablemente al ganar mucho su narrativa y hacerse más divertido gracias a la variedad de sus situaciones, y el modo multijugador vuelve a aportar ideas frescas y a tener su propia personalidad. Llega a un género excesivamente poblado, y con un referente que domina claramente en los servidores de PlayStation Network, pero tiene su propia personalidad y es una opción más que segura para los aficionados a la acción en primera persona. Su modo multijugador, de nuevo, gustará mucho a algunos, mientras que a otros les parecerá poco variado. Aunque sin el impacto de la segunda parte, Guerrilla Games ha vuelto a lograr un gran juego de acción en primera persona, mejorando con creces el modo campaña y remarcando su personalidad.