Análisis de Haunting Ground (PS2)
De un tiempo a esta parte, Capcom se ha ido perfilando como la productora oficial de los videojuegos de terror llenos de sangre, tripas y sustos para hacer que el jugador levante el culo de su asiento, aunque es un título que le han disputado otras productoras, con juegos como The Suffering, de Midway o la saga de Konami Silent Hill, aunque con un modo sustancialmente diferente de plantear la acción y perturbar al jugador.
Pero pocas dudas se pueden albergar: Resident Evil, sobre todo tras su última entrega, es el rey indiscutible de la acción con casquería. Sin embargo, Capcom no sólo ha apostado por esta tendencia, como ha demostrado ya con Clock Tower 3, y vuelve a presentar una alternativa al estilo de juego y terror de los Resident Evil con este Haunting Ground (conocido en Japón como Demento).
Y es que en esta ocasión, estamos ante un juego que no nos va a presentar escenas violentas o sangrientas, basando de este modo su factor "terror" en la creación de un ambiente determinado y una serie de circunstancias en su narración que harán que el jugador sienta un tipo de tensión muy diferente al que ha podido experimentar en otros juegos.
Desde un primer momento, el jugador estará descolocado en un juego que se plantea totalmente in media res, es decir, la acción empieza en un momento determinado y no tenemos datos de lo sucedido anteriormente, tan sólo una muy vaga información que no ayuda precisamente a contextualizar la acción.
Fiona Belli es la protagonista de este título, y empezará la aventura atrapada en una jaula canina, semidesnuda, y sin saber cómo ha llegado a esa situación. Su padres murieron en un accidente de tráfico, y tenía que ir a una mansión que había heredado, pero las circunstancias concretas que la han conducido hasta su situación actual, en esa jaula mínima, y con un perturbador Debilitas (personaje del que hablaremos más adelante) en la zona.
Pese a este planteamiento, el jugador se sumergirá en la acción rápidamente, pues aunque no tendremos muchos datos para relacionarnos con la joven, el Production Studio 1 de Capcom ha creado unos escenarios y situaciones que desde los primeros minutos del juego se desvelarán como muy atractivos y capaces de atrapar la atención de quien haya empezado a jugar. El entorno es muy inmersivo, y coherente pese a las necesarias licencias para componer los diferentes puzles que poblarán las más de 130 estancias del castillo. El plantel de personajes que lo habitan no es particularmente amplio, pero están muy bien diseñados y definidos. Así, Debilitas es un hombre enorme y deformado, un quasimodo (pero en feo), que se ha convertido en uno de los personajes más representativos del juego, con su aspecto de oligofrénico peligroso y desviado sexualmente (y que especialmente perturbador en la pantalla de game over); Daniella es el ama de llaves, y parece tener una tendencia sadomasoquista muy preocupante.
El trío se ve completado con Riccardo, un mayordomo tan desquiciado como los otros dos e igualmente peligroso. Los personajes están animado magistralmente, algo lógico teniendo en cuenta lo reducido del plantel, y cuentan con expresiones faciales muy convincentes, aunque no tan detalladas como las de la protagonista, Fiona, que es capaz de transmitir un amplio espectro de sensaciones (aunque el miedo y el terror serán las más habituales) a través de su rostro, de manera que logrará crear un vínculo de empatía muy importante con el usuario. Además, puesto que el juego no cuenta con medidores de vida ni de cordura (valores que ya veremos más adelante), sus animaciones físicas y faciales son esenciales para ver en qué estado se encuentra la protagonista.
Dada la debilidad de la protagonista, una joven adolescente, no podremos plantar cara a los enemigos del juego, así que nuestra labor principal será huir y escondernos en los rincones que nos proporciona el escenario, algo muy sencillo y que ya habíamos visto de un modo similar en Clock Tower 3. Pero en esta ocasión, Fiona se verá acosada por el miedo, un factor que será esencial, ya que si el pánico se apodera de ella por el acoso excesivo de los enemigos, nuestras posibilidades de salir con vida se reducirán drásticamente, dificultando la visión de lo que sucede en la pantalla (la visión aterrada), e incluso el personaje se quedará congelado por el terror o bien actuará sin hacer caso a nuestras instrucciones. En cierto modo puede recordarnos a algunos de los insanity effects de Eternal Darkness, y la verdad es que en la dinámica del juego es un planteamiento muy bien implementado, coherente con el perfil de Fiona y que nos obliga a tener especial cuidado a la hora de afrontar ciertos riesgos.
Con todo, escondernos no será lo único, ya que Fiona tendrá la posibilidad de mover bloques para bloquear puertas o caminos (así como resolver puzles) e incluso dar algunos puntapiés y recurrir a ciertos ítems... es decir, que pese a lo que puede parecer en un principio no está tan indefensa en realidad, aunque sí es cierto que por sí sola no puede derrotar a sus rivales, tan sólo ganar unos segundos que serán necesarios para buscar un sitio seguro (unas cortinas, una cama, una esquina...) en el que esconderse del acecho de Debilitas.
Gracias a la gran interactividad de los escenarios, se nos abrirá un amplio abanico de posibilidades, lo que hace que no tengamos que repetir escondites más de lo necesario, algo muy importante ya que cuanto más rato estemos en el mismo sitio o más usemos un lugar determinado, más probabilidades habrá de que nos encuentren... sólo en momentos determinados, o si no somos muy hábiles, tendremos que recorrer buena parte de las estancias hasta dar esquinazo a nuestro enemigo. La verdad es que si esto nos sucede varias veces seguidas se hace muy tedioso, y, de hecho, es algo que nos puede suceder las primeras veces que juguemos, pero tan sólo con ser un poco experimentados y haber asumido las mecánicas de juego este problema desaparecerá.
Pero si con alguien comparte protagonismo Fiona Belli es con Hewie, su amigo canino. Hewie es un pastor alemán muy bien diseñado y animado que nos será de gran ayuda en muchísimas ocasiones. Tendremos un buen control sobre él... pero no directo. Nosotros, como Fiona, le tendremos que dar órdenes usando el stick analógico derecho, y él las cumplirá o no, en función de la relación que vaya estableciendo con nosotros, por lo que será importante regañarle cuando pase de nosotros y mostrarle nuestro afecto cuando se porte bien. Esto, que puede parecer poco trascendente, se muestra de gran relevancia en la fase final del juego, ya que según el tipo de relación que se haya establecido entre Hewie y Fiona veremos un final u otro.
Además, nos conviene convencerle a cualquier precio para que nos obedezca, ya que será un arma esencial para tener posibilidades frente a los enemigos y un requisito indispensable para resolver algunos de los rompecabezas que hay en ciertas estancias. El sistema de control de Hewie y su comportamiento están bien implementados en el juego, y aunque no siempre es todo lo verosímil que sería deseable, en líneas generales ofrece un resultado convincente y lleno de posibilidades y refleja con un buen nivel de acierto el comportamiento más o menos real que podríamos esperar de un can.
Haunting Ground aporta ciertas mecánicas de juego que se agradecen mucho para dar un pequeño soplo de aire nuevo al género, aunque en sus rasgos generales no difiere mucho de lo que pudimos ver en Clock Tower 3 al que, sin embargo, supera en cuanto a ambientación y otros muchos aspectos. Sin embargo, su estilo de juego es bastante pausado en muchas ocasiones, y, desde luego, no está orientado a la acción directa como sucede en Resident Evil 4, por lo que si alguien está buscando algo similar, ésta no es su opción. Con todo, esconderse no es siempre tan divertido como atacar, y en este sentido el juego se presenta totalmente orientado al aspecto defensivo, algo que, una vez más, puede no gustar a un sector del público.
Y, sin embargo, es éste un gran título de terror, una muy buena aventura, que plantea un reto diferente y una temática oscura y turbadora, con personajes dignos de una buena producción cinematográfica (pese a los clichés y topicazos que salpican al juego), conformando una estética y una ambientación magnífica. Los gráficos destacan por todo el conjunto de las animaciones, aunque los escenarios, por su contra, son bastante repetitivos, algo que, claro, es lógico dado el lugar en el que se desarrolla la acción. En lo técnico, sin llegar a despuntar, por su estética, y el planteamiento de la perturbación sexual y morbosa de sus personajes, se convierte en uno de esos juegos que vale la pena disfrutar visualmente. Es una pena, sin embargo, que el doblaje no esté a la altura de las circunstancias, con voces que no acaban de cuadrar e interpretaciones cuestionables en más de una ocasión. Es un apartado que, sin embargo, se ve corregido por los sonidos ambientales, de gran factura, y quizás de los mejores en el género.
Con este acabado técnico más que correcto (algo que siempre es importante en estos juegos, donde la ambientación juega un papel casi tan importante como el jugable), Haunting Ground es un juego de terror que no logrará satisfacer a todos los seguidores del género, dado su planteamiento centrado en huir de los enemigos y escondernos hasta que pase el peligro en detrimento de acribillar a cualquier bicho viviente (o con visos de haberlo estado, o –cómo no- con opciones de cobrar vida). El título, por tanto, no tiene mucha acción tal y como la conciben la mayoría de los videojuegos, pero dentro de lo que ofrece es una opción con matices e incorporaciones frescas que lo convierten en una muy buena apuesta para todos los que busquen otro tipo de experiencias dentro del género.