Análisis de Diluvion (PC)
La historia de Diluvion no es excesivamente original –no deja de ser una revisión del Diluvio universal- pero los juegos de ambiente submarino siempre escasean. Y como os contamos en nuestras impresiones, la razón es que el manejo tridimensional controlando alturas y desplazamientos bajo el agua no suelen funcionar bien, o al menos cae fácilmente en demasiados problemas por mover un vehículo lento, con giros complicados y desplazamiento en vertical.
El punto de partida de este título independiente nos recuerda la codicia de la humanidad. La gente disponía de todos los recursos deseados y vivía tranquilamente, hasta que comenzó una guerra. Los dioses enviaron un castigo, una inundación que acabó con la superficie y condenó a las personas a vivir bajo el agua, ahora atrapada bajo una espesa capa de hielo.
Por suerte aún hay esperanza. Una última diosa que consideraba que la población merecía una segunda oportunidad, dejó un tesoro en las profundidades del océano. Qué contiene es un misterio, y muchos aventureros han intentado, sin éxito, alcanzar este regalo.
La civilización vive ahora en pequeños reductos aislados en pequeñas ciudades submarinas. Interpretamos a un aspirante a capitán de submarino que poco a poco irá ampliando su tripulación para, quizás, descubrir el misterio de esta historia. Eso sí, está disponible en varios idiomas pero el español no es uno de ellos, y es necesario para entender los diálogos de los personajes -ideas de nuestro próximo objetivo, qué se necesita o que está fallando en la nave- más que para la parte de la trama, que realmente tampoco es para tirar cohetes.
Al inicio del juego podremos elegir una entre tres tipos de naves que corresponden a un perfil más orientado a la exploración o el combate. Así, Glaciem MK. VI es una nave rápida y manejable, pero no muy preparada para el combate, mientras que Mariana es un submarino de combate con torreta configurable, buenas defensas, armamento pesado y un torpedo; como desventaja, la velocidad. Iron Minnow ofrece un punto intermedio entre los dos estilos de juego, y quizás el más apropiado para empezar nuestra partida. Después, podremos mejorar sus características y equipamiento con nueva munición.
Diluvion nos propone explorar este fondo marino repleto de peligros, de ahí que se pueda decantar el perfil entre buscador y acorzado. En ambos casos nuestra tarea consiste en alcanzar nuevas civilizaciones, recoger tesoros y sobrevivir a los ataques e incluso a los problemas más mundanos, caso del oxígeno o la comida. Para el primero disponemos de una cantidad limitada de bombonas que se recuperan aparcando en ciudades o conectando a submarinos hundidos, pero a la larga se convierte en un límite a nuestra independencia de movimiento por este gran mapa en el que es fácil perderse, sobre todo cuando exploras rutas desconocidas.
Arachnid Games ha resuelto el difícil control de un submarino de manera bastante decente, aunque no está exento de algún que otro problema y a veces podemos quedar atrapados entre la decoración del escenario o provocar giros extraños por el roce con una superficie –saltándose a la torera el comportamiento realista-, así que Diluvion está lejos de ser un simulador y tampoco se orienta a la jugabilidad más arcade.
El submarino dispone de varias velocidades, ascenso y descenso, y en general para navegar no se necesita mucho más. Las complicaciones aparecen cuando se pide precisión: campos de minas, enfrentamientos contra otros submarinos, grutas estrechas… En estas situaciones sí se vuelve más engorroso y choca un poco con el resto de la experiencia, más tranquila y casi de juego zen.
Disponemos de varias ayudas para la orientación, como el mapa, la brújula y el sónar. Sin embargo lo realmente interesante de Diluvion no es su acción –donde nunca destaca demasiado por su manejo- ni los aspectos superficiales de gestión que consisten básicamente en recoger a la mejor tripulación y asignarla a los compartimentos del submarino, sino la parte de explorar nuevos territorios.
Incluso con las citadas herramientas, la limitación en la visibilidad nos impide saber muy bien a dónde nos dirigimos y qué se puede esconder en cada rincón de las profundidades. Quien disfrute de este apartado podrá sacar mucho jugo a un título que requiere paciencia e interés por arriesgar en lo desconocido. Quizás encuentres un botín o recibas daños severos por una batalla inesperada. La parte fantástica también permite muchas licencias que dan más imprevisibilidad a lo que encontraremos en estas aguas.
El aspecto más positivo de su ambientación lo encontramos en la banda sonora, de calidad y con peso durante la partida. El más flojo, los gráficos: técnica y artísticamente deja patente su bajo presupuesto, pero aun así, se nota la ausencia de una dirección de arte más coherente o llamativa –incluso en la interfaz, que es extremadamente amateur-. No todos los juegos son como Abzû, pero el título de Giant Squid es un buen ejemplo de cómo realizar un juego visualmente espectacular en este complicado entorno que cae en la monotonía si no está bien llevado.
Por un lado tenemos la visión 2D en el interior del vehículo y las urbanizaciones, estilo cómic; recicla personajes y decoración a lo largo de cada puesto, pero sin duda es lo más personal de Diluvion. Los escenarios 3D en cambio son fríos y poco detallados, en un punto cerca del cartoon. Se agradece que el colorido y la iluminación no abuse de escenarios a oscuras, no obstante eso no nos libra de una importante niebla en las zonas más amplias y, en definitiva, ver una imagen de tono azulado y poco más. También se echan en falta algunos efectos mejorados para las explosiones o distorsión –para recordar que estamos bajo el agua-, puesto que en estos aspectos se asemeja mucho a lanzamientos en 128 bits.
Conclusiones
Diluvion ofrece buenas ideas para no caer en un simple shooter submarino, pero muchos de sus aspectos llevados a la práctica saben a poco. La gestión es simple, el control causa alguno problemas a las batallas y gráficamente es muy modesto. La suma de estas partes convierte a la aventura más en un viaje de exploración que en otra cosa, y lo cierto es que orientarse en estos laberintos subacuáticos buscando tesoros siempre es entretenido.
Recomendable pero sólo para enamorados de este tipo de ambientación.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga que nos ha facilitado Cosmocover.