Análisis de Epic Mickey 2: El retorno de dos héroes (PS3, Wii, Xbox 360, PC)
En las Navidades de 2010 apareció Epic Mickey en exclusiva para Wii, un juego de plataformas en 3D dimensiones muy esperado, primero por el responsable detrás del proyecto, Warren Spector, diseñador de clásicos como System Shock y Deus Ex, y segundo porque prometía ofrecer una visión más oscura y un tanto atípica de Mickey Mouse y otros personajes del universo Disney, en esta caso que habían caído en el olvido. Un gran juego para muchos, un tanto fallido para otros, lo que no se puede negar es que derrochaba personalidad, y que algunos errores puntuales como la horrorosa cámara que seguía la acción, conseguían empañar más o menos la experiencia, dependiendo del usuario.
Ahora dos años después llega una secuela directa, que estaba vez abandona la exclusividad de Wii y da el salto a la alta definición, lanzándose en PlayStation 3, Xbox 360, Wii U y PC. Lo primero que hay que dejar claro es que el proyecto base lo ha realizado Junction Point, el estudio de Warren Spector, en Wii, y que el resto de versiones son adaptaciones de esta, por tanto no aprovecha las capacidad técnicas de PlayStation 3 o Xbox 360, limitándose a ser un port HD del juego de Wii. En este análisis vamos a hablar de las versiones de Sony y Microsoft, que son las que únicamente y de momento tenemos en nuestro poder.
Estamos ante una aventura de plataformas bastante continuista respecto al primer juego, y que como mayor y principal novedad incorpora un modo cooperativo para dos jugadores a pantalla partida. Toda la aventura está diseñada para dos jugadores, con Mickey Mouse y el conejo Oswald como protagonistas, y si jugamos solos al segundo personaje lo maneja la inteligencia artificial, que ya podemos ir adelantando, deja un poco que desear. Puzles, plataformas y combates pensados en la cooperación, una aventura especialmente entretenida en caso de jugar acompañados.
Aunque se trata de una adaptación en HD del trabajo realizado en Wii y no aprovecha el hardware técnicamente, el simple hecho de ser un plataformas en tres dimensiones en PlayStation 3 y Xbox 360, es ya un valor en sí mismo. Si en la generación 32 y 128 bits este tipo de juegos eran de los más populares, y nos llegaban varias propuestas de calidad todo los años, en los últimos tiempos ha ocurrido todo lo contrario, y es muy complicado encontrar plataformas tridimensionales de calidad, un género que muchos añoramos
Epic Mickey 2 no solo es un gran plataformas 3D, es además una compleja y original aventura, que pierde un poco de frescura al repetir lo visto en el título de Wii, pero que en caso de no haber disfrutado de aquel os sorprenderá seguro. Como le gusta hacer siempre a Warren Spector en sus juegos, a lo largo de la aventura iremos tomando decisiones, y casi prácticamente todas las situaciones se pueden resolver de dos maneras: una constructiva y otra destructiva. Y no es algo que se quede en anécdota, ya que tiene su impacto en el mundo y en la historia, existiendo diferentes finales, y siendo obligatorio acabárselo al menos dos veces para poder completarlo al 100%.
Está repleto de coleccionables, secretos, misiones secundarias y además no trata al usuario de tonto y llevándole de la mano de un punto a otro, nos dan bastante libertad para explorar en todo momento, y dejan que sea el jugador el que marque el ritmo de la aventura. Si vamos directamente a pasarnos la historia principal puede que la aventura nos dure unas 12 horas, pero es complicado resistirse a la gran cantidad de personajes que nos encargan suculentas misiones secundarias, por lo que la duración se puede disparar hasta las 20 horas, y más si queremos completarlo del todo para lo que necesitaremos una segunda vuelta. Al contrario que otros plataformas tridimensionales, aquí las búsquedas secundarias son interesantes, nos llegan a través de encargos y misiones, se puedes resolver de varias maneras, y no son simples recolecciones de objetos.
Al principio de la aventura incluso abruma un poco la cantidad de cosas que podemos hacer, la libertad que tenemos, y es un juego que invita a ser jugado con calma, a experimentar con el entorno, y descubrir sus muchos secretos y guiños. Como ocurría en el primero, es un tremendo homenaje a lo dibujos clásicos de Disney, en concreto a los más antiguos y olvidados, y nuevamente han creado un universo fascinante, por momentos perturbador y turbio, un tanto atípico para un juego que se supone va dirigido a un público infantil o juvenil, lo que nos encanta.
Para quien nos disfrutara del primer Epic Mickey, contar que el famoso ratón cuenta con un pincel mágico, que le permite disparar pintura o disolvente. Con la pintura construimos, dibujamos y reparamos el mundo, con el disolvente borramos y destruimos. Casi todas las situaciones, puzles, combates o jefes finales, están diseñados para que el jugador elija si usa la pintura –construye- o usa el disolvente –destruye-. Esto da pie a situaciones muy interesantes, y para avanzar podremos molestarnos en reparar el mundo y ayudar a sus personajes, o bien tomar una actitud destructiva y caótica y hasta derrumbar casas enteras borrando sus pilares. También conseguimos unos bocetos que nos otorgan habilidades especiales como ralentizar el tiempo, atraer a los enemigos a un televisor, o "invocar" un yunque para destruir estructuras y machacar a los enemigos, una serie de ventajas que obtenemos poco a poco y que hacen más profunda y compleja la jugabilidad.
Dependiendo de las circunstancias, nuestra actitud nos reporta diferentes ventajas, y el hecho de destruir no es algo necesariamente negativo ni se nos penaliza. El jugador es libre de decidir cómo actuar, hay moralidad en nuestro comportamiento claro, pero al contrario que otros juegos en los que descubres que haciendo el bien obtienes más ventajas, e incluso nos marcan el camino correcto con un color concreto –el azul del bien y el rojo del mal en Mass Effect-, aquí tenemos verdadera libertad para comportarnos, y las consecuencias son impredecibles. En este aspecto, a pesar de tratarse de un juego de Disney con Mickey Mouse como protagonista, es mucho más maduro y avanzado que el 90% de aventuras y juegos de rol que hemos disfrutado en esta generación, sin duda en lo que más se nota la mano de Warren Spector.
Como hemos dicho la mayor novedad de esta secuela, bastante continuista, es la incorporación de un segundo jugador, Oswald, el conejo afortunado. Si Mickey cuenta con un pincel mágico, Oswald tiene un mando a distancia, capaz de disparar electricidad y piratear dispositivos. Esto nos permite activar todo tipo de interruptores además de electrocutar y paralizar a los enemigos, por lo que constantemente ambos personajes tendrán que colaborar para superar los diferentes retos. Además Oswald puede planear con sus orejas, por lo que muchas veces Mickey se tendrá que enganchar a este para alcanzar ciertos lugares.
Cuando jugamos solos, la máquina maneja a Oswald, y en puntos concretos del escenario, como en dispositivos que puede activar o abismos que hay que atravesar, tendremos que pulsar un botón para ordenarle que nos ayude, aunque en cambio otras veces actúa a su libre albedrio. Una inteligencia artificial un tanto errática, que a veces se comporta bien, otras veces se cae donde no debe de manera estúpida, es impreciso a la hora de dar órdenes, y hace que nos tropecemos y nos choquemos con él molestándonos en algunas secciones de plataformas. También cuando nos quedamos sin vitalidad se supone que nos debe resucitar, pero una gran parte de las veces nunca llega a tiempo o pasa de nosotros.
Es un gran añadido si pensamos jugar acompañados, la pantalla se divide y los dos jugadores tienen que ayudarse y colaborar para avanzar, siendo muy divertido. Pero al haber diseñado toda la aventura con esta circunstancia en mente, creemos que lastra la experiencia para un jugador, algo bastante negativo. Además, sobre todo en las fases en dos dimensiones que vuelven para unir los niveles –un poco más elaboradas que en el primer Epic Mickey-, cada personaje muchas veces va por un camino distinto, con diferentes ítems, y si no jugamos con un segundo jugador, la IA pasa de coger ciertos objetos o activar algunos interruptores. Así que no solo molesta el segundo personaje cuando jugamos solos, sino que además nos impide coger ciertos ítems –por suerte, no son de los importantes e imprescindibles, pero sí valiosos en algunos casos-.
El gran problema del primer Epic Mickey, y que para muchos arruinaba prácticamente la jugabilidad, era la cámara que seguía la acción, de lo peor que hemos visto nunca en un plataformas tridimensional. Conscientes de este error, aquí se ha arreglado y mucho este problema, aunque todavía sigue haciendo algunos extraños. Lo bueno es que en PlayStation 3 y Xbox 360, al jugar con un mando tradicional, este asunto se arregla casi por completo. Con el stick derecho manejamos el pincel, lo que nos sirve para apuntar pero con el que a la vez estamos moviendo la cámara, como en cualquier juego de acción en tercera persona. Así cualquier mala posición de la cámara a la hora de saltar, la arreglamos rápidamente y de manera natural.
Lo que ganamos en poder manejar la cámara cómodamente, lo perdemos en precisión a la hora de apuntar con el pincel, sobre todo con enemigos en movimiento. Por esto motivo los combates acaban siendo un poco tediosos, de lo peor del juego. Es impreciso apuntar, y la fijación de enemigos es rara y errática, muy mejorable. Muchas veces por esto nos dará pereza combatir, y pasaremos de los enemigos. En PlayStation 3 podemos optar por jugar como en el primer Epic Mickey, gracias a PlayStation Move, con el mismo esquema de control, con lo que se gana en precisión a la hora de disparar pintura y disolvente, y se pierde en manejo de la cámara. Pero como hemos dicho, esta automáticamente se comporta mucho mejor que en el primer juego, y resulta bastante satisfactorio jugar con Move, una opción muy válida.
La historia nos cuenta cómo Mickey tiene que volver al Páramo, y echar una mano otra vez a sus habitantes. El Doctor Loco, uno de los villanos del primer Epic Mickey, ahora de manera un tanto sospechosa quiere ayudar, y además se ha vuelto todo un cantante, algo bastante gracioso. A esto se referían con que Epic Mickey 2 sería un musical, cinemáticas de dibujos animados en las que nos cuentan la historia, y en las que el Doctor Loco sale cantando, pero nada más, no es algo que influya en la jugabilidad.
Cuenta con una fuerte carga narrativa, y aunque es algo muy subjetivo, nos parece incluso excesiva. Numerosas y largas cinemáticas, continuos diálogos, que no hacen más que frenar el ritmo de la aventura, y acaban siendo una pequeña molestia. Cuando estamos jugando, saltando y experimentando con el mundo que nos rodea, te lo pasas en grande, pero cada vez que todo se detiene porque hay una conversación, por un vídeo, algo demasiado frecuente, acabas sintiendo la narrativa casi como un lastre. La historia no deja de ser pura anécdota, un motivo para ir de un lado para otro, y debería ser mucho más ligera y amena, ya que acaba estropeando el ritmo. Además las conversaciones ahora son todas con voces –en castellano- y no se pueden saltar, por lo que ocurre la típica situación de probar a hablar con un personaje para ver si nos dice algo nuevo, y tener que volver a escuchar el mismo diálogo sin poder saltarlo.
A esto se le suman los también numerosos tiempos de carga, ya que no estamos en ante un enorme mundo abierto, sino que tenemos distintas secciones y fases, a veces no demasiado grandes, interconectadas entre sí de diferentes maneras, siempre por algún tiempo de carga. Por ejemplo las casas y negocios donde se encuentran los personajes secundarios, lugares en los que compramos ítems o nos encargan misiones secundarias, en los que tanto para entrar como para salir nos tenemos que tragar un pequeño pero pesado tiempo de carga, haciendo demasiado lenta la exploración e ir de una localización a otra.
Por suerte vamos creando distintos puntos de unión y atajos entre los diferentes niveles, que hacen que ir de un punto a otro del mundo del juego no sea tan largo y pesado, aunque más de una caminata nos pegaremos, y muchas veces cuando nos encargan una misión secundaria que nos obliga a ir a un sitio muy lejano, da pereza ir hasta allí, ya que es un tanto tedioso desplazarse por el mundo del juego. Nos imaginamos esta misma aventura en una estructura tipo sandbox, con casi todo abierto y mejor conectado, y sería simplemente genial.
Una aventura que ofrece continuas sensaciones encontradas y contradicciones, ya que pese a sus numerosos puntos negativos, tiene momentos simplemente fantásticos, y es todo un placer explorar cada rincón pintando y borrando, descubriendo secretos, rutas ocultas, y viendo cómo el escenario reacciona a nuestras acciones. Tiene puzles y acertijos moderadamente elaborados y muy ingeniosos, por encima de la media del género, y además con al menos dos maneras de resolver las situaciones, incluso a veces más. Y todo con una fantástica ambientación, muy original y envolvente.
Por eso si eres o fuiste un amante de los juegos de plataformas tridimensionales, te recomendamos muchísimo este Epic Mickey 2, primero porque no tiene competencia, y aunque la tuviera, es algo fresco e ingenioso dentro del género. Si además te apetece disfrutar de una aventura para dos jugadores junto a un amigo, familiar o incluso tu pareja, se convierte casi en un imprescindible, muy pocos juegos son tan elaborados y profundos en su modo para dos jugadores a pantalla partida.
Técnicamente como hemos dicho es un port del juego de Wii, y no aprovecha para nada Xbox 360 y PlayStation 3. Es más, las desaprovecha, ya que al menos podría moverse a 60 fps, pero no es así, e incluso cuenta con alguna ralentización puntual. En cualquier caso nada que estropee la experiencia de juego, y la dirección artística es tan buena, tan cuidada y original, que pese a su origen se ve bastante bonito en las consolas HD. La música es preciosa, muy cuidada y totalmente acorde al peculiar mundo que recorremos, y cuenta con un muy buen doblaje al castellano –con algunos problemas en el volumen-, ya que ahora todos los personajes hablan, y bastante, durante toda la aventura.
Pese a sus errores, un gran juego
El control es un poco impreciso, no aprovecha técnicamente las consolas HD, se les ha ido la mano con la narrativa que entorpece el ritmo de la acción, cuando jugamos solos el segundo jugador molesta un poco, con una IA deficiente, y el mundo sigue estando conectado de una manera un tanto extraña, con numerosos tiempos de carga. Pueden parecer muchos puntos negativos, pero preferimos quedarnos con los positivos, que son un diseño fantástico, situaciones muy ingeniosas, libertad para actuar cómo queramos, unos escenarios repletos de secretos, un estupendo cooperativo para dos jugadores, y bastantes horas para completar una enorme y divertida aventura.
Hay juegos correctos en todos sus apartados, sin fallos destacables, pero que no sorprenden, no son estimulantes y quedan rápidamente en el olvido. Hay otros llenos de imperfecciones, con evidentes errores, pero que en cambios son frescos, arriesgados y dejan un poso en nuestra memoria para siempre. Con Epic Mickey 2 estamos ante el segundo caso, un título que de haber estado un poco más cuidado y pulido podría haber llegado mucho más lejos, pero al que aceptamos tal y como es, con sus imperfecciones. Lo recomendamos muchísimo a los que añoréis los antiguos plataformas tridimensionales, en peligro de extinción, y que aquí demuestran que se puede innovar y explorar nuevos caminos en el género.