China no quiere quedarse rezagada en la carrera tecnológica global. Tras sorprender con grandes avances en la robótica y prepararse para dominar los cielos con cazas de sexta generación, equipados con tecnología de invisibilidad, y en un movimiento que busca redefinir la guerra electrónica, Pekín ha dado a conocer lo que asegura ser el primer sistema basado en tecnología 6G desarrollado públicamente en el mundo.
China irrumpe en la era 6G: presenta un sistema de guerra electrónica que redefine el equilibrio militar
Según un artículo publicado en la revista científica Acta Optica Sinica y citado por el South China Morning Post, este sistema tendría la capacidad de neutralizar en cuestión de segundos radares de combate avanzados estadounidenses, incluyendo los del caza furtivo F-35, pieza central de la superioridad aérea de la OTAN.
El proyecto está liderado por el profesor Deng Lei, de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong, y cuenta con una financiación cercana a los 10 millones de dólares aportada por el gobierno chino, el Ejército Popular de Liberación y varias de las principales corporaciones tecnológicas del país.
A diferencia de los tradicionales sistemas de guerra electrónica, voluminosos y especializados, esta nueva plataforma concentra en un único dispositivo compacto capacidades de análisis, interferencia de señales y comunicación de alta velocidad. Su núcleo combina tecnología fotónica y redes 6G, permitiéndole operar en frecuencias extremadamente altas, como la banda X, donde se encuentra el radar AN/APG-85 del F-35 estadounidense.
Una de las funciones más llamativas del sistema es su capacidad para generar más de 3.600 “objetivos fantasma”, señales diseñadas para saturar y confundir radares enemigos, dificultando la lectura precisa del entorno. Según sus creadores, esta habilidad representa un desafío sin precedentes para los sistemas de defensa occidentales, preparados para entornos electromagnéticos más convencionales.
Pero el dispositivo no se limita a la ofensiva: también puede funcionar como un centro avanzado de comunicaciones militares, manteniendo conexiones simultáneas con más de 300 plataformas —drones, vehículos y unidades terrestres— gracias a su transmisión en dúplex completo sobre una sola frecuencia, una hazaña considerada casi imposible en entornos de alta interferencia.
El anuncio tiene además un claro trasfondo estratégico. En medio de la tensión constante entre Washington y Pekín, China busca consolidar su liderazgo en la infraestructura 6G, con aplicaciones directas en el ámbito militar. Los expertos señalan que esta tecnología podría marcar un antes y un después en la guerra electrónica y abrir una nueva fase de la competencia entre grandes potencias.
Aunque el sistema aún no ha sido probado en combate real, medios independientes como Interesting Engineering destacan que la publicación del estudio científico supone un nivel de transparencia poco habitual en proyectos de defensa chinos, interpretándose como un mensaje de fuerza tecnológica hacia Occidente.















