Análisis de Simon the Sorcerer 4: Chaos Happens (PC)

Con quince años de vigencia a sus espaldas, la saga Simon the Sorcerer se resiste a morir pese a las dificultades, incluyendo la merma de popularidad que atraviesan las aventuras gráficas respecto a los ochenta y noventa, y la completa desaparición del equipo de profesionales que le otorgó vida allá por 1993. Simon the Sorcerer es posiblemente el estandarte más popular que jamás hubo en el currículum de Adventure Soft, nacida como filial británica de la Adventure International americana, que eventualmente acabaría dejándola huérfana, y conocida en periodos puntuales de su historia como Callisto Computers, HorrorSoft y Headfirst Productions. A través de esta sucesión de denominaciones, y siempre con los hermanos Mike y Simon Woodroffe a la cabeza, este grupo de desarrolladores se caracterizó siempre por una predilección constante por rasgos aventureros, un sello que la marcó hasta el fin de sus días como equipo de programación, tras haber creado el notable Call of Cthulhu: Dark Corners of the Earth para Bethesda Softworks.

Ahora bajo la tutela de los alemanes de Silver Style Entertainment, nuevos padres de la saga que difieren completamente de la desaparecida Adventure Soft y que únicamente han contado con una pequeña asistencia de los hermanos Woodroffe en labores adicionales de diseño, se nos presenta Simon the Sorcerer 4 Chaos Happens. Nuestro atípico héroe, Simon, es un joven de actitud irreverente y carácter rebelde en el contexto de nuestros días, que lleva su vida como lo haría cualquier otro adolescente de su edad. En contra de su voluntad, se vio transportado por dos veces a una dimensión alternativa basada en los clásicos mundos de fantasía medieval, y amenazada por un maligno hechicero bajo el nombre de Sórdido. Encomendado por un anciano mago bajo el nombre de Calypso, Simon se contempla en esta realidad vestido como si de un poderoso practicante de la magia se tratase, paradójicamente careciendo completamente de habilidades mágicas, y teniendo que recurrir al ingenio y la picaresca para solventar todas las dificultades que se le presentan.

Dentro del contexto de comedia y parodia que propone esta saga, el mundo alternativo con el que se topa Simon se caracteriza eminentemente por hacer gala de una ambientación base de magia y fantasía combinada con humorísticos anacronismos en la forma de oficinas de negocios y restaurantes de comida rápida. Si en la primera de las veces que Simon visitó este mundo no tuvo mayores dificultades para acabar con el malvado Sórdido arrojándolo a un pozo de lava, el joven adolescente no lo tuvo tan fácil en cambio en su involuntario segundo viaje al mismo, y que se alargó bastante más de lo previsto. Lo que inicialmente parecía una mera misión de vuelta a casa obteniendo el combustible necesario para el misterioso armario mágico en el que había llegado, se convirtió, tras varias complicaciones y la actuación de un nuevo aprendiz de Sórdido llamado Runt, en el marco de un maquiavélico plan para devolver el alma del fallecido Sórdido al mundo de los vivos consiguiéndole un estable cuerpo humano.

Simon, la principal víctima de ese plan, acabó atrapado en el mundo mágico y carente de su propia figura corporal al final de Simon the Sorcerer II, por lo que tuvo que esperar a la tercera entrega de la saga para poder regresar a su cuerpo, eventualmente descartado por Sórdido en favor de otro. Con la ayuda de Calypso, se pudo llevar a cabo la recuperación del mismo y su reunificación con el espíritu de Simon a través de un ritual mágico, pudiendo proseguir con la que seguía siendo su segunda estancia en el mundo mágico. Aunque en un principio sólo pasaba por la cabeza de Simon la intención de regresar a casa de una vez por todas, otra enésima complicación, que en esta ocasión hacía peligrar el universo entero, le hizo enfrentarse nuevamente al aprendiz de Sórdido y al propio malvado hechicero, acabando definitivamente con la vida de ambos antes de que consiguiesen su objetivo de controlar el computerizado núcleo central del universo.

Simon the Sorcerer 4 Chaos Happens nos ubica un tiempo después del satisfactorio pero a la vez extraño final de Simon the Sorcerer 3D, en el que Simon lograba salvar al universo de su destrucción total, a la vez que conocía a una duplicación de sí mismo que había quedado liberada tras los acontecimientos en el nexo central. Varios meses han transcurrido desde entonces, con Simon en la cotidiana tranquilidad de su mundo habitual. Tras una rutinaria discusión con su hermano que le deja fuera de combate, una aparición en sueños de la nieta del fallecido Calypso, Alix, le informa de que el mundo mágico se encuentra en grave peligro. Sin mucha más información al respecto, Simon se decide a viajar nuevamente allí con el armario mágico para comprobar lo que ocurre, no percibiendo a primera vista un peligro real que lo amenace, pero sí dándose cuenta de que aquel duplicado que involuntariamente liberó ha estado suplantando su identidad en este mundo durante los últimos meses, por lo que solucionar este malentendido se convertirá en el primero de los problemas de su nueva aventura.



Siguiendo los patrones básicos de las aventuras gráficas, Simon deberá visitar numerosos lugares del mundo mágico, dialogar con diversos personajes, y tratar de resolver enigmas y situaciones de inteligencia, a la vez que recolecta objetos en su inventario para uso posterior y que le permitan progresar en un aceptable argumento que esconde más sorpresas de lo que inicialmente parece, aunque ello no le haga ser el más brillante e inspirado de la saga. Un Simon de elevada constitución poligonal se desplazará a través de escenarios prerrenderizados de alta calidad, que apenas desentonan con los modelos poligonales de los personajes que lo ocupan. Nuestro protagonista atravesará un bosque, una ciudad de corte medieval, un castillo, unas cavernas, y un entorno volcánico, entre otros, que se irán descubriendo en un mapa según tenga que ir accediendo progresivamente a estas zonas, y que ocuparán varias áreas formadas por excelentes diseños prerrenderizados.

Aunque el apartado gráfico es ciertamente sólido e intachable en líneas generales, con una lograda combinación visual de personajes y fondos sin tratarse de un juego completamente tridimensional, ciertos primeros planos sí que llegan a desentonar, e incluso algunos personajes lucen algo carentes de viveza y expresividad en estos planos debido a una animación facial de los personajes muy robótica y mejorable, siendo posiblemente el pero más achacable en este apartado. A los seguidores habituales de la saga también les chocará el ver como unos personajes que se mostraban tan caricaturescos y coloristas en anteriores entregas, han pasado a adquirir un cariz generalmente serio y realista, muy propio de un relato de El Señor de los Anillos, aunque esto son cuestiones de preferencias y que se deben presumiblemente a diferencias de criterio en cuanto a estética empleada por parte de los nuevos desarrolladores alemanes de Silver Style con respecto a los anteriores británicos de Adventure Soft.

La nueva entrega de Simon the Sorcerer se caracteriza principalmente por el regreso del ratón como medio de control del juego. A través de un interfaz bastante simplificado y prácticamente inexistente en pantalla, los jugadores podrán manejar a Simon mediante el clásico "point and click", que se presenta de manera intuitiva a la par que carente de acciones alternativas. Lejos del grupo de comandos seleccionables distintos para interactuar con el entorno que había en anteriores entregas, esta vez será el propio juego el que decida lo que Simon debe de hacer con el correspondiente elemento del escenario: observarlo, abrirlo, cogerlo, o hablarle si se trata de un ser racional. Este sistema proporciona un desarrollo más asequible y amigable para el jugador medio, limitando la capacidad de deducción respecto a interactuar con el entorno.

Nuestro progreso en la aventura está constantemente organizado mediante un activo sistema de búsquedas que clasifica las tareas a hacer a modo de diario de lectura y que deja claro a los jugadores los objetivos pendientes a perseguir en cada momento. Este sistema también proporciona pistas de lo que se debería de hacer en pos de solucionar la búsqueda correspondiente, solicitadas por el jugador si así lo necesita, y ahorrando bastantes situaciones en las que quedarse atascado sin saber exactamente que hacer, lo que acaba repercutiendo en la dificultad general y duración de la aventura gráfica, no resultando excesivamente complicada para los más experimentados en el género. Tampoco es que el juego acabe resultando un paseo, y además cuenta con un desarrollo interesante que puede lograr entretener lo suficiente al jugador, pero lo cierto es que, sin grandes complicaciones, este puede ser terminado perfectamente en poco más de unas ocho horas de juego.

Como ya se ha mencionado, la saga de Simon the Sorcerer ha gozado siempre de un tono de comedia y parodia que, aunque en esta ocasión presentado con un envoltorio gráfico aparentemente más serio, afortunadamente no ha perdido su humorística esencia. El jugador encontrará diversas situaciones pintorescas y anacronismos varios, estos últimos quizás en inferior cantidad a lo acostumbrado en entregas anteriores, así como numerosas parodias a cuentos clásicos de la literatura infantil que se muestran con una nueva cara. Un ejemplo destacado es la referencia al cuento de Caperucita Roja que se da en los primeros compases del juego, y que nos llevará a tratar a una Caperucita odiosa y repelente, a su abuelita (y al resto de su familia, realmente) que siempre espera convaleciente a que le lleven su cesta de comida, y a un antropomórfico lobo borracho que eventualmente acabará haciendo lo mismo que en la tradicional historia, sólo que de manera más humorística.



El personaje de Simon en sí mantiene sus rasgos básicos de sátira, picaresca y rebeldía, aunque no resulta ser tan ácido, jocoso, e incluso cruel, como lo era antaño, y en este sentido se parece más al que vimos en el primer Simon the Sorcerer que al que nos tenían acostumbrados en las entregas más recientes. Es además el personaje al que más le pesa la inexpresividad en su rostro, y respecto al carisma que desprendía en anteriores entregas. A su vez, Simon encontrará a varios personajes que repiten de anteriores entregas, siendo el regreso más destacado el de Alix de Simon the Sorcerer II, ausente en Simon the Sorcerer 3D, y que ha llegado a tener una relación amorosa con el doble de Simon, siendo ahora este último el que tiene que cargar con el hecho de la ruptura.

El abuelo de Alix, Calypso, un personaje clásico en la saga que acabó falleciendo en los eventos finales de Simon the Sorcerer 3D, aparece de manera fantasmal en su tienda y con problemas de memoria bastante graves, perdiéndose así su labor de mentor de anteriores entregas. Otros personajes que han aparecido en prácticamente todas las entregas también repiten presencia, como la criatura Swampling (extrañamente traducido como "Cenagoso" en la localización española), con un papel no tan trascendental como en la anterior entrega, y sin disponer ya de su franquicia de comida rápida MucSwampling, pero no habiendo perdido la tradición del pote cenagoso; los demonios Gerald y Max en una enésima ocupación laboral diferente; y la ladrona Ricitos de Oro, capturada de nuevo por la justicia.

Respecto al apartado sonoro, nos encontramos con una labor musical que, aunque aceptable y correcta, no tiene el notable encanto de las anteriores entregas y en algunas ocasiones apenas llega a destacar en el contexto de los escenarios. Cabe destacar que Simon the Sorcerer 4 Chaos Happens ha llegado a nuestro país completamente localizado al castellano, con una traducción bien realizada, pero siendo el asunto del doblaje un aspecto que merece atención aparte debido a su irregularidad en cuanto a actuación y al extraño recorte del que adolece respecto a los doblajes de otros idiomas.

Y es que el doblaje al castellano de este Simon the Sorcerer cuenta con unas 4000 líneas de diálogo en comparación a las casi 6000 que tienen doblajes como el alemán y el inglés, lo que se traduce en unas 2000 líneas omitidas presumiblemente por alguna limitación presupuestaria, y que deja en numerosas ocasiones una clara sensación de ser un doblaje incompleto. Más de una vez nos encontraremos con descripciones o fragmentos de conversación que no son hablados por voz a consecuencia de no existir el correspondiente archivo que debería reproducirlo, con lo que esta línea de diálogo únicamente aparecerá en pantalla en forma de texto, resultando algo aún más notorio y molesto si se está jugando sin ninguna clase de subtítulos en pantalla porque el juego recurre irremediablemente a estos para mostrar esas líneas.

En cuanto a la calidad del doblaje, aunque tiene sus aspectos positivos, en general es irregular y poco constante, con acusadas diferencias según los personajes, resultando algunos bastante sobreactuados y habiendo otros que sí son doblados con una calidad más que notable. Desafortunadamente, la interpretación más lamentable es la de Simon, doblado por Alex Saudinós, famoso por sus papeles en Bob Esponja y Los Simpsons, pero que dota al personaje de unas falseadas y poco inspiradas actuaciones, no haciendo absolutamente ninguna justifica al papel que representa. Otros personajes como Abracadabra o el Lobo Feroz, en cambio, sí que cuentan con excelentes actuaciones de doblaje, manteniéndose la media de interpretación de los papeles secundarios en lo aceptable, por lo que es una verdadera lástima que sea precisamente el personaje protagonista, y que a su vez el que más líneas de diálogo tiene, el que más flojee y con diferencia en este aspecto.

Aunque Simon the Sorcerer 4 Chaos Happens es una decente aventura gráfica en su justa medida, puede llegar a saber a poco en cuanto a lo que merece una saga de la tradición y el calibre de esta, que cuenta en su haber con algunas entregas que han marcado época y que quizás se ha visto algo perjudicada por el cambio de padres que ha tenido que padecer. Hubiese sido de agradecer una mayor duración, una dificultad más compensada y no tan asequible, ciertos rasgos de identidad de las entregas anteriores que no han sobrevivido en la que aquí nos ocupa, y sobre todo, una localización de doblaje mucho más redonda y cuidada en su llegada a España. No obstante, es un título notable que se deja jugar perfectamente y que cuenta con lo necesario para resultar entretenido y disfrutable por los seguidores de las aventuras gráficas en general, muy necesitados de lanzamientos como este, y que a buen seguro quedarán a la espera de poder volver a recibir una nueva aventura de Simon the Sorcerer en un futuro.