Análisis The Operator, una original aventura narrativa con buenos puzles (PC)
The Operator es un juego que tiene una premisa interesantísima. A grandes rasgos, estamos hablando de una aventura narrativa repleta de puzles muy inspirada por Her Story y Expediente X, dos nombres lo suficientemente atractivos como para captar instantáneamente nuestro interés, pero lo que hace que sea tan especial es el rol en el que nos mete.
En vez de convertirnos en un detective que tiene que investigar y resolver casos, aquí somos un operario, la persona que está al otro lado del teléfono y del ordenador con la que los agentes de campo contactan para analizar pruebas y conseguir la información necesaria que ellos mismos no pueden obtener desde el lugar de los hechos, algo muy poco habitual en videojuegos.
La buena noticia es que la creación de Bureau 81 no se queda simplemente en una propuesta original, sino que también convence y atrapa de principio a fin gracias a su variedad de situaciones, su interesante historia y sus ingeniosos rompecabezas.
En busca de la verdad
Así pues, encarnamos a Evan Tanner, un nuevo operario del FDI, el Departamento Federal de Inteligencia. Como tal, nuestro trabajo no es otro que el de ayudar a los agentes que nos contacten con cualquier cosa que puedan necesitar, desde comprobar fotos y vídeos hasta cosas más complejas, como ayudarles a desactivar una bomba, averiguar una contraseña, consultar documentos o analizar una muestra.
Algo a tener muy en cuenta es que en este juego la narrativa es la que lleva la voz cantante durante toda la aventura, por lo que es la trama la que nos va llevando de una situación a otra mientras se van produciendo innumerables giros y casos aparentemente sin relación empiezan a conectarse de extrañas e inesperadas formas.
No queremos decir nada para ahorraros posibles destripes, pero podemos confirmaros que el guion está bien escrito, tiene buen ritmo y se sigue con interés a poco que os gusten la ciencia ficción y las historias sobre teorías conspiratorias. Eso sí, creemos que el gran giro final resulta demasiado predecible mucho antes de que nos lo desvelen y su conclusión deja bastantes interrogantes en el aire que no se terminan de resolver y que apuntan a algo más grande y complejo que probablemente se acabe desarrollando en alguna secuela si el título tiene el éxito suficiente. De hecho, hay hasta una pequeña escena poscréditos.
Centrándonos en lo puramente jugable, The Operator destaca por desarrollarse desde la interfaz de un ordenador. Es decir, todo lo que vemos en pantalla es el escritorio del PC que usa Tanner para trabajar, por lo que los controles son exactamente los mismos que los de nuestro compatible, pudiendo mover el cursor con nuestro ratón, teclear con el teclado, abrir aplicaciones, movernos entre carpetas, chatear, apuntar cosas en un bloc de notas, chatear y más. En este sentido, es un juego muy inmersivo, algo que se ve reforzado por el sonido, ya que el ruido ambiente que escuchamos constantemente es el habitual de una oficina, con un murmullo de gente hablando y paseando a nuestro alrededor.
Más allá de hacernos sentir como un auténtico operario, la auténtica gracia del título reside en los momentos en los que tenemos que cumplir las peticiones de los agentes. O lo que es lo mismo: cuando nos toca resolver los puzles. Estos están muy bien diseñados y entre ellos nos hemos encontrado alguno que otro que nos ha parecido muy ingenioso por las cosas que nos han obligado a hacer para dar con la solución.
No son rompecabezas que os vayan a tener atascados durante horas en un punto, pero rara vez vais a tener clara su resolución de primeras. Por lo general, nos han hecho detenernos a pensar, a revisar documentos y pruebas con mucho detalle y a usar nuestra memoria para relacionar cosas de casos distintos. Todos ellos tienen una lógica aplastante detrás y suelen requerir algo de ingenio y buenas dotes de observación, por lo que resolverlos se convierte en algo muy satisfactorio y gratificante.
Además, como decimos, el juego nos pone en una gran variedad de situaciones distintas, por lo que los puzles también van evolucionando y añadiendo nuevas mecánicas que nos obligan a pensar de un modo diferente cada vez. Hasta hay alguno que otro bastante tenso, ya sea por la necesidad de trabajar bajo presión o por tener que tomar buenas decisiones para conseguir más información o una resolución más favorable.
Ojo, aunque hay varias elecciones, este no es un juego centrado en ellas. La historia siempre se dirige invariablemente a los mismos puntos y aunque puedan ocurrir cosas como que un personaje muera por no haber tenido cuidado a la hora de cumplir nuestro trabajo, los efectos que tienen estos hechos en el guion son prácticamente anecdóticos, por lo que no esperéis un título que rejugar varias veces para alcanzar distintos finales.
De hecho, se trata de un juego con muy poco valor rejugable que podemos completar entre 3 y 5 horas, algo totalmente intencionado y que nos parece una duración más que adecuada para su propuesta, pero que puede saber a poco y dejarnos con ganas de más, sobre todo por ese final tan abierto que tiene.
Evidentemente, a nivel gráfico es un título muy minimalista, aunque no necesita más. La interfaz del ordenador está conseguida y es cómoda de utilizar, se han añadido efectos como darle a la pantalla algo de curvatura, los vídeos y materiales que analizamos tienen una buena factura y, en general, todo su apartado audiovisual está diseñado para reforzar la inmersión, algo que logra con éxito.
La banda sonora también merece una mención especial por lo buena que es, ayudando a mantener el ambiente de misterio sin necesidad de ser la protagonista y comportándose de manera dinámica para conseguir algunos golpes de efecto muy bien pensados durante los puzles. De igual modo, las interpretaciones de los actores, en inglés, son fantásticas, aunque la traducción española de los textos nos ha gustado algo menos, con muchos errores a la hora de referirse al sexo de los personajes, frases traducidas con demasiada literalidad y otras tantas en las que se nota que se tradujeron sin contexto.
Conclusiones
The Operator ha sido una pequeña sorpresa que nos ha gustado mucho. Un juego interesante, bien diseñado, divertido y diferente que, a pesar de su corta duración y de lo predecible que es el guion en ciertos puntos, nos lo ha hecho pasar genial resolviendo ingeniosos rompecabezas y desentrañando los misterios de su historia. Si os gustan este tipo de relatos, poner a prueba vuestras dotes de deducción y buscáis algo que podáis terminar en una sola sentada, no dudéis en darle una oportunidad.
Hemos escrito este análisis gracias a un código de Steam que nos ha facilitado ICO Partners.