Análisis Astronite, un metroidvania para nostálgicos de lo retro (PC, PS4, PS5, Switch, Xbox One, Xbox Series X/S)
En el mundo de los metroidvania –o cualquier estilo de juego que roza la sobresaturación- hay dos opciones: intentar innovar, destacar por algún elemento original, o mantenerse fieles a las bases más clásicas para ir "a lo seguro". Estos días tenemos dos buenos ejemplos desarrollados en España en cada vertiente: mientras The Knight Witch adapta el gameplay de los shooter a mapas laberínticos, Astronite no aspira a más –ni menos- que entretener con las bases que ya conocemos.
Es fácil achacar esta falta de innovaciones al juego prácticamente desarrollado por una sola persona, Domenec Claret, y sí, se puede entender que el jugador compulsivo de las novedades indies puede pedir ideas más frescas, pero al menos en nuestro caso no lo consideramos un fallo grave. La industria avanza puliendo ideas, mejorando el trabajo previo y reinterpretando conceptos; Infernax, un brillante metroidvania tipo 8 bits que analizamos a principios de año, era otro de esos juegos que no pretendía más que ofrecer un sucedáneo de Castlevania y Zelda 2 moderno, y eso no impidió que fuese un juego recomendable para veteranos del género.
¡A recuperar Neplea!
La aventura de Astronite no comienza con buen pie para nuestro protagonista, que se enfrenta a una difícil misión en la que otros cayeron. La población del planeta Neplea descubrió hace tiempo que en el núcleo del planeta existía un ente extraño, que con el tiempo terminó por expulsar a sus habitantes.
Varios intentos han fracasado en el objetivo de acabar con la amenaza, y el pequeño astronauta se dirige al lugar para resolver el misterio… Que termina con un aterrizaje forzoso y, muy pronto, con la pérdida de armas y equipamiento.
Astronite es un metroidvania a la vieja usanza, retro en aspecto y gameplay. La definición típica es la aventura no lineal, generalmente de plataformas y acción, con grandes mapas para explorar y más o menos libertad; este límite lo ponen las puertas, barreras y otros obstáculos que solo se superan con algún objeto o herramienta, de manera que con el progreso en habilidades o armas no solo mejoramos nuestro poder ofensivo, sino también logramos acceder a nuevos rincones. En este caso, donde rápidamente perdemos desde el rifle al jet pack, nuestra primera tarea será recuperar las habilidades básicas que nos permitan afrontar peligros mayores; se consigue así una buena curva de dificultad, con retos asequibles porque primero nuestros movimientos son limitados, hasta secciones más endemoniadas una vez disponemos de más cartas bajo la manga.
Sí es cierto que hay una mecánica relativamente moderna –FromSoftware la puso de moda con Demon’s Souls hace más de una década- que es el equivalente a las almas o sangre en un soulslike. Existen tiendas y algunas acciones, como el transporte entre puntos, con un coste: los shpirti, el "espíritu de los enemigos", una moneda de cambio que se pierde al morir. Pero, al igual que cualquier soulsborne, tienes una última oportunidad de recuperar los ahorros si vuelves al punto de tu última muerte. Es una mecánica que siempre incentiva volver a explorar nuestros pasos e ir un poco más allá, con todo el sentido en un metroidvania.
Fuera de esto, Astronite cumple con la lista habitual de estos juegos: recompensas para quienes arriesguen fuera de la ruta principal, enemigos de todo tipo, trampas móviles y una buena colección de jefes de patrones que conviene memorizar. Para no alejarse mucho del ambiente clásico, el desafío está un poco por encima de la media y en algún momento –de algo menos de 10 horas- nos puede costar más de la cuenta, pero siempre dentro de lo razonable. Los puntos de guardado están bien repartidos: ni muy lejos como para desanimar nuestro avance, ni tan numerosos como para que perdamos el miedo a este mundo.
El juego también está poblado de algunos puzles con interruptores, zonas acuáticas, hielo resbaladizo y saltos que requieren el impulso para alcanzar ciertas plataformas. Es un terreno conocido para el jugador de los metroidvania y la buena noticia es que la jugabilidad es sólida; aunque que su creador no esté avalado un amplio historial en lanzamientos comerciales, tiene las ideas claras y sabe qué es lo que funciona y lo que no. Luego quizás cada jugador pueda encontrar algún aspecto cuestionable en diseño por tema de colocación de enemigos o desafíos/jefes que piden un tiempo de reacción muy justo, pero de nuevo creemos que Astronite es un juego que encantará a quienes disfrutaron de juegos como Gato Roboto, con el que tiene algunos puntos en común aparte del aspecto visual.
Disparos pixel-art
Astronite se ha promocionado como un juego de gráficos 1 bit –no del todo exacto, ya que existe un segundo plano de brillo apagado- y efectivamente las similitudes con Gato Roboto están ahí, las influencias de ambos están en la tecnología de los 80 con el gameplay de los 90. Los gráficos nos han parecido perfectos para la atmósfera que se busca, aunque sabemos que no todo el público estará de acuerdo y habrá quien prefiera una estética 16-bits. Eso sí, hemos encontrado algún elemento decorativo un poco confuso, como las estalactitas, demasiado parecidas a los pinchos que sí son dañinos, y la autoimposición de limitaciones técnicas reduce un poco la variedad gráfica.
Para suavizar este pixel-art tan crudo se dan varias opciones con shaders que simulan el scanline -líneas horizontales-, errores cromáticos e incluso una pantalla CRT con su ligera curvatura e interferencias. Aunque lo hemos jugado principalmente en su modo original, el resto de modos añaden una textura analógica muy interesante.
La banda sonora y efectos están a cargo de zeeWave Sound. La música se escucha principalmente en las secciones de jefes, ya que el resto del tiempo el protagonismo se lo llevan los ruidos, disparos y gruñidos de criaturas. Es un diseño tan minimalista como el gráfico, pero en la práctica no se echa tanto de menos que las melodías tengan más protagonismo. El juego apuesta por la inspiración retro con todas las consecuencias.
Conclusiones
Astronite es un sincero homenaje a los metroidvania clásicos sin intención de reinventar unas bases vistas en mil ocasiones. Es divertido, más inteligente de lo que puede parecer a simple vista y con ese punto justo de dificultad que te hará volver a repetir contra un jefe después de una bochornosa derrota. Siempre se le podrá criticar una ambición menor que la que solemos ver en un género que muchas veces viene acompañado de muchos elementos roleros, decenas de horas o alguna mecánica original… No obstante, lo realmente importante es que al final la impresión que deja es más que positiva, y perfectamente puede complementar a las superproducciones de la temporada.
Hemos realizado este análisis en su versión de PC con un código que nos ha proporcionado Jandusoft.