Análisis de Tortugas Ninja (PS2)
El éxito mediático creció con la popular serie de animación y una película de actores reales, que llegó a tener varias secuelas, de fama cada vez menor. El fenómeno de merchandising que causó en la época fue importante y existen pruebas estadísticas del aumento de estudiantes de artes marciales que provocó durante esos años. El incipiente sector de los videojuegos de la época no desaprovechó la oportunidad y dio lugar a multitud de versiones jugables con estos personajes, tanto para consolas domésticas, portátiles o máquinas recreativas, generalmente del género del beat´em up lateral, al más puro estilo
Recientemente, Warner ha decidido rescatar a estos protagonistas con una versión, esta vez creada íntegramente por ordenador, que no ha contado con el apoyo masivo de hace veinte años, pero que igualmente ha dado lugar a una avalancha de nuevos juegos inspirados en Las Tortugas, incluida una para la veterana consola de Sony, PlayStation 2.
Esta película, profundiza algo más sobre las relaciones entre los cuatro hermanos y la madurez de Leonardo, considerado líder del grupo.
Tras una secuencia estilo cómic con un doblaje al castellano comenzamos a jugar en el entrenamiento ninja de Leonardo en una jungla, para comprobar que estamos ante una aventura muy lineal. El camino marcado es muy estrecho y nuestra misión es simple y llanamente avanzar por el camino saltando y realizando varias piruetas. La idea funciona bien y recoge un poco esa jugabilidad 2D de hace una década, con la espectacularidad de unos gráficos 3D y una cámara que generalmente está situada desde la parte trasera, pero que cambia de posición de forma obligatoria según el recorrido, sin poder controlarse. Normalmente no tendremos queja alguna de este punto de vista, pero en algunos saltos puntuales es difícil calcular las distancias de saltos.
Muchas de las acciones de Las Tortugas Ninja recuerdan, de forma simplificada y resumida, a las acciones del Príncipe de Persia o Matrix Path of Neo; tenemos así la posibilidad de descolgarnos de salientes en los muros para correr sobre precipicios, o saltar en pequeños espacios para ir ascendiendo. Son acciones sencillas que la mayoría de ocasiones su realización no dará problemas. Dependiendo de la tortuga que controlemos, su arma podrá aportar una habilidad propia que permitirá seguir avanzando; Raphael por ejemplo usa sus sai para escalar sobre muros, mientras que Michelangelo puede "planear" agitando los nunchakus.
Mencionar el nivel de dificultad, muy bajo. Los puntos de control están dispersos regularmente y una muerte no nos obligará a comenzar la fase. Las muertes, ya sea por caídas en precipicios o por los combates, solo suponen la penalización de regresar al último punto de control, por lo que es fácil terminar las fases (y el juego) rápidamente. Cada fase lleva aproximadamente un cuarto de hora.
Durante los 16 niveles entraremos en los combates, inevitables si estamos hablando de un juego de Tortugas Ninja. El control es extremadamente sencillo, sin combos espectaculares. Pulsar el botón del arma repetidas veces cuando el enemigo está desprotegido, o realizar una patada giratoria que aparta a los rivales más cercanos es prácticamente toda la mecánica de estas luchas, junto con un botón para protegerse. Existen algunos ataques especiales, que se consiguen rellenando un marcador que aumenta con los combates, pero en definitiva, no estamos ante un juego de acción profundo. Estos enfrentamientos decepcionarán a quien busque un "God of War" protagonizado por tortugas, lo cual no deja de ser curioso, cuando la mayor parte de juegos clásicos protagonizados por estos reptiles consistían en "beat´em ups", sin otro adorno. La cámara aquí si puede causar algunas molestias, y no suele mostrar la posición de todos los enemigos en pantalla, hasta que están muy cerca de nosotros.
Al superar cada fase se nos dará una calificación. Este hecho no sería más que anecdótico si no fuera porque cumplir con el rango A supone desbloquear una misión secreta, de estilo gráfico minimalista (como las misiones de realidad virtual de la saga Metal Gear Solid) consistentes en explotar las dos vertientes del juego, las plataformas o los combates. Un aliciente que ayudará a exprimir el juego perfeccionando nuestras partidas.
Una de las quejas que podríamos encontrar está en la falta de un modo multijugador. Esta crítica viene dada por el carácter cooperativo que siempre han tenido estos títulos protagonizados por las Tortugas Ninja, que hacían de las luchas en otros títulos más divertidas. La versión PSP, por ejemplo, posee competiciones de velocidad ad-hoc, pero en esta versión para PS2 no encontramos nada que haga usar un segundo pad.
Teenage Mutant Ninja Turtles es un título divertido en su mayor parte, siempre y cuando se tome como un juego de plataformas salpicado con luchas, y no como un beat´em up. Es indudable que en el catálogo de PlayStation 2 encontramos algunos de los mejores exponentes del género, entre los que destaca God of War 2, pero TMNT puede encontrar un hueco entre los jugadores más jóvenes que no busquen complejidad en los planteamientos.
En el apartado técnico, TMNT se encontraría en un punto intermedio, muy alejado de lo visto en la última gran aventura de Kratos en la 128 bits de Sony, pero cumpliendo con el estilo que se espera de un juego como este, estilo cómic o dibujos animados. Las animaciones son correctas aunque poco vistosas, en especial las de los combates, algo toscas. Los diseños de los enemigos son muy genéricos, caricaturas de varias clases, según la ambientación de la fase. El modelado de los escenarios es algo simple, en especial los que tienen lugar en la ciudad: bloques de edificios con algunos pequeños detalles de mobiliario urbano. En definitiva, gráficos que respetan el estilo animado de Las Tortugas.
La inteligencia artificial de enemigos y jefes es extremadamente limitada. Los matones, que van en pequeños grupos, nos pondrán las cosas fáciles dándonos bastante tiempo antes de atacar. La mayoría de nuestras derrotas vendrán originadas por fallos nuestros, más que por sus habilidades.
La música ambiental apenas destaca sobre los sonidos (que no son un alarde novedoso), y el doblaje están bien, pero tampoco brillante, aunque es de agradecer que Ubisoft siga apostando por doblar la gran mayoría de sus títulos.
En definitiva, un título con algunos momentos bastante divertidos y desenfadados, sin más pretensión que protagonizar aventuras con las tortugas. Hay limitaciones evidentes, pero se trata de una adaptación que no defraudará a los seguidores del fenómeno verde que busquen diversión.