Hace unas horas hemos sabido del triste fallecimiento del mangaka Akira Toriyama a los 68 años de edad, un adiós que se produjo el 1 de marzo y que se ha mantenido en secreto esta semana por respeto a su familia. Toriyama siempre será conocido como el creador de Dr. Slump y sobre todo Dragon Ball, indiscutiblemente su obra más popular -260 millones de copias vendidas lo avalan-, pero su legado va mucho más allá de las aventuras de Goku. Su influencia en otros autores de manga y videojuegos está fuera de toda duda, y Dragon Ball fue uno de los principales responsables del fenómeno manga/anime en todo el mundo desde los 90. Todavía hoy es una de las licencias más fuertes del medio, lo que convierte a Toriyama en un icono cultural que trasciende varias generaciones.
El artista también ha colaborado en varias ocasiones con el mundo de los videojuegos, con adaptaciones directas de su obra y a veces como diseñador de personajes. Su reconocible estilo de trazo limpio –no por ello simple- se adaptó bien desde un principio al pixel-art, y tuvo la fortuna de participar en uno de los fenómenos más importantes del ocio electrónico en Japón: Dragon Quest.
Los juegos de Dragon Ball
No podríamos repasar la presencia de Toriyama en los videojuegos sin hablar aquellos que aprovechan la licencia Dragon Ball. Sus historias se trasladan bien a juegos de lucha, así que este es uno de los géneros favoritos de las desarrolladoras, aunque de vez en cuando también hemos visto juegos de rol y plataformas.
Hay tantos títulos de Dragon Ball que es imposible recordar todos, y siempre habrá debate de cuál es el mejor, aunque Dragon Ball FighterZ puso el listón muy, muy alto, y Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi 3 siempre será recordado por su amplísimo plantel y posibilidades jugables. El primer juego inspirado en el manga fue Dragon Ball: Dragon Daihikyō (1986), aunque en España y resto de Occidente el primer éxito reseñable sería Dragon Ball Z: Super Butōden (1993) para Super Nintendo, que llegó a rebufo del furor por Street Fighter II, seguido de Dragon Ball Z: L'Appel du Destin (1994) para Mega Drive. Estos juegos capturaban el espíritu de Dragon Ball al permitir una gran libertad de movimientos por el escenario –partiendo la pantalla si hacía falta-, con combates aéreos y mucho énfasis en los proyectiles.
Los juegos comenzaron a llegar, casi desde un principio, a ritmo anual –incluso con dos o más juegos en el mismo año-. Esto continuó con las portátiles y el paso de las generaciones, tanto en 2D como en 3D. Dragon Ball GT: Final Bout (1997) de PlayStation fue el primero en mostrar a los Saiya-jin con polígonos, si bien el pelotazo tridimensional llegaría en 2002 con Dragon Ball Z: Budokai y posteriormente con los Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi (Dragon Ball Z: Sparking! en Japón). Precisamente uno de los próximos lanzamientos anunciados de la saga es Dragon Ball: Sparking! Zero, del que todavía conocemos poco.
Dragon Ball Z: Burst Limit, Dragon Ball: Raging Blast, Dragon Ball: Origins, la saga Dragon Ball Xenoverse… Son muchos los nombres que nos han acompañado durante estas décadas, con más o menos calidad, pero que cualquier aficionado a Dragon Ball ha probado alguna vez para revivir los combates más memorables del anime.
Dragon Ball Z: Kakarot (2020) fue un poco diferente. Con Dragon Ball FighterZ y Dragon Ball Xenoverse 2 (2016) ocupando el espacio de la lucha, CyberConnect2 creó un RPG de acción que repasaba los acontecimientos de Dragon Ball Z con más calma, y no sólo las escenas de acción, sino también ese humor que siempre acompañó a la obra de Toriyama. El juego más reciente en sistemas domésticos es Dragon Ball: The Breakers, un multijugador asimétrico desde la perspectiva de la población que sufre las invasiones de los conocidos villanos.
Dragon Quest
Sólo por la importancia de Dragon Ball en los videojuegos Toriyama ya tendría un papel destacado en esta industria, pero es que además el autor fue clave para definir la estética y mundo de Dragon Quest, una de las sagas de rol más importantes del medio. El equipo de Yuji Horii, Toriyama y el compositor Koichi Sugiyama han dado forma a un éxito que, especialmente en Japón, es capaz de detener a todo un país con cada lanzamiento. Entre el primer juego de 1986 hasta el futuro Dragon Quest XII, que sería la obra póstuma, la saga ha visto innumerables spin-off y subsagas, series y películas.
Uno de los ejemplos del talento de Toriyama lo tenemos en el Slime, la criatura convertida en mascota de la saga. Yuji Horii destacó a este monstruo por la genialidad que hace falta para crear una imagen tan poderosa con una gota de limo, inmediatamente reconocible por cualquier aficionado a los videojuegos. Fue Horii quien encargó a Toriyama, al que conocía por la revista Weekly Shōnen Jump, que diseñase los personajes y criaturas de su juego para diferenciarlo de otros RPG de la época; de hecho, pocos en Japón pensaban que la temática de espadas y mazmorras tendría éxito en el país, porque en ese momento había más preferencia por la ciencia ficción.
Si Yoshitaka Amano y Tetsuya Nomura han puesto su sello a la imagen que tenemos de Final Fantasy, el creador de Dragon Ball ha sido su equivalente en la serie desarrollada por Enix. Costará imaginar un Dragon Quest sin los personajes característicos de Toriyama.
Chrono Trigger
Con Toriyama convertido en una auténtica estrella del manga, anime y los videojuegos, Hironobu Sakaguchi tuvo la idea de formar un "dream team" que iniciase un RPG a la altura de los dos fenómenos del momento, Final Fantasy y Dragon Quest. El título fue Chrono Trigger (1995) para Super Nintendo, con el propio Sakaguchi, Yuji Horii (Dragon Quest) y Akira Toriyama, que de nuevo se encargaría de diseñar los personajes, la estética general, monstruos y vehículos, y supervisar el resto del material –el equipo estudiaría la obra del mangaka para dar coherencia a todo el juego-. Incluso se dice que participó en algunas ideas de la historia, que trataba uno de los temas favoritos de Yuji Horii, los viajes en el tiempo.
Sakaguchi quedó satisfecho con la participación de Toriyama y el universo creado por el autor. Citó que el humor de Chrono Trigger, imposible –al menos hasta ese momento- en Final Fantasy se debe precisamente al artista. Esta sería la primera pero no la última colaboración entre ambos.
La versión de Chrono Trigger para PlayStation, que se lanzó como anticipo a Chrono Cross, contó con secuencias anime creadas por el estudio de animación de Toriyama, Bird Studio, y la animación de Toei Animation. La secuela, sin embargo, apostaría por Nobuteru Yūki para el diseño de personajes y Yasuyuki Honne en la dirección de arte y arte conceptual.
Tobal
La fama de Akira Toriyama le llevó a participar en más juegos, incluyendo Tobal No. 1 (1996) y Tobal 2 (1997), unos juegos de lucha que contaron con sus diseños de personajes. El primer juego incluyó un guiño al artista mediante un personaje secreto llamado Toriyama Robo.
Estos juegos son menos conocidos que otros que hemos mencionado en este repaso. La alta competencia en el género, especialmente de Tekken 2 en PlayStation, impidió que gozase de más popularidad. El primero vino acompañado de una demo de Final Fantasy VII y avances en vídeo de Final Fantasy Tactics, Bushido Blade y SaGa Frontier, pero la floja recepción en Occidente provocó que Tobal 2 sólo se lanzase en Japón. Pese a esto, el segundo juego está bien valorado aunque se sitúe un peldaño por debajo de los versus de Bandai Namco en la consola.
Blue Dragon
Sakaguchi conocía a Toriyama por su colaboración en Chrono Trigger, así que cuando el diseñador, productor, guionista y director formó su equipo Mistwalker para crear nuevas aventuras roleras, el autor de Dragon Ball fue el elegido para dar su visión de los personajes y monstruos de Blue Dragon (2006) para Xbox 360, que luego se expandiría con Blue Dragon Plus (2008) y Blue Dragon: Awakened Shadow (2009) en Nintendo DS.
Sakaguchi recuerda que este trabajo no fue fácil, ya que en ese momento Toriyama no estaba familiarizado con la tecnología más moderna –el mangaka todavía utilizaba una de las primeras versiones de Photoshop-, pero participó activamente con buenas ideas que influyeron en Blue Dragon, y su diseño es completamente reconocible en las ilustraciones.
Una curiosidad: la saga incluye a Toripo, un robot aventurero inspirado en el famoso "Tori-bot" –que aparece de vez en cuando en los mangas del autor- y el propio Toriyama puso voz al personaje. "Es mi voz real. Cuando visité a los desarrolladores me pidieron que dijese Toripo para grabar mi voz", explica en el propio juego. "¡Me emocionó! Me recordó lo difícil que es hacer un juego. Todo ese equipo y tantas horas trabajando. Me encantó cuando me dejaron probarlo, fue maravilloso".
Sand Land
Justo este año otra de las obras de Akira Toriyama da el salto a los videojuegos: Sand Land. Este RPG de acción se lanza el 26 de abril y se basa en un manga de 2000 que describe un mundo desolado por la guerra y sin agua. Comenzó como una historia corta de un hombre y un tanque, que evolucionó hasta convertirse en una publicación de Weekly Shonen Jump. Recientemente se estrenó una película CGI mientras que ILCA desarrolla este título para Bandai Namco.
Aquí podéis conocer nuestras impresiones de este juego que promete recrear una obra no muy conocida del ilustrador, con todo el cariño a los vehículos que siempre tuvo Toriyama en sus mangas, el tono simpático y la sensación de aventura de se desprende de todas sus historias.
Otros juegos, colaboraciones y guiños
Toriyama ha participado directa o indirectamente en otros muchos juegos, aunque sean menos conocidos. Dr. Slump tuvo varias adaptaciones, incluyendo un título 3D para PlayStation, y Arale no se perdió los juegos de lucha dedicados a publicaciones de Jump, como J-Stars Victory Vs, Jump Super Stars o Jump Ultimate Stars.
Famicom Jump II: Saikyō no Shichinin (1991) es un RPG con siete personajes de Weekly Shonen Jump, entre ellos Goku, y además diseñó el personaje Dark Raid expresamente para este juego. Chōsoku Henkei Gyrozetter (2012) incluyó otro diseño original de Toriyama, el Beeman 500SS.
Merece la pena recordar que para Dragon Ball FighterZ contribuyó con un personaje original, Android 21. Los desarrolladores crearon la historia y una descripción del personaje que buscaban, y con esta información Toriyama diseño su aspecto.
Uno de los trabajos más recientes de Toriyama en los videojuegos ha sido otra colaboración con Sakaguchi: Fantasian. El RPG para Apple Arcade utiliza dioramas para sus fondos en lugar de gráficos creados por ordenador como se hacía a finales de los 90. En la construcción de estos escenarios en miniatura han trabajado diversos veteranos, y entre ellos está nuestro querido mangaka. El propio juego incluye una referencia clara que demuestra una vez más la amistad entre Sakaguchi y el autor de Dragon Ball.
El legado de Akira Toriyama es eterno. ¡Gracias por todo, maestro!
