Análisis de Attack of the Friday Monsters! A Tokyo Tale eShop (Nintendo 3DS)
Level 5 nos trae el último de los juegos de Guild02, un cartucho que en Japón reúne varios juegos de autor, distribuidos independientemente en el resto del mundo a través de la eShop de Nintendo 3DS. En esta ocasión, el diseñador Kaz Ayabe, popular en su país por realizar juegos de aventura que trasladan al jugador a épocas pasadas de Japón, pone énfasis en otro momento importante de la cultura japonesa como fue el éxito de los Kaiju, un género televisivo donde héroes y monstruos gigantes se enfrentaban sobre las ciudades japonesas causando el pánico entre los ciudadanos. En este sentido, Attack of the Friday Monsters! A Tokyo Tale es un claro homenaje a ese tipo de producción televisiva y recuerda la influencia que tuvo sobre la sociedad, y por encima de todo, en la imaginación de los niños.
Una aventura sin acción, donde lo importante es el guión
Kaz Ayabe sin duda no es el típico diseñador, ya que sus productos suelen ofrecer una experiencia mucho más narrativa y expresiva, y el que estamos analizando no es diferente. Como veteranos en la industria de los videojuegos, hemos de comentar que estamos absolutamente encantados y agradecidos de que este producto se haya lanzado en nuestro territorio, ya que suelen ser juegos que no podemos disfrutar por considerarse no viables a nivel comercial.
Para entender a lo que nos referimos, considerar que Attack of the Friday Monsters! A Tokyo Tale es uno de esos juegos en los que la narrativa es prácticamente la totalidad de la experiencia. De hecho, solo es aliviada por la exploración de unos bellos escenarios y un minijuego de cartas absolutamente integrado en el guión.
Por lo tanto, durante la partida iremos desbloqueando capítulos (que son como misiones en realidad y se desarrollan en paralelo) y se nos pedirá ir al encuentro de algunos personajes y hablar con ellos, encontrar el camino a los sitios y poco más. Esto significa que estaremos casi todo el rato paseando de un lado para otro, con poco más que hacer que descubrir el escenario y dar con los personajes que nos toca. Afortunadamente, por el escenario hay unos destellos de colores que el jugador tiene que ir recogiendo con el fin de obtener diez de un mismo tipo, que luego se convierten en una carta de monstruo, de las que se usan en el minijuego de cartas que más adelante detallamos. Como podréis entender pues, se trata de una experiencia muy relajada y agradable, de la que nos hemos quedado prendados gracias a su estilo artístico y un guión encantador, excelentemente bien escrito, pero que carece de acción de cualquier tipo y por lo tanto no gustará a todo el mundo.
Un gran problema es que el juego está traducido únicamente al inglés, mientras que las voces y muchos detalles del escenario se conservan en japonés. Esto último no supone un gran problema porque todo lo relevante se explica durante la aventura e incluso añade encanto a la experiencia, especialmente con la voz en off de la narradora que incluso participa en los combates de cartas, pero por supuesto, si no dominamos la lengua de Shakespeare y no nos apetece invertir tiempo en tratar de aprenderla, es un motivo suficiente como para ignorar el lanzamiento. Si el inglés no se os da del todo mal, quitando alguna palabra, creemos que requiere un nivel bajo, pero claro está que un juego cuya gracia radica casi exclusivamente en su narrativa, no se va a disfrutar del mismo modo si no dominamos el idioma.
Juega a las cartas para ser el amo tus amigos
Como comentábamos anteriormente, los dos elementos que dan algo de diversidad al desarrollo narrativo son el coleccionismo de destellos (llamados "Glims"), que nos incentiva a ir recorriendo los escenarios prestando atención hasta al más mínimo detalle, no vaya a ser que se esconda un destello, o incluso rebuscando en los escondites que no se ven. Según vamos reuniendo diez de cada tipo de destello, vamos ganando cartas que podremos usar en los combates. En un principio necesitamos cinco cartas para empezar a enfrentarnos a nuestros amigos, por lo que tardaremos un poquito antes de empezar a disfrutar de estos retos, y luego durante la aventura lo cierto es que son pocas las veces que nos obligan a enfrentarnos para progresar, quedando a nuestra disposición siempre que nos apetezca, algo que nos ha parecido muy acertado y coherente con la historia.
Cada una de las cartas representa a una criatura, que posee dos características: su fuerza y el tipo. La fuerza es un valor numérico que podemos mejorar uniendo cartas, mientras que el tipo puede ser Piedra, Papel, Tijera o las especiales con una combinación de dos de estos tipos. La partida se dispone con cada uno de los jugadores poniendo sobre la mesa cinco cartas que ha escogido de su baraja, que se enfrentan una contra una. En ningún momento vemos las cartas del rival, pero la narradora hace un recuento de victoria, derrota y empate. Después se revela el resultado de dos duelos de cartas, mientras que al que va perdiendo en el recuento inicial se le muestra un tercer resultado. En ese momento, podemos intercambiar la posición de dos cartas para intentar cambiar el resultado.
La gracia está en que, con los resultados anticipados, más o menos podremos saber las cartas del rival y decidir que cartas intercambiar para conseguir más victorias. Claro está, el rival también puede intercambiar las cartas, así que entra en juego muchos factores psicológicos de intentar averiguar qué tipo de movimiento va a hacer el rival. Evidentemente, como nos enfrentamos solo ante la CPU, no es tan interesante como si jugásemos contra un rival humano, pero el concepto sigue siendo bastante interesante y entretenido, aunque muchas veces tendremos la sensación de que la suerte define demasiado el resultado y puede que lleguemos a perder el interés si eso no nos gusta. Es una pena que no hayan incluido un modo extra donde poder jugar por turnos con amigos de verdad, porque seguramente hubiera resultado muy divertido e interesante.
Encantador por su guión, pero también por su aspecto y música
Attack of the Friday Monsters! A Tokyo Tale es un juego de autor donde su principal responsable se ha hecho cargo del guión, y sin duda no resultaría tan encantador de no ser por el maravilloso trabajo audiovisual que lo envuelve. Los escenarios pintados a mano, ofrecen perspectivas variadas de los escenarios, lo que implica cierta dificultad en el control del personaje, ya que al cambiar la cámara de posición, tenemos que adaptar el movimiento del personaje, sin embargo la ambientación basada en un distrito rural a las afueras de Tokio a mediados de los 70, luce unas proporciones muy realistas que rebosa belleza y naturaleza. Lo cierto en que en algunos momentos nos ha recordado las sensaciones producidas por algunas de las películas de animación japonesas del estudio Ghibli, como en la introducción del juego cantada, cuya letra nos introduce al personaje principal y a sus más directos. Los personajes son modelos 3D que lucen encantadores del mismo modo, aunque por problemas de resolución y por la distancia con la cámara difícilmente llegaremos a apreciar los detalles salvo en momentos puntuales.
El estilo de dibujo se aleja del manga comercial más actual para acercarse al estilo más sencillo, redondo y encantador. Sin duda en toda la producción, la dirección de Kaz Ayabe ha puesto un gran énfasis en homenajear el arte de los años 70. La banda sonora es tan destacable o más si cabe, con una estupenda calidad en la interpretación de instrumentos reales, todo un lujo poco habitual en una producción de estas características y que demuestra que Level 5 ha creído en todo momento en el juego. La composición de las canciones nos ha parecido estupenda, apareciendo solo en momentos apropiados y dejando el sonido ambiental para el resto, dejando un juego redondo en la parte artística. Solo se nos ocurre criticar algunas animaciones y el uso de las 3d estereoscópicas, ya que solo ofrecen dos planos, uno para los destalles cercanos a la cámara y otro para el fondo con los personajes.
Una experiencia narrativa encantadora
Analizar un juego que podría incluso discutirse si pertenece a este tipo de aplicaciones resulta difícil y complicado de valorar. Attack of the Friday Monsters! A Tokyo Tale es una aventura muy especial, donde no hay grandes retos ni dificultades, si no en la que el jugador se desenvuelve hablando con unos personajes y otros, simplemente explorando el entorno para dar con el personaje adecuado. Sin embargo, gracias a la narrativa, al arte, los combates de cartas y los toques de colección consigue no aburrirnos, más bien lo contrario, según avanzábamos sentíamos más curiosidad por saber la verdad de todo, mientras vamos aprendiendo a amar los escenarios y los personajes con sus personalidades.
Está claro que no es un juego para todo el mundo, pero sí que nos ha parecido una opción ideal para aquellos jugadores más ocasionales que busquen una experiencia más relajada, más de lectura o que les guste mucho el manga. Desde luego la historia que ofrece es encantadora y su manera de contarla es única, poniéndonos en la piel de unos niños que ven las cosas de un modo diferente, más mágico y misterioso, que nos hace dudar de lo que es real y no. Además, resulta ideal para la portátil por el ritmo de la partida, donde nada pasa hasta que no lo provocamos nosotros. Es una verdadera lástima la barrera del inglés, porque durante las tres horas y media de juego que hemos tardado en completar todas las misiones hemos disfrutado mucho, y nos hemos quedado con ganas de más, y confiamos en que muchos de vosotros lo disfrutaréis de la misma manera.