Análisis de Tortugas Ninja (PSP)
El éxito mediático creció con la popular serie de animación y una película de actores reales, que llegó a tener varias secuelas, de fama cada vez menor. El fenómeno de merchandising que causó en la época fue importante y existen pruebas estadísticas del aumento de estudiantes de artes marciales que provocó durante esos años. El incipiente sector de los videojuegos de la época presenció multitud de versiones jugables con estos personajes, tanto para consolas domésticas, portátiles o máquinas recreativas, generalmente del género del beat´em up horizontal, al más puro estilo
Recientemente, Warner ha decidido rescatar a estos protagonistas con una versión, esta vez creada íntegramente por ordenador, que no ha contado con el apoyo masivo de hace veinte años, pero que igualmente ha dado lugar a una avalancha de nuevos juegos inspirados en Las Tortugas, entre ellas una versión para la portátil de Sony.
Esta película, profundiza algo más sobre las relaciones entre los cuatro hermanos y la madurez de Leonardo, considerado líder del grupo.
Tras unos menús y algunas secuencias de vídeo (que por desgracia no son muy numerosas), comenzamos el juego, que suele mostrar pequeñas dosis de trama en forma de imágenes estáticas extraídas del film con subtítulos. No desarrollan demasiado un guión, simplemente se suelen limitar a explicar nuestro siguiente objetivo, mostrado en un mapa que señala mediante puntos que representan las distintas fases.
Todas las misiones poseen una mecánica que consiste en atravesar la ciudad de un punto a otro, por medio de saltos, esto es, la parte plataformera del título, pero con matizaciones: no hay libertad. Para explicar esto, vamos a describir en que consiste la mecánica.
Los escenarios mayoritariamente son tejados y lugares elevados, con poco espacio para la exploración, y ocasionalmente, cubos de basura o cajas rompibles que aportan pizza (la forma de conseguir ritualidad). El avance se realiza saltando a otros lugares, desde puntos señalizados con una luz; al pasar sobre ella, se muestra uno o varias alternativas a las que saltar. Según su posición (izquierda, frente o derecha), es necesario pulsar un botón, y desde ahí repetir el proceso saltando al suelo, farolas, balcones, tejados o puentes. Los únicos momentos en los que existe peligro de caer (ya que los saltos no los realizamos nosotros, simplemente señalamos el lugar) son los señalados en color rojo, en los que pulsaremos el botón X durante unos segundos, hasta que se nos indica (generalmente, durante una animación en la que el protagonista se cuelga mejor, o se desliza por una pendiente).
Está claro que esta mecánica decepcionará a quien piense encontrarse con un título como Prince of Persia o Tomb Raider pero protagonizado por las Tortugas Ninja. No existen términos como precisión o ajustar los saltos, pero tampoco es una mecánica mala. Los mejores momentos son las competiciones con otras tortugas, ya que se obliga a tener buena agilidad en los dedos para saltar rápidamente. En el resto de ocasiones, se puede meditar tranquilamente hacia donde saltar.
Este sistema de juego cubre la mayor parte de la aventura, y quién no se sienta atraído por ella, deberá evitar
Por otro lado, encontramos las inevitables peleas, presentes en prácticamente todos los juegos protagonizados por estos personajes, y que rompen algo la monotonía de las fases. Ocasionalmente en nuestro viaje seremos interrumpidos por esos combates contra macarrillas de poca monta, y de vez en cuando, contra jefes, que no dejan de ser una versión más grande y con más vitalidad. No son muy numerosos, dos o tres enfrentamientos por fase, lo que obligará a mantener un ojo sobre la barra de salud.
El problema es, que las luchas están bastante mal planificadas y desde un punto de vista jugable, se controlan bastante mal. No están demasiado profundizadas, y apenas usamos un botón para atacar y otro para defendernos. El juego no fija el objetivo y la mayoría de golpes irán a parar al aire, lo que es aún más grave si intentamos realizar un combo (tan simple como pulsar el botón repetidas veces) que nos dejará vulnerables ante el grupo de enemigos.
La vista aérea tampoco ayuda demasiado y sus constantes giros dificultan afrontar a los rivales. La inteligencia artificial de los dos o tres enemigos es muy básica, no presenta ningún reto (salvo los citados fallos producidos por el control, verdadero peligro de estos momentos). Sin duda, muy por debajo de lo esperado en una licencia de
El juego es corto (15 misiones, que pueden ser terminadas en unos minutos cada una), y apenas incluye algún extra por completar las misiones con el mayor éxito, como fotogramas de la película. El protagonista de cada fase es obligatorio según el avance de la historia, pero tampoco hay la más mínima diferencia de habilidades entre ellos, tan solo el cambio del color de la cinta. Algo más interesante es el modo multijugador, carreras a través de los tejados, en los que por desgracia, no se puede ni escoger el lugar para competir. Bastante desatendido, pero sigue siendo mejor que las luchas del juego.
Poco destacable en definitiva en la jugabilidad, que mezcla un extraño plataformas que sin duda no será el gusto de todos, y unas luchas muy flojas, que no solo son poco entretenidas, directamente hacen aguas por su control entorpeciendo las fases. También la mecánica puede llegar a ser repetitiva, ya que todo el juego sigue el mismo esquema durante las fases hasta el final.
Pero tampoco podemos hablar de un alarde deslumbrante; la mayoría de localizaciones son edificios y callejones a ras de suelo, en lugares nocturnos. Las animaciones y el colorido dan un acertado aspecto animado en los protagonistas, salvo en las peleas, donde las articulaciones de todos (protagonista y enemigos) son muy rígidas. Por otra parte, los matones son todos idénticos entre ellos, unos simples personajes genéricos sin diferencia alguna, ni en modelado o color. Las texturas de los escenarios a veces son algo borrosas y poco definidas, pero más que suficientes para dar un tono desenfadado, nada realista.
El juego incluye algunas escenas de vídeo, pero no demasiadas. A cambio, suele ofrece imágenes estáticas con los subtítulos antes de las misiones para explicar nuestro siguiente "paseo" por la ciudad. En momentos puntuales del juego, los diálogos entre los personajes se realizan al estilo clásico de los juegos de rol (una imagen representando quién habla) y el texto en la parte inferior.
La ambientación se consigue con músicas bastante apropiadas, que junto con los gráficos son de los apartados más destacables del título. El resto de sonidos de la ciudad, cumplen sin más.