Una de las mayores sorpresas del año, tanto dentro de la escena independiente como fuera de ella. Una aventura inspirada en la saga Harvest Moon en la que interpretamos a un granjero, que tiene que gestionar su propia granja. Aunque dicho así no suena muy emocionante, Stardew Valley esconde mucho más de lo que parece a simple vista, y te lleva a vivir a una sociedad rural en la que también hay un lugar para la aventura y hasta para la concienciación social.
Un juego relajante, ameno, adictivo, con cientos de cosas para hacer como recolectar, cuidar de los animales, pescar, explorar mazmorras y relacionarte con tus vecinos, que ofrecen historias muy sorprendentes. Un título que derrocha encanto y cariño en su confección, y que os animamos a que le deis una oportunidad, ya que además desde hace apenas un par de semanas está también disponible en consolas.