Análisis Roundguard, un original Peggle rolero (PC, PS4, Switch, Xbox One)
Entre tanta superproducción, aventuras de acción, juegos de rol con 100 horas o battle royales, muchas veces se necesita tomar un respiro y probar algo que, aun sabiendo que no se trata de la última maravilla ni es el colmo de la originalidad, te mantiene enganchado más tiempo del que hubieras imaginado. Si buscas un juego de este estilo, quizás Roundguard de Wonderbelly Games sea lo que buscas. Este título de puzles y físicas de pinball está disponible en el reciente servicio de suscripción Apple Arcade –claramente está diseñado para móviles- aunque también se puede encontrar en PC, Nintendo Switch y Xbox One; próximamente llegará a PS4.
Un pinball de mazmorras
Quizás si lo describimos como un dungeon crawler con elementos de rol y pantallas aleatorias nuestra mente nos lleve al enésimo roguelite indie de vista superior, como tantos que se lanzan hoy día. Roundguard cumple esas mecánicas pero se inspira más en otros juegos como Peggle de PopCap, un juego que hoy no suena tanto pero en su momento sí gozó de éxito; a su vez, ese juego tenía rasgos del mítico Breakout. Por describirlo de manera rápida: disparamos algo –en este caso un personaje- desde la parte superior a una pantalla con vasijas, enemigos, pociones y más, dispersos en la pantalla, mientras el personaje rebota y rompe objetos o ataca a enemigos. Una especie de pinball donde hay que calcular bien el ángulo de lanzamiento, los rebotes que le seguirán y, por qué no, cruzar los dedos para que la suerte nos haga dañar al mayor número de enemigos y después caer sobre la zona segura de la parte inferior, que se mueve constantemente.
Efectivamente es una jugabilidad muy sencilla, quizás demasiado. Para remediarlo, y dar un toque más único, se han incluido varios aspectos jugables que hacen cada partida diferente. Por una parte tenemos esos rasgos roguelike que cambian las pantallas cada vez que reiniciamos por una muerte, con lo que nunca sabrás qué enemigos, trampas o diseño de la "mazmorra" que te vas a encontrar. El objetivo es llegar lo más lejos posible, conseguir puntuaciones altas y aparecer en los tablones de puntuación; al morir, conseguiremos alguna ventaja para la siguiente partida, haciendo que en nuestra vuelta sea un poco más fácil. La duración aproximada hasta el final puede ser de una hora, pero se espera que vuelvas a jugar más adelante.
Al inicio podemos elegir nuestro personaje que corresponde a una clase, cada uno con unos parámetros de salud, ataque y maná: Flagon el guerrero destaca por su vitalidad por encima de la media, Shadie la indomable por un equilibrio entre todas sus características y el control preciso, y Fizz la hechicera dispone de más puntos de maná. La razón es que dañamos a los enemigos al impactar con ellos, pero ellos también nos atacan durante el choque. Abundan las pociones de salud y puntos de magia para mantener un nivel saludable, así que a veces antes de ir primero a por los trols y esqueletos daremos prioridad a recuperar nuestro estado. La muerte pone fin a la partida.
Pero el guerrero, la hechicera o la indomable también se diferencian por sus habilidades iniciales, y además a medida que progresamos conseguiremos nuevo equipamiento que mejora la salud o el ataque –armas-, así como técnicas que consumen puntos de magia con varios efectos. Flagon puede debilitar a realizar un giro en 360º que ataca a enemigos dentro de su área, Shade tiene salto doble para corregir trayectorias y Fizz utiliza un relámpago. Así pues, al Peggle que ya conocemos se le añaden varias capas de personalización y aleatoriedad que lo hacen siempre fresco para que en una partida puedas, por ejemplo, añadir una habilidad que debilita enemigos cercanos.
Hay algunas mecánicas más, como la opción de elegir "ruta" al finalizar una saga. Dado que estamos explorando un mapa laberíntico, con bifurcaciones, según el camino que tomamos al final de la pantalla podemos llegar a pantallas con tesoros, más enfrentamientos e incluso un jefe. Es verdad que sin otros modos -pide un modo versus o variantes contrarreloj y similares- el juego sabe a poco para quien no se pique con los tablones de puntuación, pero es suficientemente entretenido para cortas sesiones de juego; parece ideal para móvil, pero no nos imaginamos, por ejemplo, pasar largas horas en el sillón frente al televisor. Lo mismo que podemos decir que es adictivo, también puede quemarse muy rápido: da la sensación de que has visto todo con apenas unas cuantas pantallas.
Bonito, aunque algo impersonal
La estética es clara y cumple bien con su propósito, al menos en la parte de juego. En cambio, en la versión que hemos jugado, de PC, la información en los laterales se nos antoja muy recargada y dificulta ver de un vistazo lo importante, si bien datos como el poder de ataque de los enemigos probablemente tampoco sean excesivamente relevantes en este caso. Eso sí, las ilustraciones "estilo Flash" quizás las tenemos demasiado vistas de la época de juegos en la web, caen rápidamente en lo genérico. La música es alegre, pero hay pocos temas y no tardaremos en acabar cansados de la banda sonora.
Conclusiones
Roundguard da con la tecla y consigue que digamos "una partida más" continuamente. Quien haya jugado a Peggle sabrá que estos juegos de móvil aprovechan la falta de profundidad para que los puedas jugar con un dedo y sin mucho esfuerzo; dentro de la fórmula, añade suficientes cambios para que no caiga en un simple pinball y que la diversión dure algo más de cinco minutos. Los personajes, con sus habilidades y equilibrios en salud y magia, animan a repetir la partida, y el bien entendido roguelite con elementos aleatorios en este caso tiene mucho sentido. No se nos ocurren muchas pegas a Roundguard salvo las propias limitaciones de su concepto, y que dependiendo del sistema elegido, el juego es más o menos cómodo de jugar.
Hemos realizado este análisis con un código que nos ha proporcionado Wonderbelly Games.