Análisis de Ace Combat Assault Horizon (PS3, Xbox 360)
El octavo Ace Combat –sin contar las entregas para portátiles-, llega ahora a Xbox 360 y PlayStation 3, estrenándose la saga por primera vez en la actual consola de sobremesa de Sony, y siendo tan solo la segunda entrega de la serie para la actual generación. Tras Ace Combat 6: Fires of Liberation de 2007 para Xbox 360, Namco Bandai vuelve con su simulador de combate aéreo pero con un enfoque bien distinto, no es un giro radical, pero sí decidido y que se siente fresco, y ya podemos decirlo, nos ha parecido todo un acierto.
Dejando de lado países y mundo ficticios, Assault Horizon transcurre en los cielos de lugares como Miami en Estados Unidos, África, Dubái en Emiratos Árabes Unidos, Rusia y otros que no os vamos a desvelar para no destriparos el juego. Con un guión a cargo del escritor Jim DeFelice, autor de bestseller militares, este cambio de escenarios, y su intento por ofrecer una historia más realista o afín con el público occidental, a la hora de la verdad nos ha parecido anecdótico, y si por algo nos ha gustado este Ace Combat es por todas sus novedades jugables, que por difícil que parezca, han dado en el clavo.
Dijimos en nuestro primer contacto hace unos meses, y de hecho sus creadores dieron pie a la comparación, que la saga de había "callofdutyzado", si se permite la expresión, y en el buen sentido de la palabra.
Esto significa que vivimos la narrativa en la mayor parte de las ocasiones en primera persona, con escenas cinemáticas interactivas en las que podemos mover la cámara o incluso pulsar un botón en eventos concretos. Que pese a intentar crear una historia verosímil, lo que prima es el espectáculo, aunque se tenga que sacrificar el realismo, que el ritmo es siempre vibrante y muy intenso, con escenarios variados y situaciones muy distintas entre sí, y lo que más nos ha sorprendido, que alcanza unos niveles de emoción, de épica, que hacía mucho no disfrutábamos en un juego, de lo que mucha parte de culpa tiene su excepcional banda sonora, de la que hablaremos más adelante.
Los cambios en la jugabilidad son decididos y arriesgados, sobre todo en caso de no querer ser una ofensa para los leales seguidores de la saga, empezando por sus controles por defecto, el denominado control óptimo. Ahora para mover el avión –o virar- pulsaremos con el stick analógico izquierdo hacia la dirección a la que nos queremos dirigir, a diferencia de anteriores entregas de la saga y de casi todos los simuladores de combate, en los que para cambiar de dirección tienes inclinarte y virar. Se puede por supuesto elegir el control de siempre, pero os recomendamos que le deis una oportunidad al nuevo, ya que a nosotros, pese a ser seguidores de la saga, nos ha gustado mucho esta nueva manera de controlar el avión, muy intuitiva y práctica, que no hace el juego más sencillo ni "casual", simplemente más cómodo. Un acierto por parte de Namco a la hora de atraer nuevos jugadores, ya que el control no le será tan raro ni hostil a una persona que prueba por primera vez un simulador de vuelo.
El resto de los controles son bastante sencillos, con los gatillos aceleramos y frenamos, con los botones superiores R y L hacemos las guiñadas, con un botón cambiamos de blanco, con otro de armas, y dos botones de acción, para disparar misiles o la ametralladora. La otra gran novedad y lo que cambia por completo la jugabilidad, teniendo un protagonismo mayúsculo, es el Modo Duelo Aéreo (MDA), conocido en la versión norteamericana como el Dogfight. Cuando estemos lo suficientemente cerca de un enemigo, lo que en ocasiones no es fácil conseguir, un círculo aparecerá alrededor de él indicándonos que podemos iniciar esta acción, pulsando LB+RB. Se iniciará una cinematográfica y espectacular persecución automática detrás del avión enemigo en las que solo nos tendremos que preocupar de apuntarle y mantenerle en el punto de mira. Cuando el círculo con el que le apuntamos se ponga de color rojo, podremos dispararle un misil, pero mientras tanto la ametralladora es muy útil, aunque dada su elevada cadencia de fuego es más destructiva cuanto más cerca estemos del enemigo, pudiendo derribar a muchos aviones solo con ella, lo que en otros simuladores de vuelo es impensable.
No solo nosotros podremos realizar esta acción, sino que también el enemigo nos puede perseguir de esta manera. Entonces nuestra preocupación será evitar el círculo rojo con el que nos apunta el enemigo, y si somos lo suficiente hábiles y valientes, desacelerando y solapando dos triángulos que aparecen en pantalla, uno verde y otro rojo que representan a los aviones, pulsando LB+RB contrarrestaremos esta acción, dándole la vuelta a la tortilla, con un vertiginoso giro que nos situará detrás de él, volviéndose nuestro rival el cazador cazado. Aunque siempre podemos derribar a los aviones como toda la vida, con nuestros misiles –y además en esta entrega tenemos una gran variedad de ellos-, hay ciertos enemigos más complicados, los marcados como TGT_LEAD, que la única manera de derribarlos será entrando en Modo Duelo Aéreo.
Estas escenas son divertidas y muy espectaculares, pasando entre edificios y demás estructuras, con un marcado toque cinematográfico, y aunque al principio pueden parecer que hacen muy fáciles las cosas, para nada es así. De hecho más adelante en el juego comprobaremos cómo nos es sencillo en muchos casos entrar en este modo, al tener que situarnos muy cerca del enemigo y pulsar los botones en el momento justo, y aunque iniciemos esta persecución, veremos también como los enemigos más habilidosos son capaces de librarse de nosotros, e incluso situarse detrás nuestra. Aunque el avión se mueve de manera automática en estas secuencias, además de apuntar, luego se vuelve importante acelerar y frenar al ritmo justo, para no perder a nuestra presa. Por tanto lo que en un principio a los más puristas les puede parecer una concesión demasiado arcade, luego se destapa como un añadido que le da una nueva dimensión a la jugabilidad, y que no necesariamente la facilita en exceso.
Como ya sabréis los que hayáis seguido un poco su desarrollo, hay fases con helicópteros. Estos en ningún momento le quitan el protagonismo a los cazas, de hecho de las 16 misiones de la campaña, solo dos están protagonizadas por estas aeronaves de alas giratorias. El control es totalmente distinto al de los cazas, el tempo y la manera de afrontar la acción también, y acaban siendo un gran añadido que aporta variedad al desarrollo. De hecho la segunda fase protagonizada por un helicóptero, ya en el tramo final del juego, es realmente buena, complicada y vibrante.
Pero no solo hay estos dos tipos de situaciones. En ciertos momentos ejercemos de artillero, disparando desde la ametralladora de un helicóptero, una situación que no puede faltar en cualquier juego de guerra, y que aquí se ha añadido con acierto, teniendo que disparar con cuidado para no herir a los soldados aliados y protegerles de los enemigos. También disparamos en ocasiones desde un avión artillado a objetivos en tierra, con tres tipos de proyectiles distintos: 25mm, 40mm y 120mm, ya sea para atacar a soldados, vehículos o tanques. Todos estos momentos funcionan, aportan variedad, y nunca toman demasiado protagonismo. De hecho no llegan a representar una misión entera, y suelen ser secciones de estas. Las 16 misiones son por lo general bastante largas, y tendremos a veces que elegir hasta dos aviones antes de comenzarlas, porque nos pondremos en la piel de dos pilotos distintos.
Según superamos las misiones vamos desbloqueando nuevos aviones con sus propias características y armamento, y podemos elegir el caza que deseemos antes de comenzar una misión. F-22A Raptor, Su-47 Berkut, Typhoon, F-15C Aeagle, F-14D Super Tomcat, y un largo etcétera, de los que leemos una pequeña pero interesante descripción y de los que hasta podemos editar su color y el del humo de los misiles. Hay varios tipos de armamento para cada avión, y deberemos hacer un uso razonable de este, nos ha llegado a pasar quedarnos en una importante sin misiles de un tipo, y nos las hemos visto y deseado para acabar la misión sin ellos. Para los amanes de los aviones, además de decirles que están muy bien modelados, recordar que podemos seguir guardando las repeticiones de nuestras acciones –hasta 300-, para poder verlas cuando queramos, en tomas muy espectaculares.
La campaña tiene una duración que no está nada mal, alrededor de unas ocho horas, dependiendo mucho de la dificultad a la que juguemos, ya que si lo hacemos en experto –totalmente recomendado para cualquiera que tenga experiencia en este tipo de juegos-, nos puede durar bastante más. La historia no es gran cosa, nos metemos en la piel de varios personajes, hay traiciones, giros en el argumento, un malo muy malo, combatimos alrededor de todo el mundo, pero no hay nada que sorprenda ni resulta memorable. Eso sí, una vez que estamos a los mandos de un avión, pese a no haber creado un contexto que nos atrape por sí solo, la acción resulta tan trepidante y variada que consigue mantenernos en tensión, incluso llegándonos a tenernos en vilo en alguna de las últimas fases, y dejando un gran sabor de boca cuando lo acabamos. Algo que echábamos de menos últimamente, con juegos que no terminan de cerrar bien del todo y cuya última fase suele ser decepcionante, cosa que aquí no pasa, con un gran tramo final.
Después de haber disfrutado de la campaña, podremos sumergirnos de lleno en los modos multijugador. En Conquista la capital dos equipos se enfrentarán para destruir el cuartel general del contrario, así como varias posiciones enemigas en tierra. En Dominio hay que capturar la bases del enemigo, Duelo a muerte es el clásico deathmath o todos contra todos, pero en el que no solo se premia acabar con la mayor cantidad posible de enemigos, sino también mantenernos el mayor tiempo posible en el aire sin ser abatidos, y en Misión cooperativa podremos jugar junto a otros jugadores algunas de las fases del modo campaña, según las vayamos desbloqueando. Podemos equiparnos conjuntos de habilidades, hay unas completas estadísticas y marcadores con los que picarnos, y junto a la campaña tenemos aseguradas muchas horas de juego por delante. Algo que actualmente parece inevitable pero que queremos recordar, porque fastidiará a más de uno, es que sin estar todavía el juego en la calle ya en los propios menús se anuncian unos inminentes contenidos descargables, e imaginamos que en su mayoría serán de pago, en forma de varios mapas –Tokio, Hawái - y aviones.
Respecto a los gráficos, decir que son bastante buenos, no sobresalientes, pero que cumplen de sobra. De hecho, al menos en consolas, nos encontramos con uno de los juegos de aviones con las ciudades mejor recreadas. Miami o Moscú, y otra muy importante que no queremos desvelar, son una recreación muy fiel y consistente, y cuando pilotamos entre sus edificios gracias al MDA, es realmente espectacular, pese a que los destrozos en los edificios estén realizados a base de scripts. Los aviones cuentan con unos buenos modelados, con mucho detalle, y se destruyen de maneras muy convincentes, viendo sus pedazos y hasta el piloto volando por los aires. También hay efectos resultones, de humo en las explosiones y las estelas de los aviones y misiles, las nubes están muy bien hechas, y algunos efectos climáticos como la lluvia no están nada mal. En general un juego bastante bonito, y aceptando sus limitaciones, con algunas texturas borrosas en muchos elementos, nos parecen unos gráficos notables, ya que también se mueve muy fluido, un gran trabajo.
Pero lo que más nos ha gustado, y que ya recalcamos en las últimas impresiones, es su soberbia banda sonora. Emocionante, carismática, la música hace subir muchos enteros a lo que estamos viviendo en pantalla, a través de melodías en ocasiones muy cañeras, otras más melódicas y épicas. Nos ha hecho darnos cuenta de lo poco que se cuida este aspecto en la mayor parte de los videojuegos, incluso en títulos de gran presupuesto, y aplaudimos a Assault Horizon por haber conseguido tener una banda sonora con tanta fuerza, tan pegadiza, con canciones de estas que se te quedan grabadas, y que en algunos momentos consiguen emocionar, hasta el punto de llegar a conseguir ponernos el vello de punta en las últimas misiones. El doblaje al castellano cumple, correcto y sin alardes, pero con buenas entonaciones y que sobre todo se agradece, en el fragor de la batalla y en nuestras máxima concentración no sería muy agradable tener que estar pendientes leyendo subtítulos.
Una grata sorpresa, de los mejores juegos de acción del año
Namco Bandai con este Ace Combat ha demostrado que los simuladores de vuelo pueden ser tan trepidantes, espectaculares y divertidos, tanto o más que un juego de acción en primera persona, e incluso a nosotros por momentos nos ha enganchado y emocionado como un shooter no lo conseguía desde hace tiempo. Cualquier amante de los juegos bélicos debería darle una oportunidad, incluso para aquellos que nunca haya probado un título de aviones puede ser todo un descubrimiento. Y los seguidores de la saga pueden estar tranquilos. Incluyendo muchas novedades jugables, algunas muy rompedoras, no se llega a perder del todo el espíritu de la serie, y nos parece que por sorprendente que parezca, todos los añadidos han funcionado perfectamente, dando como resultado un juego de aviones fresco, variado, intenso y muy divertido. Una apuesta muy arriesgada que les ha salido muy bien, que abre de par en par el mercado de la saga, y que solo queda por qué tal funciona en ventas. A nosotros ya afrontando la recta final del año, y tras haber jugado a decenas de títulos de acción a estas alturas, este nos ha parecido sin duda de los mejores.