Análisis de Mario Golf: World Tour (Nintendo 3DS)
Los japoneses Camelot Software Planning con sus 24 años de historia y apenas 42 empleados son un estudio bastante peculiar, especializados en juegos de rol, habiendo creado dos sagas tan importantes como Shining Force y Golden Sun, y unos expertos en juegos deportivos, concretamente del tenis y el golf, creando primero para Sony la serie Everybody's Golf, y luego para Nintendo los Mario Golf y Mario Tennis.
Fue en el primer Mario Golf de 1999, y concretamente en su versión para Game Boy Color, cuando se atrevieron a unir lo que mejor sabían hacer, el rol y el deporte, en un título único, que incluía un elaborado y entretenido modo historia como pocas veces se ha hecho en un juego deportivo, fórmula que luego repitieron un año después con Mario Tennis.
Tras el regreso Mario Tennis en 2012 para Nintendo 3DS, ahora hace lo propio Mario Golf, una saga que llevaba sin dejarse ver por las consolas de Nintendo unos 10 años, habiéndose saltado tanto Wii como Nintendo DS.
Y como nos tiene acostumbrados Camelot, nos vuelve a ofrecer un juego de golf muy completo, accesible y divertido, que aunque no busca el máximo realismo, no por ello es menos profundo o completo, como los mejores juegos arcade. En esta ocasión han apostado por dos métodos de control o swing, automático o manual, entre los que podemos cambiar en cualquier momento simplemente pulsando en la pantalla táctil. Si jugamos con el primero activado, solo tenemos que elegir el palo, que marca la distancia a la que puede llegar la pelota, la dirección del golpe, y pulsar un botón para iniciar el golpeo, y una segunda pulsación para indicar la potencia. Un sistema que nos vale para los campos y hoyos más fáciles y sencillos.
Pero como realmente más se disfruta el juego es con el swing manual, con el clásico sistema de tres pulsaciones: inicio del golpeo, potencia y precisión. Es de esta manera cuando además podemos darle distintos efectos a la pelota eligiendo el punto de impacto y la trayectoria, pulsando en la pantalla táctil. Si tocas el centro de la bola, esta seguirá la trayectoria prevista, si tocas la parte derecha o izquierda su trayectoria se curvará hacia el lado contrario, si pegas en la zona inferior de la bola esta se elevará más, y si golpeas en la parte superior, la pelota llevará una trayectoria baja. Todo esto nos será útil para sortear árboles y obstáculos similares, sobre todo en los campos más fantásticos basados en el universo Mario.
Los desniveles y la inclinación del terreno, y la dirección y la fuerza del viento, son los otros elementos que tienes que tener en cuenta a la hora de golpear, en uno de los juego de golf que recordamos con mejor interfaz y mejor explicados a la hora de jugar, con unos tutoriales accesibles en todo momento, e incluso un instructivo glosario, con todos los términos del mundo del golf. Sin duda este Mario Golf: World Tour es un juego perfecto o bien para iniciarse en el género, o para volver a descubrirlo años después, ya que combina muy bien una recreación convincente del deporte, con elementos fantásticos y muy divertidos.
En su vertiente realista, en los recorridos del Club Castillo, tenemos tres campos completos de 18 hoyos cada uno. Recorrido bosque, perfecto para principiantes, Recorrido costa, donde entran en juego factores como el viento y la lluvia, y Recorrido desierto, con cactus que obstaculizan el avance y abundantes búnkeres. Y en el lado más fantástico tenemos los recorridos de Mario World con nueve hoyos, como el Jardín de Peach –con turbos en el suelo en forma de corazón-, el Estanque de Yoshi –con plataformas volantes que propulsan la pelota-, Parque Floruga –lleno de vegetación que tenemos que ir esquivando- y el Lago Cheep Cheep –un original recorrido debajo del agua, con una física de la pelota bastante distinta-.
En total tenemos 10 recorridos y 126 hoyos, unas cifras de las que quizás en circunstancias normales no nos hubiéramos quejado demasiado, pero que se quedan un poco cortas cuando sabes que van a salir nada más y nada menos que 108 hoyos como contenido descargable de pago, en tres packs diferentes a 5,99 € cada uno o en un pase de temporada a 11,99 euros. Sí, Nintendo ha sido la última en subirse al tren de los DLC, pero parece que ha hecho una entrada fuerte y decidida.
Es en los últimos recorridos que comentábamos, los más fantásticos, donde además encontramos ítems especiales, como la Flor de fuego, que convierte a la pelota en un proyectil de fuego capaz de atravesar árboles y maleza, el Champiñón turbo, que acelera la pelota al aterrizar en el suelo, o Bill Bala, que nos permite que la pelota salga disparada surcando los aires en una línea recta. A quien no le gusta la inclusión de estos elementos fantásticos en un juego de golf, tiene que saber que en casi todos los modos de juego y circunstancias podemos obviarlos o desactivarlos, pero es raro resistirse a su encanto, ya que aportan un interesante toque de variedad en ciertos momentos.
El juego está dividido en dos modos principales, Mario Golf –partida rápida- y Club Castillo –donde juegas con un Mii, como si de un modo carrera se tratase-. En Mario Golf podemos jugar partidas individuales, eligiendo entre Juego por golpes, Juego por hoyos, Golf rápido o Juego por puntos, definiendo las reglas a nuestro antojo y eligiendo entre uno de los 12 personajes disponibles con diferentes cualidades –Mario, Luigi, Peach, Yoshi, Daisy, Donkey Kong, Bowser, Wario, Waluigi, Boo, Bowsy y Diddy Kong-. Y es aquí donde encontramos uno de los modos individuales que más no han gustado, Desafíos, en el que en cada recorrido tenemos una serie de retos que van desde conseguir golpear unas monedas, pasar por unos aros, acabar antes de un tiempo límite o ganar a un rival, entre otros muchos, unos desafíos muy variados y divertidos.
En el modo Mario Golf además tenemos la posibilidad de jugar encuentros contra otros jugadores en tiempo real, ya sea de manera local entre cuatro jugadores –exige una tarjeta de juego por cada consola, no hay modo descarga-, o a través de internet, contra jugadores de todo el mundo. También existe la muy interesante opción de participar en torneos, privados o públicos, que cualquier usuario puede crear, aunque habrá competiciones oficiales, en las que nos obsequiarán con suculentos premios. Antes de ponernos a jugar en alguno de ellos, vemos un perfecto resumen del torneo, con el premio, hasta cuándo dura, el regalo que nos dan por participar –ropa o equipo-, y todo el resto de reglas, como si va a haber ítems especiales, viento, etcétera, por lo que siempre encontraremos algún torneo a nuestra medida en el que nos apetezca participar.
El Club Castillo, el que se suponía el modo de juego más importante, es el que más nos ha decepcionado. Recorremos un club de golf con nuestro Mii, pudiendo hablar con diversos personajes de los que recibimos consejos, podemos comprar diferente equipamiento, que cambia nuestra apariencia y ligeramente las estadísticas, hay entrenamientos, desafíos, y tenemos los tres recorridos principales de 18 hoyos, siendo el objetivo ganar el torneo de cada uno de ellos. Primero tenemos que establecer nuestro hándicap, luego jugar la clasificatoria, y después competir en un torneo, lo que hace que el arranque sea un tanto lento, obligándonos a jugar entero tres veces el recorrido Bosque, un tanto aburrido ya que es demasiado simple.
Lo que en un principio puede parecer un modo carrera con algunos toques de aventura, por el hecho de poder de explorar un escenario y hablar con algunos personajes, pronto se demuestra que de carrera y aventura tiene muy poco, y apenas podemos hacer nada en este club de golf, más allá de intentar ganar los tres campeonatos y jugar unos entrenamientos. Al final el tener que moverte de un lado para otro moviendo a tu personaje acaba sobrando y no aporta nada, y hace que añoremos más si cabe los excelentes modo historia que hizo Camelot hace años en los Mario Tennis y Mario Golf.
Por lo demás el juego nos parece genial, y destacaríamos lo rápido y ágil que se juega, algo que siempre nos parece importantísimo en un juego para una portátil. Los tiempos de carga son mínimos, las animaciones de la pelota en el aire se pueden acelerar para que duren un suspiro, y nos podemos saltar todas las transiciones, por lo que completar unos cuantos hoyos se puede hacer en un suspiro, algo que se agradece, en un género con cierta tendencia a la lentitud. Las indicaciones en pantalla son las justas y necesarias, sin agobiar e indicándonos en cada momento solo lo que necesitamos, a lo que ayuda y mucho las dos pantallas de la consola, que se muestran muy prácticas en un juego de golf.
Las distintas cámaras que siguen la acción y entre las que podemos elegir se comportan "casi" a la perfección, decimos casi porque no nos acaban de convencer las opciones de cámara automática que tenemos una vez que estamos en el green. Una muy a la espalda y otra totalmente cenital que casi nunca nos valen, y nos obligan a apostar por la opción manual, viendo con detalle el trayecto que hay desde nuestra pelota hasta el hoyo, algo muy importante para estudiar con atención la inclinación del terreno.
Los gráficos sin ser ninguna maravilla técnica ni de lo mejor que hemos visto en Nintendo 3DS, nos gustan mucho, con un enorme colorido y los clásicos elementos que aporta una franquicia tan querida como Mario y compañía, y el efecto 3D estereoscópico, como tantas otras veces y algo a lo que ya estamos totalmente acostumbrados, es más que prescindible. El sonido, un apartado siempre peliagudo en un juego de golf, creemos que sin brillantez, se ha resuelto bien, con agradables melodías que no llegan a cansar, y los efectos también están bastante bien, incluyendo voces en castellano para los comentarios de algunas jugadas.
Un excelente juego de golf
En un género que nunca falta en cada consola y en el que a estas alturas cuesta destacar o innovar, Camelot demuestra su experiencia y que se lo conoce al dedillo y nos ofrece un juego de golf casi impecable, ágil y muy entretenido, con mucha chicha tanto si quieres un arcade sin demasiadas complicaciones, como si buscas algo bastante exigente y profundo, ofreciendo sin problemas ambas experiencias. Con muchos contenidos, modos de juego y un modo multijugador online muy completo para lo que nos tiene acostumbrados Nintendo, las únicas pegas la encontramos en su soso y poco sorprendente modo carrera, y en unos contenidos descargables de pago que dan una sensación de haber sido "arrancados" del producto, demasiado abultados. Si te gusta bastante el género y tienes una 3DS, sin duda es un imprescindible, que te dará muchísimas horas de entretenimiento.