Análisis de Inazuma Eleven (NDS, Nintendo 3DS)
En los últimos meses ha aparecido en la televisión una serie de ánime japonés que sin duda los más pequeños –y quizás no tan pequeños– de la casa conocen y siguen religiosamente capítulo por capítulo. Se trata de Inazuma Eleven, unos dibujos animados en los que priman el fútbol, la superación personal y la camaradería, suficientes ingredientes que, junto con una espectacular puesta en escena, han proporcionado a esta serie un gran éxito. De hecho, desde los famosos Óliver y Benji que no veíamos en la televisión un anime decente de la misma temática, y no cabe la menor duda de que se convertirá en todo un referente para las jóvenes generaciones, tal y como lo fue Oliver y Benji para los que hoy en día están cerca de los treinta o cuarenta años.
Pero Inazuma Eleven está más adaptado a los tiempos que corren, y lejos quedan los tiempos en que los estadios eran kilométricos y los partidos duraban tres o cuatro capítulos. Si Songoku puso de moda en su día las ondas vitales y el actual One Piece el desarrollo de nuevas técnicas de combate mediante el esfuerzo y sacrificio personal, sólo faltaba un ojo avispado que supiese combinar dichos ingredientes con el deporte rey, ¿el resultado? Inazuma Eleven. Y de la caja tonta al videojuego hoy en día sólo hay un paso, sobre todo si el éxito está asegurado de antemano, pero en este caso ha sido justo al revés, la versión videojuego nació en primer lugar. Level-5, el equipo de programación directo responsable de títulos con renombre como la saga Profesor Layton, ha sido el artífice de esta pequeña joya futbolística que ya va por su tercera entrega en el país nipón, tendrá su versión para Wii, y viene avalada por más de tres millones y medio de ventas por aquel país.
Todo empieza con Mark Evans, el portero y capitán del equipo de fútbol del Instituto Raimon. Parece que sólo a él le interesa el entrenamiento, ya que el resto del equipo no tiene ninguna motivación, ni siquiera cuentan con suficientes miembros y no sólo es uno de los peores de la zona, sino que son objeto de burla de los equipos de otras disciplinas del instituto. Un día, el destino hace que Mark conozca a Axel Blaze, un delantero excepcional muy conocido entre los aficionados al fútbol juvenil, así que no pierde el tiempo y le pide que se una a su equipo.
Mark se ve muy motivado y logra completar el personal suficiente para completar el equipo y poder enfrentarse al partido que decidirá su destino. Así arranca una historia que nos llevará hasta la gloria no sin antes haber descubierto oscuras conspiraciones que buscan algo más en el fútbol que ser vencedores de un torneo. De acuerdo, el argumento no es un alarde de inventiva e imaginación, a fin de cuentas empezar siendo el último y acabar siendo primero es algo común al 95% de los videojuegos, pero es la excusa perfecta para poner en marcha un título que muchos han esperado largo tiempo hasta su lanzamiento en nuestro país.
El juego está diseñado de tal forma que, en los momentos que no tenemos que jugar un partido, es un RPG en toda regla, en el que tenemos que ir cumpliendo diferentes misiones como encontrar un lugar o buscar a alguien. Por desgracia han metido indicadores para que en todo momento sepamos hacia donde dirigirnos, e incluso sabemos con cuántos personajes podremos hablar y su ubicación, lo que añadido a unos escenarios simplistas, hacen que este apartado resulte más bien pobre. Los momentos de lucha se resuelven como partidos de fútbol, y para rescatar a alguien o conseguir algún objeto especial, en vez de utilizar espadas y escudos utilizaremos un balón y nuestra pericia. En general el juego está estructurado por capítulos, en los que al final de cada uno nos espera un partido en toda regla.
A lo largo de cada capítulo iremos abriendo zonas, conociendo nuevos personajes y echando pequeñas pachangas de cuatro contra cuatro que servirán para ir subiendo el nivel de los personajes; estos partidos requieren de tareas básicas para completarlos, como por ejemplo marcar un determinado número de goles en un tiempo concreto, o recuperar un balón, o intentar hacer una defensa infranqueable. Cuando estamos en la parte más rolera del juego, podemos manejar al personaje utilizando la cruceta y botones o bien el stylus, y aunque esta última forma resulta un tanto extraña ya que lo que hacemos es "crear" una flecha o vector que indica la dirección y velocidad de nuestro personaje mediante el desplazamiento del stylus, nos ha resultado más cómoda, aun a pesar de tener continuos tropiezos con el escenario que impiden nuestro avance y alguna situación en la que nos veíamos incapaces de mover al protagonista y teníamos que volver a la cruceta para poder seguir.
Arriba, chuta, la victoria es tuya.
En el campo de fútbol, por el contrario, tenemos que jugar obligatoriamente con el stylus, ya que movemos a los personajes indicándoles el camino que deben recorrer. En el momento en que nuestros jugadores entran en contacto con el contrincante, aparecen tres opciones en pantalla que resuelven la situación de diferente manera. Sea cual sea la que elijamos, aparecerá una animación en 3D (el partido se desarrolla desde una vista isométrica) en la que veremos el resultado de nuestra acción. Se trata de un pequeño corto de apenas dos segundos que resulta vistoso, pero que se nos antoja un pelín lento a la hora de cargar, lo suficiente para que interrumpa la dinámica del juego y sea un tanto aburrido, sobre todo cuando ya hemos visto las mismas animaciones unas cuantas veces.
Sin embargo, y aquí entra uno de los puntos fuertes del juego, una de las tres opciones resulta ser una supertécnica, una especie de movimiento demoledor que tiene una animación espectacular, y si tenemos en cuenta que cada personaje puede tener varias supertécnicas, que se van aprendiendo a medida que los vamos subiendo de nivel o mediante cuadernos secretos, ya tenemos uno de los ingredientes clave que hacen de Inazuma Eleven uno de los títulos más deseados de los últimos tiempos, y es que más de mil personajes diferentes, cada uno caracterizado y distinguible perfectamente de los demás, dan para muchas de estas supertécnicas. Sin embargo, en el momento que jugamos resulta un tanto confuso reconocer nuestros jugadores de los contrincantes, al menos mientras no hayamos dotado a nuestro equipo de nuevos uniformes, lo que constituye un punto en contra en el marcador final de este análisis.
Hasta aquí puede parecer bastante básico en su concepto, pero Level-5 se ha sacado de la chistera una serie de características que proporcionan a Inazuma Eleven elevadas dosis de estrategia. Para empezar, se ha dotado a los jugadores y sus supertécnicas de un sistema de afinidades similar –aunque mucho más simple al ser de sólo cuatro elementos– a lo visto en pokémon, que tendremos que tener en cuenta a la hora de diseñar nuestro equipo antes de cada enfrentamiento, ya que juegan un papel muy importante.
Por ejemplo, un jugador con afinidad al fuego tendrá ventaja frente a uno con afinidad a bosque, y a la hora de utilizar una supertécnica de aire, un jugador con la misma afinidad conseguirá que el poder de la supertécnica aumente. Por otro lado también tendremos los puntos de pasión y los puntos de amistad. Los primeros se necesitan para aumentar la destreza de tu equipo, mientras que los segundos nos ayudarán a conseguir más amigos y ampliar nuestro equipo. También existen otro tipo de puntos que se consumen mientras jugamos, y son los puntos de energía que en función de su cantidad determinarán la velocidad de cada jugador, y los puntos de técnica que se necesitan para realizar las supertécnicas.
Por todo lo dicho, será nuestra obligación conocer a nuestros jugadores, saber en qué destacan: velocidad, aguante… todo con el fin de elaborar un equipo y una estrategia ganadora, que además podremos cambiar en cualquier momento del partido realizando una pausa técnica, a lo que habrá que añadir la posibilidad de utilizar diferentes formaciones y equipar objetos. No cabe la menor duda que este juego tiene elementos suficientes para dedicarle horas y horas para dominarlo a la perfección, ya no digamos completarlo al cien por cien.
El apartado gráfico está lleno de contrastes, pues como hemos dicho anteriormente, los escenarios rpg en los que tendremos que ir corriendo buscando lugares y hablando con distintos personajes son bastante parcos, pero en cualquier momento puede saltar una animación tipo anime que nos dejará boquiabiertos, tal y como hemos visto infinidad de veces en la saga del Profesor Layton, y además, las voces son las mismas que en la serie televisiva, lo que ayuda a mejorar la experiencia.
El juego tiene un sistema ad-hoc para poder disfrutar contra otros tres amigos con los que podremos intercambiar jugadores, sin embargo, y este es uno de los puntos que menos nos han gustado, no tiene sentido ninguno que el sistema wi-fi sólo sirva para descargarnos personajes, aparcando la enorme oportunidad que supondría el poder luchar contra alguien de otro punto del globo y aprender nuevas técnicas o beneficiarnos de su experiencia. La cantidad de personajes a conseguir es inmensa, y si ya conseguirlos a todos es una tarea que se nos antoja titánica, exprimir cada una de sus supertécnicas y elevar sus habilidades aseguran juego para tanto tiempo como uno desee.
Conclusiones
Todos esperábamos con impaciencia el lanzamiento de este juego en España, pero no debemos engañarnos, este juego es del 2008 y en Japón ya va por su tercera entrega, así que hay que tomarlo como lo que es, un juego con dos años y medio de antigüedad y que además inicia una serie, lo que supone una buena cantidad de defectos. Pero también tiene virtudes, muchas, como la profundidad lograda en el plano de estrategia, y además en Nintendo Europa han sabido arroparlo con una buena traducción y localización, con las mismas voces que podemos oír a diario en la caja tonta. Sin duda los más jóvenes, presumiblemente el público al que va dirigido este título, disfrutarán como nunca las aventuras y peripecias de Mark Evans capitaneando el equipo de fútbol del instituto Raimon.