Análisis de Dead Effect (PC)
Desde hace unos años, se comienza a registrar una curiosa tendencia en cuanto al lanzamiento y la distribución de algunos juegos en PC -concretamente, a través de plataformas digitales como STEAM-: la reutilización y re-masterización de videojuegos con éxito o cierta popularidad en iOS y Android. Además, y aunque no sea el caso, también podemos vislumbrar cierta homogeneidad a la hora de distribuir los videojuegos en plataformas y tiendas digitales. Es decir, si el juego sale a través de STEAM, también se distribuye mediante App Store o Google Play Store, y viceversa.
De manera que, de una forma u otra, se produce una retroalimentación entre todos los portales, consiguiendo que el jugador y el usuario que tenga cuenta en ellas -y una serie de dispositivos compatibles- tenga tantas opciones para disfrutar de un mismo título como le sea posible. Dead Effect comenzó su andadura comercial en iOS y Android, demostrándonos que había cierto hueco para los shooters en primera persona adaptados a pantalla táctil. El juego no estaba mal, si bien dejaba su naturaleza free-to-play al descubierto a las primeras de cambio, y eso terminó perjudicándolo tras un nacimiento como app de descarga previo pago.
Su versión para PC ha tardado más de la cuenta en salir, con una versión preliminar que probamos a mediados del año pasado, y con una versión definitiva y final que llega ahora a nuestras manos.
¿El resultado? Pues para bien o para mal, casi idéntico al de su aplicación para Android y sistemas de Apple.
Terror en el espacio
Dead Effect -curiosa combinación de títulos, que a buen seguro, sacaréis por vosotros mismos- es un juego de acción en primera persona, que bebe directamente de juegos de terror muy laureados, como Doom, de películas como ‘Horizonte Final’ -de la que toma prestadas sendas ideas y conceptos- o el propio Dead Space. De hecho, del primero, casi toma la estructura básica de terror claustrofóbico, con pasillos metálicos interminables, ruidos y juegos de luces, así como con enemigos muy parecidos. De Dead Space coge parte del argumento y la premisa inicial -una nave abandonada, plagada de criaturas extrañas, no muertos…- y la entrelaza con alguna que otra idea propia de los shooters en primera persona más actuales.
Bajo estas ideas fundacionales, arranca Dead Effect, que dirige -sin medias tintas- hacia el centro de la acción al jugador a las primeras de cambio. Tras probar el sencillo control, y la dinámica de juego -que viene a ser la clásica búsqueda de la puerta correcta, pasillo tras pasillo, matanza tras matanza de enemigos-, empezaremos a vislumbrar ciertas carencias en su campaña para un jugador. Vaya por delante que pese a su algo repetitiva re-utilización de conceptos y su reciclaje masivo de elementos gráficos -de los que hablaremos más adelante-, Dead Effect es un juego entretenido, pero no es muy original -es decir, no descubre la rueda-, pero al menos intenta mostrar cierto argumento entre tanta jerarquía por niveles y fases marcadas por la consecución de objetivos y recolección de dinero.
Desde los smartphones y tablets, al PC
Su campaña para un jugador nos ofrece unas cinco horas más o menos rejugables a lo largo de doce niveles, pues teniendo en cuenta la monetización del propio juego -que es casi un herencia del planteamiento del título en su versión para móviles-, nos veremos en ocasiones obligados a rejugar algunas fases y campañas para obtener dinero, con el que comprar nuevas armas y así poder hacer frente a los enemigos más rudos de los últimos compases del videojuego.
En su nueva adaptación para PC, Dead Effect ofrece catorce armas distintas, con diferentes y mejor ponderados grados de mejora, con lo que el arsenal de destrucción será amplio y variado -desde pistolas, tasers eléctricos y fusiles, a motosierras y otras armas más prosaicas-. La única pega a este sistema, es el enrevesado y algo forzado sistema de mejora, en el que tendremos que estar pendiente a las cantidades de crédito, oro y orbes, sirviendo estas de llaves para poder avanzar, desbloquear contenido y mejorar nuestras armas. Quizás funcionase en una app para móviles, pero el público en PC es bastante diferente, y puede que no se tome con agrado dicha decisión -y menos habiendo juegos en primera persona tan buenos por ahí-.
La versión para PC, aunque sigue ciertamente el esquema de su homóloga para iOS y Android, decide ser una especie de juego completo y extendido, ganando varios enteros al respecto en algunos de sus apartados. El control en Dead Effect está mucho mejor adaptado que el de su versión para tablets y smartphones, con un buen equilibrio diseñado para sacarle provecho al ratón y al teclado. Ahora, por ejemplo, podemos girar, apuntar y recargar con mayor presteza y velocidad de reacción, algo de vital importancia con los enemigos más rápidos y peligrosos.
Enemigos que, además de mejorar su aspecto -sus modelados tienen más presencia-, se han visto aumentados en número, cantidad -hay un no muerto exclusivo para PC y Mac- y ferocidad, gozando ahora de una inteligencia más sibilina y grupal. Es por es que Dead Effect parece a priori un juego más entretenido y dificultoso que su anterior encarnación digital para los sistemas operativos de Apple y Android, mostrándose como un juego más variado, con continuos retos por superar. Es así mismo, más largo. Dejando a un lado la campaña para un jugador, en función de nuestro éxito, iremos desbloqueando y disfrutando nuevos niveles y modos, como el de Supervivencia y Riesgo Biológico, que nos invitarán a defendernos de oleadas de zombis y criaturas para conseguir de esa manera, cantidades ingentes de oro y créditos -que podemos invertir en el modo para un jugador-. Desgraciadamente, el prometido modo cooperativo parece no disponible -al menos en la versión analizada-.
Técnicamente, Dead Effect ha sufrido un cierto empujón -en el buen sentido-. Ahora disfrutamos de texturas más trabajadas, con mayor resolución y consistencia, así como con modelados de objetos, escenarios y criaturas mucho mejor avenidos. No es una diferencia demencial, y quizás no se nota a primera vista, pero si volvemos a la versión de iOS y Android se nos hará patente y evidente a los pocos segundos. El juego de tabletas y teléfonos móviles sigue estando debajo de todos los efectos de iluminación, humo y texturas, y eso también se nota. Dead Effect es un juego que parece más propio de principios de 2005 y 2006 -en los albores de la generación de Xbox 360 y PS3- que de un juego de nueva generación. No está mal, pero a día de hoy, sorprende poco. Dead Effect goza de traducción al castellano, y de un diseño sonoro, muy interesante.
Conclusiones finales
Dead Effect es ahora una versión más completa, ajustada y técnicamente pulida, que la que pudimos disfrutar hace algo más de un año en sistemas Android e iOS. Aprovecha sabiamente su cambio de control, añade contenido en forma de armas, niveles y modos de juego y saca partido -aunque sea mínimamente- a la potencia de la nueva plataforma en la que se estrena. Pese a que tiene una herencia y lacra free-to-play que no termina de cuajar -el sistema de desbloqueo de armas, en base a lingotes de oros y demás-, y no destaca en casi ningún apartado con respecto a sus competidores, Dead Effect, sigue resultando ciertamente entretenido y desenfadado. Y eso es bueno.