Análisis de Super Smash Bros. (Nintendo 3DS)
Cuando se anunció que la cuarta entrega de Super Smash Bros. nos llegaría por partida doble con una versión para Wii U y otra para Nintendo 3DS, no fueron pocas las voces que se alzaron tachando al juego que nos llegaría para la portátil de Nintendo como algo secundario y menor. Pero con el paso de los meses, Masahiro Sakurai, el creador de la saga, fue demostrándonos que el debut de esta fantástica serie en la consola tridimensional de la compañía tenía mucho más que ofrecer de lo que parecía a primera vista.
Y así llegamos al día de hoy, en el que por fin nos toca analizar el primer Super Smash Bros. portátil de la historia tras haber invertido varias decenas de horas con su versión final, un título que no solo está a la altura de lo que se espera de la saga, sino que lleva a Nintendo 3DS al límite para ofrecernos todo un espectáculo que hasta ahora no creíamos posible en esta consola.
Si alguna vez tuvisteis dudas sobre si Super Smash Bros. for Nintendo 3DS merece la pena o no saliendo en pocos meses la de Wii U, no tenéis más que seguir leyendo para descubrir por qué perderos esta versión portátil sería un grave error.
Que comience el combate
Si nunca habéis jugado a ninguna de las tres entregas anteriores de la saga, comentar que nos encontramos ante un juego de lucha en 2D para hasta cuatro jugadores que reúne a las grandes estrellas de Nintendo. En él las plataformas tienen un papel muy importante, por lo que saber manejar a nuestro personaje será tan vital como aprender a movernos por los escenarios y no caernos. De hecho, esta es la única forma que tendremos de morir, ya que si nos salimos del campo de batalla o nos echan, perderemos una vida o un punto, dependiendo del modo en el que juguemos.
A diferencia de lo que viene siendo habitual en otros juegos del género, no tenemos una barra de vida que tengamos que bajar a cero. Aquí nuestro objetivo es golpear todo lo que podamos al rival para que su porcentaje de daño suba, lo que hará que cada vez se vuelvan más ligeros y sea más fácil echarles fuera del escenario.
Los controles no pueden ser más simples, ya que prácticamente con cuatro botones y el stick lo hacemos todo: uno para los golpes normales, otro para los ataques especiales, otro para los agarres y otro para defendernos y esquivar (si queremos añadir uno más para saltar porque no nos guste hacer esta acción pulsando arriba también se puede hacer). Dependiendo de hacia dónde inclinemos el stick y de la velocidad con que lo hagamos al pulsar el botón de ataque o especial, ejecutaremos un movimiento u otro.
Esto hace que aprender a jugar sea fácil y que todo el mundo pueda ponerse a repartir mamporros rápidamente y sin complicaciones, aunque ni mucho menos implica falta de profundidad. De hecho es todo lo contrario, ya que cada personaje es un mundo completamente distinto y tiene una gran cantidad de posibilidades, mecánicas y características únicas que nos tendremos que aprender al dedillo para aprender a sacarles el máximo partido. Además, ya os avisamos que no serán pocas las horas que tendremos que echarle al juego para dominarlos y movernos como auténticos profesionales.
Continuando con los controles, comentar que el paso del mando de GameCube (el mejor para jugar a esta saga con mucha diferencia) no ha sido tan traumático como muchos podrían esperar. Al principio tenemos que admitir que jugar en Nintendo 3DS se hace raro y nos llevó varias partidas y alguna que otra pequeña modificación en su configuración acostumbrarnos a ello, aunque una vez nos hicimos no hemos tenido mayores problemas para controlar y disfrutar cada partida plenamente. Eso sí, la sensación de precisión total que teníamos con el mando de GameCube aquí no la hemos alcanzado en ningún momento por culpa del Circle Pad, pero tal y como decimos, por lo general rara era la vez que no nos salía lo que queríamos hacer.
Otra de las características de esta peculiar fórmula la encontramos en el uso de los objetos, ya que hay un gran número de ellos sacados de múltiples juegos de Nintendo, desde invocaciones de personajes de apoyo, pokéballs o bates de béisbol, hasta corazones, cáscaras de plátano, pistolas láser y un largo etcétera.
Tal y como era de esperar, se han añadido muchos nuevos, a cada cual más divertido, como el caparazón azul de Mario Kart que nos perseguirá incansablemente por todo el escenario a poco que estemos liderando la partida, una segunda arma que nos obligará a juntar sus tres piezas para poderla usar (por cierto, ahora la Bola Smash puede salir también aunque estén presentes las partes de un objeto combinable), un hada embotellada que nos curará solo cuando tengamos nuestro porcentaje de daño por encima de 100, los cucos de la saga The Legend of Zelda que no dudarán en atacarnos en masa o la superhoja de Tanuki con la que poder planear, por citar unos pocos ejemplos. Todos ellos suponen buenas adiciones y aportan savia nueva a los combates, obligándonos a aprender a sacarles provecho y a evitarlos cuando sea el rival quien los use contra nosotros.
Como podéis ver, la jugabilidad básica de la saga sigue intacta y a poco que hayáis jugado a alguno de sus predecesores, os sentiréis como en casa desde el primer minuto. Eso sí, nos gustaría mencionar el ligero aumento de la velocidad de juego que se ha producido respecto a lo visto en Super Smash Bros. Brawl, lo que hace que los combates sean ahora mucho más dinámicos, ágiles y frenéticos, aunque sin llegar a los extremos que se alcanzaron con Super Smash Bros. Melee.
También se han eliminado algunos elementos aleatorios y molestos de Brawl como los odiosos y polémicos resbalones que sufríamos de vez en cuando sin venir a cuento de nada, por lo que ahora siempre tenemos la sensación de tener el control de la partida (aunque esto no nos evitará algún que otro momento de lo más caótico cuando juguemos con objetos).
Las estrellas de Nintendo
Independientemente de lo tremendamente divertida y adictiva que es su jugabilidad, probablemente el mayor reclamo de Super Smash Bros. siempre ha sido su plantilla de personajes, y es que no todos los días tenemos la ocasión de ponernos a repartir mamporros con nuestros personajes favoritos de Nintendo en un mismo juego.
Esta vez tenemos un buen número de nuevas adiciones con las que se introducen muchas mecánicas nunca antes vistas en la saga, ofreciéndonos formas de jugar completamente nuevas que hacen que sea todo un gustazo controlarlos, como Little Mac, un personaje capaz de destrozar en tierra a sus rivales con unos combos rapidísimos y devastadores, pero que en el aire es poco más que una piñata, Daraen, quien rescata la clásica característica de Fire Emblem de objetos y armas de usos limitados, o Shulk, con el que podremos cambiar entre los distintos modos de su espada Monado.
Pero tranquilos, que esto no significa que los veteranos se hayan dejado de lado, ya que todos ellos se mantienen fiel a su espíritu original, aunque han recibido diversos ajustes y revisiones para equilibrar el juego lo máximo posible y hacer que todos sean mucho más satisfactorios. Por lo general se ha recurrido a mejorar la plantilla, aunque casos como el de Meta Knight (una auténtica bestia parda en Brawl) traen consigo un empeoramiento para que no sean tan abusivos.
De hecho, una cosa que nos ha gustado mucho de esta nueva entrega es lo satisfactorio que resulta golpear a los rivales, ya que ahora nuestros impactos se sienten mucho más contundentes que nunca, lo que transmite una sensación de golpeo y de fuerza muy difícil de describir y que hay que experimentar por uno mismo para entender, pero que hace ganar al juego varios enteros por sí sola.
Al igual que ocurrió en Brawl, esta vez volvemos a tener personajes invitados. Si bien nos quedamos esta vez sin Snake, ganamos a cambio el regreso de Sonic (más rápido que nunca) y dos nuevas caras: Pac-Man y Mega Man. El primero es todo un homenaje a este legendario personaje, quien no parará de cambiar entre su forma moderna y clásica para ofrecernos ataques de lo más original y divertidos. Por otra parte, Mega Man será capaz de hacer derramar más de una lagrimilla a sus fans más incondicionales, ya que al luchar con él no pararemos de recordar sus juegos de Nes y de pensar en la lamentable situación en la que ha sumido Capcom a este icono de los videojuegos en los últimos años.
Otro detalle que merece la pena comentar es que personajes como Zelda y Sheik ahora se han separado y cuentan cada uno de forma individual, algo que también se aplica con Samus y Samus Zero, así como con Charizard, quien ahora es un luchador propio en vez de formar parte del trío estrella del Entrenador Pokémon (el cual se ha eliminado, por lo que olvidaos de controlar a Squirtle e Ivysaur).
En total tenemos la plantilla más completa y numerosa jamás vista hasta ahora en la saga, con menos clones que nunca (que haber hay alguno, pero muy, muy pocos), con la que disfrutar de enfrentamientos históricos y con alguna que otra sorpresa que no nos corresponde a nosotros desvelar. Evidentemente, más de uno echará de menos a personajes como los Ice Climbers o alguno que no haya debutado todavía en la saga, pero poco nos podemos quejar de la selección realizada y de cómo han sido implementados todos ellos, dándonos además la sensación de que están más equilibrados que nunca.
Contenidos, contenidos y más contenidos
Si hay algo que vais a encontrar en este Super Smash Bros. for Nintendo 3DS, son horas y horas de diversión gracias a la enorme cantidad de contenidos, desbloqueables y modos que se han introducido, ya sea para jugar solos o acompañados. Lo primero que hay que mencionar es que todas las modalidades de juego están pensadas para una consola portátil, por lo que rara será la partida que se os alargue más de diez minutos, lo que hace de él un título ideal para jugar en sesiones cortas en cualquier momento y que siempre nos invita a echarnos un combate (o varios, que se empieza por uno y se suele acabar por 20).
Así pues, además del clásico Smash (el versus de toda la vida) con su habitual ingente cantidad de opciones de configuración para decidir cómo preferimos jugar, tenemos Smashventura y el Cajón de Sastre. El primero de ellos nos suelta en un mapa repleto de enemigos en el que nos proponen acabar con todos los que podamos a la vez que recogemos potenciadores para nuestros personajes con los que mejorar sus estadísticas. Tenemos cinco minutos para ello y en cada partida la disposición de cofres y enemigos cambia, así como los eventos aleatorios y portales dimensionales que nos encontraremos, por lo que nunca sabremos lo que nos espera.
Una vez acaba el tiempo, dará comienzo la batalla final contra el resto de jugadores, quienes también han tenido sus cinco minutos para potenciarse. Lo interesante es que este combate puede tener multitud de formas distintas y no sabremos el tipo de pelea que nos espera hasta que lleguemos a ella, ya que esta puede ser con todos al 300% de daño, una normal, una por equipos, una sin objetos, una carrera, una competición por ver quién mata más enemigos en menos tiempo, etcétera. Resulta un modo sorprendentemente adictivo y que nos ha gustado mucho, aunque es toda una pena que no nos dejen jugarlo online.
Por otro lado, en el Cajón de Sastre nos encontraremos con un buen número de opciones de juego. Por una parte tenemos "La senda del guerrero", que vendría a ser el equivalente al modo Clásico. En él nos tocará recorrer una serie de niveles escogiendo el camino que queremos seguir hasta llegar al final, donde nos esperará Master Hand para darnos la bienvenida a golpes. Cada pantalla tiene diferentes características, y en ellas tendremos que participar en combates normales, contra gigantes, contra ejércitos, contra enemigos de metal o por equipos.
Un detalle interesante es que antes de empezar este modo podremos escoger la dificultad en la que queremos jugar. Para aumentarla necesitaremos invertir goldones (la moneda del juego). Mientras más invirtamos, más difícil será, pero también recibiremos mejores recompensas, funcionando de una forma tremendamente similar a lo que vimos en Kid Icarus: Uprising. Eso sí, tened en cuenta que en el caso de que muráis os penalizarán quitándoos algunas de las recompensas que hayáis obtenido, puntos, goldones y bajándoos en un 0,5 la dificultad en el caso de que decidáis continuar.
Por lo que hemos podido experimentar, la máxima dificultad no nos ha supuesto apenas problemas con nuestros personajes principales a excepción del jefe final, que nos ha obligado a aprendernos al dedillo todos sus movimientos y ataques para saber cuándo esquivar y cuándo golpear, ya que minimizar los daños en dicha batalla es importantísimo. Por cierto, este jefe trae sorpresas si subís la dificultad, avisados quedáis.
Continuando con los modos del Cajón de Sastre también tenemos Entrenamiento, donde podremos experimentar con cada personaje todo lo que queramos y en las situaciones que deseemos, por lo que está realmente completo.
Por otra parte tenemos Leyendas de la lucha, donde nos tocará hacer frente a todos los personajes del juego en orden cronológico de aparición. Cada nivel nos plantea luchar contra varios de ellos a la vez, aunque reciben más daño de lo normal y resulta fácil echarles. Lo interesante es que solo tendremos una vida para completarlo y no nos curaremos tras cada batalla, por lo que tendremos que intentar recibir el menor daño posible si no queremos que nos toque empezar desde el principio.
Por suerte, entre pelea y pelea llegaremos a una zona en la que nos encontraremos con diferentes objetos curativos, aunque estos son limitados, así que nos tocará administrarlos bien. También hay que destacar que hasta que no os desbloqueéis a todos los personajes no podréis participar en la auténtica versión de este modo, ya que os faltarán rivales a los que hacer frente. La dificultad es bastante asequible incluso en difícil, así que no deberíais tener mayores problemas para completarlo.
La oferta de juego local la completa Estadio, donde encontraremos tres minijuegos, a cada cual más adictivo que el anterior. El primero es Asalto, donde tendremos que hacer frente a un ejército de Miis en diferentes condiciones, como luchar hasta que muramos, competir contra un rival por ver quien acaba con más enemigos o batallar contra una serie de Miis con muy malas pulgas capaz de echarnos del escenario sin que sepamos por donde nos han llovido las tortas.
Béisbol Smash, un clásico en la saga, tampoco falta a la cita, proponiéndonos que golpeemos durante diez segundos un saco de boxeo todo lo que podamos para batearlo y que llegue lo más lejos posible. Puede que no lo parezca, pero como ya sabrá cualquiera que haya probado este modo en entregas anteriores, es puro vicio, y el formato portátil le sienta estupendamente. Algo parecido se puede decir de Bomba Smash, el tercero y último de los modos de Estadio. Se trata de una modalidad parecida a Béisbol Smash pero mezclada con Angry Birds, proponiéndonos de esta forma que golpeemos una bomba y midamos su lanzamiento para destruir unas dianas y estructuras.
Algo por lo que destacan prácticamente todos los modos de juego es por el hecho de que siempre nos recompensan de una forma u otra, ya sea con trofeos coleccionables, goldones, indumentarias y cascos para nuestros Miis (que ahora son personajes jugables), objetos para usar en Smashventura, modificadores de ataques especiales y accesorios que alteren nuestras estadísticas y nos den habilidades, por lo que siempre hay sensación de progreso.
Como habréis podido deducir por lo que acabamos de mencionar, ahora se ha incluido la opción de personalizar a nuestros personajes equipándoles con accesorios, diferentes ataques especiales y objetos, algo que acaba dando mucho juego a largo plazo, ya que hay una gran cantidad de opciones para configurar a los luchadores, algo que acaba enganchando bastante y que nos invita a experimentar para encontrar nuestras builds ideales para cada personaje. De todos modos, si queremos jugar con los personajes normales y sin ningún tipo de modificación, también podremos hacerlo simplemente marcando la opción de jugar sin personalizaciones.
Decir que también se ha añadido una curiosa función de Streetpass que nos permitirá enfrentarnos a los jugadores con los que nos encontremos en un minijuego de vista aérea, donde tendremos que impulsar una ficha para empujar a la del rival y así echarla del escenario. No pasa de ser una mera curiosidad, pero también nos servirá para obtener recompensas.
Volviendo a los contenidos del título, en el Baúl del Cajón del Sastre tendremos a nuestra disposición un completo registro donde se recogen una innumerable cantidad de estadísticas, ya sea generales, por modos o por personajes. Aquí también podremos ver todas las fotos que saquemos y las repeticiones de nuestros combates, así como escuchar la banda sonora del juego y sus diferentes sonidos. Por cierto, el título nos permite usar la consola como un reproductor de audio cuando la pongamos en modo reposo gracias a esta opción del Baúl.
Otra de las opciones que tendremos disponibles será la de ver toda nuestra colección de trofeos y consultar todos los detalles de cada uno, así como comprar nuevos en la tienda o participar en un curioso modo llamado Cazatesoros en el que tendremos que destruir multitud de cajas evitando que se amontonen para provocar que empiecen a llover recompensas.
La lucha por ser el mejor
Tras el desastroso modo online del que hizo gala Super Smash Bros. Brawl, el multijugador en línea de este nuevo Super Smash Bros. era probablemente nuestra característica más esperada, ya que hasta ahora nunca habíamos tenido la ocasión de competir contra jugadores de todo el mundo de una forma mínimamente disfrutable.
Esto es algo que en Nintendo saben bien, motivo por el cual se trata de un apartado tan cuidado como el resto del juego, algo que se nota desde el primer minuto. Para empezar, podemos decidir si jugar o dedicarnos a ver repeticiones de partidas de otros jugadores en el modo espectador. Esta última opción, además de ayudarnos a aprender ciertas técnicas que podíamos desconocer, también nos permitirá apostar goldones por el ganador, así que también se añade cierto toque de emoción a la retransmisión al permitirnos ganar o perder monedas. Para facilitar esto, antes del combate nos indicarán diversas estadísticas para que podamos valorar las probabilidades de victoria de cada uno.
Pero la diversión donde realmente está es cuando somos nosotros los que jugamos. Por un lado podemos optar por jugar con nuestros amigos en partidas totalmente personalizables, o por contra, luchar contra cualquiera que se cruce en nuestro camino con unas reglas fijas y preestablecidas en las que no se permiten personajes personalizados. Si escogemos "Con todos", nos darán dos opciones más: "Por diversión" y "En serio". La primera son partidas de toda la vida, con objetos y las trampas de los escenarios activadas, las cuales podemos decidir si jugar en todos contra todos o con amigos.
En cambio, "En serio" es una modalidad pensada para contentar al sector de jugadores competitivos, donde nuestras estadísticas quedarán registradas, no hay objetos y los escenarios tendrán su versión Omega, es decir, sin trampas y con una forma exactamente igual a "Destino Final", por lo que solo nos encontraremos una plataforma en el medio sobre la que batallar, sin nada más que nos pueda distraer. Además del todos contra todos y de los combates por equipo, en "En serio" también podremos disputar duelos de uno contra uno.
Hemos tenido la suerte de poder jugar contra gente de España y podemos confirmar que la conexión va muy fina y las partidas fluyen sin ningún tipo de problema, lo que nos ha supuesto toda una alegría. Los controles responden rápidamente y solo hemos experimentado unos pequeños picos de lag en momentos muy puntuales y únicamente durante unos breves instantes (cuando se producen, en vez de retrasar la respuesta de los controles lo que ocurre es que el juego se ralentiza), algo que como ya decimos pasa muy de vez en cuando.
Eso sí, en el modo "Con todos" no nos ha quedado otra que jugar contra los usuarios japoneses ya que son los únicos que tienen el juego, y aquí sí que se vuelven algo más frecuentes los lagazos, aunque aun así se puede jugar bastante bien y hemos podido participar en combates de lo más divertidos e intensos. De todas formas, cuando el juego se ponga a la venta, siempre os buscará a los jugadores más cercanos a vuestra región, por lo que no debería de haber ningún problema con el código de red para disfrutar jugando online.
Nuestra única pega la encontramos en el hecho de que no exista un modo en el que poder hacer equipos organizados con nuestros amigos para enfrentarnos a otras parejas de jugadores en el modo "Con todos", por lo que siempre nos tocará jugar en equipo con algún desconocido, lo que puede ser un tanto frustrante. Así pues, la única forma de jugar en equipo con un amigo será enfrentándonos a otro grupo de conocidos.
También existe un modo adicional que no hemos podido probar todavía ya que no está disponible en Europa. Se trata de "Conquista", donde cada semana se nos propondrá un reto a modo de competición global, sumando así las victorias de todos los jugadores para apoyar a sus equipos de personajes favoritos. Su funcionamiento es simple: cada siete días se crean tres equipos de personajes. Si escogemos uno de ellos en el modo "Con todos", participaremos directamente en un combate de conquista.
Si ganamos, esa victoria se sumará al marcador del equipo de nuestro personaje y dependiendo de la posición en la que acabe nuestro grupo al finalizar la semana, recibiremos unas recompensas u otras. Lo interesante es que las conquistas también pueden traer consigo reglas especiales, como luchar con personajes metálicos, por lo que todas las semanas tendremos prácticamente un modo nuevo.
Prodigio portátil
Hasta ahora habíamos visto multitud de vídeos y de imágenes del juego en su versión portátil, pero no ha sido hasta ahora, cuando hemos podido jugarlo en profundidad y tener el juego delante nuestra, que no hemos sido conscientes de lo increíble que resulta verlo en movimiento y en directo.
El equipo comandado por Sakurai ha conseguido sacarle partido al hardware de Nintendo 3DS hasta las últimas consecuencias, y eso es algo que se nota por todos lados y a lo que ninguna imagen ni vídeo le hace justicia. Modelados de luchadores de mucha calidad y con una abrumadora cantidad de detalles, efectos gráficos de todo tipo que no paran de sucederse, multitud de elementos y personajes móviles que se juntan de forma simultánea en pantalla, escenarios grandes (aunque sin pasarse, que aquí no hay cosas como El templo de Hyrule) y tremendamente mimados que hacen uso del hecho de que cada jugador juegue en su propia pantalla y unas animaciones brutalmente fluidas que dejan en ridículo a un gran número de títulos para consolas de sobremesa más potentes son algunas de sus cartas de presentación.
Pero es que a todo esto encima hay que sumarle que funciona a 60 imágenes por segundo sólidos como una roca, con o sin 3D activado, efecto que por cierto nunca provoca desdoblamientos de la imagen y que según que escenario resulta de lo más vistoso. Realmente no entendemos cómo han sido capaces de hacer todo esto con Nintendo 3DS, pero desde luego dudamos que se le pueda sacar mucho más partido de lo que hemos visto aquí. Tal es el caso, que algunas funciones como Miiverse quedan bloqueadas mientras jugamos para que todos los recursos queden destinados a mover el juego.
El sonido también es otro punto fuerte, con una banda sonora repleta de temazos clásicos y bien conocidos por todos, donde nuevas remezclas, remixes de anteriores entregas de Super Smash Bros. y melodías sin alterar se dan la mano. La banda sonora no es tan extensa como la de Brawl y en líneas generales no se alcanzan las mismas cotas de calidad con algunas de las nuevas remezclas (aunque ni por asomo queremos decir que sean malas, todo lo contrario), pero desde luego, nos deja algunas canciones que son simple y llanamente perfectas, como la mezcla de temas de Mega Man 2, la canción de combate de Punch-Out!! o la del Valle Gerudo.
Los efectos de sonido por su parte son variadísimos y tienen también una calidad altísima, y el doblaje vuelve a "regalarnos" al mismo comentarista español de Brawl, el cual deja algo que desear, especialmente si lo comparamos con el de su versión inglesa, que le pega un buen repaso en prácticamente todo. Algo parecido puede decirse de los coros que se escuchan de vez en cuando para animarnos, a los que les falta algo de emoción.
En lo referente a los personajes, volvemos a tener una mezcla rara de idiomas según nos han ido llegando o no los juegos. Por ejemplo, ahora Sonic tiene su voz española (como Shadow cuando sale de ayudante) al igual que Entrenadora de Wii Fit, mientras que Lucina y Daraen hablan en inglés (una pena que no nos dejen escoger sus voces niponas para quienes jugamos a Fire Emblem: Awakening con ellas) y Marth en japonés.
Conclusiones
Super Smash Bros. for Nintendo 3DS puede que haya sido subestimado por más de uno y de dos, pero deja claro que es una nueva entrega de la saga tan digna como cualquier otra. La misma jugabilidad de siempre, pero mejorada y refinada, con multitud de nuevos personajes, mecánicas objetos y escenarios en los que combatir, una increíble cantidad de modos de juegos geniales para jugar en portátil, un apartado técnico de los que deja con la boca abierta, contenidos para tenernos horas y horas dándole a la consola y un completo modo online que funciona muy bien son motivos más que suficientes para que salgáis corriendo a la tienda a haceros con él, independientemente de si tenéis pensado comprar la versión de Wii U o no cuando se lance, ya que tanto los modos como los escenarios serán completamente diferentes. Sin duda, un imprescindible que ningún poseedor de Nintendo 3DS debería perderse bajo ningún concepto.