Análisis de The Legend of Zelda: Tri Force Heroes (Nintendo 3DS)

Puede que The Legend of Zelda: Tri Force Heroes no fuera el Zelda que todos esperábamos ver durante la conferencia de Nintendo del E3 2015 y que la temática de vestir a Link con multitud de trajes distintos no sonara especialmente atractiva, pero esa apuesta por recuperar una vez más la vertiente multijugador de la saga que se inició con Four Swords y que, a fin de cuentas, un Zelda es un Zelda, consiguió llamar nuestra atención lo suficiente como para no querer perderle la pista.
Ahora, y con el producto final en nuestras manos, podemos confirmaros sin temor a equivocarnos de que nos encontramos con un juego divertidísimo, muy bien diseñado, sorprendentemente desafiante y que nos lo ha hecho pasar en grande avanzando por sus diferentes niveles en compañía de nuestros amigos. Eso sí, tened muy claro que contar con al menos dos conocidos dispuestos a aventurarse con vosotros en las tierras de Harapia es un requisito prácticamente imprescindible para disfrutarlo plenamente.
The Legend of Cursilinda

Si bien Zelda aparece en el nombre del juego, lo cierto es que aquí la princesa a rescatar no es ella, sino Cursilinda, la heredera al trono de Pasarelia, un reino obsesionado con la moda y cuyos habitantes son los más estilosos de lugar. Sin embargo, la malvada bruja Lady Degala, envidiosa del deslumbrante sentido de la moda de la futura monarca, le envía un terrible regalo para maldecirla con unas horribles mallas negras tan ajustadas y feas que Cursilinda se ve incapaz de deshacerse de ellas.
Muerta de vergüenza, la princesa decide encerrarse en su habitación para evitar que sus súbditos puedan verla en semejante estado, algo que empieza a afectar a la moral del reino, extendiendo un temor por la moda que empieza a poner en peligro la felicidad de sus habitantes. Por este motivo, el rey Rízor de Pasarelia decide comenzar a buscar a los héroes totémicos (para ser uno es imprescindible tener orejas puntiagudas, un peinado con raya a un lado y patillas abundantes) con el objetivo de que se adentren en los dominios de Harapia, derroten a la bruja y liberen a la pobre Cursilinda de su maldición.
Como podéis ver, el guion dista mucho de la palabra "apasionante" y de la épica habitual de la saga para pasar a convertirse en una simple excusa con la que invitarnos a superar niveles sin parar. De hecho, apenas hay vídeos o conversaciones que avancen la historia, por lo que si teníais pensado jugar esta aventura por su trama argumental (por llamarla de algún modo) quizás queráis replantearos su compra.
Pero pasemos a lo realmente importante de Tri Force Heroes: su jugabilidad. Decir que estamos ante una entrega con cámara aérea, muy del estilo de lo visto en las entregas de 8 y 16 bits, aunque su parecido visual más directo lo tenemos con The Legend of Zelda: A Link Between Worlds, del que se nota que hereda el mismo motor.

Sus controles son muy sencillos y si habéis jugado a algún Zelda con esta cámara sabréis cómo moveros desde el minuto uno. Tenemos el clásico espadazo (que podemos cargar para hacer un golpe circular), un botón para interactuar, otro para usar el objeto que llevemos equipado y una carrera a modo de carga. Esto es todo lo que se necesita para jugar a Tri Force Heroes, aunque tal y como era de esperar, hay una complejidad mucho mayor de lo que a primera vista podría parecer.
Para empezar, nos encontramos con que se trata de un juego completamente pensado para jugar en compañía, por lo que siempre habrá tres Links en pantalla, independientemente de si nos aventuramos solos o en multijugador. Esto permite que se puedan realizar ciertas acciones cooperativas, como la de crear un "tótem" cogiendo y alzando a nuestros compañeros sobre nuestros hombros para que pueda llegar a golpear a un enemigo que esté a una altura a la que no llegamos, aunque también podemos utilizar esta técnica para lanzarles hacia zonas elevadas o para que superen algún tipo de abismo.

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